Mi pesadilla
Su respiración era tan lenta como el caer del sol, sus ojos picaban horriblemente, su cuerpo tiritaba, su corazón se retorcía y su rostro nunca lucio más pálido. No podía creer lo que acaba de escuchar, Sasuke seguramente estaba bromeando, pero.. al ver su rostro una vez, esa mirada tan fría, tan cruel, tan vacía como si viera a través de ella. Una pequeña grieta se había formado en su pecho, una sensación de desolación y olvido recorrió cada partícula de su cuerpo, como una electricidad que le quemara cada poro. Su cuerpo estaba al ras del fregadero de la cocina, si no estuviera allí seguro hubiera retrocedido más. El vaso que se había quebrado contra el suelo, había quedado de lado, ni ella noto que se cortó el pie y que sangraba cuando lo piso. El dolor en su corazón era mayor.
-Sasuke...-musito de la manera más triste, aun sin poder creer lo que acaba de escuchar.
No podía procesar sus palabras llenas de desamor y desinterés. Debía estar soñando, una horrible pesadilla que le había llevado al mismo infierno; nunca se sintió más sucia, la palabra mujerzuela era poco para cómo se sentía, en ese momento. Quizá era otra, un hombre que se parecía mucho al hombre que se entregó, aquel que le había permitido conocer todo de ella, que le había permitido formar parte de su vida y quedarse. Por el cual, el hombre por el cual había arriesgado un futuro con una vida tranquila y llena de felicidad.
Su corazón se terminó de romper y sus lágrimas salieron tristemente, tratando de mitigar la cruda realidad que estaba delante suyo. Todo esto cuando él..
Él
Sasuke Uchiha..
Se rio
Si, el maldito bastardo se estaba burlando de ella; solo era una pequeña sonrisa, pero estaba llena de burla y de superioridad, haciéndola sentir como el ser más ingenuo e insignificante de todo el mundo. Su mirada cristalina y empapada que se había apartado volvió a mirarlo, buscando quizá que hubiera escuchado o todo sea una mentira. Sin embargo, no fue así. Sasuke estaba allí, delante suyo; incapaz de demostrar algún tipo de compasión, al deplorable estado en que sus frías palabras la habían dejado.
-dentro de cinco días regresare, todo deberá estar listo entonces.. regresaremos a Konoha.
Ella se tuvo que sostener ante sus palabras, ¿Qué acaba de escuchar?. Lo vio voltear, seguramente se iría como había estado haciendo.
-¡espera!- dejando atrás su dolor y su orgullo, lo sostuvo de su único brazo. Necesitaba saber- No te entiendo.. yo pensé...- susurro tan insegura
-¡Que pensaste!- ella retrocedió cuando lo escucho gritar y voltear abruptamente, haciendo a un lado su agarre, dejándole en claro que no quería su contacto- dime Hinata que pensaste- se burló y la miro directo a los ojos- Que me quedaría contigo...-ironizo
Sus palabras acompañadas con esa mirada tan vacía, la atravesaron.
-yo pensé.. no entiendo... entonces.. ¿Qué soy para ti..?- su voz confundida y llena de dudas sonó.
-¿tu? Mhp -rio
Solo fue breve el silencio entre cada palabra y la respuesta. La mirada aperlada busco la mirada la suya, pero su rostro se desfiguro al escuchar:
- nada
-¿Qué..?- se llevó una mano a la boca y volvió a retroceder
-¿Que querías escuchar Hinata?.. nunca dije que me quedaría contigo- una vez mas esta su frialdad plasmada en cada letra
-pero.. tu.. yo... no puede ser verdad... ¡estas mintiendo!..¡¿Por qué lo haces?!- reclamo.
Hinata no solo tenía el corazón hecho pedazos, estaba exaltada, ofendida y muy herida. Ni siquiera Sasuke la reconoció, estaba tiritando por la rabia e indignación, tanto que salían de cada poro de la bondadosa peliazul.
-¡Mientes!...¡¿Por qué lo haces...?!.-una vez más su voz sonó desesperada
-No miento..es la verdad- su voz firme y fría la hizo retroceder- nadie se enterara si es lo que te preocupa- dijo él bastardo
-no..-contesto bajo, derrotada
-lo que paso entre nosotros no cambia las cosas... tú sigues siendo una mujer comprometida
-pero nosotros.. nosotros hicimos..
-Mhp..- se rio y su corazón de ella volvió a doler- Yo soy un hombre.. sabes lo difícil que es un exilio de un año, sin probar el cuerpo de una mujer
Cada palabra, cada maldita palabra resonó tan despacio como el aleteo de una mariposa. Hinata se llevó una mano al corazón, podía sentirlo..
«Mi corazón»
Podía sentir cada latido, como si estuviera golpeando una carne dura sin vida. Su mirada se volvió más temblorosa, sus lágrimas salieron y el aire en sus pulmones se acababa.
¿Qué acaba de pasar?¿Sasuke se burló de ella y ahora la está votando como cualquier trapo viejo?
La falta de aire dentro de ella, casi la hace caer. Las preguntas surgieron:
¿Porque?, ¿Por qué le estaba pasando a ella?. Si se entregó con tanto amor, si fue Sasuke quien le había insistido en tener algo, si fue el quien implícitamente le había pedido arriesgar todo por esa relación clandestina y ahora la votaba como cualquier cosa.
¿Dónde estaba el hombre al que se entregó?¿Dónde estaba aquel hombre que la besaba mientras ella dormir?¿Dónde estaba aquel hombre que le sonreía?¿Dónde está aquel hombre que la acaricia con dulzura?¿Dónde estaba aquel hombre con él que fue a jugar con los niños? ¡¿Dónde estaba, por dios?!.. ¿Dónde estaba él?
Él..
Su Sasuke..
Lo volvió a ver, desconociéndolo por primera vez. Lo vio directamente a los ojos, dándose cuenta de que el hombre con el que compartió su lecho los últimos meses, no era el hombre por el que había arriesgado todo.
¿Quién era?
El hombre alto y fuerte, con erguida postura era un extraño; viéndola como si ella fuera cualquier mujer. Su mirada negra penetrante la estaba llevando hasta la miseria más profunda. Cuando él volteo, ella vio su espalda; jamás pareció tan ancha y tan impenetrable.
¿Por qué no la miraba?¿tan poco valía para qué no la mirara?
Quizá fue su amor y todo lo que sentía por él, pero su cuerpo reacciono solo cuando Sasuke intento cruzar el umbral de la puerta. No podía ser más humillante.
-Deja ya de humillarte... ¡esto es patético!- se soltó del suave agarre de la rota chica- ¿Por qué las mujeres siempre tienen que ser así?.. Siempre humillándose y profesando esas estupideces del amor... ¡ahg!. No hay duda...
Él volteo apenas, mirandola directamente a los ojos y ella lloraba.
-¡Todas ustedes son un maldito fastidio!
No hacía falta escuchar más, sus potentes palabras hicieron que su frágil corazón se detuviera y se partiera en dos; su rostro palideció y más que tristeza era horror por lo que acababa de escuchar. La poca fuerza que le quedaba para mantenerse en pie se desvaneció, cayó al suelo sin quitar su mirada en él. Sasuke la seguía mirando desde la altura, erguido, orgulloso y frio. El momento en él que le volvió a dar la espalda fue tan lento, era como si el tiempo fuera más lento apropósito, como para prolongar su humillación. Cuando salió de la casa, ella termino por tumbarse al suelo, para llorar su desdicha, su desgracia.
