La propuesta (parte I)

Sus ojos se abrieron de a poco, sintiendo un gran golpe en su cabeza. Ataviada por tantas cosas en tan poco tiempo todo le daba vuelta. Se recompuso como pudo para poder sentarse.

-¡Hinata, despertaste!- una voz conocida la llamo con felicidad- ¡por kami Hinata!- la tomo de la mano, pero ella no pudo corresponder a su afecto, lucia ojerosa, cansada y muy pálida- hemos rezado mucho para que despertarás.

Ella asintió débilmente, sus ojos se abrieron aún más al ver a cierta persona dormida a lejos en un incómodo sofá.

-¿Qué hace él aquí?- su voz aunque débil sonó molesta, al ver a la causa de sus problemas dormido muy cerca de ella.

-no ha querido moverse de tu lado- acepto Ino con algo de vergüenza- ha insistido en quedarse contigo. Lo siento mucho Hinata, he tratado que...

-no importa- interrumpió- creo que después de todo yo.. bueno él..

-lo sé- ella la miro sorprendida. Apretó entre sus palmas la delgada sábana- todo el mundo lo sabe... Tu padre, él ha estado organizando una fiesta de compromiso y bueno.. lo demás ya lo supones.

No hubo expresión en el rostro de ella, ya ni llorar podía, ver que su muñeca estaba conectada a un catéter y sentirse aún más delgada. Debía ser su única preocupación. Ahora debía cuidar su salud, no solo por ella también por la vida que crecía dentro de ella.

-¿Cuánto tiempo he estado dormida?

-tres días.

-¿tres días?- se sorprendió- tanto tiempo.

-aún tienes anemia, el cambio de hormonas por tu condición. Has tenido mucho estrés. Los primeros meses del embarazo son muy delicados, me sorprende que no hayas tenido una amenaza de aborto.

No respondió a ningún estímulo de su amiga. Su triste mirada solo se elevó cuando vio a la distancia que cierta persona que se ponía de pie. Ni siquiera su semblante demacrado e incluso triste la conmovió. Hinata había endurecido su corazón en una espesa coraza que no permitiría que la lastimara una vez mas.

Tu eres todo para mí

Su perdón no resarcía el daño que le ocasionó. Su comportamiento toxico le había hecho mucho daño. Su mirada llego a él, mostrándole su renuencia a su presencia en ese lugar.

-Ino déjanos solos- ordenó sasuke. Su abaritonada voz la sobresalto, tomo fuertemente la mano de su amiga y no se retiro sin antes tener su permiso silencioso.

Sasuke acortó distancia muy despacio. Hinata no dejo de verlo a los ojos, leyendo su mirada. Tratando de encontrar algo para rechazarlo, pero hasta esas altura de la situación alejar a Sasuke era prácticamente imposible.

Aunque le costará aceptar, él era y siempre sería el padre de su pequeño. De forma casi imperceptible tomo asiento donde había estado Ino.

-¿Quieres que te muestre?- le preguntó y ella entendió a que se refería-¿Quieres que te muestre cómo paso?

Ella no dijo nada y asintió despacio. Los ojos de Sasuke cambiaron, su kekkei genkai se activo y todo comenzó a darle vuelta. Hinata contuvo el aliento, se vio a ella semidesnuda en un cueva. Sasuke cuidándola con devoción, se vio sumergirse en el dolor de la cauterización. Vio su desespero en su rostro, teñido con culpabilidad.

Lo que vino después ni ella se lo imagino. Cómo sospechaba había luna llena, se vio queriendo tocarlo, a él rechazándola por primera vez.

Supongo que destruyó todo lo que tocó

Había mucha agonía en su voz, se vio besándolo con hambre y queriendo ser tocada más por sus manos. Así era antes, siempre lo fue y cuando se vio montada en forma de loto. Supo que no quería seguir viendo.

-ya no más, por favor- pidió y aparto su mirada.

La ilusión termino, sus ojos al fin liberaron espesas lágrimas que le quemaron la piel. Sus manos empuñaron las sábanas y Sasuke quien no pudo dejar de verla sintió una culpa infinita por colocarla en esa posición. Estaba más delgada, su rostro pálido y su mano unida a un catéter, necesitaba cuidarla, debía de hacerlo pero ahora no sabía cómo.

¿Cómo podría lidiar con un mujer que lo despreciaba abiertamente?

Hinata había cambiado tanto. Su amabilidad estaba incorrupta con todos los demás, pero con él era diferente. Le hacía sentir todo lo negativo que alguien como ella podría sentir. Desde su frialdad hasta su crudo desprecio por su tacto, pudo sentirse repulsivo y discrimado con una sola mirada de su parte y eso le partía el alma.

¿Cómo habían cambiado las cosas? Hace más de un año aquella mujer lo miraba con amor, lo besaba y se dejaba tocar por él. No había duda que el poder de las palabras eran poderosas.

-Hinata- respiro hondo. Ella no siquiera lo miro- Tu padre está haciendo los preparativos para nuestro compromiso.

Ella asintió despacio ¿Cómo habían llegado a esa punto?

-Créeme que nunca tuve planeado llegar a este punto de esa forma. Sin embargo, viendo las circunstancias tengo que hacerme cargo de las consecuencias de mis actos yo..

Quiso continuar, pero ella estaba llorando una vez mas. Sus lágrimas en los últimos meses, le habían dolido más que cien puñales en su espalda. Amaba a Hinata, con toda su alma, pero ya no quería verla tan rota.

-Hinata- se acercó un poco más a ella. Sus ojos platas llegaron hasta él, aunque tenía muchas ganas de secar sus lágrimas no lo hizo-Pídeme cualquier cosa..- se sincero, está vez se esforzaría por cambiar las cosas- Pídeme lo que quieras y voy a cumplirlo.

El tono de su voz ya no fue tan grave, se había esforzado en hacerla sosegada para no asustarla. Aunque estaba dudosa Hinata se atrevió a hablar.

-Si.. te pidiera que rompieras el...

-¡Todo menos eso Hinata!- la interrumpió ante su sorpresa. Contener su malestar era algo que iba a empezar a lidiar.

-Pero me acabas de..

-¡No puedo! Simplemente no- sentenció y se irguió haciendo notar lo alto que era- Tu padre.. y aquellos ancianos entrometidos pueden hacerte daño y no lo permitiré- Hinata no pudo debatirlo, en ese aspecto tenía razón. Sin embargo la depresión que la embargaba y que le estaba costando superar no la hacía pensar bien- antes que ellos osen en volver a tocarte, prefiero destruirlos primero.. y si eso significa hacer una guerra por salvarte la vida y la de mi hijo entonces no lo dudaré en hacerlo.

Ya había ocasionado una guerra por su hermano, que toquen a Hinata era motivo suficiente para hacerlo una vez mas.

Hinata lo miro asustada, más pálida y eso lo frustró. No era tan fácil ocultar todo lo negativo que era, arrastró su cabello y maldijo internamente.

-¿Te parezco un monstruo?- Le cuestiono

Ella solo bajo la mirada y permaneció en silencio. Su respuesta era clara. Si, era un monstruo ante sus ojos.

.

-eso llévalo arriba- ordenó Suigetsu.

-¿Estás seguro que va ha arriba?- cuestionó Jugo.

-si, Sasuke fue claro que los muebles van arriba.

Este asintió y obedeció al nuevo encargado de equipar la mansión Uchiha con los nuevos muebles.

Todo había pasado tan rápido, aunque Sasuke no le había explicado casi nada. Los rumores en la aldea se esparcieron como el virus.

La hija de Hyuga Hiashi se casaría está vez con el mejor amigo de su exprometido.

Se dice que habian estado enamorados desde antes y que Naruto rompió el compromiso por eso.

Palabrería barata, eso era lo que eran.

Suigetsu se sentó en la entrada que daba al jardín central, miro al cielo y respiro hondo.

-¿Qué estás haciendo bastardo?- se preguntó pensando en Sasuke.

Todo había comenzado un año quizás. Cuando el comportamiento de su amigo había cambiado radicalmente. De ser bastante desafiante y reservado, se volvió retraído e incluso triste. Nadie sospechó todo lo que había pasado entre él y la exprometida de su mejor amigo. Ahora entendía el porque sasuke se había estado quemando por dentro.

Amaba a esa mujer, quizá de una forma insana pero la quería para él.

Aunque ahora, no era consiente que en el proceso la estuviera dañando tanto. Sasuke era de esas personas, que cuando se aferran a algo simplemente no las suelta. Así fue con su idea de matar a Itachi, también con su idea de su gentjutsu. Necesitaba tocar fondo para soltar, pero está vez era diferente. Incluso estaba cuestionando un poco su raciocinio y su cordura.

-¡llegaste!- soltó Suigetsu. Ni siquiera volteo. Era Sasuke quien se aparecía tras la puerta.

-¿Hiciste todo lo que te dije?

-Traté- enfatizó

Sasuke inspecciono los muebles que aún no se habían colocado, aunque sea la casa estaba impecable y habían reparado los vidrios rotos de unas de las ventanas. Su ceño se frunció al recordar que tiempo atrás. Cuando regreso y se enfrentó a Hinata está se tiró por la ventana antes de ser tocada por él.

