LA PROPUESTA - parte 2

—Tienes que hacerlo Sasuke. La harás muy infeliz.

La lluvia caía entre el bullicio de los truenos y las luces de los relámpagos en el cielo. A pesar de tanto caos de la naturaleza, las palabras de su sensei, el gran Kakashi Hatake eran audibles. La idea de dejarla ir, era mas dolorosa que sacrificar su miserable existencia. Hinata se había vuelto su motivo para vivir y aferrarse a la poca humanidad que tenía.

—creo que no eres consiente, de todo lo que vivió ella después de que regresó —tales palabras llamaron su atención.

Recordó las palabras dolorosas que ella le inquirió. Sus reclamos válidos dónde le preguntaba: ¿Dónde estaba?

Su frustración se acrecentó aún más. Al solo imaginar todo lo que ella pudo vivir, después de su abandono. Viendo a kakashi delante suyo, solo confirmaba lo evidente. No quería escucharlo, de lo contrario enloquecería al saber el sufrimiento que ella vivió sola.

—Su padre la encerró. Fueron seis meses dónde no se le permitió salir de sus tierras. Ni siquiera para sus misiones.

—¿encerró? ¿Qué demonios estás diciendo? Pero.. Si era evidente que algo le pasaba ¿Por qué nadie se atrevió hacer algo? —debatió furioso.

—es fácil decirlo para ti. Muchos intentamos interferir. Me incluyo, incluso Naruto trato de comunicarse con ella, pero no pudo. Hiashi no permitiría que nadie se le acercará. Después romper su compromiso. No fue fácil para ella, ni para sus amigos. Mientras que tú.. estabas lejos, haciendo cualquier cosa. Ella estaba sola, a la merced de una familia implacable que no se mesuro en desterrarla al no querer casarse. ¿Con que derecho vienes a reclamar algo que abandonaste?

—¡vete a la mierda Kakashi! Nadie sabe del infierno que pasé sin ella! ¡Ahogándome en mi propia miseria, en el dolor ardiente de haberla perdido! ¡Porque yo.. ¡ —agitado y derrotado dijo— porque yo… porqué pensé que no podría ser feliz conmigo. Maté muchas personas, no me tembló la mano cuando blandí mi espada y mis puños contra inocentes. ¿Cómo alguien tan puro como ella podría merecer eso? —se cuestiono. —Ella se merecía alguien digno de su amor, a alguien… a alguien que no puedo ser. Alguien limpio… no a un monstruo como yo. No tienes idea Kakashi, no sabe lo que se siente, tener que dejarlo todo por el bienestar de alguien que incluso necesitas para vivir.

Kakashi lo vio sin expresión alguna. Sasuke estaba tan frustrado, que termino por sentarse en el lodo del suelo, agachó su mirada y por segunda vez, desde que lo conoció pudo verlo llorar. Ese dolor que mostraba era inconmensurable. Sasuke era humano después de todo, no era de fierro. Al parecer que Hinata había tocado las fibras más sensibles de su alma, al punto de que no la quería dejar ir. Sasuke estaba dispuesto hacer cualquier cosa por su amor.

—Sasuke —se puso de cuclillas, y colocó una de sus manos en su hombro— llegado el momento tendrás que tomar la decisión correcta.

Sasuke mostrándose vulnerable alzó la mirada, encontrándose con la sería mirada de su sensei.

—No creo que seas que una mala persona. Solo haz tomado malas decisiones. Nunca es tarde para tomar el camino correcto y hacer las cosas bien. Ya no pienses en ti y lo que crees que es mejor. Piensa en ella y lo que crees que la hará feliz. Cuando llegues a esa conclusión, en ese momento, este infierno interno del cual eres preso, desaparecerá. Al saber que ella puede ser feliz, lejos de ti. El amor no es egoísta Sasuke. Esto ya no tiene que ver contigo, tiene que ver con ella.

Esperaba que sus palabras hicieron eco en su alumno. Lo único que pudo percibir, que al menos lo había escuchado. Extendió su mano y lo ayudo a ponerse de pie. Se quedaron viendo un momento, ambos estaban solos después de todo. Quizá si estuviera en su posición, haría algo similar, pero nunca se había enamorado, su carrera como shinobi siempre fue su prioridad. Sasuke era como un hijo, había pasado más tiempo con él que con Naruto. Así que le guardaba un cariño algo especial.