¿Ahora que iba pasar?¿Quién la recibiría así?¿Quién amaría a una mujer que se había entregado?.¿Qué pensaría Hanabi de ella?¿Que iba pasar con su clan, con su familia?¿Que iba a pensar las personas que depositaron sus esperanzas en ella?¿Que iba pensar Naruto..?
Si Naruto..
Su prometido..
El hombre al que prometió amar y volver para estar juntos por siempre. Ahora ¿Cómo lo vería a la cara?¿cómo vería a Sakura, la mujer más enamorada de Sasuke? ¿Cómo les diría todo?.
Su corazón de estar latiendo muy lento, comenzó a latir tan rápido como si se le fuera a salir por el pecho; en su desesperación se llevó amabas manos a la cabeza, negando una y otra vez lo que pasaba, llorando lo más alto posible, sin importarle que alguien la escuchara. Quería desaparecer, que la tierra se la tragara y que nadie la viera; quería despertar, que todo fuera un sueño: verse en aldea al lado de su familia y de Naruto; retroceder el tiempo y rechazar la oferta de Naruto; rogaba no haber soltado la mano del noble rubio y seguir a su lado. Tantas cosas, sentía que su cabeza le iba explotar, su desesperación y su corazon roto la estaban llevando al borde de la locura. No, estaba más que el borde..
Ella estaba a punto de saltar y de pensar que mejor no hubiera existido.
Su cuerpo le empezó a picar: su cuello, sus pechos, sus piernas, su intimidad, todo, absolutamente todo. Cada centímetro de su cuerpo, en cada poro estaban grabadas sus caricias, sus besos, sus susurros. Aun podía sentir su aliento cálido chocando con su piel, erizándola. Aun podía sentir las yemas de Sasuke tocando su piel. Aun podía sentir sus labios besándola y haciéndola estremecer. Aun podía sentirlo dentro de ella y todo eso: la hizo sentir sucia y miserable. No se reconoció, cuando su puso de pie rápidamente para encerrarse en el baño; necesitaba asearse, quitar cada sensación, olor y marca que el Uchiha había dejado. Parecía estúpido, pero ella se sentía tan sucia; como si no se hubiera bañado en días. Abrió la llave del grifo, no espero que la tina se llenara; se metió sin desnudarse, solo quería refregar su cuerpo, con fuerza, sin importarle el daño que pudiera causarse. La sensación que le daban sus yemas al refregar su piel no era suficiente. El agua empezó a rebalsar, pero no apago el grifo, con sus uñas comenzó a "quitarse" las sensaciones invisibles de aquel mal hombre. Seguía, seguía, su piel se volvió roja producto de la fricción y cuando salió algo de sangre ella se detuvo. Apago el grifo, el agua se calmó dejando ver su reflejo; su mano golpeo el agua una y otra vez; ella no deseaba verse, no deseaba ver en lo que se había convertido, en lo que había hecho.
¿Estaba a punto de arriesgar todo por un miserable que no valía la pena? ¿Acaso estaba demente?
Si bien el amor nos cegaba, se sintió tonta por no verlo visto como era: una persona malvada, incapaz de sentir algo por alguna persona.
-Me siento sucia... porque- musito
La suciedad no estaba en su cuerpo, estaba en su alma y en su conciencia.
-por..que me hiciste esto...Sa..suke-
¿Acaso merecía que le hicieran eso?
Nadie se merecía, pero
¿Sasuke alguna vez le prometió algo?
La respuesta era simple: No.
¿Acaso se había equivocado?
Era lo más probable, pero ella lo sintió; pudo sentir el amor implícito entre ambos. Cuando la besaba, la tocaba, cuando le hacia el amor. Todo eso estaba en aire, el amor se sentía en el ambiente, cuando hablaban, cuando se bañaban o dormían juntos. Él nunca le dijo "te amo", pero provocaba en ella sensaciones tan puras y se conformó con eso. Solo eso bastaba para ella, no hacía falta palabras, ni más. Ahora se daba cuenta, que
Estaba equivocada.
Se conformó con tan poco de su parte y salió herida.
Dentro de la bañera se abrazó, sus ojos le ardían había llorado lo suficiente y ahora se arrepentía. Sintió mucha lastima de sí misma y de lo pecadora que era. Se arrepentía de haberse entregado a un hombre que no debía, a uno que apenas conocía, a uno que nunca le dijo un "te amo".
De que servía ahora, si las cosas ya estaban hechas.
Aceptar su pecado y la culpa fueron las sensaciones más horribles que Hinata había sentido, quizá solo comparada con la muerte de su madre o Neji. Un vacío que jamás pensó sentir se posó en su pecho, la desolación era una caída libre desde cielo y la culpa era las decenas de dedos apuntándola hacia ella.
Y ella... ¿Por qué arriesgo todo por él?
Estaba tan enamorada... jodidamente enamorada; como nunca lo había estado. Amaba a Sasuke como jamás amo, pero le dolía y el verdadero amor no duele..o ¿quizás sí?.
«Es un castigo» pensó
Quizá lo era, ahora estaba sola y tenía que enfrentar lo que se venía.
.
Día 365
Había sido la decisión más difícil que había tomado, pero era lo mejor. Solo habían pasado cinco días, era hora de regresar pero él no quería. Se detuvo a pocos metros de la casa, por primera vez después de tanto tiempo, no quiera entrar; ese breve flaqueo lo llevo hasta su infancia; aquella fatídica noche donde marco su vida y la de su familia, donde se decía:
¡Muévete..!
Ante el horror que había visto en la calles y la esperanza de encontrar aun a su familia.
Él hubiera podido enfrentar todo, absolutamente todo por ella; pero Hinata no era cualquier persona y su prometido tampoco lo era. Se maldijo a sí mismo, maldijo su destino y la horrible vida que le había tocado. Perdió a sus padres, a su hermano y ahora estaba perdiendo a la única mujer que amaba, pero era lo mejor. Naruto, su amigo; no se merecía eso, que él llegara y le dijera:
«Me quedare con Hinata»
Era consciente de que Naruto amaba a Hinata, de sus sentimientos y aun así, no respeto la promesa que tuvieron. Le debía tanto a él, además lo quería, no iba a poder soportar el rostro de decepción que tendría cuando se enterara de todo. Su amistad ya de por si estaba en la basura, pero en su egoísmo quería pensar que no era así; que Naruto lo iba a volver a perdonar y que se haría a un lado.
«Absurdo»
Definitivamente era absurdo, pensar de esa manera, pero no quería perderlo. Él no era solo su amigo, era su hermano ¡por dios!.
Luego estaba ella: Hinata.. la primera mujer que deseo que las cosas hubieran sido diferentes. La amaba tanto, pero no se la merecía y por más años que pasaran nunca se la iba merecer. Él era un bastardo desalmado que intento matar a medio mundo y ella..
Era un ángel.
