Mi alma vacìa
Su mirada negra le recordó el acto de su pecado la noche, con mucho miedo bajo su mirada su cuerpo estaba completamente desnudo, sus ojos empezaron a empaparse de su vergüenza. Como un acto de pudor busco la tela suave y delgada de la sabana que estaba a un lado busco cubrir la desnudez de su cuerpo pero eso no fue lo peor: ver el hilo de sangre que estaba impregnado en su muslo izquierdo
Sasuke y ella...
No podía completar la idea. Su temor aumento y sus ojos no se contuvieron. Se paró abruptamente tapando un poco de su denudes, negaba, no podía creer lo que había hecho. Todo esto pasó en escasos segundos: que se levantara, viera su desnudez y procesara lo que había pasado, pero, para Hinata habían pasado más tiempo.
Comenzó a retroceder, hasta chocar contra la fría pared. Su desbocado le estaba quitando el aliento, se llevó una de sus manos hasta su cabeza negando, una y otra vez. La expresión de su rostro se desfiguro cuando vio que Sasuke se acercaba hacia ella, su cuerpo empezó a tiritar más fuerte, no quería que la tocara, no deseaba su contacto.
Ver su reacción fue algo que no esperaba, ver su temor plasmado el arrepentimiento en su rostro era un golpe bajo. La vio asustada, su cuerpo fue a parar hasta la pared llorando amargamente por lo que había pasado. Una sensación extraña llego hasta su alma, una que hace mucho no sentía. Se puso de pie, verla asustada, avergonzada y llorosa le dolió; ella no lo había aceptado del todo anoche y allí en su delante estaban las consecuencias.
Sasuke estiro su brazo. Él no se había dado cuenta de lo que hacía, era un acto inconsciente no propio de su persona, solo quería consolarla y aplacar esos sentimientos de ella; quería decirle que asumiría toda la responsabilidad, que era inocente pero como todo Uchiha no lo iba hacer. Hinata rehuía a su contacto, solo basto un simple roce de la única mano de Sasuke para que ella le diera un duro palmazo para que se alejara.
-¡no!..-grito llorosa
No paso mucho para que ella saliera corriendo encerrándose en el baño, Sasuke apretó el puente de la nariz, se arrastró el cabello y maldijo a todos. Su mirada oscura se fijó en la puerta, allí detrás estaba ella; la mujer que lo volvía loco y lo trastornaba. Endureció su mirada cuando escucho los sollozos ahogados de Hinata, por impulso se dirigió hasta el pequeño cuarto pero se detuvo cuando escucho:
«Que hice.... ¿Por qué.. Porque me pediste que viniera Naruto-kun?»
Su única mano se detuvo para girar la perilla, se sintió el hombre más imbécil del mundo. Sonrió burlándose de sí mismo, sintiéndose ingenuo por la tonta esperanza y escuchar allí parado tras la puerta escuchando un llanto por otro hombre. Escucho unos golpes, no hacía falta ser un genio para saber que Hinata estaba tan frustrada que comenzó a golpear el piso; ni siquiera él lo hacía.
Necesitaba quitarse su olor, aun podía sentir el aroma de la semilla del Uchiha, sintió asco de su ser. Se paró rápidamente para abrir la llave y llenar la gran tina de madera, no espero a que se llenara, se metió sin importar el volumen del agua. Comenzó a refregar su cuerpo sin miedo a lastimarse, sus uñas pasaron sin mesura sobre su piel mientras dejaba unas marcas rojas con su nívea piel y todo acompañado con una expresión de horror. Sus lágrimas caían sobre el agua clara, no supo cuánto tiempo estuvo de esa forma, se detuvo cuando vio que el agua comenzaba a rebalsarse de la tina; se vio obligada a cerrar la llave del agua. Todo estuvo en quietud con la excepción de las ultimas gotas que caían contra el piso, su alma atormentada le recordaba lo que había ocurrido: recordaba sus necesitadas caricias, sus besos hambrientos, su corazón desbocado contra el suyo, recordaba su mirada puesta en ella, su delicioso aliento, sus gemidos graves y roncos, su voz cuando la nombraba, sus húmedos besos sobre su cuerpo, su miembro duro y firme en su entrada, invadiéndola repetidamente; recordaba todo, absolutamente todo. Su llanto se hizo más sonoros, se abrazó sus piernas buscando consuelo pero lo fue suficiente, deseaba no seguir viva: la culpa y la vergüenza sentía que la mataba lentamente; sumergió su cabeza en el agua conteniendo solo un poco de oxígeno, deseaba que todo eso sea una pesadilla. Se había entregado al mejor amigo de su prometido, había traicionado los sentimientos puros de su querido Naruto-kun.
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-¡Hinata...Hinata!- llamo a la puerta del baño- ¡abre la maldita puerta!
Hace dos horas que estaba allí, hace quince minutos que no la había escuchado llorar. Toda esta situación era sumamente difícil, no solo por la traición también por los confusos sentimientos de ambos.
«¿Qué sentía realmente por ella?» «¿Qué sentía ella por él?»
Muchas preguntas hacían surgido en ese lapso de dos horas, la había escuchado llorar mucho tiempo, había escuchado suficiente de sus lamentación; debían hablar.
-¡Hinata!- estrello su puño en la puerta- ¡responde por un demonio!..
Un mal presentimiento inundo el lugar, el silencio sepulcral lo estaba trastornando más. Ella parecía invisible y no pudo soportarlo, abrió la puerta con un empujón. Su mirada negra no la vio, solo escucho las burbujas que se abrían en la superficie del agua.
«¿Qué intentaba hacer?»
-¡Que mierda intentas hacer!- le grito
Sin mesura alguna, la tomo para sacarla del agua. El agua escurría sobre su cuerpo desnudo, la mirada negra traspaso su rota mirada aperlada. Hinata rápidamente se recompuso y se zafo de su fuerte agarre; miro a Sasuke quien lucía bastante irritado por todo, la vergüenza la invadió de inmediato al ser consciente de su denudes.
-¡fuera!... ¡no quiero verlo!- le grito entre sollozos mientras se tapaba parte de su cuerpo con sus brazos-¡no escucho!...¡te dije que te fueras!¡no te quiero ver!¡Vete!
No esperaba verla tan quebrada, nunca espero verla en ese estado tan roto. Su suave voz se empezó a alejar, todo a su alrededor se puso negro, Hinata parecía gritarle y hacerle señas pero él simplemente no podía escucharla; se había abstraído de tal forma que se sintió en una maldita pesadilla. Hinata no lo quería, sus lágrimas y reclamos le recalcaban eso..
Y él... ¿la quería?
No paso mucho para que Hinata saliera del baño con mucha vergüenza, ante la negativa del Sasuke de permanecer allí. Sus aguados ojos buscaban alguna de sus ropas, estaba mojada y desnuda necesitaba cubrirse, pensar que Sasuke la observaba desde el umbral de la puerta del baño la hacía negar una y otra vez. Encontró el vestido blanco recatado que siempre usaba, rápidamente empezó a colocárselo, su cuerpo tiritaba y le faltaba el aire; necesitaba salir de ese lugar, estaba al borde del abismo. Cuando se lo puso miro la puerta abierta, cobardemente quería huir, se apresuró para salir pero...
