Capítulo 18.
Cuando te enamoras no vuelves a ser la misma persona que eras antes, porque es en ese momento donde empiezas a vivir la vida de verdad.
—Luis Miguel Alvarado
Leon:
¿Cómo me sentía? Pues genial y extraño, jamás me había sentido así y Hayley tenía mucho que ver.
Desde hace dos semanas nuestra convivencia ha sido llevadera, hemos decidido dejar todo atrás, aunque ha sido difícil porque, ella sigue sin confiar en mi desde aquella noche.
Aquella charla con mi padre, donde nos sentamos a hablar por primera vez sin pelear o discutir, fue tranquilo y reconfortante hablar con el, aún no hemos hablás sobre nosotros, solo sobre Hayley. Entendí que ella no tiene la culpa de mis actos y comportamientos, todo es más que solo mi culpa, dejé que mi rabia me cegara a tal punto de lastimarla. Aun pensaba en aquella vez que deje que Giselle la empujara y ella se lastimara, debí haber hecho algo, pero me quedé como idiota mirando todo el caos. Cuando ella y yo, habíamos hecho un trato, llevarnos bien.
Tuvieron que pasar muchas cosas para poder darme cuenta de lo imbécil que fui con ella, intenté humillarla, porque estaba molesto y salió mal, me desquite con ella por haber aceptado casarse conmigo, cuando se que ella no tuvo la culpa de nada. Todo lo que le he hecho, no tiene perdon y aun así, ella siguió aquí, soportandome.
Pase dos semanas tratando de controlar mi mal genio y tratos hacia ella, escuchaba sus palabras cuando hablaba sobre cualquier cosa, asentía a sus decisiones por más en desacuerdo que estaba, me di cuenta de que ella es distinta, única, amable y sencilla.. Muchas cosas que Giselle no tenía y para ser sincero Hayley era más auténtica, suena ilógico pero es así, me di cuenta que Hayley ama el pan de maíz con mantequilla y café con leche al igual que a mi, eso hace el desayuno más tranquilo para ambos.
No hablamos mucho ya que ha estado a la defensiva conmigo, la entiendo, hasta yo mismo me odiaria. Tampoco esperaba que fuese una perita en dulce conmigo después de cómo me porte con ella.
Mi padre me hizo entender que debía respetarla y tratarla de buena manera y decidí que así sería.. Empezando por esta noche. Empezando desde cero, de nuevo.
El baile que organizó mi padre para presentarla a la realeza y demás, era la oportunidad perfecta para ir remediando el error que cometí tratándola de esa forma.
Verla en se vestido gris, su maquillaje, tiara y cabello suelto, fue algo espléndido, podía ver lo hermosa que es y de la pureza de su mirada, verla así, hizo que se me removiera mi estómago. Estar a su lado en toda la fiesta y.. Bailar, algo tan sencillo como eso, fue maravilloso, ver esos ojos que poco a poco iban haciendo estragos en mi, en la forma en que me miraba.. Me gustaba, pero no quería admitirlo todavía.
Después de bailar, salimos al jardín del palacio a caminar bajo la luz de la luna.
—Mañana iremos a París —le dije.
—¿En serio? —había emoción en su voz.
—Por supuesto.. —caminamos hasta el enorme manzano— conocerás algunos sitios, podrás hacer lo que quieras, claro sin meterte en problemas.
—¡Oye! —me miro mal— yo me porto bien y lo sabes..
Llegamos hasta el banco y nos sentamos.
—Dios, me duelen los pies —reí—, no te rías, andar en tacones no es sencillo.
—Lo creo.
Me arrodille un poco y le subí un poco el vestido.
—Te quitaré los tacones.
Le quite ambos tacones y ella soltó un gemido de satisfacción o alivio quizá.
—Gracias Leoncito —rió leve.
—No hay de que..
Nos quedamos en silencio mirando el palacio y las personas yendo de aquí para allá. Hace tiempo no venía a sentarme aquí, no lo hacía desde que tenía once años.
—¿Que pretendes Leon? —la mire sin entender— todo esto, tratarme bien de repente.. Para mi es extraño y si me preguntas diría que algo estas tramando.
—No estoy tramando nada Hayley.. —solté un suspiro pesado—, solo quiero llevar la fiesta en paz, así como lo estábamos haciendo desde un inicio, pero yo lo arruiné —hice una pausa— te traje hasta aquí para hablar sobre lo que ha pasado en éste tiempo.