Un ser tan puro y bueno, que emanaba tanto amor a su paso. El ser que fue capaz de hacerlo sonreír, que fue capaz que jugara con niños ¡por dios!. Maldito sea el destino que no los cruzo antes, maldito sea por no haberla notado antes y mil veces maldito por haberla cruzado en el camino de su amigo del alma. Si bien los ideales de su hermano eran cosa sagrada, le importaba una mierda lo que dijeran de él, no le importaría pero a ella..
A ella si...
No iba poder soportar los comentarios que seguro salieran de esa gente fastidiosa e entrometida. No iba soportar que la llamaran infiel o zorra, eso ¡jamás!; se agarraría a golpes si fuera necesario. Sabía que Hinata le iba soler soportarlos no lo de gente desconocida, también de su propia familia y clan, de sus amigos; era simple: no lo merecía. Si bien ambos eran responsables, él había sido quien había provocado gran parte de lo que paso, fue el quien no se conformó con solo mirarla, paso a tocarla sutilmente para luego reclamar un lugar entre sus piernas. No empezaron con el pie derecho, las cosas estaban hechas y a pesar de todo el daño implícito que habían provocado, el amor y todo lo que vivieron en esa pequeña casa que estaba delante suyo seria: el recuerdo más hermoso de su vida. Aquellos días inmemorables se quedaran en su memoria hasta cuando muera, recordara siempre cuando la beso un día de otoño y no olvidara jamás cuando ella lo dijo que lo amaba.
«Te amo Sasuke-kun»
Recordará el tono de su voz y cuando se lo dijo, será una tortura pero tenía grabado cada: gesto, atención, sus besos, su piel, su cuerpo, sus gemidos y todos sus sonrojos acompañados con sonrisas. Hinata se iba a volver en ese hermoso recuerdo de que:
"alguna vez lejos de konoha una mujer lo amo y que él también la amaba".
Pensó que iba ser fácil mentirle, era un gran mentiroso, pero fue más difícil de lo que planeo. Verla tan rota y miserable, le dolió mucho más que cualquier cosa en el mundo; darle a entender que lo que paso entre ellos y las veces que hicieron el amor no significaba nada fue tan duro. Incluso cuando ella lo tomo del brazo para que no se fuera, lo hizo dudar si estaba tomando la decisión correcta, pero lo supo cuando la vio llorosa y asustada.
"el amor no daña... el amor no duele"
A ella le dolía amarlo, él le estaba haciendo daño y no quería hacerlo. No quería que ella sufriera, ella merecía ser feliz, que le lleven flores, que la hagan sonreír; Hinata merecía eso y más, era consciente que él no podría dárselo. La estabilidad emocional era algo que él no podría darle, él no era como Naruto, capaz de perdonar y olvidar; hasta ese día él no olvidaba lo que le hicieron a su hermano, no era digno de ella, no quería condenarla a tener al lado a alguien tan inestable; por primera vez quería proteger una cosa:
A ella: Hinata... Su Hinata
Él cargaría con todo el peso de sus pecados, ya estaba decidido. No permitiría que ella llorara por alguien que no valía la pena, ahora era sabía que el sacrificio y la bondad eran suficientes incluso para detener una guerra; la salvaría de él.
Sus pasos se hicieron lentos, con la intención de estar un tiempo más allí, en ese lugar. Rogaba que todo estuviera listo, solo quería volver y borrarle la memoria. Era lo mejor, Hinata olvidaría de que alguna vez tuvieron algo y él viviría de por vida con lo que alguna vez vivieron. Renunciaría a Hinata para salvarla de una vida inestable y no perdería a Naruto, su amigo, su hermano.
Cada paso que daba hacia la puerta eran espinas en su pie, se detuvo cuando estuvo enfrente de esta; abrió la puerta despacio listo para recibir a una Hinata rota y lista para dirigirse al lugar de donde debieron nunca partir. Cuando analizo la escena su corazón se detuvo.
-¡mierda!- bufo y entro estrepitosamente- ¡Hinata!- llamo
Era en vano. Reviso toda la casa, salió de esta gritando su nombre frustrándose de recibir una respuesta.
Hinata, simplemente no estaba.
Volvió a la casa, necesitaba encontrar una pista. La tina del baño estaba con agua que olía mal, eso significaba que había estado tiempo allí; se frustro más y se fue a donde dormían, vio la ropa tirada de ella, estaba con algunas partes húmedas y olía a podrido; reviso donde guardaba sus cosas.
-¡maldición..¿dónde mierdas estas Hinata?!- alzo la voz
Su ropa y sus herramienta no estaba, el dinero que él reunía aún permanecía allí. El nivel de su frustración llego a un nivel extremo al darse cuenta de lo evidente:
Hinata se había ido el mismo día que la dejo, que se dirigía a Konoha para enfrentar todo sola.
-¡mierda!- renegó al darse cuenta de lo obvio
Salió de la casa rumbo a la única persona que podía saber algo. Ahora ¿de que servía, su sacrificio si ella iba enfrentar todo? ¿De que servía la estupidez de alejarla, si Hinata pasaría el suplicio que trato de evitar?
.
Hace cinco días
-¡Hinata-san, que sorpresa!
La sonrisa en su rostro se desvaneció al ver el roto semblante de la joven.
-¡Que le paso Hinata-san... alguien le hizo daño.!- grito con desespero- ¡si alguien se atrevió yo seria..
-Sotemaru-san.. yo..- ni siquiera podía controlar su voz temblorosa- necesito que me ayude- musito
-¡Que le paso..Hinata-san yo..!
Ella lo interrumpió y me menos de diez minutos, el noble hombre y ella estaban sentados en la vieja carreta para irse rumbo a la cordillera que él conocía perfectamente. No quería preguntar, pero bastaba con verla tan quebrada para deducir lo que le había pasado. Su primera impresión fue que le habían hecho daño, pero al escucharla hablar y decirle que la ayudara a llegar a un lugar, supo que estaba huyendo y no era difícil saber de quien se trataba. El joven maestro se había enamorado de la bella peliazul, pero sabía que lejos estaba la probabilidad de que sus sentimientos sean correspondidos, aunque se sintió orgulloso de que confiara tanto en él para pedirle ayuda. Le ofreció una capa para contener el frio, no quiso preguntar los raspones de su cuerpo y sus ojos rojos. El invierno era implacable y el camino seguramente era peligroso, pero no importo; la llevaría donde ella le dijera.
Fueron tres días de un viaje frio y silencioso, fueron siete días donde respeto su llanto inaudible y su intimidad. Le dolía verla tan quebrada.
¿Dónde estaba esa Hinata que resplandecía? ¿Dónde estaba esa dulce chica con rubores en el rostro?
Había tantas preguntas y todas sin contestar, le dolía que la mirada de la joven parecía muerta y nublada, que a veces mirara al frente pero su mente estuviera en otro lado. Sin que Hinata se diera cuenta, cuando miraba sus lágrimas salían amargamente de sus ojos, pero ella parecía no sentirlo, como si no estuviera allí. Como si su cuerpo fuera una vasija vacia y su alma no estuviera con ella.
