La sentencia

Habían caminado durante casi cuatro días, para ninguno era un problema, pero lo que ambos hombres notaron fue el exceso silencio de su parte. La peliazul se mantenía alerta, siempre, pero aun así ella no parecía ser la misma. Kiba lo noto y que lo hubiera hecho resultaba una proeza para su amigo shino. Algo le pasaba a Hinata pero la pregunta correcta era:

¿Qué le había estado pasando?

El sonido cortante de un kunai casi le rozo la nariz a Kiba, Hinata activo su byakugan y se sintió tan tonta por no estar lo suficientemente concentrada en la misión.

-¡Hay 5 ninjas a cuatro metros y otros 3 al flanco izquierdo!- grito ella

Ambos ninjas unieron espalda con espalda para luchar. No eran simples shinobis eran el equipo 8. Kakashi le había otorgado la misión idónea para ellos, la recuperación de un artículo invaluable para una de las familias más acaudalas de Konoha. Hinata tenía miedo de no estar lo suficientemente preparada para ello, pero la paciencia de sus amigos la animo mucho a continuar con su entrenamiento. Los ninjas de Konoha peleaban con agilidad, destreza y mucha fuerza; todo iba bien pero el pasado que atormentaba a uno de los miembro regreso, quizá fue solo un pequeño recordatorio, pero gracias a ello le ocasiono una profunda herida en la pierna izquierda.

.

La luna estaba en su máximo esplendor, la misión estaba cumplida con un apresurado éxito. Ambos muchachos descansaban en la orilla del nacimiento del rio y una catarata enorme. Estaban a dos días para regresar a Konoha, todo parecía bien pero..

«¿Qué te está pasando Hinata?»

El joven aburame observaba desde la distancia a su querida amiga, aquella triste muchacha estaba en la cima de la catara, mirando, pensando. Algo no estaba bien, Hinata no era la misma, eso lo preocupo ya que su cariño por ella era como de un hermano mayor. Luego miro a su amigo Kiba, este parecía muy ajeno a lo le estaba pasando.

«Esa repentina misión, su rompimiento con Naruto y ese extraño evento ocurrido hace..»

-¡eh SHino!

El pelinegro volteo lentamente, encontrándose con una mirada impetuosa de curiosidad de su compañero.

-¿Qué demonios te pasa?- cuestiono- tú y Hinata lucen muy raros...

Ambos voltearon a verla, ella seguía pensando en aquella cima y su cabello se mecía producto del viento.

-Acaso mi vida no es interesante.... -Se quejó- Todo es muy ra

-Kiba- lo interrumpió- ¿Observaste como Hinata estaba pelando?

-¡Claro! ¡Fue sorprendente. esos movimientos y determinación nunca se lo había visto!

-pero..- volvió a interrumpir, pero el tono de voz del callado joven era diferente.

Kiba lo miro extrañado, Shino solia ser muy serio y centrado pero esto era diferente, lo supo cuando su mirada bajo los lentes llego hasta donde estaba ella.

-Seguro estaba cansada, tu sabes que Hinata no puede matar a nadie...

Shino negó, comenzó a recordar aquel altercado. La pelea de Hinata, aquel confuso incidente.

-No Kiba... esto va más allá del cansancio

-¿Qué me quieres decir?

-No... No..- comenzó a llorar y retroceder.

Esa mirada, era la misma. El solo hecho de reconocerlo delante del desconocido la hizo sentir débil, vulnerable. Esto fue ventaja para el hampón, su kunai termino clavándose en la pierna de ella, en una señal clara de inmovilizarla.

-¡Hinata!- grito Kiba y fue raudamente a auxiliarla.

-Velocidad, destreza y fuerza. Son factores que definen un buen taijutsu- asevero Shino

-por supuesto que Sí..- aseguro Kiba- Hinata tien..

-Antes no- lo interrumpió- Hinata no era tan hábil como ahora. Esos movimientos, su destreza era superior a la Hinata que se fue aquella misión

-Es cierto- se tomó la barbilla y comenzó a recordar antiguas peleas de su amiga- Hinata solía dudar cuando peleaba con el enemigo, pero ahora parecía que era un poco más fría y certera.

-Pensé que no lo habías notado

-No soy tan tonto

-lo sé- sonrió. La Hinata de antes tenía una debilidad clara..Su manera de luchar era más eficaz. Ahora ya no dudaba tanto, solo golpeaba sin temor a lastimar. Su gran bondad a sido su debilidad.

-Es cierto.. pero... ¿Por qué me estás diciendo todo esto

-Cuando la hirieron estaba asustada, horrorizada para ser exactos. Retrocedió cuando aquel ninja se le acerco, parecía que tenía un ataque de pánico..eso es muy extraño porque a los otros ninjas no dudo en atacarlo. Su rostro.. esa expresión..-frunció el ceño al recordarlo- Hinata estaba aterrada

-¿Qué me estas tratando de decir?

-Sacar una conclusión ahora es muy pronto, pero Hinata desde que regreso ya no es la misma- aseguro con preocupación

-Debe ser por el compromiso con Naruto..

-Quizá.. pero son demasiadas piezas y no parecen encajar. Primero Hinata se marcha en aquella misión de un año... ¿Quién fue su acompañante?

El joven aburame se tocó la barbilla, tratando de visualizar todas las posibilidades.

-O quizá fue sola Shino

-No lo creo.. al poco tiempo de su regreso el compromiso de Naruto se rompe y el clan Hyuga decide encerrarla.. Eso solo me lleva a una pregunta.

-¿pregunta?

-Que Hinata fue quien rompió el compromiso con Naruto

Los ojos de Kiba se abrieron enormemente, Shino debería estar bromeando.

-pero.. ¿porque?

-Estas equivocado, Hinata estaba enamorada desde hace mucho tiempo del tonto de Naruto. Además ella dijo..

-Ella dijo que fue mutuo acuerdo- completo y Kiba callo- pero Hinata estaba mintiendo.

-como te atreves de dudar de la palabra de ella, sabes que Hinata jamás...

-Para todo hay una primera vez. Aquel día, cuando nos contó vi su rostro, sus manos. Había mucha información en las microexpresiones que tenía. Cada palabra que salía de ella parecía un discurso preparado.

-¿preparado?

-Supongamos que Hinata dice la verdad, que terminaron por mutuo acuerdo. ¿Desde cuando dejo de amar a Naruto? Y ¿porque?

