Capítulo 19.
Amor, cuatro letras que marcan tu destino. Cuatro letras que te invitan a soñar. Cuatro letras que te dicen que estás vivo, aunque para muchos estés muerto.
—Desconocido.
Creo que bebí demasiado, si eso es porque debo estar borracha.. Leon no pudo haberme dicho eso, claro que no ¿cierto?
—Si esto es una broma déjame decirte que es de muy mal gusto Leon Fischer.
—No es una broma Hayley.. Estoy hablando muy en serio, quiero conquistar tu corazón, por supuesto si tu me lo permites.
Definitivamente este no era Leon.
—Pero es que.. No tiene sentido Leon, tu y yo estamos casados pero.. No nos amamos, además de que has sido muy malo conmigo.
—Lo sé, créeme que lo sé Hayley y estoy dispuesto a remediarlo todo —me sonrió—, quiero tratarte como se debe.
—Pero.. ¿Y si Giselle regresa a tu vida?
—Eso ya no me afecta en lo absoluto, ella es pasado ahora.. Confieso que si me dejé llevar por ella muchas veces e hice cosas que no debí, pero ya eso lo deje atrás —tomó mis manos—, quisiera tratarte bien, conocerte más y saber todo de ti y por supuesto, aprender cosas nuevas pero contigo..
Sentir sus manos sobre las mías me hizo sentir extraña, no lograba asimilar lo que estaba diciéndome, es tan.. Repentino todo esto ¿Y si es una trampa? No, no creo que lo haga, ha estado tranquilo en este corto tiempo.
Yo no puedo arriesgarme con el, me hizo daño aunque.. Me dijo que quería llevar la fiesta en paz. Pero si me lastima.. ¿Que haré? ¿Vengarme? No puedo hacer eso.. No soy como el.
—Está bien.. Te daré una sola oportunidad —lo señalé—, solo espero no arrepentirme.
—Prometo que no lo haré —quitó su guante y alzó el meñique—, por el meñique.
—¿Que? —reí.
—Oh vamos Hayley, una promesa de meñique es valiosa —sonrió.
Asentí y cruzamos los meñiques, el sonrió y dio un beso a una de mis manos.
—¿Qué te parece si empezamos hoy?
—¿Hoy? ¿Ahora? —asintió— ¿que harás?
—Ya verás..
Se colocó de nuevo el guante y se puso de pie, estaba mirando cada paso que hacía, cada movimiento yo estaba atenta. Fue hasta un mesero y le quitó la copa de champán, fue hasta los músicos y ellos pararon la música, luego se posó en el escalón más alto de la escalera. Todos estaban prestando atención y esperando que iba a decir.
—Buenas noches damas y caballeros, gracias a todos por haber venido a tan hermosa velada para presentar formalmente a mi esposa.
Joder.
Leon parecía imponente, estaba recto, la copa la tenía en una mano y la alzó mientras que la otra la tenía en su espalda.
—Como muchos sabrán, el día de mi boda no estuve presente —lo dijo serio—, ya me disculpe con muchos por mi gran imprudencia... Pero ahora estoy más que contento con tener a mi lado a Hayley Fischer, mi esposa —me miró— ven aquí mi amor.
Las miradas de todos estaban sobre mi y por supuesto que estaba nerviosa, quería correr y encerrarme pero se vería mal dejarlo así. Tome el valor y me puse de pie, camine entre todas las personas hasta llegar a el donde extendió su mano y yo temblorosa la tomé.
—Mi amor, delante de todas estas personas, juro hacerte feliz cada día que me otorgues, respetarte y valorarte hasta el día que decidas dejarme —rió.
Joder, mil veces joder..
—Se que harás un buen trabajo como futura Reina de esta nación y yo estaré ahí cada día para aprender de ti.
Joder de nuevo, esto parece irreal.
—¡Un brindis por mi Esposa y futura Reina! —alzó la copa.
Se escucharon aplausos y personas brindando, yo solo estaba aturdida por las palabras que había dicho Leon, ahora me daba cuenta de que hablaba en serio.. Siento que estoy arrepintiéndome de mi decisión Dios ¿que hago?
Ambos bajamos de las escaleras y el estaba saludando a todo el mundo y recibiendo felicitaciones, yo estaba igual.. Pero ahora necesitaba un trago. Caminé hasta la mesa donde el mesero me dió una copa de champán y la tomé de golpe.
—Esto no me sirve.. —murmuré viendo la copa vacía.
Salí hasta afuera, necesitaba aire ahora mismo, estaba asustada por todo esto que esta sucediendo tan rápido, o sea, estamos casados pero acaba de formalizar lo que sea que tengamos. Joder.
—Sólo espera que obtenga lo que quiere de ti, verás que te deja en un abrir y cerrar de ojos.
Giselle.
Voltee y la encontré tomando un poco de vino, tenía una sonrisa victoriosa en su rostro, sonrisa que deseo borrar de un puñetazo.