Ya no importa, pensó.

Ahora Hinata sería su esposa, ante la ley y ante todos. No la dejaría. Está vez se aferraría a ella y al menos trataría de ser un hombre diferente solo por ella. Aunque sus demonios se lo impidiera.

Después aquellos acontecimientos en la oficina de los Hyuga. Sasuke se dedicó a arreglar las fachadas de su extinto clan. Limpiar las manchas de sangre y los escombros. A pesar de perturbarlo trataba de mantenerse sereno. Necesitaba ayuda así que invito a su equipo Taka a que los ayudarán, ninguno cuestionó nada. Ni siquiera Karin, quien solo atino a mirarlo con nostalgia.

Aún así la ayuda no era suficiente, invoco a unos clones y con ayuda de Karin, Suigetsu y jugo comenzaron a darle un nuevo color a las viviendas Uchihas.

Sasuke dividió su tiempo entre el hospital y la reparación del clan. Hinata aún no despertaba, era consciente que su estado era estable, pero no dejaba de preocuparlo. Siempre que se desocupaba se sentaba a su lado y solo en pocas ocasiones se dedicaba rozar el dorso de su mano. Aunque fue invitado a retirarse en múltiples ocasiones, no lo hizo. Escuchar su respiración mientras dormía, era algo hipnótico. A veces se permitía recordar lo feliz que fue con ella, creando más de una vez lágrimas internas que no pudieron salir.

Ser testigo del estado tan crítico de ella, había sido el fondo que necesitaba tocar. No solo la había puesto en riesgo a ella, también a su bebé. A un hijo que para ser sincero, no sabía si quería. Si era un mal momento o una bendición Inesperada. Era consiente que Hinata no lo quería. Ni toleraba su contacto, Iba ser difícil.

El dinero no fue problema, no escatimo en gastos en reparaciones y mucho menos en los muebles. No le importo si sus amigos se burlaran de él cuando fue muy específico en los colores de las paredes o los muebles. Conocía a Hinata, había vivido con ella casi un año y conoció sus gustos en tonos pasteles y su dedicación por las flores. También sabía que amaba los lugares con ventanas amplias y buenas iluminación.

Aunque le costara aceptarlo, estaba algo feliz porque la tendría en su casa con él. Apreciar su cocina vacía, hizo que el pecho se le apretara, recordar a Hinata cocinando en la precaria cocina, hacia que sus ojos picaran. Ella era muy feliz cocinando en esa choza, no necesitaba mucho ahora entendía que solo necesitaba de su amor. Hinata no buscaba nada más que su amor.

Todo era tan difícil, más aun con su estado.

Había adecuado el dormitorio principal solo para ella, aunque no sentía correcto dormir en la misma habitación, dónde durmieron alguna vez sus padres, quiso hacerlo por ella. Cambio desde el papel tapiz hasta los colores del lugar, se encargó meticulosamente en decorarlos con finos trazos por pinceles y plasmó uno de los escenarios de su viaje. Ser portador del Sharingan ayudaba mucho en ese aspecto. Aunque Hinata no estuviera allí, ni tampoco hubiera opinado al respecto, había mucho de ella en ese lugar. Al menos tenía la esperanza que notará su esfuerzo.

La noche cayó, Sasuke estaba exhausto, bastante agotado más que cualquier enfrentamiento. Ahora descansaba en la entrada de la puerta que daba al jardín central, mirando la luna. Ya había ido a dejar a Hinata a su casa, se aseguro que llegara bien y se mantuvo a su lado en todo el camino. Por un momento pensó que Hinata lo apartaría en público, pero no fue así. Se mantuvo caminando a su lado, en silencio ante el escrutinio de la aldea.

No pudo dolerle más esa actitud de su parte, prefería que aunque sea lo tocará para apartarlo o quizá se dirigiera hacia él hasta gritándole, pero no. Ella se mantenía en un silencio tortuoso, uno que le dolía hasta lo más profundo de su ser.

-¿Estás seguro de lo que estás haciendo?- Suigetsu aparecía y se recostó a un lado junto a él.

Sasuke no respondió, solo miro a la nada. Mañana iba ser un día más largo. No quería pensar mucho.

-debe ser difícil para ti

Sasuke sonrió, ahora el idiota de su amigo sentía lastima por él. ¿Difícil? Era poco, era más que eso estaba muriendo y manteniéndose vivo solo por ella.

-No lo entenderías.

-Lo sé, pero es algo jocoso poder ser testigo que por primera vez una persona es capaz de hacer que regreses a este lugar- soltó observando a su alrededor- todo lo que pasó aquí fue una pesadilla.

-lo fue- aceptó.

Aunque Itachi se haya transformado en el monstruo esa noche.

-¿La lastimaste?- le pregunto y Sasuke no respondió, apoyo sus brazos en sus rodillas y su mirada se ensombreció.

¿lastimarla? Prácticamente le arrancó el corazón y las ilusiones por vivir por culpa de su estupidez.

-No tienes idea.

.

Los adornos alrededor de su casa ya estaban casi listos. Hasta donde sabía los invitados también, solo uno no acepto la invitación. Muchos de las personas más importantes de Konoha y otras aldeas estarían allí, para su fiesta de compromiso. Se sintió mal porque era su segunda fiesta de compromiso.

¿Qué pensarían las personas? Que quizá es una mujer sin principios y moral. Eso no importaba, era consciente que su reputación estaba por los suelos. No quería pensar, solo quería que todo pasara rápido y la liberarán de esa eterna agonía.

Agradeció internamente a Sasuke, no lo había vuelto a ver en casi 5 días después de su salida del hospital. Sabía que había ido a verla a su casa, pero se lo habían impedido su ingreso. Al menos no se metió por la ventana como otras ocasiones.

-Hinata-san

Ella volteo casi de inmediato, una de las muchachas de la servidumbre la llamo. Observó la taza de té en su mesa, había pedido tomarlo en el jardín para relajarse un poco. Si bien su salud estaba estable, las náuseas constantes no le permitían comer.

-Si- respondió luego de terminar la infusión.

-Trajeron esto para usted.

Era una caja muy grande, su color blanco y un lazo la adornaban. Hinata estaba confundida. Hace mucho que no recibía ninguno, busco el remitente y no lo halló.

-¿Quién lo trajo?

-Creo que fue su prometido Hinata-sama- indico la joven quien sonreía con ilusión

Al parecer le gustan las bodas, pensó Hinata.

Aunque sus dedos se volvieron torpes ante el lazo, suavemente desató las ataduras, saco la tapa de la gran caja y pudo visualizar al fin lo que había allí.

No podía describir la belleza de tal traje. Era un kimono de exquisita tela, bordeado con lo parecía flores y pequeños colibrís. Su mano paso por la tela sintiendo la suavidad de sus hilos. Era carísimo, era evidente digno de cualquier princesa o hija de un feudal.

Sentía que el aliento se le acababa, se le oprimio el pecho. Reacomodo uno de sus mechones tras su oreja al verse en la posición en la que se encontraba. Seguro Sasuke pensó que no era apropiado vestir con su antigua vestimenta, la del primer compromiso, por eso envío otra.

-Es bellísimo Hinata-sama- soltó con ensoñación la otra chica.

Ella se atrevió a estirar más la tela, encontrándose con el emblema de la familia Uchiha colocada finamente en la parte trasera, simbolizando la unión entre ambas familias. Tal idea hizo que Hinata soltará la tela como si le quemara.

-¿Hinata-sama le pasa algo?- la vio palidecer, hiperventilarse. Incluso querer llorar.

¿De verdad Sasuke se estaba tomando tan enserio lo del matrimonio?

Haré las cosas bien.

Los recuerdos de la fiesta de su primer compromiso hicieron mella en su corazón. Recordó como ese día se había levantado muy temprano, había orado, bañado y perfumado hasta la punta de sus largos cabellos. Recordó como ese día su hermana le había ayudado a peinar su cabello, desempolvado el traje de su madre para lucirlo y maquillarse tenuemente. Esa fiesta estuvo organizado por su clan, pero fue ella quien ultimo cada detalle. Cada mesa, cada flor. Fue feliz organizandola, era feliz. ¿cómo habían cambiado las cosas tan radicalmente?

Cuando sus lágrimas salieron, se puso de pie, sus torpes y presurosos pasos la alejaron de tal horrorosa caja.

Cuando cayó la noche Hinata estaba en un esquina de su habitación, se había atrevido a llorar un poco. Sabía que no debía de hacerlo, pero se sentía atrapada. Aquella caja estaba en medio de su dormitorio, la miraba a la distancia como si aquel traje iba a cobrar vida y la dañaría.

-¿Neechan? – llamo Hanabi a la puerta.

Hinata aún no le apartaba la mirada a aquella caja, solo atino a decir adelante. Hanabi aparecía comiendo lo que parecía un sánguche. La peliazul la miro sin mucho interés.

-¿cenaste?- le cuestionó.

Hinata asintió despacio. Su hermana la conocía, seguro había comido muy poco. Sabía que no era fácil, pero trataba que ella comiera a sus horas y tomara sus vitaminas. Saberse tía había sido un cambio de emociones. Al principio tristeza, pena, luego conformidad, pero a medida que pasaba los días había llegado a ilusionarse con cuidar al pequeño hijo de su hermana. Aunque la expresión de Hinata a veces solía romperle la ilusión.