-Quizá Naruto le dijo que no la amaba lo suficie..

-Si eso fuera verdad, si Naruto no estaba enamorado de ella. ¿porque pareció muy afectado por su rompimiento?¿porque tuvieron que pasar meses para que el volviera a ser el mismo? Ademas... Aquella noche en el restaurante Naruto la miraba desesperado

-Es cierto..- Kiba trataba de enlazar cada afirmación de su amigo

-Le dijo: "debí ser yo quien recibiera los golpes"

-acaso crees..

-no dudo que el clan Hyuga la haya castigado mucho, de eso estoy seguro. Naruto parecía reclamar su amor, pero Hinata ya no lo miraba igual, parecía que en sus ojos..

Guardo silencio.

-¡parecía que!- insistió al no soportar por la espera de su respuesta

-Culpa. Sus ojos reflejaban culpa-aseguro

-¿Culpa? Creo que tienes razón. Ahora que recuerdo.. Cuando ambos se encontraron, si bien Hinata le afecto. Naruto parecía más fuera de sí.. incluso celoso.

-Tienes razón, ese puñetazo te dejo inconsciente- sonrió

-solo me tomo desprevenido.

-Hay una cosa más que no te he dicho.

-¿ehm?

-Hace unos meses fui a dejarle flores a mi abuelo, era invierno y me encontré a Ino, estaba dejando flores a su padre.

-¿Qué tiene de extraño eso?

-nos pusimos a conversar y en ese preciso momento una persona con una capa estaba corriendo de manera desorientada, pero muy rápida luego cayo. Ambos nos acercamos, grande fue nuestra sorpresa al encontrar a Hinata

-pensé que nadie la había visto a Hinata por el encierro Hyuga

-Ella no lo recuerda

-¿porque?

-Aquella persona que Ino y yo ayudamos no era la Hinata que ves ahora, tampoco era la de antes. Ella tenía unas ojeras, lucia muy pálida, delgada, sus labios estaban resecos y su cabello estaba corto... Nunca pensé verla en un estado tan deplorable. Los Hyugas son unos animales- soltó furioso y estrello su puño contra el suelo.

-Shino..

-No sé si estaba bajo algún tranquilizante o estaba lo suficientemente deprimida para que su cuerpo terminara así, recuerdo que ino la sostenía y cuando abrió los ojos.. Tenía la mirada muerta, no estaba ese brillo de bondad.. ¡no estaba!

Kiba no solo estaba sorprendido por las afirmaciones de su amigo, también estaba tan sorprendido por las reacción de coraje e impotencia de su amigo.

¿Acaso era verdad que Hinata sufrió tanto?

-Recuerdo que dijo a duras penass: "¿Por qué.. porque me hiciste eso?" Y una lagrima resbalo por su mejilla. Estaba tan débil que volvió a desvanecerse

Kiba se puso de pie de inmediato, las últimas palabras de Shino amenazaban con trastornarlo.

-Acaso Hinata.. ella había sido..

-No lo sé..- aseguro y se puso también de pie- Ino y yo estábamos impactados y cuando la llevamos a los Hyuga solo nos recibieron en el portón. Tiempo después Ino trato de hablar con Hanabi..

-¿Y que le dijo?

-Nada

-¡¿Qué?!,, como de que nada

-Ino me conto que Hanabi solo se limitaba a decir que no podía responder su preguntas.

-Entonces crees que en ese viaje alguien ab..

-También lo pensé.. era lo más probable ¿no?. ella sola y un hijo de puta pudo propasarse. ¡¿NUNCA DEBIMOS DEJARLA IR A ESE MALDITO VIAJE!- dijo con coraje- pero..

-pero que..

-entiendo que por ese tipo de evento traumático pudo ser el detonante del rompimiento de su compromiso, no se sintió digna y por eso termino con Naruto. Es lógico, pero no explica la culpa de Naruto..

-¿naruto siente culpa?

-Debes aprender a analizar a las personas mejor- Kiba bufo- Esta impresa en su mirada, Naruto se sintió culpable y dudo mucho que Hinata le haya contado si ese evento fuera verdad.

-Entonces

- No lo sé.. Hay algo más.. Tengo la certeza de eso. Hinata parece que estuviera muriendo lentamente bueno.. como si sufriera mucho de manera interna. Ademas.. esas palabras.. lo que dijo: ¿Por qué me hiciste eso?

-Acaso hinata..

-Efectivamente, Hinata conocía a su agresor..Aquellas palabras.

¿Por qué.. porque me hiciste esto?

El tono suave y suplicante le hizo fruncir el ceño, no podía olvidar ni la expresión de angustia y el dolor en aquellos ojos perlas sin brillo. La caída abrupta al agua los alerto, se pusieron en posición para luchar, miraron a todos lados y Akamaru ladro.

-¿Dónde diablos esta hinata?- pregunto Shino

En ese momento el cuerpo de la marcada chica salió a flote. Ella dio una gran bocanada de aire y miro al cielo. Akamaru fue a salvarla de la corriente y la atrajo a la orilla.

-¿Qué paso Hinata?¿Porque te caíste?

Ella se sintió culpable al ver a sus compañeros preocupados, faltaba poco para que dejen de hacerlo.

-Estoy bien.. falta poco- aseguro y su mirada perla llego hasta la luna en el firmamento.

-¿poco?¿De que estas hablando?

«para mi libertad» pensó, pero nadie debía enterarse.

-para llegar a Konoha..-mintió y sonrió

Kiba la miro extrañado y Shino acomodo sus gafas, dentro suyo sabía que Hinata ocultaba algo muy grande pero triste. Ahora, en ese preciso momento noto que ella miraba diferente, un extraño brillo estaba puesto en sus ojos lunas.

«¿Qué ocultas Hinata?»

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Se sentía muy avergonzada de ser cargada por su amigo, la culpa llegó a ella cuando noto que la herida que tenía en la pierna comenzaba a infectarse. Ni los ungüentos que tenía podían aplacar el dolor que le ocasionaba.

-Lo siento mucho Kiba-kun- susurro en el oído y el impetuoso muchacho no dudo en sonrojarse.