-¡¿A dónde demonios crees que vas?!
La pared retumbo por el fuerte contacto de los ambos cuerpos, una vez más Hinata estaba aprisionada entre la pared y el fuerte cuerpo de Sasuke, no había mucho que decir solo quería volver a Konoha de la forma que fuera. El forcejeo empezó, solo quería que la soltara en cambio él, solo quería que se calmara; después de todo, así haya mucho arrepentimiento y culpa, no cambiaría lo que había pasado entre ellos.
-¡basta!...-gimió de dolor cuando puso más fuerte en su agarre
-¡cálmate, maldita sea!..- bufo
-¡No..!¡no!.. – seguía intentando deshacer su fuerte agarre
-¡¿Qué pretendes?, huir como siempre lo haces!- acuso fríamente- ¡creí muchas cosas de ti.. eres tan cobar...!
No pudo completar, su cabeza se ladeo como nunca y su rostro de conmoción por lo que había pasado, no pudo ser visto por sus negros cabellos. El golpe certero y firme fue suficiente para silenciar sus palabras. A Hinata aún le temblaba la mano, su cuerpo concentro toda su fuerza en esa bofetada, sus piernas amenazaban con fallarle por toda la mezcla de sentimientos explosivos dentro suyo, Sasuke aún seguía con la cabeza ladeaba.
-¡no vuelvas a tocarme!..¡Esto no debió pasar! ¡regresare a konoha sola!..¡por favor ya no me sigas!..- le grito entre lágrimas, una voz rota y su tiritante voz
Su burlona sonrisa se dibujó en el furioso azabache, puso la palma de su única mano en la parte donde le dolía y lentamente volteo a verla.
-¿no tocarte?..- ironizo- entonces...¿Qué paso anoche, Hinata?- acuso con ironizo y dolor dentro suyo
La vergüenza la invadió, ladeo su rostro no deseaba ver la mirada acusadora de Sasuke.
-quiero irme.. –trato de endurecer su mirada-.. mi prometido me espera
Algo dentro de él se rompió, pronunciar cada letra eran un camino de espinas con los pies descalzos.
-Mhp.. te entregas a mí y luego buscas revolcarte con Naruto. No sabía que eras de ese tipo de mujeres Hinata.
-no lo entenderías.. –sus lágrimas la ahogaban, abrió su boca tratando de respirar-.. Todo esto.. es..
-¡mírame cuando me hablas, odio que no lo hagas!- la obligo a hacerlo
Hinata se asustó ante la abrupta reacción de Sasuke. Su cuerpo tembló mas y el contacto de la piel de su mano contra su rostro le estaba quemando.
-Yo.. Yo amo..a Naruto-kun....- su voz lenta sonó lenta e insegura
Sin embargo, fueron suficientes para desfigurar la expresión del rostro del Uchiha: sus ojo se abrieron, sus cejas temblaban sin poder creer lo que acaba de escuchar, apretó el puente de su nariz y empezó a tomar distancia. Sin ser consciente de lo que hacía, tomo de un lado la mesa y la volteo tirando todo lo que estaba sobre ella; el cuerpo de Hinata respingo ante el acto, el sonido de los platos rompiendo y el sonido de los cubiertos contra las maderas.
-¡Que demonios crees..!..- se acercó a ella para enfrentarla- ¡Crees que esto es un maldito juego!...¡ crees que soy tu maldito juguete Hinata!..
-¡no lo entiende!- dijo asustada
Su temor acrecentó cuando vio la mano empuñada y tiritante producto de la presión que ejercía. De verdad creía que en cualquier momento Sasuke la golpearía.
-¡¿Que no entiendo?!... ¡me entregas tu cuerpo. Luego dices amar a otro!... ¡ tan estúpido crees que soy!.- estaba completamente alterado y fuera de sí.
En ese momento sintió mucho odio contra la cobardía de ella.
-Naruto-kun es mi prometido..- odiaba escucharla, su rabia bullo más cuando la vio darle la espalda- también es su mejor amigo..
Sus temblorosas palabras fueron suficientes para un reinicio para él. Su cuerpo se relajó y la culpa bullo. Era cierto, él había traicionado a una de las personas más importantes en su vida y ahora pretendía quedarse con ella «¿Cómo era posible?».
-No debió pasar...yo
-¿Amas a Naruto?
El corazón de Hinata se detuvo. El silencio inundo la habitación acompañado con una sensación de la más terrible tensión. Su aperlada mirada no dejaba de verlo, Sasuke estaba completamente de espaldas, lucia algo relajado pero no menos peligroso.
-yo
-¡responde de una puta vez!.-El cuerpo de ella tembló ante el urgente grito-...¿lo amas?..-insistió
-Si..-termino por decir
Algo dentro de ellos se rompió. La respuesta era tan corta pero era lo suficientemente poderosa para crear un inmenso dolor.
-Naruto-kun es su amigo.
-¿esa es tu respuesta?..- su voz sonó lenta y dolida pero ella no lo noto
Hinata aprisiono sus manos en sus pecho, dolía su corazón y su alma se rompía lentamente. Su mirada aperlada fue a dar al piso de madera; estaba sumamente avergonzada.
«¿Qué era lo que sentía por el hombre que estaba delante suyo?»
-esto esta mal.. No podemos pretender seguir con esto si..
-¿y porque no..?
Sus palabras le erizaron el cuerpo, lentamente subió su mirada, Sasuke ahora la miraba de lado con un semblante distinto
-debes estar bromeando
-tsk...-chasqueo la lengua- no se.. –endureció la mirada molesto de si mismo
Esa era la verdad. Su vida había sido difícil, pero, siempre tenía un plan para avanzar. Sin embargo, después de mucho y de tanto dolor vivido era la primera vez que no sabía que hacer. Quería a Naruto, tanto como quiso a Itachi, su corazón dolía cuando se imaginaba su cara de decepción cuando se enterara; su buen amigo había perdido un brazo y parte de su vida para traerlo de vuelta y le pagaba así. Por otro lado estaba ella, la mujer que se había metido en todos los sentidos en su ser, esa mujer que despertaba sensación dulces y tormentosas en su fría alma, esa mujer que no nació para él.
-lo lamento....regresare a Konoha- dijo reuniendo el poco valor que le quedaba
-¿Qué pretendes?..
-yo..
-Si te atreves a irte...- busco su capa y su katana-.. Te matare.
Su respiración se detuvo, su rostro palideció al ver su mirada de odio puro. Comenzó a temblar producto del miedo que le creaba. Si, Hinata sabía que él no bromeaba; más de una vez intento matar a Naruto, Sakura, Kakashi personas allegadas a él «¿Por qué tendría contemplación con ella?».
-No estoy jugando Hyuga... si intentas irte te matare. No importa donde estés, te buscare y lo hare. Esta no es una promesa, créeme que lo hare..
Sasuke salió de la casa pero aun si, no disminuyo la sensación de peligrosidad del lugar. Hinata se abrazó a sí misma, sus piernas fallaron y su respiración volvió de manera lenta; su mirada temblorosa se volvió nublada productos de las gruesas lágrimas que comenzaron a salir.
-Que hice....