Hanabi vio hacia donde estaba puesta la mirada de su hermana. Supuso que era por la caja que Sasuke le había entregado.

-¿Estás bien?- le cuestionó y se acercó a ella.

El sánguche de Hanabi se hizo más visible. El olor que desprendía captó su atención y en momento se encontraba viéndolo py su estómago comenzó a crujir. Hanabi de forma divertida comenzó a mover el sánguche, Hinata tenía hambre.

-¿Deseas un poco?

Nunca había deseado tanto comer un sánguche, había algo que deseaba de aquella comida.

-Si deseas puedo prepararte uno- sugirió

-Te lo agradecería mucho.

Hanabi sonrió, el semblante de su hermana se iluminó un poco. Había escuchado que las embarazadas solían tener antojos. Sin embargo, Hinata no tenía ninguno y le costaba comer. No era fácil estar en su posición y trataría de menguar su pena un poco.

-Ahora vuelvo- dijo antes de ponerse de pie.

-¡Hanabi!- ella se detuvo- si no es mucha molestia, colócale mucho tomate..

-¿tomate?- frunció el ceño sonriéndole.

-No sé, supongo que se me antojaron un poco.

Nunca le habían gustado los tomates, era realmente raro en ella comerlos. Seguro era porque su futuro sobrino quería comerlos.

.

Hinata observaba lo que era su habitación con bastante apatía. Era de noche, había dormido toda la tarde. El comportamiento de su familia hacia ella había cambiado completamente. Ahora se desvivían por atenderla, incluso su padre le había indicado que si necesitaba con urgencia alguna cosa se lo pidiera a él.

Saberse embarazada había sido un golpe muy duro. Siempre se imagino ilusionada, sobre todo casada y esperándolo con alegría con su esposo. Siempre soño con ser madre desde que era una pequeña, incluso cuando era adolescente. Después de todo lo que tuvo con Sasuke, lo mejor era no tener familia. Sus planes de irse de su casa a ayudar al desvalido ya no serían posible, debía de cuidar la vida que traía dentro.

Su tacto se coloco en su casi imperceptible bulto. Aún no se movía y sus ganas de llorar aumentaron, según lo que Ino le dijo que tenía casi dos meses de gestación.

Todo había pasado tan rápido, pensó.

Se puso de pie, se dirigió a su espejo y se desamarro la bata que tenía. Su cuerpo se expuso desnudo ante el reflejo, vio sus senos con pequeñas venas, se vio un poco pálida y acaricio su vientre.

¿cómo luciría? ¿sería hombre o mujer?

Lo único que importaba era que naciera muy sana. Se limpio las lágrimas, volvió a arroparse, volteo y encontró al padre de su bebé tras ella. La sorpresa que usualmente le generaría ya no estaba. Ahora solo había un implícito silencio entre ellos. Sasuke se mostraba preocupado, pero ella le resto importancia.

-Creo que hemos hablado sobre lo poco que me agrada que te aparezca en mi cuarto de esa forma- indico ella.

-esos formalismos deberían quedar en el pasado ¿No lo cree, usted?- ironizo.

Prácticamente serían esposos, se mudarían a la misma casa y aunque no compartieran el lecho Hinata debería quizá intentar enfatizar con él.

-¿Qué es lo que quieres Sasuke?- le pregunto, no le gustó su ironía- podrías tener el recato de al menos esperar hasta nuestro compromiso. Yo.. las personas pueden hablar más de lo que lo hacen... yo

-Lo sé- la interrumpió, ante su sorpresa – es por eso que no he venido a verte estos días.

Ella lo acepto, pero no dijo nada. El tono de su voz tan sosegado la calmo, aunque no quisiera admitirlo.

-Solo he venido para pedirte una cosa más.

-¿Pedirme algo más?- se horrorizo. Si quería una noche con ella prefería volver a tratar de suicidarse ante de ser tocada por él- No tienes derecho a pedirme a alguna cosa.

-Lo sé- aceptó para su desgracia – solo te pido que mañana..mañana..

Hinata no lo entendía, era la primera vez que lo miraba tan inseguro de sus palabras.

-Que mañana no te muestres renuente conmigo- termino por decir.

No dejo de verla, había mucho dolor en su mirada, pero ella solo miraba lo negativo. Sasuke había decidido que ya no habría caretas, ni máscaras, tampoco mentiras. Se mostraría como siempre fue, solo delante de ella desnudaría su alma. Y si solo así, podría conseguir su perdón entonces valdría la pena.

-Puedo aceptar tu desprecio entre nosotros- su voz era tan diferente al tono grave que solía tener- puedo aceptar eso y muchas cosas por ti.. pero.. no delante de otros.. no delante de extraños. Sé que no tengo el derecho si quiera pedírtelo, pero... al menos yo..- su mirada negra se clavo en ella.

Aun así, no la pudo conmover solo la confundió. Lo única verdad, era un mentiroso egoísta.

-Yo...

-¿Por qué haría tal cosa?- le cuestiono ella.

-Quisiera soñar despierto... que al menos delante de otros.. eres feliz.. conmigo. Quisiera que otros vean que eres feliz... que no sufres.. que yo no te hago infeliz.

Hinata siempre soñó con tener una vida llena de felicidad, con una familia grande, una gran casa donde vivir y sembrar flores. Un hogar donde pueda bordar, dedicarse a su casa. Sabia que ella siempre lo soñó, quizá no con él, pero al menos quería que otros pensaran eso. No hacerla sentir culpable por comprometerse con alguien como él.

La respiración de Hinata comenzó a acelerarse, frunció el ceño ante sus palabras suaves ¿Qué significaba todo eso?

-¿Quieres que mienta? ¿Eso quieres?

Sasuke solo atino a verla, estaba molesta eso era evidente. Le dolió, mucho, pero no tenia derecho a quejarse si quiera. Hinata no le creía.

-Solo delante de los demás... Si me acerco no quiero que rehúyas de mi presencia. Si me atrevo a mirarte si quiera, no esquives mi mirada.. Si te extendiendo mi brazo.. te pido que me correspondas.. Solo pido eso.. al menos mañana.. y el día de nuestra boda.

Era humillante. Solo podía tolerarlo de parte de ella, pero no permitiría que otros hablaran de la mala relación que tenían. No podía darle otro motivo para que lo despreciará.

-¿Por qué?

-Es importante para mi. Tú eres lo mas importante para mi- repitió con tanta sinceridad, pero para ella eran palabras sin valor- No me importa si no te vuelvo a tocar... Seré feliz con verte sonreír a la distancia, con verte con mi hijo entre tus brazos y soñar que somos una familia.. aquella familia que siempre soñaste.

-¿Qué estas diciendo Sasuke?- pregunto. No conocía esta faceta de aquel extraño.

-No puedo darte la vida que soñaste- acepto al fin- Al menos déjame intentar... por favor.. permíteme esta vez estar donde tu estas... velar por ti.. y nuestro hijo...yo.

-Esta bien- lo interrumpió. No quería escucharlo, la estaba confundiendo- Solo lo aceptaré por esta vez.

Aunque su respuesta fue hosca y fría, sasuke esbozo una pequeña sonrisa, casi imperceptible. No era mucho, al menos era algo. Hinata le dio la espalda, escondiendo su gesto compungido y lo muy afectada que estaba, se sintió mareada. Sus torpes pasos quisieron llevarla hasta la pared, quería desvanecerse, pero un suave agarre la sostuvo.

Los agudos reflejos de Sasuke evitaron que ella cayera. Hinata no tolero que la tocará, se apartó rápidamente y se recostó en la pared.

-Sera mejor que te vayas- indicó dejándolo asombrado. Sasuke bajo las manos, que habían quedado en el aire producto de la posición, decepcionado se atrevió a preguntar

-¿Estás bien?

-Si- mintió, estaba mareada- solo márchate.

Sasuke asintió, salió por la ventana internándose en la noche. Hinata cerro rápidamente la ventana, no pasó mucho para que Hanabi llegará con dos sánguches y una infusión caliente. Hinata sonrió y fingió que nada había pasado. Se sentaron a hablar un rato, sasuke quien no se había ido miro al cielo nocturno. Definitivamente estaba sufriendo más que cualquier herida que haya tenido, era como esa sensación de vacío cuando perdió a su familia o cuando se enteró de la verdad de Itachi. Definitivamente estaba pagando cada lágrima de parte de ella. Cuando Hanabi se marchó, espero que Hinata se durmiera, la vio llorar y no pudo más que trastornarlo. Cuando la última lágrima cayó en la almohada y ella suspiraba, supo que tenía que irse. Se había asegurado que estuviera bien, ahora era su responsabilidad.

A la mañana siguiente todo el clan Hyuga se había levantado muy temprano para la celebración del compromiso. Sería tan tradicional y protocolar como siempre sería de uno de los miembros principales del clan Hyuga.

Todo había quedado exquisitamente ornamentado. Se había adornado con flores blancas y muchas telas. Se había extendido una alfombra y se había humificado el ambiente. Los miembros de las ramas inferiores se había colocado un traje de gala especial, acomodado sus cabellos con peinetas florales. Otros recibían a los invitados más cercanos a la familia que llegaban.