Durante esos días en que solo se detenían para comer, se cuestionó mucho si estaba bien llevarla cerca de allí. Se decía mucho de esas impenetrables montañas, historias de gente vieja que hablaba que más allá de ellas, existía un mundo muy diferente y feroz que donde se vivía. Sotemaru solía mirar de vez en cuando a Hinata, preguntándose si había oído mal cuando ella le dijo hacia donde iban. Nunca había conocido a alguien que haya querido ir o que hayan vuelto para contar su historia, pero si conocían a personas que nunca regresaron. Su vieja carreta se detuvo en el pueblo más cercano hacia inhóspito lugar, su caballo no podía ir más allá ya que el camino lo asustaba.
-muchas gracias Sotemaru-san... no sabe cuan agradecida que estoy por este gesto- dio una reverencia, era lo apropiado.
-por favor tome esto.. no es mucho..- saco de entre sus prendas un fajón de billetes
-no... claro que no..- se nego presurosa- esto es demasiado. Usted ha hecho mucho por mi además..
-por favor acéptelo.. usted lo necesita más que yo- afirmo, mientras la tomaba de la mano para que no le devolviera el dinero.
Hinata miro la suma entre sus manos, se mordió los labios. Era un viaje largo, aun le faltaba unos dias para cruzar las montaña, iba a necesitar víveres y muchas cosas. Asi que termino por aceptar.
-muchas gracias..- dio una reverencia
Hubo una breve pausa, ya no podía contenerse. Saber que Hinata se iba y no volver a verla era una idea inconcebible. Debía intentarlo una vez mas.
-Hinata-san.. No es necesario que me aclare muchas cosas.. pero si usted me pide que..- apretó los puños-.. que huya con usted ¡yo lo hare!- alzo la voz enérgicamente
Ella se irguió de inmediato ante las palabras, su aliento fue lento al ver la sinceridad plasmada en su rostro. Se parecía tanto a Naruto, incluso en eso.
-yo.. no- trato de decir
-Yo sé que Sasuke-san no es su hermano- volteo su mirada con algo de vergüenza al revelar la verdad.
Hinata retrocedió y palideció. ¿Cómo se enteró?
-perdón por no decirlo antes, pero.. usted..- apretó los puños al recordarlo- quería ir a visitarla.. yo vi cómo se besaban.. pero usted.. usted se miraba tan feliz y él.. él también parecía muy enamorado de usted
«muy enamorado.. si claro» pensó con ironía y dolor
- Sotemaru-san yo..
-solo contésteme una pregunta- él la vio con ruego y ella asintió- ¿Cuándo la conocí, usted con él eran pareja.. verdad?
Ella negó con vergüenza, tanto que no pudo mirarlo. Su cuerpo volvió a pesarle producto de la culpa, estaba dispuesta a despedirse, pero sintió que unos fuertes brazos la abrazaban. Sus ojos se aguaron una vez más, al sentir como Sotemaru, el noble sensei la abrazaba con si quisiera protegerla de todos.
-¡no me importa lo que haya pasado entre ustedes!- afirmo y la aparto sin soltarla- ¡no me importa tu pasado.. yo.. yo quiero estar contigo porque te amo!
-sotemaru-san..- musito sorprendida
-¡huyamos!..¡lejos de todos de él.. le prometo que jamás nos encontrara.. yo la hare feliz.. la protegeré de él y de quien sea!- afirmo, colocando todas sus esperanzas en cada palabra de su confesión
Alguien la amaba, ¿lo merecía?. Ella sentía que no merecía el amor de nadie y menos de este humilde joven que nunca le mintió. Hinata tomo distancia para colocar una de sus manos en la mejilla de él, le sonrió.
-es un gran hombre Sotemaru-san... jamás lo olvidare- musito
Sus miradas de encontraron, la mirada de ella no dejaba de temblar y de llorar y él...
-Hinata-san yo..- fue silenciado cuando el dedo la joven se puso en sus labios.
-usted merece a alguien mejor.. alguien lo ame con la misma intensidad.. que lo respete y que nunca suelte su mano. Yo... yo no soy digna de usted.. ni de nadie...- las ultimas frases fueron tan despectivas que él lo noto.
Sin embargo, a pesar de eso. Sotemaru solo podía sentir admiración por la frágil mujer, aceptar quien es realmente es algo muy valioso.
-me apena no poder despedirme de los niños... pero es mejor asi... usted debe olvidar...
-pero..
-Sus sentimientos no tienen precio.. espero que encuentre a alguien que los merezca y los valore... usted vale mucho.. tanto que creo que lo desconoce.. en cambio yo.. yo no valgo nada- su palma dejo la mejilla del sensei pero él la volvió a sostener.
-¡no es así Hinata-san.. usted vale mucho también.. lo que ha hecho con los niños.. tanta bondad.. tanto sacrificio... no se lo he visto a nadie!- recalco
-usted no conoce nada de mi...
-nuestros errores no tienen por qué definir nuestro futuro.. Hinata-san yo..
Estaba tan cerca de ella, quería besarla y conservar ese recuerdo de ambos.
-No lo haga...- lo detuvo y tomo más distancia- Sus besos solo deben ser para la persona que tome su mano... de verdad... desde el fondo de mi corazón deseo que la encuentre...- su voz sincera lo conmovió. Ella se separó más, llegaba la hora- Adiós Sotemaru-san, espero que sea muy feliz..
Él no dijo nada, solo atino a sonreír mientras sus ojos se cristalizaban. Su corazón dolió mucho cuando la vio desaparecer a la distancia. Ella se había ido y quizá nunca más la volvería a ver.
.
Había pasado cerca de una semana. El viaje se había tornado sumamente difícil, ahora estaba yendo sola rumbo a si destino o quizá su castigo. Después de aquella noche donde él se marchó, dejándola sola y humillada tomo la decisión que definiría su futuro. Son esas decisiones que nos definen de por vida, pero por difícil que fuera ella estaba dispuesta en aceptarla. Después de llorar tanto y de hacerse laceraciones en la piel; fue consiente de la magnitud de la situación "Sasuke no la amaba y nunca lo hizo", debía asumir las consecuencias de sus actos y dejar ir todo lo que paso entre ellos. No iba a vivir con recuerdo "bello" que la atormentara, ahora, trataría de olvidar y continuar. Si bien nuestros pecados no tienen por qué definir nuestro futuro, Hinata estaba dispuesta a cargar todo en silencio. Su clan, Naruto, sus amigos y todo Konoha, estarían apuntándola, señalándola como la mala mujer; ocultarlo ¡jamás!, no viviría una mentira, ya no haría lo era mejor para todos. Su clan le había enseñado que el silencio y la mesura siempre fue lo mejor, durante toda su vida decidieron su vida y que es lo que debería de hacer, incluso cuando todo se tornó un infierno, él decidió por ella.
¿Quién se creía?
Como iba continuar como si nada hubiera pasado, olvidar lo que ambos pasaron y seguir con sus iniciales planes; debía ser una locura.
Ya se cumplía cerca de una semana, cada paso que la acercaba más a Konoha podía escucharlo. Era como un réquiem hacia un juicio donde la iban a condenar de por vida. Su decisión ya estaba tomada:
"le diría toda la verdad a Naruto y su padre, rompería el compromiso y aceptaría el castigo"
No huiría, enfrentaría todo como lo que era: una valiente mujer. Esto iba más allá de todo lo que alguna vez fue, más allá del camino ninja que había tomado; no, esto era diferente.