Sus lamentos acompañado con un sonoro llanto, inundo la habitación. No muy lejos de allí, Sasuke Uchiha se alejaba lentamente con la mirada fría y el orgullo herido; sus sentimientos lo estaban trastornando más de lo que se encontraba, no se podía permitir perder el control pero todo estaba jodidamente mal.
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Día 222
Habían pasado exactamente una semana desde que Sasuke se había ido. Su vida estaba detenida, incapaz de avanzar por la gran culpa que la invadía. Todo su cuerpo estaba lleno de marcas de sus propios arañazos, sus ojos eran adornados por marcadas ojeras, sus labios estaban resecos y había bajado notablemente de peso. Ahora estaba allí como todas las mañanas, sentada en el pórtico de la rustica casa viendo a la nada; esa mirada aperlada inocente y pura se había ido, ahora sus ojos estaban muertos y su alma rota. Hubo muchas noches donde estuvo a punto de irse pero se detenía a pocos metros, Sasuke la había intimidado lo suficiente para someterla mentalmente.
«quizá sería mejor que me matara»
Se decía muchas veces. Sin embargo, la manera en como estaba viviendo y lo poco que comía podría desencadenar una consecuencia clara: Si Sasuke no la mataba, el hambre sí. Muchas veces se levantaba con la esperanza en el corazón de que todo sea una pesadilla, pero se desvanecía en segundos al ver los arañazos en sus piernas y cuerpo; era tonto creer que bañándose a cada momento y refregando su cuerpo con fuerza innecesaria iba a quitar esa deliciosa sensación que dejo el Uchiha.
La casa estaba desordenada, la ropa sucia y los víveres se estaban acabando pero dejo de ser importante. Casi como un castigo, Naruto Uzumaki no dejaba de aparecerse en su memoria o en sus sueños; podía ver claramente: su sonrisa zorruna, su piel bronceada, su impetuosa actitud, sus cabellos rubios y ese color azul en sus ojos; cada instante la atormentaba su voz y las cosas tan bellas que le decía:
«Te amo Hinata Hinata-chan»
«¿Quieres casarte conmigo?»
«eres hermosa..»
El tono de su voz adornando esas sinceras frases inundaba constatemente sus ojos y estrujaban su corazón. Era un constante martirio vivir con su culpa. Naruto era tan gentil y torpe, recordaba las veces que la toco de mas y se disculpaba de inmediato.
«Lo lamento mucho Hinata-chan.. es solo que gustas mucho»
«Te respeto mucho»
Todas sus disculpas acompañados con un sonrojo de su parte y un beso en la frente. Cuando sus gentiles besos se trasformaban en profundos besos, Naruto tomaba distancia para controlar su punzante dolor en la entrepiernas, ahora se daba cuenta de ello, pero, había días donde Hinata deseaba que él la tocara un poco más; él nunca lo hacía.
«¿Amaba Naruto?» «¿Qué tanto la conocía?» «¿Qué diferencia había entre el respeto y admiración que sentía con el amor que profesaba?»
Los últimos siete días se había cuestionado tanto sus sentimientos. Su razón y corazón le decía que lo amaba, había un infinito respeto y admiración, lo había observado por años, se desmayaba ante su presencia, su primer beso fue perfecto pero... su cuerpo respondía a las caricias de otro.
Se puso de pie, las caminatas se habían vuelto algo habitual en esos días. Observo su reflejo en las pocas claras aguas del lago, el invierno estaba cerca y el frio era un factor constante. Sasuke era pasión, lujuria y desenfreno. Los besos del Uchiha no se comparaban con la persona que iba ser su esposo, el poco tacto que tuvo con su prometido no creaban esa electrizante reacción en los poros de su piel. Habían pasado varios días y tanto dolor, pero esa sensación de su piel bajo la suya no había podido olvidar, era consiente que al principio no quería pero su cuerpo reacciono ante sus estimulantes besos y caricias.
«¿Qué era lo que sentía por Sasuke?» «¿Por qué se entregó a él si decía amar a Naruto?»
Su cabeza le dolía constantemente por todas las preguntas.
-¡Hinata-san!..
Una estridente voz lejana la saco de sus cavilaciones. Su mirada se dirigió hasta donde provenía la conocida voz, al otro extremo del lago se encontraba el atractivo sensei. Era un castigo de kamisama, se parecía tanto a la persona que había dañado y lo peor, que él no lo sabía. No quería ver a nadie, pero reuniendo el casi nulo ánimo que tenía decidió suavizar el semblante que tenía.
Sotemaru corría a su encuentro, rodeando el gran lago que los separaba; grande fue su sorpresa cuando la vio de cerca. Esa no era la Hinata que conocía, ella se había vuelto en una flor marchita: su semblante triste, su cuerpo delgado y el halo de sufrimiento que emanaba le hicieron sentir pena por ella. Su corazón se oprimió cuando la vio esbozar una triste sonrisa; no podría llamar un sonrisa, era una mueca vacía y sin vida.
-¿está bien Hinata-san?- parecía tonto preguntar pero la pregunta salió casi de inmediato.
-¡hai!..- trato de sonreír, forzando innecesariamente su bello rostro.
No podía ocultar el infierno interno que estaba viviendo, la culpa la estaba matando y el hecho de que lo haya disfrutado empeoraba la situación.
-Hinata-san ¿Cuándo fue la última vez que comió?- la preocupación se anido en su corazón, esa marchita mujer le interesaba y verla de esa forma tan demacrada le dolía.
-hace poco-mintió
La verdad es que había dejado de comer, no recordaba cuando fue la última vez que probo bocado. Los sabores de los alimentos ya parecían un muy viejo y lejano recuerdo, esas sensaciones estimulantes de sus deliciosos almuerzos eran tan lejanas, así como sus ganas por cocinar. A veces se preguntaba como podía estar de pie, si casi no comía.
-Hinata-san que le parece si le invito a almorzar- el tono de preocupación conmovió el dolido corazón de ella. Se sentía tan indigna por recibir los sinceros sentimientos del buen sensei.
-yo.. no sé si es una buena idea.. Además no tengo hambre
Los colores llegaron a su rostros, quizá no tan intenso como antes pero el ruido en su estómago la delato.
-lo siento
-no se preocupe. He preparado un delicioso almuerzo..
-pero..
-no aceptare un no como respuesta..-sonrió
Sus ojos perlas captaron al detalle aquella sonrisa zorruna, se parecía tanto a ese hombre que no podía ni pronunciar su nombre. Su mente fue bombardeada por diferentes escenarios compartidos con él y sobre su..
«Esa sonrisa....» pensó tristemente cuando vio su imagen
«Él jamás me va a perdonar»
Contuvo sus ganas de llorar, no deseaba contar, ni que le pregunten lo que estaba pasando. Sotemaru era un hombre inteligente, intuía lo que estaba pasando y Hinata se mostraba renuente a querer decir algo. Tomo la sabia decisión de no preguntar, respetaría su intimidad de esa forma quizá se ganaría su amor.