Era la primera que cargaba así a su amiga, Hinata era como siempre imagina: una chica tan suave. Trago grueso cuando le propuso cargarla e su espalda, ella se negó rotundamente pero por su estado termino por aceptar. Tenerla así de cerca, solo podía reconfirmarle lo que siempre sintió:

Hinata le gustaba, mucho.. demasiado

Incapaz de reconocerse, reprimió ese sentimiento, aunque lo estuviera quemando por dentro. Sabia de sus sentimientos por Naruto, también sabía lo que ella sentía por él. Durante mucho tiempo se preguntó:

«Valdrá la pena sacrificar la amistad por un amor no correspondido»

La respuesta surgió casi de inmediato con un escueto: No.

Aun así, todo lo que sentía por ella no desapareció y cuando ambos se comprometieron él fue el primero en sonreír: Hinata merecía tener al amor que siempre deseo. Le dolía mucho, pero amar también implica dejar ir a esa persona, tener la suficiente valentía de reconocer que tus sentimientos son unilaterales, de que aquella persona no te mira a ti. Ahora el panorama era distinto, Hinata estaba sola, confundida pero sola, era la oportunidad que estaba esperando.

-ya casi llegamos..- le dijo

Faltaba poco y se sintió muy feliz cuando sintió que Hinata sonrió adormilada, se sentía cómoda en su espalda. Quizá obtener el cariño de su parte no era una tarea tan difícil. ¿Quién sino el? ¿Quién la conocía tato como él? Ni naruto había compartido tanto como el con ella. Shino lo observaba a mediada distancia, sabía lo que su amigo pensaba, tenía la certeza que Kiba intentaría ser algo más con Hinata, pero lamentablemente tenía la certeza que nada saldría bien. Ahora su mirada bajo los lentes observaba a una agotada Hinata, sabía que era fuerte, pero ahora parecía que ella trataba de recomponerse de algo que desconocia.

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-Regresamos enseguida- dijo kiba y coloco suavemente a Hinata en una banca.

-pero.. yo aún- sonó preocupada y apenada

-Tienes que recuperarte- sentencio Shino- Primero iremos nosotros a reportarnos con el Hokage y luego iras tu

-pero..

-La herida en tu pierna debe sanar, Kakashi sensei entenderá.

-¡espéranos Hinata!- soltó con una enorme sonrisa Kiba- Yo personalmente te llevare.. ¿no es cierto akamaru?

El perro ladro y saco la lengua en señal de confianza, Hinata asintió y se llevó una de sus manos al pecho. Que tonta había sido, había vivido mucho tiempo sintiéndose sola, pero delante de ella habían dos hermanos, que si bien no tenían su misma sangre; la cuidaban mucho. Sus ojos perlas apenas brillantes observaban las espaldas de sus compañeros, se alejaban y sintiendo un hermoso sentimiento de hermandad. Habían personas que la amaban y ella también lo hacía.

-gra....

-¿Hinata?

Ese tono de voz la respingo, su cuerpo tembló y volteo despacio. Sus ojos perlas dudaron y picaron demasiado, su corazón se desboco al ver esa mirada palpitante más azul que nunca.

-Naruto-kun..-saludo y por alguna razón se sentía demasiado expuesta ante su presencia.

-¿Qué ha..? ¡¿Qué te paso en la pierna?!- su voz sonó exaltada y sumamente preocupada

-eto.. no me paso nada..- mintió y oculto su herida con su equipaje

-pero..

-Solo es un raspón. No te pre.. ¿Qué haces?- le cuestiono al ver como el impetuoso rubio se colocaba de cuclillas, hacia a un lado el equipaje y estudiaba la herida con detenimiento.

A lo lejos una celosa mirada observaba la peculiar escena, esa chispa de agobiante en su pecho se encendió. Le dolió ver ese sonrojo en el rostro de ella y la pasividad en la de él, quiso ir ayudarla pero un agarre fuerte lo detuvo.

-¡calmate Kiba!

-pero acaso no

-lo veo.. también tienes que entender que ellos deben arreglar sus diferencias. No debemos intervenir.

El acalorado Kiba se zafo bruscamente del agarre de su amigo, observo una vez la escena y volteo molesto, siguió caminando. Sin embargo, la mirada del joven aburame no perdió dirección, seguía fija observándolos. Si bien Hinata estaba sonrojada, no tenía ese destello en la mirada o el típico desmayo, entonces...

« ¿Acaso Hinata ya no esta..?»

No podría ser cierto, se negó mentalmente. Si su deducción era correcta, algo mas debió pasar en esa misión.

-¿Qué te paso en esa misión Hinata?..¿Que fue lo que realmente te paso?

.

-Déjalo así..- sutilmente le quito sus manos fuertes de su piel tersa- será mejor que me vaya..

Naruto no había notado las sagaces miradas de las personas. Todos contemplando la escena inapropiada de unos exprometidos.

-espera- la detuvo- vamos a otro lugar

-¿ehm..?

En unos segundos Hinata estaba entre los brazos de Naruto y una vieja sensación volvió a ella.

Hinata.. rodeame con tus brazos.

Su corazón sufrió, aun mas cuando Naruto muy cuidadosamente desapareció del escrutinio público.

-Naruto-kun esto no es necesario- su tono sonó como regaño, pero él no lo noto.

El negó y sonrió. No quería que el cuerpo de ella tuviera cicatrices, pero la que tenía era demasiado fea.

-tranquila. no dolerá- le dijo.

Hinata vio como Naruto se iluminaba con el chakra de kurama, la mano de él fue a dar en la horrible herida. Anonadada vio como cada parte de la piel de ella se volvía unir, como cada poro era reconstruido a la perfección, como ese calor la invadía, tal como aquella, como ese día donde tomo su mano por primera vez, ese día donde le tomo de la mejilla, ese fatídico día donde perdió a la verdadera persona que amo.

-Ya está..- le dijo y le sonrió.

-muchas gracias Naruto-kun

Esa extraña sensación los invadió. Una combinación de familiaridad y mucha comodidad. El corazón de él se sobresaltó, al ver la tranquilidad en el rostro de ella. Hinata estaba tan cerca, pero a la vez tan lejos.

-tu rostro está sucio-añadió

Los ojos de ella se abrieron enormemente, su rostro se ruborizo y el tacto tibio en su mejilla la conmovió, removiendo esos viejos sentimientos tristes dentro de ella.

-Hinata—musito

No era fácil, tenerla así de cerca y no poder besar la miel de sus labios. Lo supo cuando su dedo pulgar llego a la comisura de sus labios, su corazón estaba a mil, pero se detuvo cuando sintió que la piel de ella se erizo a su contacto. La vio a los ojos nuevamente, ella guardo silencio, su mano seguía en su mejilla. Naruto se fue elevando por la posición en la que estaba pero..