Sasuke acomodaba su traje señorial, se sintió ridículo al vestirlo, acomodo el cinturón que impedía que su prenda inferior de cayera. Se miro al espejo y no se reconoció ¿Había llegado a tanto? Nunca pensó en casarse, desde muy joven nunca pensó siquiera en tener una familia como tal. Para renacer su clan solo era necesario procrear hijos. Eso no era difícil, mujeres nunca le faltaron. Podría irse de cama en cama para luego criarlos a todos juntos. Aunque la idea sonara sórdida para él. Quizá también pudo solo utilizar parte de su genética y multiplicarlas en los laboratorios de Orochimaru. Tantas posibilidades.

-ya estás listo- le preguntó Kakashi.

Sasuke asintió despacio. Estaba solo en este mundo. Su familia estaba muerta y su clan casi extinto. Para esta ceremonia necesitaba al menos un familiar, para poder realizar el ritual de las ofrendas. Se sintió un impostor, seguro Hinata ya había pasado lo mismo, pero con otro hombre. Seguro su rostro era diferente al que ahora tenía, seguro se vistió con ilusión y se preparo con alegría.

-No lo pienses mucho Sasuke. Ya casi es la hora- hablo kakashi al verlo tan pensativo.

Invitar a kakashi como su padre había Sido un largo debate para él. Aunque no quería lo hizo. A pesar la agonía interna que tenía, por prácticamente obligar a Hinata a comprometerse, estaba feliz porque al fin estaría con ella. Contra todo pronóstico.

Ya al medio día los pocos invitados estaban en el templo, esperando a la pareja. La mayoría eran ancianos y muy pocos miembros del clan Hyuga. Los rituales de compromisos se hacían entre la familia más cercana del novio y novia. Los ancianos de konoha debían estar allí, por ser autoridades intrínsecas de la aldea.

Sasuke podía sentir el punzante escrutinio de todos, pero le valía una mierda. Si por el fuera, se llevaría a Hinata de allí y podría formar su clan en cualquier otra parte, ante un inmenso escándalo, pero no. No era la forma correcta, está vez le tocaría soportar todo lo que implicaba ser parte de la familia Hyuga. Se presentaría por la puerta principal y se casaría con todos los honores con la princesa Hinata.

Kakashi estaba más que sorprendido por la invitación. Más aún proviniendo de alguien tan cerrado como Sasuke. Invitarlo para representar a su padre era algo que no lo esperaba, sumado que sabía que por su posición como Hokage era importante para él. Era como un respaldo implícito que le brindaba la aldea. El traje señorial le apretaba la entre pierna, aún así lo resistió. Observar la dedicación que le puso su alumno había sido triste para él.

Sasuke se estaba desgarrando por Hinata, quizá estaba más afectado de lo que lucia. Solo lo había visto así dos veces la primera cuando su clan fue masacrado y la segunda cuando Naruto casi lo mata. No conocía la historia de ambos, tampoco se lo preguntaría, pero tenía la certeza que ese par debió amarse de tal forma que ambos terminaron muy heridos. Ahora entendía el porque Hinata rompió su compromiso, porque su mirada hacia Naruto dejo de ser igual. Ahora todo tenía sentido, el encierro de Hinata, el sello que se frustró y su negativa hacia aquella misión.

Nunca fue Naruto, siempre fue Sasuke.

Ya frente el templo. El Uchiha había preparado las ofrendas que simbolizaban los puntos cardinales y aguardaban a la novia para pasar del brazo de su padre hacia él con formalidad. Apenas piso el gran ambiente de compromiso de los Hyuga, pudo sentir que no era bien recibido. Muchos de los asistentes allí, habían estado presente en la ceremonia del sello. Además que los ancianos de konoha estaban presentes, pero no le importo. Si estaba allí de pie, formalmente vestido era por únicamente por ella, por Hinata. Ahora haría las cosas bien, se dijo.

Entonces la gran entrada se abrió. Los miembros del clan Hyuga alzaron las finas cortinas y la silueta de Hinata aparecía. Sasuke nunca olvidaría la imagen de ella. Parecía lo más cercano a un ángel terrenal, aquel que había escuchado en algunas historias. Estaba finamente vestida, con flores en el cabello y un tenue maquillaje. Sonrió desde adentro al ver que ella se había puesto el kimono que le había regalado. Aquel que había sido de su madre, hecha con la más fina tela, digna de una princesa o de una hija de un señor feudal.

Sus miradas se encontraron y Sasuke juro que su corazón se detuvo quitándole el aliento. Ella comenzó a avanzar y a mitad de la sala la esperaba su padre. La tradición de los Hyuga consistía en que el padre iba a entregar formalmente a su hija e iba a consagrar no solo la unión entre ellos, también era la unión entre familias, pero Sasuke no tenía familia. Estaba solo.

Cuando Hinata llegó a su padre, sintió que sus lágrimas iban a arruinar el maquillaje. La estaban entregando a un hombre que no quería, que le había roto el corazón y ahora estaría comprometida.

¿Tenía opciones? No muchas.

Al llegar la novia con el novio, por la tradición, el padre dedicaría unas palabras al entregarla, pero cuando Hinata tomo la mano de Sasuke, Hiashi Hyuga no dijo nada. Hinata bajo la mirada ante aquel acto, recordando con pesar que en su primer compromiso Hiashi dijo: "Naruto te entrego a mi hija para que la cuides. Ella es mi primogénita y heredera de todo lo bueno de mi familia".

Sasuke al entender el tipo de bienvenida que tenía, también guardo silencio. Solo atino a acunar el brazo de Hinata, en un acto protector propio de él. Supuestamente en esa ceremonia solo podría tocar su mano, pero sabiendo las obvias circunstancias, eso era innecesario. Luego la guío hasta las ofrendas y ambos después de orar y aplaudir tres veces ofrecieron las ofrendas en el altar.

Había llegado el momento de las dádivas entre los novios. Sasuke tomo asiento, mientras que Hinata y su padre lo invitaron y se posaron delante suyo. Una alfombra los separaba. Primero la familia de la novia, acercaron una caja. Cómo era tradición, Sasuke lo abrió. Su mirada evidentemente incomoda se poso en Hiashi, quien esbozo una pequeña sonrisa. Era la dote de Hinata, aunque tenía otras opciones para el regalo, Hiashi eligió la más humillante para alguien tan orgulloso como Sasuke, dándole entender a él y a todos, que por muy poderoso ninja que sea, no dejaba de ser un hombre sin clase y pobre. Hinata no encontró malo el obsequio, puesto que a Naruto se le fue obsequiado una katana muy antigua de su clan, aunque fue devuelta después. Era natural que su padre optará en cambiar la dádiva.

-gracias- termino por decir.

Ahora había llegado el turno del novio. Kakashi le pasó el regalo a Sasuke, que consistía en dos cajas una pequeña y la otra muy grande. Sasuke deslizo por la alfombra ambas dádivas. La primera, la más pequeña era un par de anillos muy brillantes y un colgante con el símbolo de su familia. Eran sus anillos de boda. Hinata lo miro a los ojos confundida.

¿Qué significaba eso?

-Pónselo- sugirió Kakashi, quien sonrió debajo de la máscara.

Sasuke pareció meditarlo, tomo el colguije de oro, miro a Hiashi fugazmente buscando su aprobación y al obtenerla, se acercó despacio a Hinata. Se coloco detrás, extendió sus manos y al sentir el tacto frío del metal Hinata trato de sonreír. Ladeó su cabeza, encontrándose con la mirada incorrupta de él.

¿era verdad? ¿Todo eso era real?

La segunda dádiva. Algunos presentes mostraron un gesto de asombro, sobre todo las damas. Era un ajuar completo para su boda, con finísimos acabados en hilos de oro y piedras preciosas, sumado por la más fina tela que jamás había visto. El tocado en el cabello era aún más bello con flores de fantasía que parecían reales y el rocío de estas hechas con diamantes.

Había quedado claro que Sasuke era todo menos pobre.

Sasuke observó el rostro de Hinata, esperando su aprobación pero para su tristeza ella no dijo más que un escueto gracias. A juzgar por su expresión estaba todo menos feliz, incluso juro que iba a llorar.

El encargado de la ceremonia pronunció algunas palabras, los perfume con inciencio se hicieron notar, alejando las energías negativas y terminó bendiciendo la futura unión entre los clanes Hyuga y Uchiha. Los aplausos se sintieron tan falsos que Sasuke los odio, mientras que Hinata permanecía en silencio a su lado. No quería pensar mucho, de lo contrario tendría otro ataque y quizá se lanzaría de lo alto del tejado. Debía combatir la depresión que tenía, pensar esas cosas estaba mal. Más aún al saberse embarazada, eso la hacia sentir horrible.

Luego el almuerzo fue servido. Hinata tuvo que contener las náuseas, no quería comer, todo le daba asco. Sus ojos no dejaban de temblar ante la idea de comer. Aquellos manjares eran una delicia antes de su estado, pero ahora olían horrible. Debía de contener aquella reacción natural producto de su estado.

-No lo comas sino quieres.