Durante el trayecto a la aldea, Sotemaru tuvo que sostenerla parte del camino. En esos simples roces, su sonrojo era notorio y su nerviosismo con solo tocarla aumentaba, lo entristecía ver que ella no lo notaba, incluso cuando su nariz aspiro el aroma de sus cabellos ella no lo noto. No podía esperar mucho, Hinata no estaba allí y la debilidad d su organismo se agravaba por cada paso. Su mirada estaba tan nublada, sus pensamientos solo se concentraban en una persona : Sasuke Uchiha; termino por aceptar que su relación era un.....
La relación la llevaba del cielo del infierno en un doloroso y placentero vaivén, Sasuke le gustaba mucho, le provocaba sensaciones deliciosas y prohibidas. Su relación sabía a miel pero olía a culpa. Hinata era consciente de que lo que tenían estaba condenado a fracasar o... quizás no.
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La mirada marrón estaba puesta en la bella y marchita joven, su ánimo mejoro al verla comer; Hinata comía con muchas ansias contenidas, Sotemaru la miraba a corta distancia sonriendo al ver el cambio de semblante de la peliazul.
-Parece que lo está disfrutando Hinata-san- había picardía y satisfacción en su voz.
Ella se sonrojo por la afirmacion.
-lo lamento. Esta delicioso- estaba muy avergonzada, no estaba comiendo de manera apropiada.
-no se disculpe, soy feliz por alegrar a Hinata-san...- Su triste sonrisa, avivo su curiosidad- ¿puedo preguntarle una cosa?- su voz sonaba preocupada y seria
Ella termino por asentir, estaba temerosa por lo obvio.
-Soy consciente que no es asunto mío, pero por la palidez de su piel, sus labios resecos, las ojeras en su rostro, su delgadez y su semblante cansado
La peliazul no pudo ocultar su asombro por la perfecta descripción de su estado, quizá era muy parecido a Naruto, pero el hombre que estaba delante suyo, notaba muchas aspectos que su futuro esposo no lo hacía.
-mi primera conclusión que estaba enferma.. pero ahora tengo la certeza que no es asi. Hinata-san esta triste...
El corazón de ella se detuvo.
-no quiero pensar que soy el culpable de su tristeza. Lamento lo del otro día- bajo la cabeza por la pena- la expuse ante su hermano.. lamento mucho haberle ocasiona...
-¡no!.-lo interrumpió captando su atención- no tiene nada que ver con usted. No quiero sonar mal educada..... pero no quiero hablar de ese tema.
El ambiente en la habitación se tornó pesado, Hinata estaba incomoda y no podía ocultarlo a pesar de su estricta educación.
-entiendo. Hinata-san.... no me ha arrepiento haber preguntado. Usted me interesa y si usted está triste o enferma.. siempre me preocupare..- su voz sonaba muy seria y firme
-Sotemaru-san...-musito asombrada por ver su desesperación
-Sé que no siente nada por mí pero yo..
-no es así..-lo interrumpió- le mencione que no puedo.. yo..
-¿está enamorada?..
Hinata dejo los palillos en la mesa, la pregunta había sido sencilla pero difícil de contestar. Hasta hace unos meses tenía la seguridad de su respuesta, pero ahora no.
-no es necesario que conteste sino quiere Hinata-san.. he de suponer que esta confundida.
Ella no dijo nada. El atractivo respondió lo que ella no se había atrevido «estaba confundida» era tan real, ahora Naruto estaba saliendo de su pensamiento como un hermoso recuerdo y estaba siendo reemplazado por ese amor pirata, ese amor a escondidas que disfruto tanto, ese encuentro clandestino que la volvió mujer de manera más tortuosa y placentera. Ella se había..
Todo comenzó a darle vueltas, las recientes conclusiones llegaron como un gran cumulo en su cabeza provocándola un mareo y quitándole el aliento. Escucho la voz lejana de Sotemaru pero no pudo oírlo completo. Su cuerpo empezó a temblar por lo que acaba de aceptar.
-¿Quiere que la lleve a su casa..?- la peliazul la miro suplicante, necesitaba aire, se estaba ahogando entre sus pensamientos.
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A pasos muy lentos se dirigieron hasta el hogar de la peliazul. Sotemaru le pidió que se sostuviera de su brazo, ella acepto por creer que era un gesto de caballerosidad. Él quería que el camino fuera largo, era la primera vez que podía tenerla así de esa forma y ella no parecía incomoda. Sin embargo, a pesar de que se encontraba más que cómodo con su acercamiento, su atención se centró en la triste mirada de ella, Hinata tenía la mirada puesta a la nada y el ceño fruncido como si estuviera perdida en sus pensamientos.
-Hinata-san....
Sus palabras se ahogaron cuando sintió un movimiento abrupto. Un agujero cubierto con hojas secas hizo que ambos trastabillaran, Hinata iba a caer primero pero en un movimiento hábil Sotemaru contuvo el golpe futuro en la cabeza de ella con su mano.
-¡Sotemaru-san ¿esta bien?!- estaba preocupado, ver como sus cejas temblaban producto del impacto la hizo sentir culpable.
-no se preocupe Hinata-san.. estoy bien..
Estaban en una incómoda posición, Hinata comenzó temblar producto del nerviosismo que le provocaba el atractivo sensei. Los ojos de Sotemaru temblaban ante la proximidad, Ella estaba debajo de su cuerpo, a su merced; no dejaba de contemplarla quería grabar cada instante en su memoria.
-Eres hermosa..- se atrevió a decir dejando a un lado la formalidad.
-yo..-podía sentir su cálido aliento en su rostro
La distancia se empezó a cortar, no supo cuánto tiempo paso pero fue un simple roce en la comisura de sus labios. Una sensación electrizante recorrió el cuerpo del hombre, los colores llegaron al rostro de ella como una gran explosión.
-lo siento...-dijo tomando distancia
Rápidamente se puso de pie, con mucha vergüenza le extendió la mano para ayudarla a ponerse de pie. El simple roce de la palma de la mano de ella, volvió a enrojecer su rostro. Sin embargo, su acto de pseuda caballerosidad fue rechazado, Hinata decidió ponerse de pie por su propia cuenta. Sotemaru con mucha vergüenza recogió su mano, viendo el semblante descompuesto de la joven.
-Hinata-san..
-No vuelva hacerlo..-el tono de voz era diferente pero la idea era clara.
Sotemaru no pudo sostenerle la mirada, la incomodidad de la peliazul era palpable y no existía justificación por su atrevimiento. Hinata pretendía irse sin despedirse, no había dado ni un paso cuando se detuvo. El joven sensei la vio retroceder, asustada, con ambas manos en su pecho e incluso pálida; su mirada se dirigió hacia donde ella veía, sus ojos se abrieron enormemente al ver a la persona que los observaba a la distancia. El último sobreviviente de los Uchihas, había contemplado la patética escena de principio a fin; su molestia estaba plasmado en su rostro asesino y en el puño forzado de su única mano. Ya estaba hecho, no se arrepentía de haberle robado un tímido beso a la bella joven quien estaba temblando, eso lo enfureció; por ella y sus sentimientos enderezo su postura enfrentando la mirada del Uchiha. Hinata solo atino a seguir su camino, con la mirada puesta en el suelo.