Lejos de allí, en los terrenos de los Hyuga. Hanabi se encontraba curando las heridas, que tenía su hermana en las rodillas. La pequeña Hyuga tenía la mala manía de escuchar tras la puerta. Pudo escuchar la historia de su padre, se sorprendió tanto, como seguro lo hizo Hinata. Sabía el propósito de aquel acto, su padre trataría de impedir aquella boda. Aunque ella tampoco simpatizaba con Sasuke, su padre estaba colocando a su hermana en una posición delicada. No respetaba su estado, ella podría tener un aborto instantáneo.

La esperó después de su partida. Cuando ingresó por la puerta que daba al jardín, Hinata solo atino a abalanzarse sobre ella para que la abrazará. Hanabi supo la conclusión de su visita a Sasuke.

El compromiso seguía en pie. Habría boda contra viento y marea.

No quiso preguntar nada, solo se dedicó a cuidarla, mirarla para hacerla sentir más tranquila. Le limpio las lágrimas y le sonrió, aunque en otras ocasiones se hubiera echado a llorar a su lado, está vez se mantendría fuerte por su hermana. Ahora entendía que enamorarse era peligroso, mucho.

Después de reconfortarla un poco, le preparo un baño aromático con agua caliente. Pudo ver sus heridas en su rodillas y manos, quizá Hinata se resbaló producto del ambiente empapado. Hanabi le hablaba, pero Hinata parecía ida. Ya no lloraba, solo se quedaba mirando a un punto en pared mientras le refregaba el cuerpo.

Hanabi noto que Hinata no tenía la misma ropa con la que había salido, dedujo que por la intensa lluvia, Sasuke seguro le había ofrecido un cambio de ropa. Después de curar sus heridas se dirigió a peinarla.

—Neechan, tu cabello ha vuelto a tener el mismo largo que solía tener —resaltó con cierta alegría, pero Hinata no respondió, solo atino a acurrucarse mas.

Las palabras ya no salían por si mismas. En otras ocasiones ambas tenían tanto de conversar y debatir. A pesar del dolor que le ocasionó por no contarle su secreto, Hanabi supo que, lo que le pasaba, era más grande. Hinata era su confidente, la confianza entre ambas llego al punto que le confesó que sus toqueteos que tuvo con konohamaru, cuando cumplió 15 años. Si bien recibió cierto regaño de su parte, no le dijo nada a su padre.

—¿Cómo estás? —era obvia su respuesta.

Hinata no dijo nada, Hanabi ya no sabía que más decirle para quitarle el pesar plasmado en su rostro.

—Me gustaría decirte alguna cosa, para que te sintieras mejor —dijo con sinceridad.

Hinata se estremeció ante sus palabras. Si bien su dolor era muy grande, no quería que traspasara más allá de su frágil cuerpo.

—lo haces, Hanabi —le contesto y volteo a verla. Su suave tacto recayó en una de sus manos que estaba en su hombro— al estar conmigo me haces sentir mejor. Es solo… es solo…

—seria mentir si digo que te entiendo. Está situación es difícil para ti. Es lo único que sé. Hinata, espero que no suene a regaño, pero… al menos deberías poner un poco de tu parte para sentirte mejor.

Trato de sonar suave, sabía que su hermana estaba muy sensible. Hinata solo la miraba con vergüenza en su rostro.

—Mañana es tu boda. Tu estado no debería ser el tema de conversación de los invitados. Ellos esperaban ver a una novia enamorada.

—¿Enamorada? —sonrió con lastima de su persona.

—Sabes las personas en la aldea han inventado historias sobre ustedes dos —Si tenía que contarle los chismes a su hermana para que sonriera. Lo haría, haría lo que fuera por ella porque la amaba— Tú sabes que no me gustan esas cosas, pero dicen cosas como si ustedes habían estado enamorados desde antes, porque ambos son de clanes poderosos.

—Ni siquiera nos hablábamos —refutó a las palabras de su hermana.

—Tienes razón. Es realmente difícil imaginarlos juntos, porque en la academia no cruzaron palabras —se río— aún así.. ustedes se enamoraron.. y bueno tú…

—No quiero pensar mucho, Hanabi —la interrumpió— Tengo miedo.