-Naruto-kun es muy amable- soltó ella y volteo la mirada

El joven uzumaki estaba a milímetros de su rostro, su aliento chocaba en la mejilla de ella.

-Hinata

-Muchas gracias...

El contacto de ella le quemo, al sentir como apartaba su mano de su cara. Hinata tenía la mirada gacha y una sombra estaba puesta en su cara.

-Es hora de irme..

Ella se apartó de él. Sus pasos eran suaves que no emitían ningún sonido, el cuerpo de ella temblaba y no quería que lo notara. Estaba avergonzada, demasiado por lo que estaba a punto de pasar.

-¿me olvidaste?

Solo eran dos palabras, reunidas en una pregunta, pero fue tan potente que detuvieron el andar de ella, pero no volteo.

-Yo no he podido olvidarte Hinata- los ojos de ella picaron y la voz de Naruto parecía quebrarse- Hinata yo

-Debes olvidarme- solto ella. El tono frio con el que le dijo, le dolió mucho- Naruto-kun merece alguien tan extraordinario como él.. no a alguien como yo

-¿Qué estás diciendo?..Hinata..¡Tú eres la mejor mujer que he conocido!- le grito desesperado

El corazón de el dolió, al verla negar frenéticamente e incluso creyó que Hinata iba a caer por la manera en como su cuerpo temblaba.

-¿Aun me amas?..-pregunto el- ¡necesito saber si aún me amas Hinata!..¿lo haces?-pregunto con el corazón en el pecho, pronunciando con sinceridad todo lo que sentía, cada letra. Casi rogando por una afirmación de su parte

Naruto se paralizo cuando la vio voltear, Hinata no era la misma, definitivamente no. Lo supo cuando la miro a los ojos: tanta pasividad, dolor y otros sentimientos que no conocía.

-Por supuesto que amo a Naruto-kun..- él quería sonreír, pero no lo hizo. Había algo mas- el amor que siento por ti se ha trasformado. Ahora siento que el amor es un sentimiento muy grande.. tanto que duele.... El amor no es egoísta.....lo siento.. pero en la manera en que te amo ya no es la misma.

-Hinata

-Debes olvidarme Naruto.. no valgo la pena.. hazlo-exigió- olvídame.. olvídame y se feliz. Te mereces felicidad en tu vida.. deseo que tengas todo lo que siempre haz soñado. No dejes de soñar Naruto.. no dejes de creer que hay algo mejor en tu camita

-No te entiendo.. ¿Qué me quieres decir? Hinata yo..yo.. yo solo deseo.. que tu seas feliz.. que seas la misma de antes..¡ Dime por favor!.. ¡¿Qué puedo hacer?!

-¿Quieres que sea feliz?-le cuestiono y el asintió- Entonces olvídame y entonces..-su mirada perla no dejaba de ver la mirada azul, que buscaba una respuesta-.. solo entonces... yo también seré feliz.

La mirada de ella lo traspaso. Ni siquiera parpadeo cuando lo dijo, su tono fue directo y con mucho dolor. El viento soplo haciendo que los cabellos azulinos de ella se movieran, pero el no dejo de verla.

«¿Que nos ha pasado Hinata?¿como hemos llegado a este punto? »

El viento dejo soplar, ella ya no estaba. Se había ido dejando un ambiente desalentador para el héroe de konoha, también un corazón roto dentro de él. Uno que dolía, mucho, cada vez que respiraba.

.

La noche llego, el manto oscuro cubrió konoha y encendió las luces de las calles se encendieron. Las personas caminaban y sonreían, todo era aparentemente normal para muchas, pero no para una. Esa persona, una en especial que yacía en su departamento, solo. Atiborrado por los sentimientos de perdida y culpa, su adormilada mirada se abría llegando hasta lo alto del techo. Su mirada que ya no era tan azul, se perdió en el color de su fachada, las luces de su habitación estaban apagadas, le dolía demasiado la cabeza por lo de la tarde y con poco animo musito un nombre, aquel que le pertenecía a la mujer que decía querer:

Hinata

Se recostó de costado, apretó los puños y cerró los ojos con dolor. Esa posición fetal no era nada cómoda, pero su mente estaba en una sola cosa.

-¿Por qué?- se cuestionó y en su mente llego aquel recuerdo- ¿Por qué?- ella estaba en su mente, ella.. sus ojos peculiares que parecían decirle una sola cosa- ¿Por qué me miro asi..?

Su corazón dolió, sus ojos picaron. Se llevó una de sus manos hasta su frente, no podía sacar esa mirada de ella.

-Hinata nunca me miro así..

En aquellos ojos hermosos denotaban algo que nunca creyó ver

-Hinata..¡¿Acaso Tu...?!

Inmediatamente se sentó, su corazón estaba asustando, su respiración se volvió lenta y negó. Alguna vez hubo un brillo, vida, amor; hermosos sentimientos que desprendían una sola mirada de ella, pero esta vez, en aquella tarde solo había.

Nada

Nada

Nada

Absolutamente nada. La mirada de ella estaba tan vacía, ajena al dolor que el demostraba. No había dolor, pena, angustia, solo había Nada.

Tal revelación hizo que Naruto negara frenéticamente y se doblara de dolor. Si en la mirada de ella solo había nada, entonces significaba una cosa.

Que ella ya no lo amaba

-No puede ser cierto- soltó con dolor y amargura, sin aceptación a la cruda verdad.

¿Cómo Hinata pudo haberlo olvidado tan rapido? ¿Acaso era cierto..?

-no- dijo y volvió a negar

Él moría lentamente por ella, era demasiado difícil estar cerca de ella sin querer rozar un poco de su tersa piel. Sin embargo, aceptar en parte que Hinata lo había dejado de ver como siempre era duro, demasiado duro. Ella lo miraba diferente, lo supo cuando esa mirada perla lo traspaso suficiente, lo supo cuando sus ojos se aguaron y ella parecía tan ajena a su dolor, lo supo cuando ella dio media vuelta y se fue, lo supo porque ella no volteo a verlo.

.

Paralelamente

La comida en la mesa estaba servida, los olores que desprendían eran únicos. Todos los presentes agradecieron y comenzaron a degustarla. Hinata miraba su plato de arroz y lo demás, se sintió triste por el esmero de su hermana, al prepararle algo rico, pero ella no tenía ganas de comer alguna cosa. Encontrarse con Naurto había sido muy agotador, el impetuoso chico se esmeraba mucho, pero ella simplemente sentía que no lo merecía. Se llevó un poco de arroz a la boca.