Ambos hombres se mataban con sus miradas, ninguno parecía ceder, pero un tímido roce fue suficiente para que el azabache desistiera de lo que deseaba hacer: partirle la cara a ese imbécil. Hinata solo paso por su lado, tenía la certeza que ella no deseaba una pelea y solo por eso.. no lo haría. Los últimas días habían sido de aceptación, había reconocido sus sentimientos: los celos y la posesividad eran parte de ellos. Nunca pensó tener esos sentimientos; él era: el gran Sasuke Uchiha, heredero por derecho de un poderoso clan y el segundo ninja más poderoso de ese amplio mundo; ni en sus pesadillas pensó sentirse tan expuesto por una mujer que lo rechazaba en cierta medida. En su meditación acepto que no debió amenazarla con asesinarla, ese tipo de intimidación estaba bien por otras personas pero no para ella.. no para Hinata. Había empezado a caminar rumbo a su casa, dándole la espalda al hombre que se había atrevido a tocarla pero..
-No debería tratarla así..
Eran pocas palabras llenas de molestia, pero fueron suficiente para que Sasuke se detuviera. Hinata hizo lo mismo, volteo asustada y observo como Sotemaru se acercaba al azabache; él termino de dar la media vuelta para enfrentar al muy fastidiado Sensei.
-Ella merece respeto.. no debería tratarla como si fuera de su propiedad..- la molestia iba cambiando en intensidad.
Sasuke no dijo nada, solo lo miraba con el desprecio más puro. En ese momento sintió un agarre de un temblorosa Hinata, no volteo a verla pero sabía que estaba asustada.
-Lo he observado. Solo una persona con poca capacidad de observación no se daría cuenta de lo evidente..
-Sotemaru-san.. por favor le pido que no siga-imploro
Tenía que detenerlo, Sasuke estaba tan tenso que faltaba muy poco a despertar ese lado que no le gustaba ver.
-lo que usted siente por ella en insano... usted no la ve como una hermana..
-¡no siga!..- volvió a jalar del brazo a Sasuke pero este parecía una roca
Sasuke solo escuchar una cosa, solo una para partirle ese confiado rostro.
-la ve como mujer... lo que usted siente es una aberraci...
No pudo completar su acusación, Sasuke hizo a un lado a Hinata y su puño fue a dar contra el rostro de Sotemaru. La peliazul parecía gritarle que se detuviera, pero no le importo. Su mirada estaba fija en el hombre que se ponía de pie, con un hilo de sangre en su nariz. El sensei intento golpearlo, era inútil, sus golpes eran evadidos con gran habilidad por su oponente; solo golpeaba al viento y eso lo frustraba.
La mente del Uchiha estaba bloqueada, deseaba tanto tener su katana para atravesar al tambaleante hombre. Sus palabras lo habían herido, él se había atrevido a insultar sus sentimientos que si bien estaban condenados, era lo más puro que había sentido desde hace mucho. Durante toda su vida había sufrido tanto, pero lo que sentía por ella era como una cura en sus invisibles cicatrices, las cuales ni Naruto había podido sanar.
-¡Detente Sasuke... lo vas ha matar!- grito horrorizada cuando vio que le había dado un rodillazo en el abdomen de Sotemaru.
El tiempo no había pasado, ni tampoco el daño que le había ocasionado al hombre que no podía ni pararse. Quería provocarle lo que él sintió por su ofenda.
-¡Basta...!-grito pálida
Ver como se retorcía de dolor en el suelo y escupía sangre, fue suficiente para colocarse en medio para evitar que siguiera golpeándolo.
Entonces se detuvo....
Sasuke volvió en sí, cuando vio como Hinata era arrojada a un lado. Uno de sus golpes fue a dar a su rostro, no pudo reconocer lo que sentía pero le dolía. Hinata comenzó a toser, con mucha dificultad se recompuso, él acorto distancia y el horror se plasmó en su mirada. La peliazul tenía la nariz rota, la sangre había manchado parte de su rostro. No quería lastimarla.
Hinata miro a un lado a Sotemaru, quien estaba inconsciente en un charco de sangre. Su temblorosa mirada se posó en Sasuke, quien estaba delante de ella muy tenso.
-por favor... ya no más...- sus ojos no contuvieron su pena, las lágrimas comenzaron a salir de manera desmesurada llevándose un poco de la pena de la joven.
No pudo sentirse más miserable. Hinata estaba llorando, con la nariz rota y muy asustada.
-yo sé que eres mejor que esto..- no dejo de verlo directo a los ojos-.. por favor ayúdame..
Él quería consolarla, quería estrechar su cuerpo entre su único brazo. Con muchas dudas extendió su mano para acariciarle el rostro, deseaba tanto limpiar sus lágrimas con su pulgar pero cuando estuvo a milímetros de su mejilla, ella ladeo su cabeza evadiendo su contacto.
-Ayúdame a llevarlo a la aldea... por favor-volvió a pedir pero no lo miro.
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La cálida y tenue luz del lamparín tocaba su rostro magullado, sus ojos que habían permanecido por horas cerrados, empezaban a abrirse. Su borrosa visión se fijó en lo primero que vio, una mujer muy triste que se limpiaba la frente con el antebrazo, lucia tan cansada. Sus ojos terminaron de abrirse, ella lo noto y sonrió.
-Que bueno despertó..
-Hinata-san.. ¿Qué hace aquí?
Ella no pudo evitar avergonzarse, apretó el paño que tenía en su mano derecha conteniendo parte de su vergüenza.
-lamento mucho lo que paso- hizo una dramática reverencia, acompañada con un halo de tristeza y vergüenza
Los recuerdos de aquel suceso llegaron con una intempestiva ola, su cabeza dolió y frunció el ceño.
-¿esta bien?- se apresuró a decir
-no tiene por qué disculparse... la culpa es mía por provocar a su hermano... lamento mucho haberla metido en problemas una vez más.
Ella negó, trato de mostrarle un mejor semblante pero era tan mala mintiendo. No supo en que momento empezó, pero sus ojos se aguaron al notar el estado tan deplorable de su amigo. Un ojo hinchado, ambas cejas, nariz y labios rotos, tenía moretones por todo su rostro; ni que decir por las costillas rotas, no lucia tan mal cuando estaba inconsciente, pero ahora podía ver el resultado de la paliza de Sasuke.
-tenía mucho miedo que Sotemaru-san no despertara..- dijo tristemente mientras se limpiaba sus lagrimas
-Soy duro de matar Hinata-san....-sonrió- aunque tengo que admitir que su hermano golpea muy duro..
-él tiene un mal carácter...-acepto y se abrazó las piernas
-¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?- pregunto con mucha curiosidad, al ver el clima ensombrecido por la noche
-unas cuatro horas...
-¿Usted me trajo?
Su mirada busco una respuesta, pero Hinata solo atino a desviar la mirada entonces entendió. Sasuke había sido la persona que lo trajo. Poder escuchar su silencio y ver su incomodidad fue suficiente para no insistir en una respuesta. Había sido bastante difícil para ella, entre lágrimas le había suplicado que la ayudara, ver su fragilidad y su insistencia había sido suficiente para que el Uchiha accediera. No fue nada agradable para él tener que cargarlo como un costal, fue sumamente difícil ver la excesiva preocupación de ella hacia el imbécil que estaba en su hombro y que no preguntase si él estaba bien.