Sasuke había notado su estado. Tenía la seguridad que Hinata estaba soportando las náuseas que un embarazo llevaba. Si ella cedía, entonces todos se enterarían que estaba embarazada y exponerla al escrutinio de extraños era algo que no permitiría.

Con dudas coloco una de sus manos sobre una de ella. Hinata elevo su mirada sorprendida ante aquel acto.

Por favor mañana no me rechaces

Aunque su tacto le quemaba, no quería verse descortés. Debía de fingir, eso haría. Sasuke se sorprendió cuando ella correspondió su agarre y asintió. No lo estaba rechazando, pero luego sus propias palabras hicieron eco en él. Su ilusión se rompió al comprender la reacción de Hinata.

Al terminar la ceremonia, Hinata y Sasuke despidieron a cada invitado. La hipocresía de cada de uno de ellos no tenía fin. Sasuke, Hiashi y kakashi. Se apartaron para coordinar algunos puntos del matrimonio. Hinata atino a apartarse al jardín trasero de su casa, un gran árbol de cerezos lo adornaba. Había florecido, se miraba hermoso. Se pudo ver a su misma de niña jugando allí con Neji, entre las hojas de otoño. También se vio tocando a su lado el koto o tomando el té con Hanabi. Ahora se apartaría de allí y viviría con un hombre que no amaba.

-¿Qué estás haciendo aquí?

Sasuke la había estado buscando, temiendo quizá que ella huyera. No tardó en encontrarla viendo aquel viejo pero bello árbol.

-Me sentí un poco indispuesta-aclaro.

-Entiendo. Tu padre..

-Cualquier asunto relacionado con nuestra boda- lo interrumpió ante su sorpresa. Al parecer la poca paciencia que tenía se le acabo. Pedir que siguiera fingiendo había sido demasiado- No deseo saberlo. Espero que quede claro los términos de este compromiso y del papel que tendrás en mi vida... a partir de ahora.

-Soy consiente de aquello, pero también debo hacerte recordar que serás mi mujer, mi esposa y velare no solo por tu seguridad también por la de mi hijo. No puedes apartarme del todo.

-Quizá tus afirmaciones sean verdad, pero no será necesario que te dirijas hacia mi. Hasta que nazca mi bebe. Espero que lo entiendas- aclaró, debía de colocar los límites entre ellos.

Sasuke guardo silencio y bajo la mirada. Hinata al no saber que más decir, pretendió irse, pero la detuvo con un suave agarre.

-Que me apartes de esta forma no cambia lo que siento por ti Hinata.

El corazón de ella dolió, apenas volteo a verlo. Sasuke seguía sin darle la cara, cuando la vio lo sintió por primera vez frágil ante ella. Cómo si sus palabras de dolieran tanto, como si se estuviera desgarrando por cada palabra dicha por ella y lo estuviera soportando.

-eso no va cambiar nunca.

Ella no pudo soportar seguir escuchándolo, se soltó y prácticamente salió corriendo, se encerró en su cuarto. Él no aparto su mirada sobre ella. La amaba y hacerlo le estaba doliendo más de lo que quisiera soportar. Había dicho que estaba dispuesto a padecer el mismo infierno por ella, y vaya que si lo estaba padeciendo.

.

Al trascurrir los días la idea de emparentar con el Uchiha era impensable. Había visto aquella escena en su jardín. Su hija sufría y no podía hacer nada por ayudarla. La culpa de casarla con alguien que abiertamente no quería se acrecentaba día con día. Ese Uchiha tenía sentimientos que solo podía comparar con otros que ya había visto. La historia se repetía para su desgracia.

Su mirada se posó en el retrato de su mujer, aquel retrato que adornaba la parte alta donde estaba su chimenea. Algunos recuerdos lo invadieron haciendo que su corazón se contrajera violentamente. Solo hasta ese momento sintió una infinita culpa, una real que le golpeó la cara y le hizo ver lo mal padre que había sido. Hinata nunca tuvo la culpa de haber nacido así. Su amabilidad era innata de su alma y si bien en el mundo no se puede arreglar todo con palabras, estaba seguro que Hinata siempre trataría de cambiar los factores para que nadie salga herido. La vida de Shinobi era dura, estaba seguro que su hija era muy valiente por tomar un camino que no eligió y afrontó con la cabeza en alto. Dónde salió lastimada, pero nunca apagó su sonrisa. Sin embargo, ahora era diferente. Hinata ya no sonreía y había perdido su brillo. Todo por su culpa, quizá debió aceptar sus súplicas para no casarse, pero no podría tolerar el escándalo sobre su familia. Él estaba haciendo lo necesario para salvar el honor, pero a cambio de la alegría de su hija.

¿Qué diría su amada esposa acerca de sus decisiones? ¿Estaría feliz? Por supuesto que no.

Quizá no era tan tarde, quizá podría arreglarlo aún. Necesitaba hablar con ella, necesitaba hablar con Hinata.

.

Era una mañana hermosa, las flores de cerezo se habían abierto hermosamente. El estado de animo de Hinata no había cambiado mucho. Sus familiares habían estado muy pendiente de su alimentación puesto que comía muy poco. Su matrimonio sería en dos días. Su vientre era mas pequeño de lo normal y las nauseas no ayudaban mucho. Encerrarse a dormir todo el día ya no ayudaba en nada. Al menos había descansado de las visitas de su futuro esposo. Había momentos donde pensaba en Naruto, y se preguntaba que estaría haciendo y si era feliz. No lo había vuelto a ver desde el incidente entre sasuke y él. Suspiro profundamente el recuerdo de Naruto ya no dolía tanto. Se preguntaba algunas veces porque llegó al siguiente paso con Sasuke, porque terminó enredada en su cama. Se pregunto el porque se enamoro de alguien tan inestable. Luego de tantas acusaciones solo había una verdad. Ella se había enamorado de Sasuke, aceptando todos sus defectos. Lo conocía más de lo quisiera aceptar, inclusive allí sentada sabía que Sasuke no mentía.

-Hinata-sama, buenos días.

Hablo la voz de ko, su más fiel sirviente. Era más parecido a un hermano para ella. Hinata devolvió el saludo, vio su rostro aún magullado. Quizá debería disculparse por el comportamiento de Sasuke. Había una culpa que se anidaba de a poco, pero le resto importancia.

-Tiene visita.

-¿Visita?

-eso una de sus compañeras.

¿será Ino? Pensó.

Era la única amiga que tenía. Seguro quería saber cómo se encontraba después del compromiso.

-Solicita verla.

-hazla pasar- ordenó.

-¿desea que le traiga el té?

Hinata asintió. Ko se había vuelto más cercano, la cuidaba con devoción. Aunque siempre fue así, inclusive cuando su padre la desterró de la rama principal, él seguía llamándola con el mismo formalismo. Ahora era más apegado a sus necesidades.

Hinata volvió a ver el gran árbol de su jardín, escucho unos pasos. Estaba contenta de ver una cara conocida, puesto que su padre le había prohibido salir. La sonrisa que tenía se le borró al ver de quien se trataba.

Era Sakura ¿Qué hacia allí?

-Buenas días Hinata

Había timidez en su voz, culpa en su mirada. Hinata aparto su mirada y volvió a ver hacia el árbol.

-Buenas días Sakura-san.

Sakura por primera vez pudo sentir frialdad en alguien tan tierno como Hinata. Aunque dudo mucho en ir a verla, luego de su sonado compromiso, no espero encontrarse con aquel panorama. Se sentó a su lado, guardando distancia. Hinata no dijo nada, ni siquiera la vio. Las palabras tienen poder, eso dicen. La había herido, más de lo que pensaba. Para Hinata sentir que la culpa era netamente de ella, fue un golpe muy duro. No solo por las acusaciones de la que alguna vez fue su amiga, también por lo que pensaba su padre de ella.

¿Por qué siempre las mujeres llevan la peor parte?

Siempre son sentenciadas sin antes ser juzgadas.

-¿cómo estas?- pregunto dudosa.

-Bien- mintió y Sakura lo supo.

Hubo un eterno silencio que las envolvió. Sakura no dejo de verla, suspiro hondo quería disculparse pero no sabía dónde empezar. En los días que vinieron después de la revelación de Sasuke había llorado tanto. Aceptar que los sentimientos de Sasuke hacia otra persona había sido una parte muy difícil. La ilusión de años se rompió cuando él solo asintió revelando que amaba a Hinata y estaba dispuesto todo por ella.

-Hinata yo..

-¿No quieres ocupar mi lugar?- le cuestionó causando su asombro.

La sensación de vacío en Sakura aumento. ¿Qué tan infeliz era Hinata para pedirle eso? ¡por dios era Sasuke! El hombre más codiciado después de Naruto. Un Shinobi poderoso y además atractivo. Cualquier mujer moriría por dormir con él.

Todas menos Hinata, estaba segura que Ino tampoco.

Hinata no recordaba la última vez que fue genuinamente feliz, que sonrió hasta llorar y sintió paz.

Sakura carraspeo, sus ojos picaron mucho. Hinata debería sonreír y esperar ese embarazo con ilusión, pero no había nada de eso.

-Ino me comentó que tu embarazo ya está fuera de peligro- trato de cambiar el tema de Sasuke. Quizá si le hablaba de su bebe cambiaría el semblante- dentro de unas semanas podrás saber si es una niña o un..