—¿Miedo? ¿Acaso crees que ese Uchiha te hará daño? Bueno.. no creo que ahora lo haga. He visto como te cuida.. en el hospital él..

—No tengo miedo de Sasuke. Sé que no me haría daño.

—¿Entonces? ¿A quien te refieres?

—Tengo miedo de mí, Hanabi. Tengo miedo de hacerle daño a mi bebé —termino de decir con dolor en su voz. Colocó una de sus manos en su vientre con miedo, como si temiera lastimarlo.

Sus principios y valores le decían que estaba mal, si quiera pensarlo. Sin embargo, la depresión que la embargaba nublaba su juicio al punto de dañarse. Mantenerse cuerda cada día era un reto, uno que estaba perdiendo.

—Hinata.

—Me siento un ser horrible por si quiera… si quiera… Hanabi.. — la abrazo con fuerza, aferrándose a su espalda.

El aroma propio de su hermanita la reconfortó un poco, apretó los ojos fuertemente tratando de recordar la persona que fue en el pasado. Su cuerpo tembló y Hanabi la sintió tan frágil como si fuera a romperse.

—Hinata… —su voz fue muy suave, como un susurro, pero audible— sabes que te amo y siempre estaré a tu lado.

Hanabi debía de pensar bien en lo que tenía que decir. Se había informado sobre el estado mental tan delicado de Hinata. Debía ser inteligente y escoger muy bien sus palabras.

—Eres mi hermana —le recordó tratando que no se sienta sola— No debes avergonzarte de sentirte así. Eres humana, es normal que sientas todas esa cosas negativas.. haz pasado por mucho tu sola.

No lo sabia, pero las palabras de Hanabi eran la paz que Hinata había buscado por meses.

—No pienses que estás sola, yo estoy aquí —tomo una de sus manos y la miro, traspasando hasta su alma— solo dime ¿Cómo te sientes? Qué es realmente lo que sientes y no te has atrevido a decirle a nadie.

—¿Lo.. que yo.. siento.?

—Si realmente quieres sanar, entonces… Déjame ayudarte, entrar en tu corazón y saber que es lo que está pasando.

—¿Lo que me pasa? —se pregunto.

Su respiración se agitó. Se puso de pie abruptamente, le dio la espalda a su hermana. Un cúmulo de emociones vinieron a ella, era un explosión de sensación que le hacían sentir mal. Su mirada tembló y su ceño se frunció y entonces escucho la voz de él. Sasuke Uchiha en su mente, en cualquier recuerdo estaba él.

—Hinata —la imito preocupada al escuchar su silencio— Hina..

—¡No quiero a Sasuke cerca de mí! —casi gritó, ahogándose en su pena— ¡No lo quiero conmigo, no lo quiero en mi cama! ¡Ni siquiera tolero que respire el mismo aire que yo! ¡No, No, No quiero que me vuelva a tocar! Hasta puedo decir que yo.. que yo.. que yo lo desprecio tanto Hanabi —su voz fue perdiendo fuerza, avergonzándose de ella misma.

No pudo voltear a mirarla, estaba muy apenada por sus palabras. No podía sentir eso, su educación nunca fue para sentir sentimientos tan infames como el desprecio y la autodestrucción, pero, allí delante de su hermana solo podía sentirse aliviada de vociferar lo que tanto le costaba pronunciar.

—Sé que debería sentirme feliz —continuo. —Sé que debería estar feliz por este bebé — Su voz rota sonó y toco su abdomen. —yo… siempre quise ser madre— sus lagrimas salían amargamente. — siempre lo quise, me visualice teniendo una familia y siendo una buena esposa. Me vi en algún futuro esperando a mi esposo con un cena caliente y que podamos hablar. Siempre lo quise, pero… como puedo si quiera soñarlo. Si espero a un bebe.. que no quise —reconoció al fin con un gran dolor.

—Está bien —soltó Hanabi causando su admiración.

Hinata volteo despacio ¿Era verdad? No la estaban juzgando. ¿De verdad estaba pasando? Había esperado algún tipo de regaño como siempre se lo hacían, pero no, está vez no. En su lugar, solo encontró una mirada reconfortante y tanto tibia en sus manos.

—Sabes, creo que debemos pasar más tiempo juntas —sugirió —Te parece si vuelves a enseñarme a bordar. Sabes que soy un completo desastre— sonrió burlándose de sus dedos rojizos por las puntadas de la última vez.