-debería descansar... prepare una sopa de zetas, espero que le guste
El sensei recibió el plato con gusto.
-debería disculparme con él..-había pena en su voz- se ofendió mucho por las barbaridades que le dije. Siento mucho haber insultado el amor de su hermano
«¿Amor?» pensó ella
-son muy cercanos, eso es evidente. Usted también lo quiere mucho ¿verdad?- pregunto con inocencia
Había un nudo en su corazón, pero cuando esa pregunta fue formulada se hizo menos tensa.
«¿lo quería?»
-yo...
.
Las horas pasaron, la peliazul estaba sumamente agotada, no había podido dormir nada casi siendo de madrugada. Las complicaciones no solo fueron los golpes, laceraciones y huesos rotos; todo se complicó cuando la fiebre se hizo presente producto de una infección de una herida que no había desinfectado. Su culpa aumento cuando entre sus delirios, escucho su nombre de los labios del sensei; él soñaba con ella, que tenía una familia a su lado y eran felices. El sueño casi la alcanza, pero no se dio el lujo de dormir, noto que ya no había el ungüento para desinfectar las heridas; sabia donde había uno así que no dudo en ir por él, así tenga que encontrarse con la persona que había provocado parte del problema.
Sus pasos se detuvieron cuando estuvo en la entrada, muy temerosa empujo la puerta para entrar. Sus ojos perlas buscaron al dueño de sus pensamientos pero no los hallo, Sasuke no estaba. No había oportunidad perfecta, rápidamente fue hacia la cocina donde estaba el botiquín; tomo unas vendas, algodón y el ungüento. El alma de la joven palideció, al reconocer a la persona que estaba en el marco de puerta; casi por instinto retrocedió un paso pero se detuvo, tenía que llevar lo que estaba entre sus brazos a Sotemaru, tenía que hacerlo. Se disponía a pasar de largo al Uchiha, ignorando su penetrante mirada.
Todo lo que estaba entre sus brazos cayeron, su alma se partió cuando sintió el brazo y el cuerpo de Sasuke apegado al suyo, en un abrazo posesivo. Sus ojos volvieron a picar, pero no lloraría.
-¡Solo dilo.! ¡dilo y olvidare todo!
Habia tanta desesperación y tristeza en su voz, no hacía falta decir más, Hinata entendía perfectamente a lo que se refería. La peliazul busco apartarlo pero no pudo, en un brusco movimiento Sasuke la arrincono contra la pared, aprisionando con su única mano las manos de Hinata elevándolas por encima de su cabeza. Sasuke estaba roto, no era el mismo que conoció cuando empezó el viaje, ella estaba segura que ni siquiera Naruto lo había visto en ese estado. Sus alientos golpeaban el rostro del otro, él la vio apretar los labios entonces supo que no diría lo que quería escuchar.
-¡No!-grito ella
En un desesperado acto, Sasuke busco besarla con la tonta idea de hacerle recordar lo que vivieron juntos.
-¡No Sasuke...por favor!-volvió a gritar
Sus labios buscaban los de ellas, pero Hinata huía de su desesperado beso ladeando y escondiendo su rostro. La escucho sollozar, entonces la soltó. Las piernas de la peliazul le fallaron cayendo al suelo, estaba temblorosa con el rostro rojo y sus ojos aguados.
-tan difícil es para ti..-dijo dolido con el orgullo hecho pedazos
Hinata lo vio, desconociendo la situación.
«No es eso.... Así no» pensó
No lo quiso decir, no le gustaba que Sasuke la forzara de esa forma. Si bien había disfrutado su entrega, durante todo ese tiempo pensó que no debió ser así.
-yo...-respirara rápido, había frustración en su rostro-yo.... ¡solo tu estas en mi cabeza! ¡porque demonios no lo entiendes y lo aceptas!..- había desesperación y odio en la declaración.
Hinata lo vio apretar el puente de la nariz, recargarse en la mesa. El corazón de la peliazul tenía tantos nudos, que no podía contarlos. Sus lágrimas salieron desesperadas buscando aplacar el dolor de su pecho, su culpa no fue tan pesada como en ese momento.
- tsk...-chasqueo la lengua y ella no entendió- yo.. el poderoso Uchiha Sasuke- se dio media vuelta mirándola de frente- diciéndole todo esto a un ser tan insignificante como tu...-Hinata juro que la odiaba, su mirada con tanto desprecio traspaso su alma-..debo parecerte el ser más patético del mundo ¿no?... Hinata
Ella quiso negar, pero no pudo. Su mirada la tenía sometida, la había llevado en un limbo donde no podía discernir sus pensamientos. El aire tenso no la dejaba respirar, Sasuke aún estaba mirándola como el ser más inútil del mundo. En un acto cobarde, se arrastró rápidamente recogiendo los objetos del suelo y salió de la casa. Sus ojos vidriosos no fueron impedimento para avanzar hasta el espeso bosque, no quería pensar, solo quería irse lejos de Sasuke y de esa casa. El aire le falto, entonces cayó abruptamente esparciendo los objetos una vez más en el fértil suelo. Allí en medio del bosque, a mitad de la noche, tendida en el suelo incapaz de ponerse de pie se encontraba una mujer enamorada, incapaz de reconocer sus sentimientos abiertamente ¿y porque?, la respuesta es simple: la avergonzaban.
.
Día 224
Estos últimos dos habían sido los más largos de su vida, Hinata no había vuelto. Quizá estaba cuidando a ese imbécil. Durante las últimas dos noches había esperado tanto –aunque por su orgullo lo negara- verla cruzar por la puerta pero no hizo. Su resistencia le impedía ir a buscarla a esa aldea, daba por hecho que estaría cuidando a ese don nadie con tanta devoción como lo hacía con él, lo hacía con todos. Quien era el para juzgarla, la peliazul era sumamente bondadosa por naturaleza. Esa noche que ella se fue, la noche que expuso sus sentimientos mandando al diablo la promesa que hizo a Naruto, esa noche decidió ir a la aldea más cercana compro una botellas de sake, eran demasiadas pero no importo. Se sintió el hombre más imbécil del mundo, al darse cuenta que estaba bebiendo por una mujer. Durante dos días había estado bebiendo por ella, por esa menuda mujer que lo sacaba de su raciocino, esa mujer que la puso por encima de su amistad por Naruto «¿y para qué?»«¿de qué sirvió?».
-Sakura...-musito viendo a la nada
Su amiga había estado en sus pensamientos los últimos días, había recordado las veces que la ofendió e intento matarla, pero, nada de eso se comparaba con el dolor que le provocaba el despreciar un amor; dolía, vaya que si lo hacía. La quinta botella estaba vacía, la hizo a un lado buscando la sexta botella; arrastro la bolsa de yute que estaba a un lado de la encendía chimenea. Era de noche, estaba seguro que esa noche no vendría tampoco.
-tsk..
Su mirada negra se fijó en la mujer que estaba en el umbral de la puerta. Hinata se apretó las fosas nasales por el fuerte olor de alcohol que inundaba el lugar. En un acto de orgullo Sasuke aparto la mirada hacia el fuego de la chimenea, no deseaba verla y ahora estaba allí de pie.