Necesitaba descansar, había caminado por cuatro días. Encontrar el camino inicial para retornar le había sido más difícil; había optado por tomar una ruta diferente para despistar a Sasuke; estaba casi segura que iría tras ella y la obligaría a seguir sus planes. Le dolía la cabeza y casi ya no le quedaban fuerzas para mantenerse en pie, pero no podía rendirse, no ahora; debía continuar y tomar distancia de lo que alguna vez llamo "su hogar".
Solo estaba de paso, en el pueblo. Sin embargo, un objeto llamo su atención y detuvo su andar.
«Hinata-chan.. toma esto..»
Una grulla de papel colgaba de un stand. Como olvidar cuando en su primera cita, luego de comer ramen con Naruto , él la llevo hasta una pequeña tienda donde compro un hermosa grulla de papel, tal como era..
-esa...- termino por decir mientras abría los ojos.
Su triste mirada no dejaba de contemplar de grulla colgada con el fino hilo.
«Ya no podré volver a ver su sonrisa..»
-no la merezco..- su voz sonó muy triste.
Sus palabras se las llevo el viento frio que ondeo su cabello; tentada por el feliz recuerdo, su mano se aproximó a acariciar, sonrió al darse cuenta que era el mismo fino papel. Su alama estaba rota, tanto que ni siquiera sabía: cómo se mantenía en pie.
«Te amo Hinata-chan...»
«Te amo..»
¿Por qué lo olvido...?
La voz de Naruto comenzó a resonar en su mente como: la música más triste hecha por un koto.
-Naru...
-Disculpe- una áspera y vieja voz la saco de sus pensamientos- ¿Desea comprar algo?
La dueña del humilde negocio le pregunto, ella solo negó. Hinata tenía tantas ganas de llorar, de gritar su pena aún más, pero no podía; no lo merecía, su pena y vergüenza seria una penitencia dolorosa.
-por favor tome...- dijo la humilde mujer
Hinata observo como la anciana descolgó la grulla, con las manos temblorosas y arrugadas se lo ofreció con una sonrisa.
- Yo no..
- por favor acéptelo- la interrumpió y puso el pequeño adorno entre sus manos
-pero..
-no se preocupe, es un obsequio- sonrió como la abuela más tierna de la tierra.
-yo...-dudo- muchas gracias...- lo tomo con delicadeza y dio una efusiva reverencia.
Amenazaba con llorar, pero lo haría. Ver la bondad en la pobre señora, le hizo darse cuenta que por más crudo que sea su destino, debe seguir luchando y sonreír porque todo mejorara. Porque al ver ese pequeño obsequio entre sus manos, fue la señal. La pobreza de la anciana no impidió que se lo regalara, la precariedad de los niños de la aldea no le impedía seguir soñando por un futuro mejor y el amor puro de Sotemaru fue el impulso para volver a profesar sus sentimientos a alguien que no le correspondía. Siempre hay una luz al final del túnel y esta era una señal. Entonces ella sonrió, sonrió y se alejó del humilde negocio con una nueva sensación en el pecho.
«Esperanza»
Era lo que ella necesitaba.
-hola belleza...
Una voz bizarra la detuvo, volvió a prestar atención al camino y se dio cuenta que 3 grandes hombres se acercaban. También noto que dos más se acercaban por detrás. El grupo tenía una apariencia bastante intimidante y asquerosa; Hinata se sorprendió cuando vio como la gente del pequeño pueblo se ocultaba en sus casas. Nadie la ayudaría.
-que hace una belleza como tú en este lugar..- volvió a decir el más grande, parecía el líder.
-No la asustes...- sonrió otro mostrando sus amarillos dientes
Esto provocó que los demás se rieran. Sus macabros sonidos la rodearon. Se sentía atrapada.
-sabes que en estos lugares hay mucha gente mala pequeña- se burló- no deberías estar sola por aquí...-ironizo
-no quiero problemas..- se apresuró a decir con voz firme.
-eres muy bonita...- otro se acercó y tomo un mechón de su cabello- hueles delicioso...-dijo mientras aspiraba de manera sátira- me pregunto que tendrás de delicioso
Esta última palabra soltada con tanta maldad desfiguro el rostro de la triste joven. Su mirada los vio a cada uno, era evidente lo que pretendía hacer con ella. Quizá no iba a poder con todos, pero iba a defender y tratar de conservar la poca honra que le quedaba. Saco un kunai que estaba entre su capa, ellos no lo notaron puesto que la prenda larga hasta casi los pies cubría sus movimientos.
-¡vamos!...-ordeno- Quiero mostrarte algo..
Un sujeto por la espalda la tomo del brazo, ella estaba lista para defenderse y entonces...
El tiempo se volvió lento. Los hombres que estaban detrás de ella la empujaron, para abalanzarse sobre un hombre conocido. Su mirada asustada vio como cada uno de los cuerpos era golpeado sin mesura, la sangre empezó a bullir y cuando su mirada logro ver de quien se trataba, su corazón se detuvo..
«Era Sasuke»
Estaba enfurecido, fuera de sí; como si la intención de matarlos fuera poca. Retrocedió un paso cuando el rostro de energúmeno Uchiha se tiño con hilo de sangre, producto de uno de los agonizantes malhechores.
-¿como.. como me encontró?- musito y él no lo hoyo
-¡vuelve a tocarla y te mato bastardo!- le grito al que la toco.
Él no pudo oírlo, estaba inconsciente y con rostro ensangrentado. Cuando termino de masacrarlo, se puso de pie con el rostro lleno de maldad como en aquellos años donde disfrutaba matar. Hinata lo desconoció, ni cuando la humillo lucia tan diferente.
Estaba asustada, mucho y cuando él, se disponía a tomar distancia de la pila de cuerpos ella corrió. La escucho llamarla, gritar su nombre pero no hizo caso. Necesita huir, no quería que le hablara y mucho menos que la tocara; seguro que iba a obligarla a continuar con ese asqueroso plan, simplemente no podía.
Todo alrededor estaba tirado o roto, no le importo irrumpir a mitad de la tarde para hacerle unas preguntas. La sinceridad siempre fue parte de sus principios y no sabía como mentir.
Cuando el llego a su casa, arrinconándolo contra la pared para luego golpearlo; solo opto por la mejor opción: guardar silencio y resistir todos los golpes.
-¡¿Dónde esta?!..¡responde!- ordeno con desesperación y frustracion
La iracunda mirada del Uchiha estaba puesto en el rostro desfigurado rostro, él se resistía hablar y no fue difícil deducir que así lo matara no diría nada.
-no la merecías...- le sonrió agonizante-.. nunca la mereciste..- dijo sin miedo y con algo de dolor.
Sus sinceras palabras lo trastornaron más, llevándolo a un laberinto enorme con muchas entradas y ninguna salida.
La inconciencia llego al joven sensei, sus parpados cerraron y entonces Sasuke supo que había perdido. El hombre que estaba en sus pies inconsciente no le diría nada, ¿Qué objeto tenia matarlo?. Darse cuenta que la voluntad del magullado hombre era muy fuerte, lo frustro más.