—Vaya.. Es difícil de creer, en serio.
—Lo sé.. —la miré— se que es difícil creerle a un vanidoso y egoísta como yo.. Pero esta vez seré cien por ciento sincero contigo Hayley y quiero hacer las cosas bien.
—Te escucho entonces.
—¿Sabes? Desde niño siempre fui criado con malas mañas por así decirlo —reí—, fui criado para que me lo dieran todo.. Hasta que cumplí los once años donde mi padre empezó a enseñarme como debo ser cuando vaya a ser Rey.. Su trato hacia a mi fue duro, me decía que un Rey siempre debe ser de mano dura y así fue por años hasta que cumplí los dieciocho y me volví un rebelde sin causa —hice una corta pausa—, empecé a salir con mujeres, beber alcohol hasta desfallecer por así decirlo.. Los chismes no esperaron y empezaron a decir cosas sobre mi.
Ella me escuchaba atentamente.
—Mi padre se oponía a muchas cosas y yo le llevaba la contraria porque quería estar libre, no estar encerrado en ese enorme palacio estudiando día y noche, poco a poco me volví cruel con todos, trataba mal a las personas que me rodeaban tratando de sacar mis frustraciones porque yo no crecí como los otros niños, no podía jugar, mis padres jamás estaban conmigo y... De un momento a otro mi padre quería que tomara la responsabilidad de ser un Rey, no se como hacerlo, no se como dirigir una nación y tampoco se ser una buena persona, bueno, al menos lo estoy intentando.
Ella se quedo en silencio por un momento analizando mis palabras.
—Puedo entenderlo o eso creo, no todos tienen una vida como la que tu tuviste, otros tienen que trabajar para sobrevivir y demás.. —miro al palacio— se que tu padre cometió un error y que ya no puede remediarlo, pero tu si —me miró—, tienes edad para ser un buen hombre Leon, cambiar tu forma de pensar y ver las cosas, aunque fuiste un idiota conmigo.
—No solo contigo.. Con muchas personas —dije un poco triste—, muchas personas se alejaron de mi por eso, por ser como soy... Todo fue tan abrumador para mi y más cuando supe que iba a casarme con alguien que no amaba, mucho menos que no conocía, me moleste tanto que termine lanzando toda mi ira contigo, cuando claramente jamás tuviste la culpa de nada.
—Yo también estaba molesta con la situación.. Pero mis motivos eran distintos, yo acepté esto por mi familia.
—Lo sé.. Y yo por el supuesto amor que le tenia a Giselle, es tonto.
—¿Tenías? —frunció el ceño.
—Si, pensaba que la amaba cuando jamás fue así, solo me dejé llevar por la elegancia y belleza de Giselle, luego me dejó y me di cuenta que jamás la amé, reflexione sobre mis acciones y comportamiento, del cómo te hice daño tratando de defender un amor que no estaba y Hayley, quiero que me perdones por todo lo que te he hecho en este tiempo, merezco que me odies y me seas indiferente pero si quiero empezar a ser un buen hombre y persona, debo enmendar mis errores.
Hayley se quedo en silencio.
—Lo único que puedo decirte es que sigas avanzando para mejorar Leon, recuerda que pronto serás Rey y ya es tiempo de que des un buen ejemplo, no digo que se olvidará lo que sucedió en el pasado, pero todos tenemos derecho a cambiar.. —tomó mi mano— te perdono, pero tampoco puedo decir que lo olvidaré.. Sólo portate bien conmigo y los demás.. Por ahora podemos ser amigos.
—Está bien, haré mi mayor esfuerzo para que así sea, tienes mi palabra.
Tengo que cumplir mi palabra, soy un Fischer y los Fischer tenemos palabra.
—¿Quieres volver? —me preguntó.
Asentí y ella se volvió a colocar los zapatos, caminamos de vuelta al palacio donde la fiesta todavía seguía, habían muchas personas bailando todavía, la fiesta estaba muy animada. Hayley fue a saludar a mis padres y yo fui a la mesa a tomar un poco de champaña.
—Leon ¿donde estabas? —Abel llegó hasta mi.
—Estaba hablando con Hayley en el manzano.
El se sorprendió ante mis palabras.