Hinata cerró la puerta lentamente, a pesar del fuerte olor alcohol alrededor, su mirada seguía fija en el hombre que estaba bebiendo compulsivamente delante suyo. Se asustó al ver los nudillos de Sasuke, estaban abiertos y con generosa sangre seca.
-¡no me toques!- grito irritado
Su corazón dolió por el desprecio en su voz, ella se había acercado para ver sus heridas pero Sasuke no quería su contacto.
-Deberías ir a cuidar a ese imbécil..-había tanta amargura dentro suyo.
-Sotemaru-san está bien. ¿Cómo te hiciste esa herida?- estaba preocupada
Era evidente que Sasuke no había comido, la cocina estaba como la última vez que la dejo.
-lo que me pase no es asunto tuyo..
Viejos recuerdos llegaron a su mente, aquellas palabras fueron dichas al inicio de su viaje y poco a poco fueron perdiendo valor. Ahora era asunto suyo, si él se lastimaba a ella le dolía.
-Sasuke.. yo
-no quiero oírte.. no necesito tu lastima..- acuso con rabia. Prefería su desprecio, odio pero jamás su lastima.
El uchiha volvió a evadirla, quiso ponerse de pie pero un agarre lo detuvo. El contacto de Hinata le quemo, quiso zafarse pero el agarre se intensifico, entonces volteo a verla, ella tenía la mirada agachada, con la sombra en su rostro producto de su flequillo.
-no te vayas...
Sus temblorosas palabras lo sorprendieron pero ella no lo noto. Sasuke no dijo nada, la vio pararse y sentarse en la piel que estaba delante de la chimenea. Sus ojos se abrieron enormemente cuando la vio abrir sus piernas, sus nerviosas manos subieron su vestido hasta sus muslos dejando una buena vista de su diminuta braga, entonces ella subió su mirada, estaba llorosa y totalmente sonrojada.
-¿Qué pretendes?- no le creía pero tampoco entendía que estaba haciendo
-no sé..-dijo en voz baja
Ella estaba avergonzada, al borde del colapso. Sasuke se acercó a rastra, su única mano se posó en la enrojecida mejilla de Hinata, estaba tan nerviosa. Por un momento se maldijo por no ser lo suficientemente fuerte, pero no pudo resistirse a ese acto desesperado. Apego su frente con la de ella, sus miradas buscaron preguntas y respuestas. Sus alientos chocaron, no importaba su olor fuerte a alcohol de él, solo no quería que se fuera. Sus labios se unieron en un simple roce, él se alejó.
-¿estas segura de lo que estás haciendo?..-su voz seria recorrió el cuerpo de la peliazul
-no..-dijo mientras tragaba saliva
-yo tampoco..
Ambos se fundieron en un necesitado beso, Hinata termino tendida en la piel con Sasuke encima. Sus sentimientos eran muy fuertes, no podía seguir negando lo que sentía; los últimos días habían sido tan largos como dolorosos, dejando atrás su promesa de casamiento y sus principios decidió volver con él, con su pecado.
Las manos del Uchiha se hicieron paso entre la braga, sus dedos se abrían pasos entre los pliegues de la intimidad de ella- sin temor a lastimarla- mientras la besaba con hambre, abarcando cada centímetro de su pequeña boca, quizá era el alcohol que lo había desinhibido bastante.
-Sasuke...-gimió entre los besos del Uchiha
Él había metido dos de sus dedos en el delicioso agujero de ella, la vio arquear la espalda por cada estocada de sus dedos, los fluidos vaginales empezaron a aumentar en volumen. Salió de ella solo para desnudar sus ambos senos, comió de uno mientras acunaba el otro con su mano. Su lengua jugo con pezón rosado, mientras las yemas de sus dedos jugaban con el otro pezón erecto. Su saliva se esparció por el costado de ella, pero lejos de alejarse comió el otro con hambre.
-Sasuke..¡ah!
Hinata se recompuso, abrió los cuándo sintió la lejanía de la lengua de él. Lo vio sacarse la camisa, se sonrojo más al ver su perfecta anatomía.
-desearía poder tocarte más..
Ella no entendió a que se refería. El vestido de ella fue deslizado, su piel estaba totalmente expuesta para Sasuke. Ver a Hinata una vez más tendía para él, pero de manera diferente fue algo que no pensó que volvería a ver. Ella estaba jadeante, sonrojada, sus pechos carnosos se movían de arriba a bajo producto de su inconstante respiración. Su erección estaba como un mástil, su carne dura y caliente pedía un lugar entre sus piernas, se masturbo en las alturas con un rostro de superioridad. Hinata solo estaba perdida, deseaba tanto que la tocara, la besara y se lo hiciera una vez más. El Uchiha se arrodillo, se colocó en medio de las piernas de ella para luego colocar su cabeza entre ellas.
-¡Ahhh!-gimió deliciosamente
Su lengua comenzó a besar como si fueran labios su femineidad. Chupo, succiono y lamio sus fluidos íntimos, Hinata busco apartarlo producto de un acto de pudor pero él no se apartó ni un centímetro. Su lengua dejo de jugar con sus labios mayores, se abrió paso entre los menores metiendo su lengua en el estrecho agujero una, dos, tres y succionando todo sus lubricantes. Su mirada negra busco la aperlada, quería tener contacto mientras se la chupaba toda; no tuvo mejor imagen de una Hinata sonrojada, con el ceño arrugado y al borde del colapso. Sasuke tenía la certeza que si jugaba con ese botón rosa la iba ser venirse pero no quería. Habían sido días donde se sitio el hombre más rechazado del mundo, se lo haría pagar. Ella apretó las piernas alrededor de la cabeza del Uchiha, estaba segura que iba a sentir esa sensación electrizante que tanto le gustaba, se decepciono cuando sintió que él se apartaba.
Sasuke tenía una mirada sádica y pervertida, ella no sabía que esperar. En segundos Sasuke la volteo, la invadió fuertemente haciendo que gritara de una manera casi escandalosa.
-quiero que gimas mucho...-pidió
-¡ahhh!.. pero
Ella sentía vergüenza si alguien la escuchaba. Sasuke volvió a penetrarla con fuerza, los jugosos senos se esparcieron más producto de la presión, esto le quito es aire. Él era consciente, pero no dejo de penetrarle, de manera fuerte y profunda. Ella no solo era estrecha, era profunda como nadie.
-Hinata...-gimió
Las nalgas de ellas chocaban con su virilidad, escuchar ese sonido de choque era excitante. Su mirada negra se posó en la unión de ambos, su carne dura entraba y salía esparciendo los fluidos de ambos. Hinata no dejaba de gritar, cuando disminuía en potencia el volvía a bombear más fuerte, quería escucharla gritar, cerraba los ojos guardando en su memoria los deliciosos sonidos de ambos, desde su unión acuosa hasta los dramáticos gemidos de ella. La posición se tornó incomoda, elevo las caderas de ella y él se arrodillo. Un gemido ronco salió de parte del uchiha, Hinata ahora lo abarcaba mejor y le gusto que no protestara por el cambio de posición.
-Sasuke...yo...¡ahahaahaahah!