«¿Dónde estaba Hinata?»
El bosque seco y cubierto de nieve debería ser su escondite o eso pensaba. Sus pasos trataban de ser los agiles y rápidos posibles, sus pisadas se hundían en la nieve que estaba en suelo, las ramas le impedían ver hacia donde iba, pero no importaba, solo necesitaba alejarse lo más posible.
-¡Hinata!
La voz grave de él se perdió en el lugar, estaba lejos pero para ella estaba muy cerca, como susurrándole en el oído. Necesita huir, alejarse lo suficiente, no quería volver a verlo. Su cuerpo desesperado y tembloroso se movía al compás de un resonante corazón. Su respiración inconstante le daba una sensación de agotamiento, pero su impulso de alejarse del intimidante hombre era mayor. Ella corría, corría, apartando ramas y tratando de caer por la profundidad de nieve en el suelo.
A pesar de ser de noche y de las difíciles condiciones climáticas, su mirada negra y llena de rabia estaba puesta en ella. La miraba correr, se sintió un imbécil al darse cuenta que estaba corriendo tras ella. Necesitaba detenerla, necesitaba tocarla aunque sea una vez. Cuando salió de la casa de Sotemaru, miles de ideas circularon en su mente, pero solo una tenía sentido y se acercaba a la realidad:
"Hinata volvería a Konoha"
Pero ¿por dónde regresaría?
Casi guiado por un presentimiento, decidió ir al pequeño pueblo por donde habían pasado. Y la encontró, allí parada junto a un stand sonriendo tristemente a una anciana; se detuvo, lucia tan triste. Ya le había hecho daño, ahora estaba allí una vez imponiendo su presencia y estaba seguro que ella no lo quería. Alejarse de ella era sumamente difícil, era como renunciar a una parte tan íntima, una que estaba oculta en sus fibras más sensibles, una que lo hizo sonreír, sonrojarse y desear que todo hubiera sido diferente. Una parte que solo él conocía, una egoísta que soñó con quedarse con ella y no regresar a Konoha nunca más. Su ilusión estaba demasiado lejos de la realidad, debía enfrentar sus pecados y las consecuencias de sus actos.
-¡Hinataaaa!- llamo con voz iracunda
Ella ya casi podía sentirlo cerca, pero no volteo. Quería seguir alejarse, su corazón retumbaba y entonces sintió un fuerte agarre que la hizo trastabillar.
-¡cálmate!..- le grito
Había logrado someterla, haciéndola caer al suelo y colocarse encima de ella. Sin embargo, a pesar de tener los factores en contra ella no dejo de luchar. Lo manoteo, le araño el rostro y trata de removerse para quitárselo de encima. Si bien la abrupta caída la descoloco unos segundos, se recuperó.
-¡ahg.. mierda!- se quejó al sentir un rodillazo en sus partes bajas
Sasuke se descompuso un momento, se encogió de dolor y trato de sentarse, pero no menguo las ganas que tenía que ella se calmara. Volvió a tomarla del brazo controlando el dolor en su entrepierna, ella fue hábil al zafarse y cuando lo hizo, le dio con una patada en rostro haciendo que su nariz sangrara; él la desconoció, Hinata tenia se defendía como el animal más fiero y peligroso del mundo. La vio ponerse de pie a rastras y volver a correr.
-¡maldición!- bufo mientras apretaba los dientes, producto del punzante dolor en sus partes bajas.
Ella corrió más seguidos, su cabello se volaba producto de la rapidez de sus pasos.
¿Por qué la había seguido?¿qué es lo que quería de ella?
Decenas de preguntas aparecieron, pero quiso pensar en ello. Solo quería escapar de aquel hombre que alguna vez dijo que amo. Las fuerzas se desvanecían, no sabía si él aun la seguía. Poso su espalda en un tronco grueso, necesitaba recuperar sus piernas por fin le fallaron y se sentó en la nieve.
-cal..cálmate Hinata- se dijo
Todo su cuerpo tiritaba, se cubrió el rostro con sus manos en un ataque de pánico. Estaba totalmente aterrada, ni siquiera sintió miedo a morir con Pain, pero Sasuke, lo que ahora provocaba en ella era: el terror más puro jamás sentido. Se abrazó a sí misma, necesita algún tipo de consuelo; sus piernas no le respondían, sus manos estaban heladas y no era producto del frio. Hinata miraba con horror como sus manos no dejaban de temblar, se sentía tan perdida y acorralada como: un conejo huyendo de un lobo. Tratando de recuperarse, se puso de pie apoyada por el gran tronco, cerró los ojos tratando de menguar su miedo mientras trataba de recuperar el aliento. Necesitaba seguir, no había dado ni un paso cuando vio a Sasuke a menos de un metro de ella; lucia tan fuera de sí. Su cuerpo tembló mas y retrocedió, su espalda volvió a chocar con el tronco y él la siguió hasta allí.
Hinata sentía que la mirada iracunda de Sasuke la analizaba, la observa desde el cabello más fino hasta la nieve en sus sandalias.
¿Qué era lo que quería?
Él se acercó más, acechándola, acorralándola; diciéndole con su mirada muchas cosas. Extendió su brazo para tocar el mechón de cabello, que cubría parte de su rostro y ella lo manoteo.
-¡no me toques!- le grito con desesperación y dolor
Él no dijo nada, pero no abandono su postura. Sus miradas se encontraron una vez más, le dolió tanto ver la desesperación y miedo plasmado en su rostro. Hinata no lo pudo ver, pero debajo de ese neutral semblante se encontraba un hombre que sufría y lo hacía por ella.
Sasuke no la reconoció, ¿Dónde estaba esa mirada llena de amor?¿Dónde estaban las cálidas sonrisa?. Él se había encargado de matar cada uno de esos detalles. Solo guardo silencio, su mirada llego hasta sus temblorosos; a pesar de la horrible tentación deseo probarlos por última vez, no estaba pensando con claridad. Se acercó y ella trato de huir, quería besarla y luego haría que ella olvidara.
-¡No quiero!- le grito
Ella evitaba a toda costa, que los labios de Sasuke tocaran su rostro. De manera muy hábil, pudo salir del aprisionamiento, no llego muy lejos; él la cogió del brazo, no midió su fuerza que Hinata término cayendo al suelo. Una pequeña piedra estaba oculta entre la nieve, cuando el cuerpo de ella cayo, la escondida piedra se estrelló directamente contra su ceja; la nieve se tiño de rojo producto de la profunda herida.
Aun así...
Él no se detuvo.
La volteo, le abrió las piernas y exigió un lugar entre ellas, Hinata aún no reacciona así que su mente divago por un breve momento. Estaba sangrando, medio inconsciente y él no se apiado. Tomo sus manos y las llevo sobre su cabeza, las aprisiono fuerte y la beso. Una gruesa y amarga lagrima resbalo por la mejilla, junto a un hilo de sangre que empezaba a brotar de los labios de ambos. En otro intento más por defenderse, le mordió la boca; aun así no se detuvo. La siguió besando aguantando todo el dolor que le provocaba los dientes de ella, el aire se le acabo y fue a devorar su cuello. Ella se volvió a remover, pero Sasuke era más alto y pesado, tenía una fuerza brutal.