« Esta delicioso» pensó. Sintió la mirada de su hermana menor sobre ella. Hanabi esperaba ver una sonrisa en el rostro de ella, cuando la vio se sintió feliz. Hinata odiaba mentir, pero era lo único que podía hacer por ahora. Ambas hermanas compartían miradas de complicidad y amor, se querían y el frágil corazón de la mayor era lo único que le importaba ahora.

-Mañana es el día..

La grave voz del patriarca Hyuga hizo que desvié la mirada hacia él. Allí estaba, el poderoso Hiashi Hyuga comiendo con tanto garbo y elegancia que le caracterizaba.

-lo se padre- soltó y siguió comiendo

- mañana tienes que estar presente a la hora, no llegues tarde- señalo

Hinata solo atino a asentir en silencio, su rostro no denotaba ningún sentimiento y el de su padre tampoco. La mirada asustadiza de Hanabi viajo de uno al otro, buscando, tratando de hallar alguna solución alterna a lo que se venía el día de mañana. Apretó los puños indignada, parecían un par de extraños y no un padre e hija tratando de disimular ser una familia.

-¡no lo acepto!- grito y se levantó de la mesa- ¡Todo esto está mal.. padre tu deberías.

-Hanabi.- la voz conciliadora de su hermana la callo- Todo estará bien.. lo promet... Dijo con suavidad y le sonrió

Los ojos de la menor Hyuga se aguaron, conocía perfectamente esa mirada, conocía esa sonrisa. Volvió a mirar a su padre, quien la ignoro olímpicamente al seguir comiendo. No pudo más y salió de la habitación. Hinata bajo la mirada con vergüenza, miro la comida preparada por su hermana con mucha pena. Había dolor y culpabilidad al sentir que había arruinado la cena, Hanabi se había esmerado tanto en cocinar y ella lo echaba a perder.

« lo siento mucho.. Hanabi»

Los raudos pasos de la pequeña la llevaron hasta el jardín amplio de su mansión, se recargo en el gran árbol que adornaba su pomposo jardin y se animó a llorar. Ella conocía a Hinata, también reconocía la magnitud de su bondad y lo que ella estaría dispuesta hacer para que no se sintiera mal. Cada vez que ella se metía en problemas, siempre Hinata se echaba la culpa o las veces que la hermosa peliazul iba ser castigada siempre le decía:

« Todo estará bien.. lo prometo»

Se arrodillo delante del gran árbol, sus manos fueron el sostén para que su rostro no se apegara al suelo y lloro, lloro sin temor a ser escuchada. Su hermana estaba yendo a una hoguera, ella no podría hacer alguna cosa para que su destino cambiara. La suerte de Hinata ya estaba echada y eso la hacía sentir la peor hermana del mundo. A lo lejos, la hermosa peliazul la miraba, tenía tantas ganas de consolarla, pero era mejor así. Hanabi debía aceptarlo.

-lo siento mucho Hanabi..- musito y se retiró.

No podía ver a su hermana en ese estado, sus fuerzas por seguir con todo esto se estaban acabando, pero debía continuar. Quizá, tan solo quizá esas serían las ultimas lagrimas que su amada Hanabi derramaría por ella,

.

Esa mañana decidió levantarse temprano, debía ir a un lugar especial antes que todo pase dentro de unas horas. Empaco un instrumento especial, compro girasoles y se dirigió donde yacía esta persona. Quiso sonreír al sentir el delicado papel, que guardaba en unos de sus bolsillos cerca de su corazón. Hinata se había propuesto conservar la declaración de neji, junto a ella ese día, tenía la certeza que él estaría estrechando su mano cuando todo acabase.

-Buenos días Nissan..- soltó y se acomodó delante de su tumba.

Tomo un palito de incienso que había llevado, lo encendió y lo coloco a un lado de su tumba. Junto sus manos y elevo una plegaria en su nombre, sus ojos picaban inmensamente, pero se mantendría fuerte ese día. En su implícita oración, pidió por su alma y rogo porque en otra vida él sea feliz.

-Hoy es el día Neji Nissan.. hoy se definirá mi destino con el clan que tanto amaste..Nunca pensé que todo esto acabaría de esta manera...pero.. yo..yo..

Sus manos comenzaron a temblar. La culpabilidad llego a ella trayendo a su memoria aquel secreto que guardaba bajo siete llaves en la intimidad de su corazón. Su vergüenza, su pecado.

-Yo debo aceptarlo...-puntualizo- traje esto.- saco de una fina funda el instrumento de madera- nunca he cantado para ti..- su voz sonó muy triste- pero quiero hacerlo ahora.. sé que es tarde.. demasiado tarde..pero quiero hacerlo por ti..

Sus palabras sumidas de dolor y perdida fueron dichas una a una, sus manos se sintieron pesadas y sus dedos torpes. Se quedó mirando el koto un momento, sintiéndose muy torpe por no poder entonar una sola nota. Ella lo dominaba a la perfección, pero el dolor era tan grande que no podía tocar. Su mano se elevó a su pecho y sintió el papel oculto entre su ropa, podía sentir los sentimientos de su querido primo y fue suficiente para que comenzara a tocar.

akai hana tsunde ano hito ni age yo

ano hito no kami ni kono hana sashiteage yo

akai hana akai hana ano hito no kami ni

saite yureru darou ohisama no you ni

shiroi hana tsunde ano hito ni age yo

ano hito no mune ni kono hana sashiteage yo

shiroi hana shiroi hana ano hito no mune ni

saite yureru darou otsukisan no you ni

otsukisan no you ni

Su melodiosa voz entono cada letra como nunca lo había hecho, fue la primera vez desde hace mucho que Hinata se esmeraba tanto en cantar y tocar. Sus dedos se movían con una destreza que ella pensó perdida y las notas que salían de su voz llegaron a un tono de suavidad que nunca se escuchó. No quería llorar, pero cuando una lagrima toco el instrumento supo que no podía más, aun así, siguió cantando, entonando esa dulce pero triste melodía. Hinata hubiera dado lo que fuera para que Neji la hubiera escuchado cantar.

Cuando termino se limpió las lágrimas. Todo su rostro estaba descompuesto, sus cejas y labios temblaban y sus ojos amenazaban con aguarse, pero se contuvo.

-El si te escucho.