—Lo dudo.. Ya viste, acaba de anunciar formalmente que estamos juntos.
—Conozco a Leon, el no es de esos hombres que se arrastran por —me miró de arriba a abajo— cualquier persona.
—Pues tal parece que no lo conoces muy bien que digamos porque ¿que crees? Si se arrastró ante mi y no sabes cuánto lo disfruté —sonreí.
No se ha arrastrado, pero casi.
—No te sientas especial Parker, Leon te va a dejar.
—Ya lo veremos Giselle, si me disculpas, iré a ver como está mi esposo.
Y hablando de el, apareció con una sonrisa, que de inmediato se borró al ver a Giselle.
—¿Todo bien?
—Todo está más que bien..
—Leon ¿podemos hablar? —preguntó ella con una voz dulce.
—Claro.
Imbécil.
—Pero mi esposa se queda.
¡BOOM! ¡En tu cara!
Ella se puso roja de la rabia.
—Lo que hablemos ella no lo tiene que saber.
—Pues lo lamento, no pienso hablar más contigo a solas, si hay algo que quieras hablar, lo harás con mi esposa presente.
Sonreí victoriosa, joder me gustaba ésto.
—Leon cariño, cometí un error —me miró y luego a el— quiero regresar a tu lado.
—Lo lamento pero tu terminaste conmigo y estuve dos semanas reflexionando sobre lo nuestro y he decidido que no, no puedo seguir queriendote, estaba siendo alguien que no soy, me deje llevar por tus pensamientos y... Le hice daño a mi esposa por defenderte, ya todo terminó y deberías aceptarlo.
Este Leoncito estaba más que domesticado.
Leon tomó mi mano y entramos a la fiesta a disfrutar de lo que quedaba de noche.
(...)
Era la una de la mañana y ya la fiesta había finalizado, al fin todas esas personas se habían ido, lo único que quería ahora era quitarme este vestido y ponerme mi cómoda pijama.
Los reyes se fueron a descansar mientras que a mi y a Leon nos tocó despedir a toda esta gente.
—Bien, ya no queda nadie.. Mañana limpiarán ésto ¿quieres irte?
Asentí, ambos salimos del palacio y caminamos por el jardín directo hasta la casa. Jamás pensé decir esto pero, la compañía de Leon ahora era gratificante, ya no hay peleas ni discusiones molestas, era silencio cómodo y placentero.
—Voy a quitarme los tacones.
Me agache para quitarmelos pero Leon me alzó y me puso entre sus brazos.
—¿Mejor? —sonrió.
—¿Por que hiciste eso?
—Estas cansada ¿no? —asentí— no me molesta llevarte hasta la casa.
Empezó a caminar cómodamente, vaya que tenía fuerza para llevarme desde el palacio hasta la casa, no es tan lejos pero, me llevaba con el en sus brazos. Ambos íbamos hablando de cosas sin sentido, Leon tiene un sentido del humor pésimo, cuenta chistes muy malos.
—Eres tu la que no tiene sentido del humor Parker, mis chistes son buenísimos, si quieres le preguntas a Abel.
—Lo haré, llegamos.
Me bajó y ambos entramos a la casa, las luces estaban encendidas, los empleados estaban despiertos.
—Su majestades —llegó una chica— ¿desean algo?
—Oh no —negué—, no deseo nada por ahora, pueden ir a descansar. Buenas noches.
Ella asintió y se fue, luego subimos hasta el piso de arriba, caminamos en silencio hasta la puerta de mi habitación.
—Llegamos —habló.
—Fue una buena noche..
—Lo fue sin duda —sonrió— ten presente que lo que hice en el palacio es solo el comienzo, mañana iremos a París en la tarde —asentí—. Buenas noches Hayley.
Las manos me picaban por acariciarle el rostro.
—¿Puedo darte un beso?
Su pregunta me tomó por sorpresa, pero asentí, supongo que un beso en la mejilla si puede...
Quedé en el aire cuando sus labios se posaron en los míos en un beso lento, tardé en corresponderle pero lo hice, mi estómago se hizo un nudo cuándo me pegó a él suavemente, metió su mano en mi nuca, mi piel se erizo cuando el cuero de sus guantes rozó la piel de mi cuello. Los labios de Leon son suaves y un poco gruesos, el sabor de la champaña en su boca me gustaba, el beso me gustaba.
Dejé mis ojos cerrados cuando separó sus labios de los míos.
—Buenas noches Hayley.
—Buenas noches Leon.. —murmuré.
El sonrió y abrió la puerta de mi habitación, entre y el caminó hasta la suya.
Cerré la puerta y le puse pestillo, pegué mi espalda de la misma, estaba sintiendo los latidos de mi corazón, podía oírlos claramente en mis oídos... Me gustó el beso, me gustó que Leon me besara.
Hola de nuevo jeje espero que el capítulo les haya gustado. No olviden dejar sus votos y comentarios.
Besos, Ross.
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