-¡No quiero... por favor detente!- grito con la esperanza que alguien la oyera.
Le daba asco sentir el aliento en su cuello, sus besos en su piel eras repulsivos. Siguió luchando, pero cuando él le arranco una parte de su blusa, exponiendo parte de sus senos; dejo de hacerlo. Su rota mirada se posó en él..
Hinata había perdido...
Resignada a ser tomada a la fuerza, su mirada cayó de lado concentrándose en un viejo pino a pocos metros. Sus lágrimas salieron como cascadas y sus brazos quedaron extendidos como si de un ave muerta se tratara.
Entonces él se detuvo y observo con horror lo que había hecho.
-¿Qué más quieres tomar de mi Sasuke?- su apenas se escuchó.
Lo dijo sin verlo, había cerrado los ojos. Era un monstruo.
-¿tan poco... valgo para ti?..-pregunto despacio mientras lloraba tirada en la nieve- yo.. yo.. yo pensé que tú me querías...
«Que tu me querías..»
«Que tu me querías»
Esa agrupación de palabras, junto a una muerta voz lo trastornó. Se puso de pie, retrocediendo dándose cuenta por fin de la atrocidad que había hecho. Él que decía amar a Hinata más que nada en ese mundo, ahora estaba allí: sometiéndola a un acto tan bajo. La peliazul volteo despacio, su mirada muerta y llorosa lo traspaso, por primera vez después de mucho tiempo, pudo ver lo que era capaz de hacer.
Era un bastardo..
No solo tenía la ropa rasgada, tenía una ceja rota sangrante y la había dejado sin alma.
«¿Qué había hecho?»
Sus felices recuerdos llegaron a su mente, bombardeándolo haciendo que su cabeza doliera. Ya no estaba su sonrisa, ya no estaba sus sonrojos, no había nada. Ahora solo quedaba una Hinata vacía y marchita como una flor en invierno.
La peliazul se cubrió la desnudez expuesta con su capa, se puso de pie despacio con ánimos incluso de vivir. Nunca en su vida la habían humillado tanto. Le dio la espalda y con las piernas temblando comenzó a avanzar.
-Hinata...- dijo y tomo del brazo.
Su cuerpo estaba erguido, dándole la espalda y dejo de avanzar ante su agarre. Entonces él lo entendió: Si quería, podía violarla las veces que quisiera, pero solo iba a tener un cuerpo sin alma; ella.. su Hinata se había ido y el único culpable era él. la humillación que le había provocado habia alcanzado un nivel que nunca imagino.
Entonces la soltó...
Hinata volvió a retomar su camino, lento y cojeando de su pierna derecha; estaba tan adolorida. Sasuke no dejo de verla hasta que ella desapareció. Sus actos le avergonzaron tanto, sentía asco de haber nacido.
¿Por qué la daño...?
¿Por qué lo hizo, si supuestamente la dejaría?
-¡ahhhhhhhhhh!- grito a todo pulmón
Su frustración fue tanta que cayó al suelo, arrastrando su única mano con el suelo, provocándose daño y tiñendo la nieve de rojo. Era poco por lo que había hecho. Ahora sabía que todos los esfuerzos que había hecho Naruto fueron en vano: él nunca cambio, seguía siendo el mismo de siempre. El ser miserable capaz de dañar a las personas que supuestamente le importaban.
Hinata lo escucho gritar, pero siguió avanzando. Su mirada nublada "adornaba su rostro" acompañado por una lúgubre sombra de: una persona sin alma.
.
Habían pasado exactamente dos meses, desde aquel incidente. Hinata había cruzado las montañas con gran éxito, evito pedir ayuda a las personas del paso continuando su viaje. Su cabeza dolió demasiado y una sensación de vomito llego a su estómago, entonces noto que el chakra había vuelto; activo su Byakugan, agradeció que Sasuke no estuviera cerca. Cuando llego a la playa, no le quedó más remedio que volver a la casa entre los peñascos, hizo los sellos con sus manos pudiendo entrar, deseaba tanto descansar, pero se obligó a no hacerlo, tomo lo necesario del lugar y se marchó. Su mente no quería pensar mucho, no quería pensar en ese bruto que casi la viola.
Ella se acostó con él. Si.
Ella lo amo. Si.
Pero eso no le daba el derecho a tratarla como un animal, ni humillarla como si fuera un ser sin alma. Esa noche, en medio del bosque: Sasuke Uchiha había matado todos los sentimientos puros que le tenía y se encargó de enterrar el buen concepto que tenia de él.
-es un monstruo...
Se había entregado a un animal.
Casi no lloraba, dejo de hacerlo porque no lo valía. Cuando ella llego al desierto, hizo una breve parada en la pequeña aldea; tomando la arriesgada decisión de pasar una noche allí. Ya iban más de un mes, casi no dormía por no perder el tiempo y la poca comida que ingería había hecho que adelgazara. Ella no lo había notado, pero su estado físico era lamentable. Los aldeanos casi ni la reconocieron, pero la recibieron. Agradeció todas las atenciones y volvió a caminar, los pueblerinos le dieron unas gafas para que pueda seguir caminando contra la tormenta de arena. La infinita pared de fina arena no fue impedimento que ella avanzara, eran aproximadamente dos semanas allí, así que se apresuró. Volvió a activar su byakugan, Sasuke no estaba cerca y eso la tranquilizo.
Sonrió cuando el biotopo que tanto le gustaba comenzó a aparecer, el bosque espeso y lleno de vida le decían que faltaba poco. Ya habían pasado dos meses, durante las noches Hinata soñaba con Naruto y lo feliz que fue su corta relación. Siempre que soñaba con él, se despertaba con lágrimas en los ojos; deseaba tanto que nada hubiera pasado. Sin embargo, la ilusión de sus bellos sueños se esfumaban, era por las cicatrices que tenía en su cuerpo, aquellas que le decían que su pasado era real, que pasó y no podía cambiarlo. Se sentía tan débil, pero aun así se quedaba viendo el cielo durante las noches; esperando que apareciera un pájaro nocturno, deseaba tanto poder volar y ser libre. Más de una vez deseo haber muerto, que Neji siguiera vivo y ella en el lugar que tenía bajo la tierra.
Pero no podía..
Era hora de enfrentar su destino y las consecuencias de sus actos. Comenzó amar la noche y aceptar su dolor. Sus ojos estaban tan secos y el hambre no existía, incluso cuando trataba de azar una ardilla, no podía terminarla.
Después de mucho esfuerzo por fin lo vio, se detuvo a apreciarla un momento; no pudo evitar sonreír aliviada. A pocos metros estaba la puerta oeste de Konoha, ¡al fin había llegado!. Estaba tan débil y desanimada, pero no quería pensar en ello. Estaba dispuesta a seguir avanzando pero..
Se horriro al ver a Sasuke.
Le estaba sosteniendo el brazo con rudeza, su corazón volvió a latir rápidamente. Él tenía el ceño arrugado y con el sharigan activado, lucia muy peligroso.
¿Por qué ahora?
-tenemos que ha..
-¡Hinata-chan...!
«esa voz..»