—Creo que eso ya no será posible —la pena en su voz era palpable— Es un poco tarde para eso ¿No crees? Estaré casada mañana, dudo mucho que él permita que me..

—¿Estás segura de eso? —le cuestionó sorprendiéndola— estoy segura que él, no impedirá que vaya a verte. Quizá hasta permita que me quedé contigo hasta que te sientas cómoda con tu nueva vida de casada.

—¿Cómo puedes estar segura de eso? Tú no conoces a Sasuke. Es un ser ruin y sin escrúpulos. Además él..

—¿Confías en mí? —le cuestionó interrumpiéndola— Hinata ¿Sabes que yo nunca te mentiría verdad?

Ella asintió despacio, dándole fé que su hermana, era el único ser en este mundo que no podría dañarla. Confiaba ciegamente en su juicio.

—Hinata quizá se te sea posible creerme ahora, pero he visto que ese hombre se preocupa mucho por ti. Cuando estuviste en el hospital no te dejo sola, insistió incluso que la propia Tsunade sea que te atendiera. Además..

—Me es difícil creerlo, Hanabi. Él me ha hecho mucho daño. Imaginarlo que es considerado conmigo me es imposible. Me ha lastimado, humillado muchas veces y..

—Tienes razón— la interrumpió— es un ser horrible, pero.. él ha cambiado contigo—declaró ante la sorpresa de Hinata— solo que no eres capaz de verlo y puedo entenderlo. Estoy segura que no se opondrá si le solicito quedarme contigo hasta que te sientas cómoda en su casa— no estaba segura, pero si tenía que mentir para hacerla sentir mejor entonces lo haría— Eres lo más importante para mí y no eres un monstruo. Todo tiene solución. Lo prometo

—pero..

—confía en mí…

Hanabi la abrazo, Hinata lloro aún mas y tembló entre sus brazos. Está solo atino a cerrar los ojos, debía de ser fuerte por su hermana. Siempre era ella quien se mantuvo firme en muchas ocasiones, siempre actuó como su madre protegiéndola de todo y de todos. Por cada artículo que ella rompía en su casa, fue Hinata quien recibía los regaños de su padre. Aquellos insultos que ella disimulaba con una sonrisa, era Hinata, siempre Hinata. Si tenia que hablar con uno de los hombre mas temidos del mundo de los Shinobis, entonces lo haría.

—Todo saldrá bien, lo prometo.

Hinata quería creerlo, tembló en los brazos de su hermana y por primera después de mucho tiempo sintió paz. No hay dolor que dure toda la vida, si Hanabi tenía razón, entonces ella encontraría una solución.

(…)

Era evidente el mal estado de animo de la futura esposa Uchiha, todos los miembros del clan Hyuga fueron testigos del llanto desmesurado de parte de Hinata, durante toda la noche. Sintieron compasión e incluso lastima por ella.

¿Por qué casarla con alguien tan indigno como Sasuke Uchiha? Se preguntaron.

Algunos tildaron la medida como extrema, que todo fue parte de la cabeza del clan Hyuga por solapar la relación que ambos tuvieron de forma clandestina. Hinata nunca fue mala con algún miembro de la rama secundaria, mucho menos con algún criado. Ella siempre era amable y muchos aprobaban el compromiso con el héroe del mundo shinobi, Naruto Uzumaki, rompiendo cada tradición, ya que el linaje en los Hyuga era importante.

Sin embargo, después de la sorpresiva ruptura, la interrupción del ritual del sello y el abrupto compromiso. Mas de uno llego a la conclusión que Sasuke y Hinata ya se entendían desde hace mucho tiempo. Que quizá Hinata no pudo rechazar la propuesta de Naruto por ser un héroe y que Hiashi sabia de aquello. Habían otras mas descabelladas que suponían que ambos habían sido amantes, pero muchos dudaban de esto, porque Hinata era demasiado pura para hacerlo.

Las estilistas del clan se encargaron del agujar de la exprincesa Hyuga, el traje para la ceremonia del Shizen era exquisito. Seguirían con la tradición, se haría una ceremonia previa a la boda, y para la ceremonia principal Hinata usaría el kimono que le había regalado Sasuke, sellando así su matrimonio. En esta parte de la fiesta, supuestamente Hinata saldría de la mano de su madre hasta el templo, y regresaría de la mano de su suegra como señal de la transición de la familia, pero su madre estaba muerta, y la de Sasuke También. Lo mas lógico era que Sasuke seguro vendría por ella.

