Capítulo 11.

Mientras odies, existirán personas a las que odiar.

—George Harrison.



Sinceramente después de semejante noche por supuesto que tenía que desquitarme con el, aunque me hubiese encantado exponerlo ante todos pero eso me perjudicaria a mi también.

Me parece injusto que yo sea la que tenga que tapar los escándalos de Leon, eso haré por ahora, porque no pienso permitir que nadie me rebaje, jamás lo permiti y ésta no será la excepción, me da igual que sea el príncipe de éste país. No voy a dejarme humillar por el ni por nadie.

Lo peor de todo esto es que tengo que estar con el casi la mayor parte del día, cosa que me desagrada porque jamás en mi vida había conocido a un hombre tan prepotente y cruel como el. No quisiera odiarlo porque no quiero guardar ese tipo de sentimientos en mi, pero el no colabora y hace que empiece a odiarlo.

Después de la rueda de prensa las noticias no se hicieron esperar, no hacían más que hablar sobre mi, agradecía mucho que el Rey no permitiera preguntas personales, no quiero que nadie sepa sobre mi vida anterior.

Según Gerard tendría muchas actividades por dos semanas seguidas para después presentar el baile para hacer mi presentación oficial dónde vendrían muchas personas importantes de varios lugares así que debía estar preparada para cuando llegue ese día.

Regresamos al palacio dónde íbamos a almorzar, ir en auto con Leon es un trabajo pesado, no hace más que quejarse y hablar sobre si mismo, cosa que me tiene ya cansada y eso que solo llevamos un día de casados.

Nos llevaron hasta el jardín donde había una mesa debajo de un tejado precioso, el jardín del palacio era hermoso, habían muchas flores, se sentía el aire fresco. Me senté junto a Leon que estaba muy serio y callado, mejor así.

—Dime algo Parker ¿Por que me besaste?

—Por que quería hacerte el trabajo más fácil —respondí.

—No debiste hacerlo, yo tengo pareja... Yo amo a alguien más, no debiste. 

—¿Y a mi que? Dijiste que había que ser convincente ante las cámaras, no entiendo tu rabia.

—No quería que Giselle viera eso. 

Dios mío, ayúdame a no asesinarlo ahora..

—Eso no me importa ahora Leon, la que es tu esposa soy yo, además de que tu odio hacia mi esta demasiado injustificado. 

—¡Claro que esta justificado! —exclamó— fuiste parte de este circo al aceptar casarte conmigo... Por tu culpa no puedo casarme con la mujer a la que amo. 

—Por Dios Leon ¿cuando vas a entenderlo? Yo no acepté por que quise, lo hice por obligación, tu odio hacia mi es demasiado infantil... Eres un reverendo idiota.

Algo tan sencillo como lo que dije lo molestó mucho, el podrá atacarme con groserías y malas palabras pero jamás me voy a rebajar a responderle de la misma manera, jamás he sido así.

—Habíamos quedado en algo, de que todo esto sería un teatro, entonces no me culpes de nada... Estoy tratando de limpiar tu nombre, mismo que tú arruinaste con tu reputación y acciones.

Tomó mi pierna con fuerza, trate de soportar así que tomé su mano.

—Suéltame Leon, no tienes ningún derecho de tocarme.

—Cuida como me hablas Parker, si, tenemos un maldito trato, pero eso no te da derecho a hablarme como tu quieras. 

—Tu tampoco puedes tratarme como quieras, si vamos a hacer esto, debes respetarme. 

Me miró con odio puro y me soltó la pierna, tomé un trago de jugo para calmar mis nervios, me importaba una mierda si me golpeaba, iba a seguir defendiéndome de sus palabras. Pero si me toca un cabello soy capaz de castrarlo.

—Eres una tonta Parker... No juegues con mi paciencia. No eres mas que una salvaje. 

—No le tengo miedo a hombres como tú y creeme que me he topado con demasiados imbéciles en mi vida.... Pero hay que darte el mérito, eres el más grande de ellos. 

Me alzó junto con el y me pegó a el con mucha fuerza, coloque mis manos en su pecho para apartarlo de mi, no soportaba que me tocara así, no cuando la noche anterior la paso con ella. 

—Hayley, estas jugando con mi paciencia —murmuró—, deja de ser tan altanera. 

No nos dejábamos de mirar, detestaba esto, no quería que me tocara. 

Nosotros tenemos un trato, pero esto no, no puedo dejar que se acerque a mi de esta manera.

—Suéltame Leon —me solte de el— eres un idiota. 

Tomé mi bolso y me fui del jardín, esperaba que los Reyes no sé fuesen a molestar conmigo por esto. Como la casa quedaba en el ala Oeste me fui caminando por el jardín, llevaba solo un puto día en este lugar y ya me quería ir, no estaba soportando los comentarios de Leon, ese hombre es un idiota, pero no iba a permitir que me tratara de esa forma.

Llegué a la casa y de inmediato subí hasta mi habitación para encerrarme pero la puerta fue detenida por el, su rostro estaba rojo ¿me siguió hasta aquí?