Una conocida voz entro en escena, ella volteo encontrándose con una figura menuda muy conocida y querida.

-¿Qué haces aquí?-le cuestiono

Una avergonzada Hanabi se colocó a su lado, observando la tumba del genio Hyuga. La adolescente había ido a conversar con su querido primo, pero casi de inmediato observo a su hermana acercarse y decidió ocultarse.

-¿recuerdas la noche antes de tus primeros exámenes -chunin?-cuestiono

-¿ehm?- Hinata no la entendió

-La noche anterior había luna llena... tu siempre solías cantar porque pensabas que madre te oiría....—recordó con nostalgia- aquella noche observe a Neji en la puerta de su habitación, él estaba escuchándote cantar Hinata

Los ojos de ella se abrieron menormente, sintió una opresión en el pecho a tal afirmación. En aquellos días Neji siempre le hizo notar lo mucho que la odiaba, pero..

-El estaba enamorado de ti ¿verdad?-pregunto y Hinata desvió la mirada- recuerdo que cuando te quedaste ciega por el entrenamiento.. Neji te ayudo sin que lo notaras.. También cuando padre te ordenaba a ir a entrenar con el.. el siempre. A pesar que podía vencerte en menos de un golpe.. el siempre se contenía e incluso se dejaba golpear para que Padre no te gritara..

Hinata guardo silencio, su corazón latía sin cesar y su dolor amenazaba con aumentar.

-Si él estuviera vivo.. estoy segura que sabría que hacer..

-lo se..lo se Hanabi..- respondió con pena y dolor.

Ambas hermanas compartieron el silencio que las invadió, volvieron a unir sus manos para orar con más devoción, al ser que yacía a tres metros en la tierra y las amo y cuido en vida.

.

Las nubes se teñían de gris, el viento no dejaba de soplar y el sol agonizante en el cielo estaba. Su mirada perla estaba en el firmamento que anunciaba el anochecerse, era hermoso, pero en su mente solo estaba una cosa.

«Ya casi es la hora»

Sus manos se empuñaron en su pecho, estaba a escasas hora para que personas que no la conocen decidieron lo mejor que es para ella. Sus ojos estaban secos, estos reflejaban su silencioso dolor. Las aves volaban en la oscuridad de un anochecer que se aproximaba

¿Cómo es que lo hacen con poca visión?

Quizá es por el instinto de sobrevivencia y la libertad con la que nacen que las hacen ir a un lugar conocido. Hinata deseaba ser con un ave, quizá siempre lo hizo. Antes era un ave bella en una jaula de oro y mientras que el era un ave con las alas rotas. Neji hyuga nació con un cruel destino, con una humillante marca en la frente y desde las sombras admiraba a esa hermosa ave, encerrada en unos barrotes de oro con las cuales nació. El corazón de ella dolió mucho, pero el sentimiento de resignación era lo que más le pesaba. Volvió a elevar su mirada tambaleante, las aves ya se habían perdido en la noche que llegaba y ella solo musito en la intimidad del lugar:

-de..desearía ser como un..

-¿Hinata?

Una suave voz la saco de sus cavilaciones, giro su mirada lentamente que su cabello se movió al vaivén del movimiento. La mirada jade reconoció a una triste Hinata, quizá como nunca la había visto. Caminaba hacia su casa, presurosa por darse un baño de burbujas y olvidarse de sus responsabilidades, compro unos dangos en una tienda cercana, se dirigió a su hogar. Una silueta menuda y curvilínea llamo su atención, grande fue su sorpresa al ver a una solitaria Hinata mirando al cielo que se oscurecía.

«¿Qué hace sola y en medio de la nada? »

La calle donde ambas estaban, permanecía en silencio sin ningún otro peatón por allí. El viento volvió a soplar, uniéndolas en un doloroso hilo invisible. Cuando las miradas de ambas llegaron directamente, ambas pudieron sentir como ese hilo de la amistad y confianza que alguna vez sintieron estaban roto y en lugar de aquel se tejía otro, uno más fino pero doloroso, capaz de cortar con la presión cualquier cosa, todo unido por un secreto.

-Hace frio.- dijo la pelirosa y se sobo los antebrazos.

-buenas noches Sakura-san..tiene razón.. hace frio- respondió

-Hinata..

-tengo irme- soltó y la interrumpió- buenas noches..

-¡espera!- se apresuró en decir

Hinata volteo lentamente y sakura apretó los labios, ni siquiera sabía porque le decía que no se vaya.

-tengo dangos..-señalo y con vergüenza extendió la pequeña caja que los contenía- me gustaría que los probaras.. son deliciosos..

La peliazul se conmovió, la que alguna vez considero más que una amiga, estaba allí a su delante, rogando de manera implícita un poco de su tiempo. Estaba temblorosa y no era por el frio, quizá por el nerviosismo de su presencia.

.

Una temblorosa niña estaba ya casi lista, sus ojos estaban al borde del colapso, su frágil corazón amenazaba con traicionarla al ver la frialdad de su padre.

-padre..-soltó, pero se arrepintió casi de inmediato al decirlo.

El orgulloso Hiashi había empezado a avanzar, dejando a una nerviosa Hanabi detrás.

-Ya casi es la hora- dijo, irguió su postura elegante y salió de la mansión.

¿porque? ¿porque Hiashi no hacía nada para detener la sentencia de Hinata? ¿Era su padre, no?

Tantas preguntas rodearon la mente de Hanabi, en ese minúsculo momento. Sintiéndose inútil, por no poder hacer absolutamente nada por ella, avanzo a lo que sabía era un futuro desolador.

.

¿Cuánto tiempo se habían conocido? Unos 10, 15 o quizá toda la vida. Sin embargo, ambas parecían dos extrañas que habían compartido un dulce. Hinata ya había terminado su dango y jugaba con el palillo que los había contenido, en cambio sakura solo lo había puesto a un costado. Ninguna pudo saborearlos bien, solo lo comieron por compromisos, desde que se sentaron en una banca cercana, guardaron silencio. Hinata parecía más silenciosa de lo común y Sakura, al sentir el hermetismo de ella, se dio cuenta que si le había invitado de esos dangos, era porque no quería verla triste, la culpa la invadió. La sonrisa de la peliazul ya no estaba y ese brillo en sus ojos se había apagado y supuso que fue por su culpa.

-¿Cómo has estado?-pregunto la pelirrosa

-he estado bien.. gracias..-respondió casi de inmediato

-Casi no te he visto en la aldea..