—Luce muy hermosa, Hinata-sama —la modista que había peinado su cabello sonreía satisfecha por su trabajo.

Hanabi la miraba de un extremo de la habitación, reconocía a Hinata como una mujer fuerte al controlar aquellas lágrimas de sus vidriosos ojos. La mujer que arreglaba a Hinata coloco aquellos rocíos en su recogida cabellera, también le coloco el collar con el emblema de Sasuke en su cuello. Eran hermosos, pero para ella eran grilletes. Cuando Hinata se miro al espejo no se reconoció. Su piel pálida por el polvo, el carbón en sus cejas y los labios rojos la hacían sentir vulgar. La modista parecía hablar y hablar, ella solo quería salir corriendo. Habían adornado parte del lugar con grullas de papel, para la buena suerte y aquel origami le trajo recuerdos.

—¡oh!

Una traicionera lagrima se deshizo por su mejilla, arruinando un poco su maquillaje.

—Es muy normal los nervios de una boda, lo retocare solo dame..

—Quiero estar sola —dijo Hinata y la mujer se detuvo cuando la polvera se detuvo a centímetros de su cara. —Por favor… podría dejarme sola.

Su mirada tan triste llego hasta la señora, he hizo que su corazón se compungiera.

—pero… ¿el maquillaje?

—yo… yo lo retocare… por favor… solo váyase, si necesito algo no dudare en llamarla.

La mujer asintió y sin decir mucho salió de la habitación. Hinata volvió a mirarse al espejo, viendo aquel emblema que colgaba de su cuello, al cual desprecio con todo su corazón.

—¿Cómo te sientes? —pregunto Hanabi.

—Podrías dejarme sola —le pidió y no la miro. —necesito pensar.

Hanabi asintió, evito decirle que se miraba muy hermosa y tantos cumplidos porque estaba segura que mas que complacerla, seguro la molestaría.

—Si necesitas algo, no dudes en llamar. —dijo antes de salir de la habitación.

Hinata acorto distancia, coloco una de sus palmas en el espejo y sintió la realidad de golpe. No, no estaba soñando, no era una pesadilla. En realidad estaba allí, de pie a punto de casarse, uno de sus dedos se dirigió hasta el colguije, su tacto resintió el frio metal y muchos recuerdos con Sasuke vinieron a ella.

«pensé que no lo resistirías»

¿Quién era él para suponer acciones en su nombre? ¿tan débil la creía?

Con dolor en su alma tomo el colguije y se lo arranco del cuello sin temor a dañarlo, casi como si le quemara. Lo dejo en el mueble del tocador, miro su mano y también se saco el anillo. El viento entro por la ventana y las cortinas se movieron al compas. Por alguna extraña razón no se sintió sola, era como si en esa habitación estuviera alguien mas allí con ella.

(…)

Hanabi evadía a la multitud buscando al causante del sufrimiento de su hermana, ko le había informado que su padre la había mandado a llamar, para poder recibir adecuadamente los invitados, pero mintió, le dijo que iría, pero se fue en busca del Uchiha. De forma disimulada vio a kakashi salir de una habitación, seguro estaban preparando al novio. Espero que se alejara un poco y toco la puerta.

—¿Qué quieres kakashi? —su voz fue tan impersonal, que ni siquiera presto atención a quien entraba por la puerta. —ya te dije que…

Sus palabras se silenciaron, una menuda Hanabi entraba tímidamente por la puerta. Aunque no decía nada, sabia el propósito de aquella visita. Sasuke vestía el Haori y la hakama con elegancia, alguien tan bien parecido como él, lo portaba de forma tan elegante. Hanabi recorrido con su mirada aquel infeliz hombre, recordando que este imbécil era uno de los hombres más deseados de todo Konoha.

¿Pero porque razón?

Solo era un gran imbécil con el rostro bonito, incluso a ella no le parecía un hombre atractivo. Sin embargo, debía dejar todo lo negativo que sentía por él, para tratar por el tema mas importante, su hermana.

—He de suponer que tu presencia se debe a tu hermana ¿No es así? —le cuestiono y le dio la espalda, acomodándose el cinturón de tela de su hakama.