Me empujó adentro de la habitación, cerró la puerta con fuerza. Al parecer no le gusta que lo dejen hablando solo.

—No me dejes hablando solo, detesto que me den la espalda. 

—Pues no iba a permitir tus palabras tontas, se que me odias pero no es mi culpa lo que esta pasando. 

—Claro que es tu culpa, tu aceptaste casarte conmigo —se acerco a mi. 

Iba a correr a encerrarme en el baño pero me tomó de la cintura y me volvio a pegar a el, yo estaba asustada por que no se que es lo que hará conmigo. 

—Suéltame Leon. 

—Dime Parker —me sostuvo del mentón— Dime las razones por las cuales aceptaste casarte conmigo. 

Las palabras se quedaron atascadas en mi garganta. No sabia por que demonios me había puesto nerviosa con esta cercanía. 

—Tengo mis motivos —respondi—, asi como tu tienes los tuyos, yo tengo los mios. 

Al parecer mis palabras lo hicieron reaccionar y me soltó. Si el pensaba que iba a decirle mis razones estaba equivocado, lo nuestro es solamente un acuerdo así como el me lo ha dejado claro. No necesita saber nada. 

—Tu haces que te odie demasiado Parker. 

—Tenemos el mismo sentimiento —respondí—, tu personalidad es detestable. 

El solo retrocedió y salió de mi habitación. Solté un suspiro pesado, obviamente no nos íbamos a llevar bien, el es de los que quieren tener el control de todo y yo no pienso dejarme controlar por nadie. No logro entender por que me odia tanto, creo que es por que le estropee los planes con su amante. 

Este hombre es demasiado cruel, egocéntrico y controlador. Lo que tengo que soportar por darle una estabilidad a mis hermanos, Dios mio, como lo odio. 

Tengo que averiguar por que el rey me escogió a mi como la esposa de Leon, hasta donde se, fue una promesa desde hace unos años, lo que no entiendo es por que no me hablan con la verdad, eso de estar guardando secretos no es lo mio. Necesitaba saber por que yo, era la prometida de Leon. 

No lograba entenderlo, el y yo, somos como el agua y el aceite. Me odia por que no se casó con ella, me culpa como si yo tuviera algo que ver, no estoy para nada contenta con ser su esposa. Detesto a ese hombre. 

Su actitud es todo lo que está mal en un sujeto. 


(...) 

Al dia siguiente: 


Estaba sentada en el jardín de la casa, la verdad que la casa era preciosa, además de espaciosa y silenciosa. En estos momentos me hacían mucha falta mis hermanos, tambien Joana, hablar con ella, ir al parque, volver a ser una persona común donde nadie me decía que hacer o que no. 

Crei que al ser la esposa de Leon estaría más tranquila, pero no, ahora tengo mas cosas que hacer, aprender más protocolos y clases que a mi parecer, nos sirven para nada. Pero así es la realeza, algo difícil de explicar y entender. 

—Hola —mire a mi lado, estaba Leon parado. 

Llevaba un traje azul oscuro sin corbata, el tomó la silla y se sentó a mi lado. 

—Hola Leon. 

—Aqui esta el acuerdo —dejó un sobre en la mesa— leelo con calma, yo ya firme. 

—Lo haré —lo hice a un lado. 

—Lo lamento —lo mire sin poder creerlo—, detesto que me lleven la contraria y no se como controlarlo... No te volveré a tocar sin tu permiso. 

—Te estas disculpando que es lo importante —sonreí— aunque no pienso permitir otra falta de respeto hacia mi. 

—No volverá a suceder, está en el acuerdo.. Ahi dice que debo respetarte y si falto, tengo que pagarte. 

—¿Hablas en serio?

—Muy en serio, un Fischer tiene palabra Hayley, a veces olvido que debo ser un caballero...

—Es que tienes una personalidad ¿como decirlo sin que te ofendas?

—No lo digas —rodó los ojos, yo me rei—, ya lo se, es algo que me cuesta mejorar. 

—Pues si, es cosa de las personas que han sido mimadas. 

—Yo no he sido mimado ¿de que hablas? —se cruzó de brazos. 

—Si claro —me rei—, apuesto a que eras de los que lloraba si no le daban un juguete. 

—Oh no, claro que no... 

—Disculpen la interrupcion su majestades —una chica de servicio apareció— pero están buscando a su majestad —ella miró a Leon.

—¿Quién me busca?

—La señorita Giselle, dice que tiene que hablar con usted. 

Y a la mierda se fue nuestra conversación, yo tomé la carpeta y me puse de pie para meterme a la casa, no quiero cruzarme con esa mujer por nada del mundo. Espero que cumpla con el trato así como me lo prometió. 

Aunque no se si confiar en el. 



Hola de nuevo, espero que esten bien y que el capítulo les haya gustado, no olviden dejar sus votos y comentarios. 

El capítulo fue modificado solo un poco, también fueron agregadas algunas cosas mas, espero que les haya gustado. 

Besos, Ross. 







Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top