-¿Por qué has venido?- la interrumpió.

Sakura se sorprendió. Al parecer escuchar del bebé era algo doloroso.

Sasuke se aprovechó de Hinata

Ino tenía razón. Realmente fue una mala persona por haberla golpeado. Eso la hacia sentir una persona horrible.

-Sinceramente no sé por donde comenzar- manifestó con pesar. Hinata volteo despacio, intuyo lo obvio- realmente me siento muy culpable por todo lo que pasó. Desearía tanto.. tanto tu perdón Hinata, pero siento que no lo merezco. Tengo miedo de decírtelo y que tú me rechaces. Yo..

-Cuando todo comenzó- susurro, pero Sakura pudo oírla-Pensaba mucho en Naruto-kun y en ti.

Hinata hablaba de cuando se empezó a enamorar de Sasuke.

-siempre pensé que estaba mal amar a Sasuke. Porque estaba comprometida y tú sentías algo por él.- recordó. Habían Sido noches sin dormir pensando en Naruto y en ella.- luego simplemente pasó. Al final tuve razón... estuvo mal permitirme sentir algo por él. Creo que al final.. la culpa fue..

-¡No Hinata!- la interrumpió. Hinata se sorprendió y Sakura endureció su mirada- ¡La culpa no fue tuya! No fue tu culpa.

Los ojos de Hinata se llenaron de lágrimas- pero..

-Fui muy ignorante al suponer los sucesos que los rodearon a ambos. No era mi problema, quizá el único que debió saberlo fue Naruto, por el compromiso que los precedía. Yo nunca debí opinar en ese asunto privado. Yo... Ino tenía razón- sus temblorosos ojos jade llegaron a ella- Soy una persona horrible. Siempre pensé que era merecedora del amor de Sasuke por todo lo que compartí con él. Pensé que el tiempo que compartimos como equipo me daría derecho de elegir por él. Creo que me conformaba con las pequeñas señales que supuestamente me indicaba que podría ser correspondida. Me aferre a una ilusión que nunca existió y en el proceso.. lastime a personas que me importaban. Hinata.. yo lo siento tanto.

Una tibia lágrima se deslizo por la mejilla de Hinata. Sakura no tardó en limpiarla, afligiéndose más en su estado, le tomo ambas manos y trato de sonreír. Sus palabras cargadas con sinceridad habían llegado al corazón de Hinata. Sakura no mentía.

Ambas voltearon al sentir unos pasos muy cerca. Era ko y traía una pequeña mesita, miro hacia a un lado al contemplar la triste escena. No dijo nada, solo dejo la pequeña mesita con el té recién hecho, su olor era delicioso.

-Huele muy bien- resalto Sakura.

Hinata sonrió, quizá por recuperar a una amiga que quería mucho. Sakura desvío la conversación hacia el té y Hinata hablo sobre lo mucho que su madre disfrutaba la infusión. La tarde paso muy rápido, aunque ella no dijera nada, Sakura lo sabía. Hinata la había perdonado. Las nubes comenzaron a tornarse negras, iba a llover.

Los truenos no se hicieron esperar, Hiashi contemplaba la foto de su amada esposa sobre su mesa. Algunos pasajes llegaron a su mente, perturbándolo.

-Adelante- dijo sin dejar el retrato de su amada esposa.

Esa foto fue tomada cuando los cerezos florecían. Aquella mujer tenía una mueca muy particular al sonreír y ese día, aquel día brillaba más que el sol.

-Me mando llamar padre.

Hinata aparecía, ser llamada por su padre no era algo bueno. No siempre eran cosas buenas. Con temor tomo asiento delante de él, grande fue su extrañeza al notar la fotografía de su madre sobre la mesa.

-¿cómo estás?- pregunto Hiashi. Lo último que quería era que su hija tuviera una crisis.

-una poco mejor- era verdad. Hablar con Sakura había sido un poco reparador, después de días pudo esbozar una sonrisa-¿Necesita algo de mi?- preguntó.

-Por ahora, necesito que me escuches -Hinata asintió- los acontecimientos de las últimas semanas han difíciles para todos en esta casa. Sabes perfectamente que involucrarnos con un clan como los Uchihas es un suceso del cual no se tiene registro.

-Soy consciente de ello padre.

-Ese muchacho no es de mi agrado, sobre todo la sangre de la que viene.

-Lo sé padre.

Hiashi respiro hondo, miro la foto de su amada esposa. La extrañaba y vaya que si.

-Últimamente he estado pensando mucho en tu madre.

Hinata bajo la mirada, apretó sus manos en su regazo. Recordar las palabras de su propio padre al decir que su madre estaría muy avergonzada de ella, era algo que aún no podía superar.

-Esta fotografía- tomo el cuadro, lo contempló y luego se lo paso a ella- Tu madre era muy joven. Tendría cerca de 15 años.

Hinata se atrevió a sonreír. Era fotografía hermosa, su madre debajo de un gran árbol de cerezos, que suponía que era el de su casa. Estaba vestida con su atuendo de Shinobi.

-¿Usted se la tomó? – pregunto con inocencia.

-No- el tono pasivo con el que había estado hablando desapareció.

Hinata vio que el semblante de su padre cambio totalmente.

-Antes de nuestro compromiso tu madre era una shinobi- hizo una pausa larga. Su mirada seguía en el retrato que estaba en las manos de su hija.

Hinata noto que a su padre le costaba hablar de su madre. Casi nunca hablaba de ella, al parecer era más doloroso. No recordaba a su madre con claridad, eran pocos los recuerdos con ella.

-Ella.. ella y yo.

-Padre- soltó Hinata preocupada al escuchar su voz rota y semblante descompuesto- Si usted no quiere hablar..

-¡No. Déjame hablar!- interrumpió- Nunca te lo dije, pero tú madre se parecía mucho a.. Neji

Hinata frunció el ceño confundida. ¿Neji? Era algo impensable.

-Cuando vi pelear a Neji la primera vez, me recordó mucho a tu madre. Su Taijutsu era muy similar al de ella.

-Yo.. yo no lo sabía- dijo ella. Nunca si quiera pregunto como se enamoraron.

-Sin embargo, ella tenía tu carácter- la miro detenidamente- tú te pareces tanto a ella.

Hiashi con las manos temblorosas, acerco su toque hasta uno de los mechones de su hija. Había nostalgia en su mirada, aparto su mano y la volvió a su posición.

¿Por qué su padre le hablaba de su madre?

-en aquel entonces. La academia nos separaban a los grupos por capacidades. Los mejores los colocaban en un grupo y recibían un entrenamiento más estricto. Tu madre fue elegida entre más de 100 estudiantes.

-¿Mi madre?- susurro orgullosa.

Hiashi omitió el detalle de lo humillado que se sintió por no ser escogido. A pesar de ser un heredero.

-En aquel entonces entabló una amistad muy cercana con uno de sus miembros.

Recordarlo hacía que su orgullo doliera. Su amada esposa le sonreía a un hombre que no era él, entabló una relación que odio y no pudo evitar. Tampoco iba a decirle que siempre estuvo enamorado de ella. Le gustaba la luz que desprendía, su sonrisa en las mañanas y su determinación al entrenar. Ella había nacido con un talento innato, pero se esforzaba en ser la mejor. Nunca lo miro con desprecio por la marca en su frente, que a pesar de pertenecer a la rama secundaria mostraba su marca con orgullo. Era viviría para el clan y eso la hacia sentir orgullosa.

-Nunca entendí el tipo de relación que tenía aquel con tu madre.

-Padre, mi madre jamás le ha..

-Sé que no lo hizo -la interrumpió- Tu madre siempre fue leal a mi. Cuando nos comprometimos.. ella siguió frecuentándolo.. eran muy cercanos.. más de lo que quisiera aceptar.

-Padre.

-¡Quiero que sepas que aún amo a tu madre!- gritó y su voz se rompió en el proceso.

Hinata comenzaba a asustarse, su padre estaba muy descolocado nunca lo había visto de esa forma.

-Ella nunca se mesuro en demostrar alguna muestra de afecto hacia él. Siempre que lo veía lo abrazaba en demasía y decía que lo extrañaba mucho, inclusive cuando nos casamos ella siguió mostrando el mismo afecto hacia él.

Se podía escuchar el desprecio en la voz de Hiashi cada vez que hablaba de aquel hombre.

-Nunca olvidare como se miraban.. es algo que no he podido sacar de mi cabeza. A pesar de los años, las guerras y las tantas desgracias que le precedieron no he podido olvidarlo. Lo he despreciado aún después de su muerte. No me molesta aceptar que inclusive lo he odiado por eso. Por la atención robada de la persona que más he amado en mi vida.

-¿Por qué me está diciendo todo eso?

-el hombre.. que me arrebato lo mejor de tu madre se llamaba Uchiha.. Fugaku Uchiha.

Los ojos de Hinata se abrieron enormemente, negó horrorizada.

-Acaso era el padre de Sa..

-Si. Era él. Tu madre era muy cercana. Nunca entendí lo que ambos tenían, ella nunca me menciono nada importante, pero estaba seguro que lo quería y mucho.

-Yo no sé que decirte.