—Hinata… vine hablar de ella.

—¿tienes algo nuevo que cuestionarme? —Sasuke fue directo. Si Hanabi venía a impedir que se case con Hinata, estaba muy equivocada.

Ya bastante había hecho el padre de ambas, Hinata estaba en riesgo en esa familia y aunque ella no quisiera estar con él, la tendría y a su hijo.

—Creo que no estas entendiendo —hablo Hanabi con indignación, mientras se acercaba. —Todo esto… todo esto esta mal.

—¿Quién lo dice tú o tu padre? —acuso. —Si este es un intento en hacer que…

—¡esto no tiene nada que ver contigo! —lo interrumpió, casi gritándole.

Sasuke guardo silencio y observo la determinación de la joven, al parecer los Hyuga tenían un espíritu guerrero inquebrantable. No le temía, lo noto en sus ojos, incluso en aquella noche donde lo descubrió entrando a la habitación de su hermana, no le temía. Esta pequeña Hyuga era demasiado valiente, tanto como su Hinata.

—Tiene que ver todo con Hinata. Ella esta sufriendo… ella no quiere casarse, y menos con un monstruo como tú. —Sasuke la miro ceñudo, muy serio. —Ella sufre por tu culpa. Yo no sabia… no sabia que eras la razón de su sufrimiento, cuando volvió. No lo sabia —negó frenéticamente impotente al recordar a su hermana siendo castigada por su padre. —¿Por qué le hiciste todo esto? Ella no lo merecía.

—No lo entenderías.

—Ni siquiera sé como alguien como ella pudo escogerte a ti. Tan nefasto… ruin… malvado y impuro para ella —insulto, sin temerle.

—¿Algo mas? —se burlo. —No me has dicho algo que no sepa, niña. Nuestros asuntos son privados y tú, ni nadie podrán impedirme tomarla como mi esposa.

Hanabi negó, apretó los puños. Recordar lo rota que estaba su hermana, había hecho que su verborrea sea muy dura. Debía de calmarse, ser mas inteligente.

—¿Usted siente algo por ella?

Sasuke no pudo contener la sorpresa de su pregunta. Hanabi lo observo con detenimiento, había dado en el clavo.

—Eso no te incumbe.

—Todo relacionado con ella me importa. Es mi hermana, y la amo mucho mas que usted. Ella… ella era feliz antes de conocerlo. Solía sonreír y platicar conmigo todos los días. Hablamos de mi madre y solíamos a ir siempre a las afueras de la aldea… ella me decía que todo el mundo…

—Todo guarda un secreto.

Hanabi enmudeció ante sus palabras, el rostro del Uchiha no se miraba, ya que tenía una sombra producto del flequillo de sus rebeldes cabellos. Sasuke estaba totalmente descolado, las palabras de la pequeña Hyuga habían calado en lo mas profundo de su alma. Hanabi describía a la Hinata que conoció, aquella que le mostro que el mundo por muy cruel que sea, escondía un secreto. Entonces la recordó antes, mucho antes que se enamorara de ella cuando iniciaron aquella misión. Sus sonrisas sutiles, sus gestos amables, sus ojos brillantes maravilladas por la naturaleza, su piedad con el desvalido, su fuerza, su valentía a pesar de su debilidad y aquella esperanza propia de su alma.

Sus pensamientos lo abstrajeron, allí delante se encontraba aquella Hinata, de mucho tiempo atrás, quiso tocarla, pero ella se adelantó y finalmente desapareció.

¿Qué había hecho? ¿Qué le había arrebatado?

Absolutamente todo.

¿Por qué ahora un extraño temor le recorría el cuerpo? Nunca podría cambiar lo que fue, en lo que se convirtió, pero ¿ella? le había complicado la vida y a pesar de eso, aun quería tenerla a su lado en contra de su voluntad.

¿Se lo merecía? Por puesto que no, entonces ¿Por qué lo hacia? ¿Por qué se aferraba tanto a ella? ¿amor? Podría llamarse amor a lo que sentía.

«cualquier cosa que sientas, es todo menos amor», eso le dijo Hinata.

No, no era amor. Porque ella sufría y la culpa era de ella. No solo le había arrebatado los motivos en tener una vida de casada con la que siempre soñó, le arrebato sus sueños y sus ganas de vivir. Ahora, en ese preciso momento el panorama de Sasuke cambio radicalmente, pudo ver el verdadero semblante de la mujer que pensaba amar.