Sus bombeos se hicieron más intensos, el gimió arqueando la espalda. Entonces volvió a sentir esa deliciosa sensación: esa deliciosa succión de parte de ella. Las paredes vaginales succionaron el enorme miembro del Uchiha, haciéndolo gemir como nadie. Podía sentir como esa paredes lubricaban jalaban su miembro hacia adentro, llevándolo a uno de los mejores orgasmos de su vida. Su semilla fue succionada, lo único que quedo de ello fue un hilo delgado y brillante que se vio cuando salió de ella. Hinata cayó de costado, aun jadeante y ruborizada producto de su unión. No paso mucho para que sueño la invadiera.
El semblante de paz de la mujer que yacía a su costado, lo aparto un poco del infierno interno que había estado viviendo. Hinata había regresado, por su propia cuenta, lo había aceptado implícitamente y aceptado en parte lo que ambos sentían, era suficiente para él. El flameante fuego de la chimenea amenazo con pagarse, la cubrió con una manta para luego meter dos gruesos leños para atizarlos. Su mirada negra, se concentró en la flameante llama preguntándose miles de cosas. Era consciente de lo estaba pasando entre ellos, sabía que no iba ser fácil pero...
Un movimiento llamo su atención. Hinata se removía, sus ojos perlas se encontró con la mirada penetrante del hombre al que se había entregado.
-¿estás bien?...-pregunto por la forma en la que la había hecho suya. Lleno de rudeza y sin delicadeza.
-si..-no pudo evitar ruborizarse pero mintió
-¿estas segura?..- volvió a interrogarla
-solo me duele un poco....- evadió su mirada cubriendo parte de su desnudez con la manta
Hubo un silencio muy incómodo, parecía eternos para ambos. No se miraban, el ambiente estaba pesado. Ambos tenían mucho que pensar, sobre todo el siguiente paso que darían. Estaban en un punto de no regreso. La leña de la chimenea crujió, entonces Sasuke la miro.
-¿Por qué lloras..?- le cuestionó
Su llanto silencioso lo molestaba mucho, su relación clandestina dolía pero sobre todo a ella. Por su crianza y lo mucho que esperaban de su persona. Lo que pensaran de él, no importaba.
-lo siento...-había demasiada tristeza en su voz
-¿estas arrepentida..?
Necesitaba saber. La vio negar despacio y sintió cierto alivio dentro suyo.
-Sasuke...
No pudo completar sus palabras, Sasuke la beso rompiendo con ese horrible tristeza y culpabilidad en el ambiente; ella no dudo en corresponderle con la misma urgente pasión. Hinata termino por enrollar sus brazos en el cuello del uchiha, la manta termino por deslizarse dejando a la vista sus jugosos senos, la mano de élacuno la totalidad de la suave carne para luego concentrarse en el pezón rosa.
Una vez más estaban allí, dos seres que se amaban tanto sin necesidad de palabras. Esta vez fue diferente; Sasuke estaba sentado y Hinata estaba sobre él, acomodaba de manera tan perfecta que sus intimidades se amoblaban casi por sincronía. Las piernas de la peliazul estaban enrolladas en su torno, a pesar de ser un poco incómodo esa posición, todo quedo atrás por las suaves caricias de él. La tocaba con compasión y tristeza, su mano se deslizaba por su espalda hasta acabar en su blando trasero, acunando con necesidad cada nalga de ella mientras comía con premura sus senos e inspiraba su aroma conjuntamente con el olor a sexo de ambos.
-¡Sasuke..ah!...¡me duele!-gimió con las cejas tiritante producto del vaivén producto del posición
El uchiha entonces la miro, Hinata lucia jodidamente bella y todas esas sensaciones la provocaba él, no pudo sentirse más orgulloso. Atrás quedaron los días donde quería besarla y la esquivaba, las veces que la tocaba y estaba tensa, todo quedo atrás. Entonces se detuvo por un momento, solo para apreciar su rostro y el color atípico de sus ojos.
-Hinata..-musito mientras le apartaba un mechón de su rostro
En fuerte vaivén empezó, Sasuke la ayudaba en moverse arriba y abajo; ella arqueo la espalda dejando sus senos expuestos en el rostro del Uchiha excitándolo mas. Arriba y abajo fueron los movimientos que lo adentraban más y más en su estrechez, comió de sus senos y ella apretó sus piernas producto del orgasmo que ya venía.
-¡Sasuke..ahahahahah...!-gimió escandalosamente sin miedo a que la escucharan
Sus paredes vaginales se contrajeron, succionándolo deliciosamente. Ella escondió su rostro en su cuello, gimiendo en su oído mientras él la levantaba y bajaba por su carne dura. Hinata se aferró más, abrazando su cabeza y estrujando su cabello; estando en el punto más alto del clímax. Esa deliciosa sensación la alcanzo primero, pero para el Uchiha no faltaba mucho.
-¡Hinata.!- gimió de manera ronca estando a punto de venirse
No resistió mas, la acostó y se posiciono encima de ella penetrándola con fuerza mientras devoraba sus labios. Hinata alzo sus piernas, recibiéndolo mejor; el vaivén se hizo más demandante, terminando hasta la última gota dentro de ella sin temor a nada.
Sus cuerpos habían aceptado una vez más, esa invitación hacia el pecado; ambos habían aceptado su amor clandestino con todos los riesgos que llevaba. Allí estaban tendidos desnudos, viéndose el uno al otro, siendo conscientes de los sentimientos del otro. Ya no importaba el fin inicial de su viaje solo eran: ella y él.
-¿Por qué lloras...?- volvió a preguntar
Ambos estaban juntos, desnudos después de haberse entregado y ella no dejaba de llorar.
-tengo miedo...-
Busco refugio en el caliente cuerpo del Uchiha. Sus pezones aún seguían erectos, lo sintió así cuando sus enormes senos chocaron con su pecho mientras sollozaba en su cuello. La atrajo más hacia él, dándole un implícito consuelo, su mano fue a dar en sus caderas.
-¿Qué vamos hacer....?-pregunto entre sollozos ahogados
Era la pregunta correcta, ella lo formulo y un gran peso cayó en los hombros de Sasuke. Entonces la aparto solo un poco, levanto su barbilla para que lo viera. Sus temblorosos ojos perlas buscaban una respuesta reconfortante de su parte.
-por ahora... quédate..solo quédate Hinata
Habia tanta sinceridad en su mirada, quizá era la primera vez que ella lo veía así. El nudo en su corazón se deshizo, ahora podía sentir el respaldo de su parte y que no iba estar sola en lo que se venía.
-si...-termino por decir
Esta vez fue ella quien lo beso, sintiendo que el vacío de ambos se llenaba con esa demostración llena de miles sentimientos pero había uno que se imponía ante otros: era el amor.
Continuara....
Fue tan difícil escribir este capítulo. Me dolió mucho :/. Después de todo es un Sasuhina. Se viene la parte más difícil, como lo habrán notado el plazo de un año lejos de konoha se está por acabar.
¿Que creen que deberían hacer, regresar o nunca volver?.
Yo ya tengo mi respuesta, pero leer los diferentes puntos de vista es muy gratificante para mi.
Saludos y cuídense por esta cuarentena.
SkybluePetunia
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