-he estado en una misión..

-Hinata..

-Esto es incómodo para mí..-respondió tristemente- no tienes por qué preocuparte por mí- el corazón de Sakura se acongojo de vergüenza- Yo estoy bien..-respondió y la miro- solo estoy tratando de olvidar..

-Hinata..

-Me tengo que ir..

La joven peliazul se puso de pie, no estaba nada cómoda y ver la tristeza en sus ojos combinada con preocupación de la otra joven, solo la hacían sentir más culpable.

-¡Naruto no ha podido olvidarte!-grito y Hinata se detuvo pero volteo- No se cuántas veces tendré que decir que lo siento..yo.. ni siquiera sé porque lo hice.. supuestamente yo amo a Sasuke-kun..

Hinata abrió los ojos enormemente, su corazón se asustó y su cabeza dolio.

«Sasuke»

-Quizá fue el afán de sentirme amaba-prosiguió Sakura- fue mi deseo egoísta de que alguien me correspondiera. quizá debí haber seguido a Sasuke- soltó con vergüenza- nada de esto hubiera pasado si..

-el no lo vale.

-¿ehm..?

-por eso no lo hiciste ¿verdad?

Hinata seguía de espalda, su mirada jade recayó en la silueta erguida de la honorable Hyuga.

-muy dentro de ti sabias que no lo valía.. También sabias que Naruto era el mejor hombre que has podido conocer.. por eso estuviste con el...

-Hinata. Yo

-me tengo que ir.. ya casi es la hora

Sus ojos tristes miraron desaparecer en la penumbra a una desconocida Hinata, definitivamente había algo en sus palabras que no reconoció.

«¿Tanto haz cambiado? »

Esa pregunta salió de sus labios como un susurro, Hinata había cambiado demasiado, había algo en ella que iba más allá de todo la desgracia que según ella le causo. Había algo más, algo que le atemorizaba. Quizá una verdad teñida de un secreto que indirectamente la involucraría.

.

«Ya casi no recuerdo su rostro »

-Hemos velado durante años al clan Hyuga y a sus miembros

Las miradas llegaron a una cabizbaja Hinata, su cabello azulino cubría gran parte de su rostro. Ella había llegado a la hora pactada, en la entrada la aguardaban su padre y una triste Hanabi, esta solo le atino a sonreír para animarla un poco. Entraron a ese horrible habitación, donde los ancianos más "sabios" los miraban desde asientos arriba, Hinata se posiciono en el medio sintiendo la miradas de todos sobre ella. Su padre y su hermana tomaron asiento como espectadores, no muy lejos de donde estaba ella. Sin embargo, la mente de la juzgada chica estaba en otro lado. La mención del nombre de él, la hizo remover algunas cosas dentro de ella. Por alguna extraña razón, su mente trato de recordarla algunos sucesos que había pasado, pero..

No lo recordó

-Hinata Hyuga es sentenciada...

Su rostro, sus toques, sus labios, mirada e incluso su voz. Todo era borroso, demasiado como para haberlo vivido. Hinata se cuestiono, si en realidad había vivido todo aquello, pero al verse en medio de esa tensa situación, fue muestra clara que todo lo que paso, fue real.

-A ser desterrada de la familia principal, de su título como futuro líder del clan Hyuga y ser sellada para preservar los secretos del Byakugan

-¡No!.. ¡neechan no!

Un grito desesperado la tenso, reconoció la rota voz. Se descoloco un momento, miro a todos lados buscando a unos ojos como los suyos y sus ojos se aguaron casi de inmediato.

-¡padre por favor.. haga algo!-rogo y jalo el atuendo formal del implacable Hiashi.

-llévensela- ordeno el patriarca Hyuga

Hinata se le fue el aliento cuando entraron miembros del clan.

-¡No!-volvió a gritar cuando la jalaron en contra de su voluntad-¡Neechan!- grito entre lágrimas mientras la sacaban de la habitación a la fuerza.

-No se la lleven..- dijo despacio y miro a su padre entre lágrimas.

Sin embargo, la mirada de su progenitor era tan severa que lo desconocido. Hiashi no parecía conmovido por lo que acaba de pasar. Ni la sentencia de ella, ni el estado anímico de Hanabi parecían perturbarlo. Solo miraba directamente, de manera tan severa que solo le decían una cosa:

Tú tienes la culpa.

Su rostro se descompuso, arrugo el ceño, sus ojos terminaron por aguarse. Su mano llego hasta su pecho, sintiendo el papel bajo su ropa.

« Dame fuerza Neji niisan»

-Que jovencita tan escandalosa- se quejó una anciana

Hinata apretó sus manos, sus puños eran fuertes ante la impotencia de la situación, podían hablar lo que quisieran de ella, pero no de su hermana. Hanabi no pagaría por sus malas decisiones. Sabía que su suerte estaba echada, pero nunca imagino la reacción tan errática de su querida hermana. Debió proveer que Hanabi sabría que, si la sellaban a ella, lo más probable era que moriría, pero la muerte era lo menos que le importaba. Se sintió egoísta, al no pensar que le afectaría de esa forma a Hanabi, era justo.

-Proseguiré- añadió el anciano- la futura líder del clan será la siguiente en la línea de sucesión, Hyuga Hanabi. En el rango de dos meses se preparará el cuerpo de Hyuga Hinata para que pueda resistir el sello. Hemos considerado esto, solo por la pureza de sus ojos. A partir del día de hoy, Hyuga Hinata queda despojada de sus títulos y su clase.

Su corazón latía rápidamente, su cuerpo temblaba y sus manos contenían la humillación pública. Poco a poco los ancianos fueron dejando la habitación, su mirada seguía gacha y agradecía a su cabello que ocultaba su silencioso llanto. Sus lágrimas llegaron hasta el tapete donde descansaban sus piernas. Cuando escucho al último salir se limpió las lágrimas, escucho unos pasos aproximarse a ella.

-es hora de irnos

Ella solo asintió a la orden de su padre, el tono grave de su voz la hizo estremecer. Se sentía tan avergonzada. Él se adelantó, ella se puso de pie y casi trastabilla. El viento fuera de esa habitación la mareo, trato de seguir el paso lento de su padre, pero era muy difícil en el estado en el que se encontraba, su andar se detuvo, al encontrarse en el pasillo a una llorosa Hanabi. Cuando la mirada perla de ambas se encontraron, la menor ignoro a su padre y rápidamente se aproximó hasta la bella peliazul.