Saber que la historia de su amada esposa se repetía, pero está vez con su hija era algo horrible ante sus ojos. Con el clan que mas detestaba, peor aún con el hijo del maldito de Fugaku Uchiha. Aquel que no se mesuraba al abrazar a su amada esposa. Nunca olvidaría aquel festival de fuegos artificiales. Dónde antes de comprometerse fueron juntos a verlo. Ella Lucia hermosa y Fugaku se le quedó viendo cuando reventaron las luces en cielo. Esa mirada hacia ella fue una de las tantas cosas que lo hacían sentir inseguro, no pasó mucho para que acelerará su compromiso. Ella obedeció y quizá con los años se ganó su amor y fueron felices, pero cada vez que se encontraban con Fugaku, el rostro de ella se iluminaba.

-Nunca quise a mi familia involucrada con ese clan. Era algo impensable, imposible de creer.

-Si yo hubiera sabido..

-Eso ya no es importante. Ese muchacho.. cuando los vi besándose en tu alcoba, en la noche del sello y hace unos días en la fiesta de tu compromiso. Pude notar que se parece mucho a su padre.. incluso te miraba tal como él miraba a tu madre. Con el mismo fervor, devoción.. anhelo... pertenencia- soltó entre dientes, muy molesto.

Escuchar la historia de su padre fue un golpe muy duro para ella. Era otro motivo más para no estar con Sasuke, pero hasta esas alturas ya era difícil alejarse de él. Sin embargo, porque su padre insistió en el compromiso.

-Hinata, escucha atentamente lo que tengo que decirte. Esta vez dejaré de pensar en la reputación de nuestra familia. Si no quieres casarte con él, no lo hagas. Se que suena inverosímil lo que digo, puesto que yo he insistido en esta unión, pero prefiero verte libre que atada a un Uchiha. Lo he pensado mucho y creo que es la decisión correcta. No quiero a un Uchiha en mi familia y menos.. a un hijo de Fugaku.

-¿No es algo tarde? Ya nos comprometimos.

-Tú rompiste el compromiso con Naruto poco después de tu llegada. Así que no importa, solo tienes que convencer a Sasuke que también desista del compromiso. Lo demás me encargaré yo.

¿había esperanza? ¿aún podía detener esa absurda boda?

La pregunta más importante ¿Sasuke accedería?

-Si, Sasuke accede. No hay marcha atrás.

El cuerpo de Hinata se movió solo, los truenos sonaron a lo lejos y salió rápidamente de la habitación. Hiashi contempló a su hija marcharse, resaltando la fuerte voluntad de ella ante las adversidades. No había duda, era idéntica a su madre. A pesar de temerle a los rayos, Hinata corrió hacia donde presumía estaba Sasuke, no le importo mojarse. Salto tejados y corrió por las estrechas calles de Konoha. Entonces llegó, aunque estaba agitada no se detuvo hasta estar en frente de él.

Sasuke se encontraba reparando el pórtico de su casa. Su sorpresa fue grande al encontrarse con Hinata empapada y agitada.

¿Qué hacia allí? Era muy tarde.

-¿Qué haces aquí?- le cuestionó, acortó distancia. Al parecer a ella no le importaba mojarse por el aguacero.

-¿Podemos hablar?- le pregunto

Sasuke se acercó, se quitó la capa y se la colocó. Los rayos sonaron iluminando un poco el área. Hinata no se respingo, eso causo el asombro de Sasuke ya que sabía que les temía.

Hinata entro despacio a la casa, las luces estaban apagadas y no pudo notar las múltiples reparaciones que había hecho. Solo vio una vela sobre una pequeña mesa. La habitación se iluminó un poco producto de los rayos y está vez ella reaccionó al estruendoso sonido.

-Toma

Había notado que su ropa estaba totalmente empapada, no iba a permitir que ella se enfermera. Le extendió ropa que era de su madre, Hinata miro con un pequeño asombro la gentileza de su acto. Desconfiada acepto la ropa pulcramente doblada. No pasó mucho para que ambos estuvieran sentados uno en frente del otro. Sasuke había preparado un infusión y se la ofreció. Hinata temblaba de frío, así que acepto.

-Hay algo que debo contarte- rompió el silencio ella.

Fueron veinte eternos minutos. Donde Hinata trato de explicar aquella historia, una dónde abiertamente se infería que no podían estar juntos por el dolor que le causaría a Hiashi. Sasuke no mostró expresión alguna, bebió su té y dejó su vaso sobre la mesa.

-No dirás nada- había mucho silencio entre ambos.

Sasuke la vio sin cambio alguno, la mirada de ella era temblorosa, la vio respirar despacio urgiendo su respuesta.

-Que tendría que decir- contesto tan tranquilo.

-Pero.. nuestros padres...

-Los errores de mi padre, no tienen que ser lo míos.

Cuando la vio en la entrada supuso que era uno de sus tantos intentos en detener lo inevitable. Escuchar aquel relatos de su padre y la madre de Hinata, no cambio lo que ya había decidido. No le resultó difícil creerlo, nunca vio ninguna muestra de afecto entre sus padres. No era difícil de creer que quizá Fugaku Uchiha tenía un afecto hacia un Hyuga. Quizá su padre se enamoró de una mujer que nunca sería suya, pero él no tendría el mismo final. Escribiría su propia historia aferrándose a la mujer que amaba y que le daría un hijo. Trataría de sanar las heridas que le provocó y si más adelante kamisama se lo permitiera, volvería a verla sonreír si quiera. Esperar que lo volviera amar, ya era demasiado.

-Yo no soy como mi padre y tú no eres como tu madre. Las cosas no tendrían porque cambiar.

-¿No lo ves? Desde antes de nacer nosotros no debimos tener una relación, ni siquiera conocernos. Mi padre ha sufrí..

-¿Quién lo decide? ¿tú? ¿tu padre? ¿Dios? Somos creadores de nuestra propia historia y si tu padre se desgarra en el proceso de nuestro compromiso entonces no es asunto mío.

Había demasiada frialdad en sus palabras, a pesar de la indignación Hinata se animó a continuar y si tendría que manipular a Sasuke lo haría.

-Sasuke- su voz fue muy suave -Me dijiste que era lo más importante en tu vida- le recordó y la mirada desafiante que tenía cambio rotundamente- Que estabas dispuesto a complacerme en lo que yo te pida.

-Porque el recordatorio- debatió muy molesto, sabía hacia donde iba

-Nos hemos mucho daño- le recordó para su pesar- soy consiente que también te hago daño.- Hinata sabía que Sasuke no mentía.- No puedo ni podré corresponderte nunca a tus sentimientos. Nuestra vida marital se tornará un infierno- pestaño varias veces controlando sus lágrimas, recordando quizá la relación tan fría que tenía sus padre- No quiero.. no quiero vivir así.

-Yo tampoco- contesto y el asombro en su rostro fue notorio.

La mirada indescifrable de Sasuke volvió a descolocarla, en los últimos días no podía saber que pasaba por su mente. Sasuke había cambiado un poco, no lo reconocía. Lo veía un poco más pasivo.

¿Por qué hacia eso?

-Si accedí a este compromiso no fue por tu padre, fue porque yo quería..yo..

Las últimas palabras estaban llenas de temor, pero ella no lo noto. Sasuke ya no sabía cómo expresarse antes ella sin sentirse desnudo, vulnerable. Con temor a su constante rechazo.

-Porque quería que recordarás.. que recordarás que alguna vez fuiste feliz conmigo. Que sonreías durante el día y que en aquellos días tu te atrevías a siquiera...mirarme.

Sasuke Uchiha estaba abriendo su corazón de un forma inimaginable. Estar con Hinata había sido una huella imborrable en su alma. Sentir que la perdía de forma real era una sensación sofocante que solo se comparaba con la muerte. Ahora saberla embarazada de él y expuesta a los peligros de su propia familia era algo que no permitiría. Prefería quemarse las manos antes que la dañaran.

-Nada de lo que te diga te hará cambiar de parecer ¿Verdad?

Sasuke no dijo nada, Hinata entendió la respuesta y a pesar de los rayos de afuera y lo mucho que le temía salió rápidamente de su casa. Si Sasuke no accedía, entonces era en vano permanecer allí.

Hinata se empapó de forma inmediata, pero no le importo. Sus pasos se hicieron pesados y su ropa se ensucio producto del lodo. Ni si quiera la espesa lluvia y lo empañada que estaban sus ojos impidió que se marchara. Pudo escuchar unos pasos que la seguían.

-¡Pensé que no podrías soportarlo!

Su voz grave hizo que se detuviera. Un sasuke completamente roto tenía que decir aquello que le costaba tanto aceptar. Hinata volteo despacio, estaba tan empapado como ella.

-Pensé que no podrías soportarlo- suavizo su voz, quizá queriendo enfatizar un poco con ella.

Sasuke quería que Hinata supiera que había cambiado, que había tocado fondo y que cambiaria quizá abruptamente por verla tan rota por su culpa. Era real, Sasuke Uchiha cambiaria por una personita, por aquella que estaba delante suyo. Pensándolo bien, quizá ya lo había hecho hace mucho. Se había permitido cambiar desde aquel momento que acepto que la amaba.