—¿De verdad? —asentí— ¡Vaya! Es un buen avance Leon.. Hayley es una buena chica y creo que debes tratarla ya de buena forma.
—Lo haré, le di mi palabra.
—Más te vale, recuerda que es tu esposa.
Rodé los ojos, cada segundo me recordaba lo que tenía que hacer. Pero tiene razón, es mi esposa y debo tratarla como tal.
Mi vista se fue hacia Levi Newt, quien no dejaba de mirar a Hayley, parecía fascinado con ella y no pude evitar apretar los dientes, hace rato la vi casi que en sus brazos, ese idiota tiene fama de ser un hombre despiadado, incluso dicen que es peor que yo, pero no lo conozco lo suficiente para afirmarlo.
—Uy ¿eso que veo son celos? —Abel rió.
—¿Celos? ¿De qué hablas? —lo mire mal.
—Leon, no sabes disimular, el príncipe Levi está mirando a Hayley.. Puedo ver que está fascinado con ella.
Idiota.
—No son celos.. Deja de decir tonterías Abel, mejor ve a buscar una chica y coge.
—Si señor —hizo el saludo militar y se fue.
¡Jah! ¿Celos? ¿Yo, tener celos? No tengo celos.. No puedo tener celos ¿verdad?
Caminé hasta Hayley quien hablaba con mi madre muy a gusto, la tome de la cintura y la pegue a mi y fulmine a Levi con la mirada, el rió y alzó su copa de champaña.. Será imbécil.
—Leon ¿que haces? —Hayley me susurró.
—Lo siento —la solté.
Ella asintió y siguió hablando con mi madre. Por la puerta del palacio entró el duque de Luxemburgo con su esposa y Giselle.. ¿Que hacen aquí?
—¿Me explicas madre?
—Fue el consejo que lo invitó, creeme que yo no quiero a esa escoria en mi palacio —dijo molesta.
Giselle parecía complacida con estar aquí, yo por mi parte no lo estaba. Se acerco a nosotros con sus padres.
—Su majestad —hizo una reverencia—, se ve espléndida ésta noche.
El duque le sonreía a mi madre de una forma que ni a mi padre ni a mi nos gustaba. Ese tipo ha estado obsesionado con mi madre desde hace años.
—Duque —le respondió mi madre de forma fría—, que desagradable sorpresa.
—Al parecer mi invitación se perdió —rió—, pero el consejo fue muy amable en invitarme —miro a Hayley— que hermosa es la futura... Reina, que lastima que hayas dejado a una joya por una piedra Leon —me miró burlón—, mi hija era un buen prospecto para ti.
Su comentario me molestó demasiado. Tomé a Hayley de la cintura y la pegue a mi, le di un beso en su frente y sentí como me apretó el traje en la parte trasera, no se lo esperaba.
—Lamento contradecirlo Duque —dije serio—, pero mi esposa es un diamante digno para mi, ella es todo lo que necesito y necesita esta nación, no necesito más.
El rostro de Giselle se puso rojo por la rabia, sabía que estaba molesta, no hacía esto para darle celos, ya ella no me importa, pero me prometí que jamás iba a hacerle daño a Hayley y tampoco iba a permitir que nadie la hiriera, le dijera algún comentario ofensivo, ella ahora será mi prioridad.
Tomé Hayley de la mano y la llevé a una de las mesas para sentarnos.
—Eso fue incómodo.
—Lo se, ese idiota siempre fue desagradable.
—Pero estabas con su hija —se rió.
—Lo se —me reí también—, pero eso no le quita que sea un imbécil.
—Leon.. ¿De verdad ya no te importa Giselle?
—No —negué y me acerque a ella— ya no me importa nada que tenga que ver con ella, ahora tengo dos metas por cumplir.
—¿Puedo saber cuales son?
—La primera —levante el dedo índice— es convertirme en el mejor de este país, ser una mejor persona.. Y la segunda —hice un dos con mis dedos—, la segunda es poder conquistar tu corazón.
Se quedó sorprendida por mis palabras, hasta yo lo estaba, pero si.. Decidí que iba a conquistar su corazón, voy a luchar por el cueste lo que me cueste.
Hola hola, espero que el capítulo les haya gustado. No olviden dejar sus votos y comentarios en esta historia.
Besos, Ross.
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