Ya no la miraba hermosa. Hinata lucia demacrada, ojerosa, mas delgada y muy retraída como si el dolor se la estuviera consumiendo.

—Estoy segura que usted esta acostumbrado al sufriendo, a vivir de esa forma tan errante y sin miramientos, pero Hinata no está acostumbrada a vivir de esa forma. No habrá vivido rodeada de amor, quizá. Sin embargo, todo lo malo no le impidió soñar y tener la esperanza que todo mejorara. ¿Cuándo todo termine? ¿Cuándo esta boda acabe? ¿De verdad cree que la tendrá? No lo creo, ella… la Hinata usted conoció, mi hermana la que me crio ya no existe, ahora solo queda un remanente que llora todos los días y esta sumida en una profunda depresión y gran culpa la tiene usted. ¿Qué es lo que realmente importa? ¿este matrimonio o la salud mental de mi hermana?

Sasuke no dijo nada, solo paso por el lado de Hanabi sin verla.

—Usted nunca podrá cambiar lo que fue, pero… mi hermana no merece cambiar por alguien que no la merece.

Los pasos de Sasuke se hicieron pesados, ignoro a kakashi que estaba en medio del pasillo y esquivo a algunos invitados. Estaba completamente impactado y descolocado por las palabras de Hanabi.

¿Qué había hecho realmente por ella? ¿Qué había hecho él para sentirse digno de su amor?

Nada, simplemente nada.

La puerta delante suyo le pareció muy alta, sintió muchas dudas al tocar y su cuerpo se sintió pesado. No lo hizo, tomo el pomo de la puerta y la abrió. Las cortinas danzaban al compás de viento y el silencio sepulcral de la habitación se hizo escuchar. Se acercó al tocador encontrándose con aquel colguije que le regalo en la fiesta de compromiso, lo tomo entre la palma de unas de sus manos y el corazón se le rompió; allí al lado también estaba el anillo de compromiso. Su vista fue hasta la ventana que estaba abierta de par en par, apretó los ojos y una ardiente lagrimas resbalo por sus mejillas.

(…)

No muy lejos de allí, Hinata llegaba entre tropiezos, hasta la tumba del único hombre que la había amado de forma autentica. Se tropezó producto del estorboso traje, pero no le importo y el tocado en la cabeza se le hizo pesado, así que se lo quito y lo lanzó a un lado. Desprecio aquella dadiva de Sasuke, no quería casarse.

A pocos metros estaba la lapida con el nombre Neji Hyuga, el genio, el prometedor futuro de un clan que era apartado por una líder débil y sus leyes arcaicas. Algunas hojas cubrían el nombre de su primo y las limpio, pero las lagrimas no salían. Así que, con sus manos comenzó a excavar un agujero. De forma frenética, sin temor a ensuciar su bello traje. Hinata excavo y excavo, hasta que una de sus uñas de rompió. Cuando el agujero estuvo lo suficientemente profundo grito con todas sus fuerzas dentro de él, tanto que juro que su alma se salió. Sus lagrimas salieron y deseo estar enterrada a su lado.

Aunque sus palabras fueron muy poco audibles dijo: "tu debiste vivir aquella noche" recordando el sacrificio de su primo al salvarla.

Sin embargo, aunque su corazón latiera, se sentía muerta en vida.

—¿Hinata?

Ella volteo despacio, sus ojos llorosos se volvieron más grandes, cuando vio a la persona que estaba delante suyo.

—Na…Naruto-kun —musito sin poder creerlo. —¡Naruto-kun!

Hinata corrió a sus brazos y Naruto impactado por su reacción la estrecho entre sus brazos. Hinata se aferro a su pecho y escucho el latir de su corazón, recordando tristemente lo feliz que fue con él. Sus lagrimas empaparon su grueso traje y sintió ese aroma floral que le gustaba.

—¡Yo nunca quise ir! ¡Nunca, nunca! ¡Yo quería quedarme contigo, y enfrentar cualquier cosa a tu lado! ¡pero.. pero no sabia como decir que no..! siempre.. siempre se me ha dicho lo que tengo que hacer, lo que tengo que decir. No elegí la familia que tuve y mucho menos el destino que se me eligió, pero… si pudiera elegir… aunque sea un momento. ¡Yo elegiría nunca haber ido a ese viaje!