Hinata llevo su mirada hacia donde provenía, su corazón se sobresaltó al reconocer de quien se trataba. Era...
-Naruto-kun- musito sorprendida y se llevó su mano libre al pecho.
Sasuke se sintió ofendido por la reacción de la joven, la soltó y ella avanzo, ignorando su cruda presencia. Hinata avanzaba lento y Naruto corría con lágrimas en los ojos. Estaba tan emocionado, tras él llegaba Shikamaru.
-¡Hinata-chan!- dijo y la tomo de la cintura para darle vuelta con la sonrisa plasmada en su rostro.
Ella no esperaba un recibimiento así, su corazón dolió mucho. Naruto termino de darle vuelta para besarla efusivamente, Hinata se sorprendió y lloro, cerró los ojos.
«Siempre debió ser así» pensó
La abrazo más y ella enrollo sus brazos en su cuello, no paraba de llorar.
Shikamaru negó por el efusivo recibimiento, se puso al costado de Sasuke.
-Que aburrido... Yo jamás hubiera esperado tanto por una mujer..- dijo despreocupado dirigiéndose a Sasuke- ¿ehm?
Shikamaru le pareció extraño la conducta de Sasuke, quien estaba caminado alejándose del lugar a paso lento, lucia algo tenso.
-Y a este.. ¿Qué le pasa?- se preguntó.
Después del largo beso, Naruto la aparto y abrazo con fuerza.
-Ya no llores mi Hinata-chan.- le dijo al sentirla temblar- ahora te quedaras conmigo para siempre...- comenzó a oler su cabello y la estrecho más- te extrañe tanto...
Todo lucia muy bello por fuera, pero ella estaba muriendo por dentro. Estaba descolocada y se sentí sucia.
-¿Qué te paso en la ceja?- le pregunto muy preocupado
-yo.. me golpee con algo- dijo tratando de controlar su nerviosismo
-¿Por qué estás tan delgada?
-yo..
-¡eso no importa Hinata-chan!¡ nada que un buen plato de ramen no curen!..¡vamos!- quiso tomarla de la mano pero ella no se dejo- ¿ehm? ¿Qué pasa?
Hinata escondia su miedo y su vergüenza.
-yo.. es que.. estoy muy agotada... quisiera irme a descansar..- su voz sonó con vergüenza
-ehmmm ¡tienes razón!.. bueno vamos te llevare a tu casa.
-Naruto..
-¿Qué pasa?
Shikamaru se despidió al darse cuenta de la intimidad que Hinata quería tener.
-mañana me gustaría hablar contigo... por favor no faltes al parque que está a las afueras del hospital...
Naruto frunció el ceño, ¿algo no estaba bien o era su imaginación?. El tono de voz tan serio de su parte, era algo atípico de ella.
«No.. es producto del cansancio»
.
Se sentía extraño dormir en la suavidad de su futon. Había tomado un largo baño, después de despedirse de Naruto se reportó con el Hokage, llego a su casa recibiendo un gran abrazo de su hermana, finalmente se dirigió hacia la habitación de su padre para saludarlo. Hinata podía sentir que Hiashi quería lastimarla con su mirada, pero había dejado de tener efecto en ella. Había una mirada que no iba a olvidar y la pertenecía al hombre que le destrozo la vida. Ya no había mucho que pensar, mañana le diría la verdad a Naruto y todo acabaría. Sus parpados se cerraron y una lágrima resbalo hasta mojar su almohada.
.
Los rollos de canela se habían caído al suelo, su cuerpo tiritaba una vez más y el semblante en su rostro reflejaba lo asustada que estaba. Su corazón latía y sus piernas amenazaban con fallarle. Delante de ella se encontraba un hombre avergonzado, lloroso y lleno de culpas que no podía verla a la cara.
-perdóname Hinata-chan
Naruto estaba con la nariz roja y con el rostro desencajado, debía decirle su error, el más grande del cual se arrepentía cada día. La vio asustada, llorosa y no pudo sentirse más miserable. Él le había fallado.
-Yo...- apretó los puños y volvió a bajar la mirada- sé lo que hice estuvo mal pero.. ¡te juro que no significo nada!- alzo la voz con desesperación para que le creyera- ¡ Yo te amo a ti Hinata.. Tu eres la mujer de mi vida... te lo juro!
Hinata se llevó sus manos a sus sienes y comenzó a negar erráticamente.
-¡No..!- grito- por favor.. no lo hagas- rogo con lágrimas en los ojos y Naruto se le partió el corazón.
Él quería arrodillarse, pedirle perdón como se debía. Le fallo y rompió su promesa al haberse acostado con la mujer que alguna vez Hinata llamo "amiga". La mirada aperlada estaba temblorosa, no podía permitir que Naruto se arrodillara si ella también había fallado.
-yo.. lo siento. No quiero ser grosera, pero no me siento bien..- su voz sono pausada y rota
-pero...
-No deseo hablar ahora..
-Hinata-chan yo
Él trato de tomarle el brazo y ella no se dejó. Le palmeo la mano y su contacto poco sutil le quemo. Naruto se quedó estático, no esperaba esa reacción, Hinata no deseaba su contacto. Al ver la decepción en el rostro del lloroso joven, hizo que se arrepintiera de su reacción.
-lo siento..- se disculpó y salió corrió
-¡Hinata-chan, espera!
Su corazón jamás había dolido tanto, ni con lo difícil que fue su niñez o las constantes humillaciones que sufría. Ahora sabía que la había perdido, su decepción era grande; puesto que creía que su amor era lo suficiente para sobrellevar su pecado. Creía ciegamente que Hinata lo perdonaría, que no soltaría su mano, pero no fue así.
-¿Qué es lo que hice?..- se dijo y se dejó caer de rodillas.
.
Estaba en medio del bosque llorando, sus fuerzas la habían abandonado; se tumbó al suelo para llorar su desgracia.
-¿Qué está pasando..? ¿Acaso estoy en.. una pesadilla?- sus lágrimas salían sin cesar y la sensación de desolación solo era comparado con la perdida de la muerte.
Quizá lo era, pero, lo que ella no sabía, es que el cruel destino solo estaba empezando. Lo peor estaba por pasar.
Continuara...
Bueno quizá me maten por este capítulo. XD
Sasuke había decidió renunciar a Hinata, porque sentía que ella no iba a poder con la carga. Tampoco quería perder a Naruto. La alejo de la manera más cruel posible, rompiéndole el corazón y sufrió. Él es consciente de lo inestable que es aun y no quiere condenarla a un destino de abandono y soledad.
Con respecto a Naruto-kun, creo que es obvio con quien se acostó. En el siguiente capítulo les revelare más detalles. Se arrepintió el muchacho puesto que está enamorado de Hinata, pero a veces las parejas son así, se creen que por tener algo seguro pueden permitirse equivocarse. La cuestión es que Naruto le haya sido infiel a Hinata no significa que sea mala persona, solo se equivocó, somos humanos no maquinas, mis amores. El ser humano es imperfecto.
Sé que me demore, pero sinceramente es algo difícil. Ahora trabajo de manera remota y podre actualizar esta historia y mi Obihina que también lo he descuidado.
Agradezco su paciencia y el interés por esta humilde historia.
Saludos
SkybluePetunia
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