La amaba, mas que a su propia vida. Aquella sensación infinita de estar entre sus brazos, compartir eternas conversaciones, caricias tiernas y sus besos cálidos.

La amaba, aunque para su mas profundo pesar ella no.

-Toda la presión de estar conmigo. Tu familia, Konoha y sobre todo él... Sobre todo Naruto. No quería que sufrieras por alguien como yo... por alguien tan indigno de ti... de tu amor. Hinata yo..

-¿Tan débil me creíste?- lo interrumpió devastada al escucharlo- ¿¡Como te atreviste a responder tales preguntas por mi!?- le grito- No Sasuke. Tú no hiciste esto por mi.. lo hiciste por ti y solo por ti... Eres un mentiroso.. un maldito egoísta que no me ha permitido olvidarte.

Era la primera vez que la escuchaba hablar de esa forma tan soez, pero no le importo. Necesitaba que ella aunque sea se dirija hacia él, de cualquier forma.

-Llámame egoísta si lo deseas, pero jamás mentiroso. Llámame cobarde.. En eso me convertí cuando te aleje con aquellas palabras que te lastimaron.

-Basta- pidió

-No miento al decirte que te deje ir por miedo... por miedo a lastimarte. No iba a permitir que la persona mas pura que he conocido en toda mi vida, se manche con toda la basura que ha presidido mi vida. Admito que tuve miedo que mis demonios te atormentaran, tanto como lo hacen conmigo. Aquellos que no me dejaban ni dormir, aquellos que se alejaron cuando dormí a tu lado la primera vez. Se fueron... cuando estuve contigo. Hinata... Antes de ti.. No tenia nada.... Contigo.. lo tuve todo... después de ti... me quede sin nada. Me dedique a perderte- su mirada se centro en ella, necesitaba hacerle ver que no mentía- Soy consiente que no eres la misma de aquellos días, pero.. aun así... a pesar que mi orgullo y mi razón me dicen que me detenga. Puedo conformarme con estar a tu lado, oírte hablar y quizá mirarme. Es humillante, pero... Si esto son las consecuencias que mis actos ocasionaron, entonces.. yo.. lo afrontaré por ti.. y solo por ti. Porque te considere mía desde el primer momento en que te bese, desde que fuimos uno y tú lo sabes. ¿Cómo puedes pretender que olvide todo eso? Me rehúso a pensar.. que en ti.. muy dentro de ti.. no haya un ápice de sentimiento hacia a mi.

-no sigas..- pidió era una tortura y no había notado que había empezado a llorar.

-Dilo... dilo una vez mas por favor. Hinata.. al menos dime que no me desprecias tanto como creo que lo haces.

-Sabes lo que siento hacia a ti ahora.

-Quizá, pero permíteme pensar que no es así, porque no hay fuerza sobrehumana que me aleje de ti Hinata. No la hay, ni la habrá.

Hinata seguía de pie empapada por la lluvia y sintió que la distancia poco a poco se cortaba. No podía creerle, él debía de estar mintiendo.

-Hinata yo..

El corazón de ella se detuvo y antes que Sasuke completara aquella frase que nunca le dijo ni en sus días felices lo interrumpió abofeteándolo. Todas aquellas crudas palabras que le rompieron el corazón retumbaron en su cabeza.

-¡No te atrevas a decirme que amas!- le grito, agitada e indignada. No iba a permitirlo- ¡Dudo mucho que personas como tú sepan lo que es el amor! ¿Amor? Cualquier cosa que sientas dentro de ti, es todo... menos amor.

Sasuke apenas pudo mirarla, sintiéndose peor que basura.

-Yo jamás deje de pensar en ti- respondió mirándola a los ojos, dejándose de ver vulnerable por ella- Yo

-entonces ¿Dónde estabas cuando me golpearon? ¿¡Donde!? ¿Dónde estabas cuando lloraba cada día por tu culpa? ¿Cuándo se me acuso de ser una mujer impúdica e indigna de mi familia? ¿Dónde estabas cuando me sentía morir por tu palabras? ¿Cuándo se me humillo? Cada día.. Cada noche... ¿¡Dime Sasuke, donde estabas!?- le grito a todo pulmón, causando su asombro.

La escucho llorar amargamente, ni siquiera el chapoteo de la lluvia impidió ver las lagrimas crudas que brotaban de su rostro.

-¡Hinata yo me desgarro por ti! No tienes ni idea. ¡lo haría, me desgarraría por ti las veces que sea necesario! Yo..

-Entonces en el momento cuando mas te necesite ¿Dónde estabas?

Si Sasuke pensó que su pena no podría ser mas grande, se equivoco. Su pena y dolor era muy palpable. Quizá mientras él tenia su crisis existencial, ella sufría por su abandono.

-Fueron tantos días y noches. Sin ti mientras me torturaba por tus palabras. Te amaba.. te amaba más que a nada. Y estaba dispuesta a pasar por todo esto por ti... y nada más que por ti.. No puedes simplemente presentarte en mi vida, sin medir las consecuencias.

-podemos arreglarlo- debatió con desespero - Ahora que tú estas.. que serás la madre de mi hijo yo..

-¡Ni siquiera sé si quiero a este bebe!

Ella se tapo la boca rápidamente. Tanto su rostro como el de Sasuke se horrorizaron. Hinata negó considerándose un monstruo. Tanto criticaba a Sasuke, ahora se sentía como él. Se toco el vientre con culpa, negó con lagrimas en los ojos. Su culpa se acrecentó casi enloqueciéndola, era real. Podría tener maldad dentro suyo, pero ella no podría culparse. Tenía depresión y una persona en ese estado no discierne la realidad.

-¿En que me he convertido?- se pregunto.

Luego de dedicarle una sofocante mirada, le dio la espalda alejándose de él lentamente. Luego sus pasos se hicieron rapidos y su cabello se meció, cuando se dio la vuelta para irse de allí. A pesar de lo empañado que estaba los ojos de Sasuke la pudo ver perfectamente. Pudo palpar su infelicidad y su dolor. Estaba jadeante y aunque quiso gritar su nombre, decirle que no se vaya. Las palabras se le quedaron en la garganta.

Los truenos sonaron, se asusto, sintió que choco con alguien abruptamente. Estaba corriendo sin ver, pero sus ojos llenos de lagrimas no pudieron distinguirlo, barrio al extraño y siguió corriendo. Quería dejar esa triste versión allí, junto a él. Se sentía muy devastada por el tipo de persona en la que se estaba convirtiendo.

¿Deshacerse del bebe? Nunca lo pensó, pero subconsciente lo quería. No se sentía preparada para ser madre, a pesar de haber sido un sueño de antaño. Saberse tan ruin, la hacía desconocerse de formas inimaginables. Sasuke y ella no eran tan diferentes. No quería nada de él, no quería tener nada en absoluto.

Cuando Hinata volteo la esquina saliendo de su rango de visión. Se desesperó, agitado comenzó a correr, pero tan descolocado estaba que sintió un agarre. Su mirada se dirigió furiosa hacia aquella persona que lo había detenido. Era kakashi.

-Déjala Sasuke- le dijo. Según lo que había visto entre ellos, había demasiado dolor que los separaba- ella necesita estar sola.

Sasuke se zafo abruptamente del agarre. Kakashi lo trataba como un maldito niño. Lo peor aun, podía sentir su lastima en su mirada, el peor sentimiento de un ser humano. Podía dejarse ver vulnerable ante ella, pero ante nadie mas.

-¿Por qué te interpones? ¡¿Por qué todo el maldito mundo tiene que meterse?!- le grito, pero kakashi no cambio su expresión alguna.

-Es hora que te comportes como un hombre Sasuke. Ya deja de lastimarla, con tus insistencias solo la alejas mas. Hinata es lo suficientemente capaz de decidir.

-No lo entiendes.. si ella toma esa decisión, solo la alejara de mi y yo.. y yo.. La necesito ahora incluso para mantenerme cuerdo.

-Creo que ya es tarde para eso- le contestó- permítele escoger.. Si tanto la amas... entonces.. si ella decidiera detener todo esto, tienes que respetar su decisión... Deberías hacerlo, no le cortes las alas y déjala ir.

Era un tormentoso e infinito dolor. Sus lagrimas se mezclaron con la lluvia, apretó los dientes y grito de rabia e impotencia. No quería, pero quizá debía. Después de todo el amor no era egoísta. Mañana seria su boda y no había vuelta atrás.

Continuara..

Habrá maratón de cinco capitulo. Sé que muchos no leen enamorándome de mi jefe, mi otro fic. Tengo que aceptar que esta en su mejor parte y la actualice seguido. Aunque había prometido terminar este fic el año que se fue, la verdad tenia muchas cosas en mente y entre aquellas cosas especiales. Tengo una historia preparada que significa mucho para mí, ya pronto sabrán de ella.

Todo mejorara creo yo. Aunque me da penita Sasuke y creo que no he leído otro fic donde lo hayan hecho sufrir tanto como el mío, me siento feliz como ha avanzado la historia. Lamento mucho quizá no escribir con el típico cliche y la historia predecible, pero el amor real, dependencia emocional y sobre todo la depresión son parte del ser humano. Son sentimientos

Nos veremos mas pronto. Agradezco sus votos y sus estrellitas. No se olviden compartir.

Sky

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