-No llores.- soltó la mayor y acaricio su cabello. Hanabi negó y su rostro no dejo el pecho cálido de Hinata.

La juzgada chica sonrió con ternura, al darse cuenta que su hermana había crecido mucho, ya casi le llegaba al hombro, pero seguía siendo la hermosa niña de ojos grandes, que le arrebataba una sonrisa.

-Todo va estar bien..- Hanabi se tensó- lo prometo..-la menor llorosa negó

¿Cómo podría estar bien? Si la iban a sellar y lo más probable era que muera en el proceso.

-mírame Hanabi- sus manos suaves fueron a ambos lados de su cabeza, hizo que la mirara.

Apesar de sus incontenibles ganas de llorar, Hinata la miro con ternura y sonrió.

-te prometo que todo saldrá bien.

El rostro de Hanabi se desencajo aún mas y sus lágrimas volvieron a salir, Hinata envolvió a su hermana en un cálido abrazo. Quizá ahora Hanabi será su superior, quizá le habrán arrebatado todo por lo que nació, pero jamás podrían arrebatarle una cosa:

El lazo imborrable con Hanabi, eso jamás, ni la muerte, ni la distancia podrían.

.

Se sentía bastante débil, era muy entrada la mañana y recibió un llamado con suma urgencia del hokage. A pesar de sus dolencias, no se permitiria que esto sea impedimento para que siguiera sus labores como Shinobi. Ya hacia una semana desde aquel día donde decidieron su futuro, y desde el día anterior había empezado con la preparación, para que su cuerpo se acostumbrara a su futura marca. Sus ojos tenían una pureza muy poco visto, Hinata nació diferente a los demás miembros del clan, solo por eso tendrían esa consideración. El sello del pájaro enjaulado lo realizan en la infancia de otros miembros, puestos que los niños tenían más seguro recuperarse, pero los miembros mayores muy pocos sobrevivían.

Ya había llegado a la torre del hokage, se quedó inmóvil apreciando el volar de las aves.

-es época de inmigración- reconoció

El viento soplaba casi como un escalofrió.

-Quizá todo hubiera distinto si...-guardo silencio, el viento seguía soplando acompañándola- eso ya no importa.

Sus pasos fueron lentos, ya conocía el camino hacia la oficina del peliplateado. Tenía la seguridad que le encomendaría otra misión de rastreo con equipo, sonrió al pensar que se encontraría con Kiba y shino.

-Quizá debí traerle algo a akamaru..-se preocupó y toco la puerta de la oficina.

-¡adelante!- se escuchó tras la puerta

Giro la perilla y respiro hondo, cerró la puerta y dio una reverencia.

-buenos días..- saludo y se irguió para recuperar la postura.

Perdió el aliento, por primera vez sintió que su corazón se detuvo y sus ojos se abrieron menormente, su cuerpo comenzó a tiritar y su mente comenzó recordar lo que había creído olvidado. En ese momento, en ese infimito momento todo, absolutamente todo llego a su memoria, como una avalancha que la asfixiaba; su cuerpo amenazaba con no responderle. Un dolor punzante en la cabeza amenaza con desmayarla.

«no.. no puede ser »

Esa mirada, esos ojos, estaban allí, a pocos metros de distancia; observándola de lado de la manera mas fría posible.

« el es.. el era..»

Sasuke Uchiha.

Por un momento ambos se sintieron solos en la habitación, su mirada negra llego directamente hacia ella, reconociendo que Hinata estaba al borde por su culpa. Todo se tornó oscuro, envolviéndoles en un ambiente desolador y de dolor. Ambos estaban separados a menos de dos metros de distancias, pero se sentían tan cerca como si uno podría respirar el aire del otro.

-¿Hinata?

Ella movió levemente la cabeza, negándose aceptar quien estaba allí.

-¿Hinata?.

Seguía en shock, pero la voz del hokage presento hizo que reaccionara un poco, lo suficiente para hacer girar su cabeza.

-¿ehm?

-Hinata ¿estas bien?- cuestino

Ella parpadeo varias veces, dándose cuenta que en la habitación además de Sasuke estaban: Naruto y Shikamaru.

-ehm.. si-mintió- Bu-buenos días Naurto, shikamaru-san..

-Buenos días Hinata- devolvió Shikamaru

-Buenos días... Hinata- saludo triste Naruto

El impetuoso rubio se sintió muy culpable al verla nerviosa, aseguro que estaba incomoda por su culpa por el evento sucedió el otro, fue un error garrafal pretender besarla.

-Acércate por favor..- pidió Kakashi.

Sus piernas amenazaban con hacerla caer, de manera disimulada la acercaron hasta el escritorio de él. Se colocó en la incómoda posición entre Naruto y Shikamaru, sasuke quien seguía en silencio estaba al lado de su ruidoso amigo.

-¿quieres que llame a un médico?- cuestiono kakashi- luces muy pálida

Hinata se sintió expuesta ante la mirada sagaz de guapo Hatake, estaba tratando de no ser tan evidente, al parecer no lo había conseguido.

-¿esta bien Hinata-chan?-cuestiono preocupado naruto- si quieres yo te puedo llevar a la enfermería.

-no.. no gracias.. es solo que no he comido muy bien- mintió e irguió su postura para que no se dieran cuenta que estaba temblando- me mandó llamar Hokage-sama

-Ehm si. Hinata te presento a tu nuevo equipo. Tienes una misión de Rango S..

«No puede ser... »

Un hoja del gran árbol que adornaba el patio trasero cayo, el otoño había empezado. Había pasado exactamente un año desde que se dieron aquel doloroso beso, un año desde que esa promesa se rompió. El hilo que los había unido entonces, ese hilo que ella creía roto se había comenzado a unir, hebra por hebra, enlazándola con aquel hombre que le destruyo la vida. Tratar de olvidar su pasado, tratar de olvidar no eran suficientes, nunca lo serian puesto que el tarde o temprano regresaría. Su pasado fue real, triste y doloroso y volvía hacia ella exactamente un año después de que todo comenzara.

Continuara...

Muchas gracias a los que tienen paciencia y me han seguido desde que inicie esta historia, también a los que votan y se toman dos segundos en comentar. Agradezco desde el fondo de mi corazón a un amiga a la cual estimo demasiado e hizo estos dibujos para mí: Mond. Sabes que te admiro y respeto mucho.

Saludos

SkybluePetunia

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