Cada palabra dicha por ella era una culpa menos en su corazón. Siempre quiso dirigirse a Naruto de igual a igual, pero era demasiado tímida o quizá cobarde para expresar su malestar por aquella absurda idea del viaje. Asi que lloro con todo su corazón y Naruto la apretó fuerte, muy fuerte. La estrecho en sus brazos como antes.

—¿Hinata? —hablo Naruto y ella se paralizo, por un instante pudo sentir que los sonidos se alejaron y solo eran ellos dos. —No me importa lo haya pasada entre Sasuke y tu —Hinata se apartó y lo miro asombrada y la vez triste por sus palabras.

¿Era verdad? A Naruto no le importaba.

—Nunca debí dejarte ir a ese viaje. Si alguien es culpable de todo esto soy yo —Naruto le limpio las lagrimas a Hinata y aparto un mechón de su rostro.

Hinata le gustaba cada una de sus partes, mas allá de su atractivo físico, nunca había conocido a alguien con su alma.

—Yo… Hinata yo te…

Sus palabras se ahogaron cuando escucharon unos pasos a la distancia. Sasuke se agacho para recoger aquel tocado que había escogido exclusivamente para ella. Ambos se apartaron despacio, Naruto de forma protectora coloco a Hinata detrás suyo. En ningún momento Sasuke miro a Naruto, solo la miro a ella y pudo ver lo triste que estaba. Intuía que la encontraría allí, ni siquiera él se esperaba encontrarla abrazada de esa forma con Naruto.

«yo la amo, teme», eso fue una de las tantas cosas que le había dicho Naruto antes de partir.

¿De verdad esos dos se amaban? ¿y él, donde quedaba?

—¡Teme! —rugió. —No te…

Naruto callo sus palabras cuando una cabizbaja Hinata paso por su lado, no sin antes dejarle entre sus manos algo. Hinata despacio se coloco al lado de Sasuke. Él ni se inmuto, no movió ni un musculo y tampoco hizo algún gesto para que ella tomara una decisión definitiva. Era hora que Hinata tomara la mejor decisión para ambos, hablar con Hanabi abrió su mente y le mostro una realidad que se había negado aceptar. Le dolió en el alma poder palpar de manera fehaciente, el desdén y desprecio de ella en plena boda, dejando el preciado regalo que le dio. Mas aun, ver tirado como cualquier basura aquel tocado que compro para ella, sumado que estaba abrazada de aquel que considero el gran amor de su vida y al parecer él se empeñaba a volver a su lado. Ya no la obligaría, esta vez, ella decidiría. Ya no importaba él, tampoco ella, solo importaba la vida que llevaba dentro suyo, que para bien o para mal, los uniría de por vida. Si Hinata le daba la espalda, él desaparecería de su vida y esta vez para siempre.

—Ese vestido…

Naruto negó, ahora que Hinata se había apartado pudo vislumbrar el tradicional traje, también el de Sasuke. Había estado lejos por meses en aquella misión de kakashi, que nunca contemplo que Hinata…

—Adiós… Naruto. —Dijo Hinata.

Una de sus manos se poso en su vientre, fue tan sutil que Naruto entendió en mensaje rompiéndole en mil pedazos el alma. Luego desaparecieron en un portal.

El héroe de konoha impactado, abrió lo que contenía sus manos. Era una grulla de papel, tal como él le había dado a Hinata tiempo atrás, cuando eran novios en aquel festival. Sus piernas le fallaron, cayo de rodillas y apretó los puños estrujando aquella señal. Hinata no solo había ido a despedirse de Neji, también de él.

—Se va ha casar… Hinata se está casando.

Todas sus esperanzas se desvanecieron, si Hinata había ido con Sasuke, entonces lo había elegido a él. Ya no había marcha atrás, la había perdido y esta vez, para siempre.

(…)

Un invierno poco usual en las tierras de konoha. Las lluvias se habían adelantado este año, estaban seguro que pronto empezaría la temporada de nevada. Aunque Hinata disfrutaba mucho de esta, sin embargo está vez era diferente ante sus ojos. Aún vestida de novia observaba las gotas de lluvia resbalar por las ventanas, aunque el fuego en la chimenea iluminaba toda la habitación y estaba cálido el ambiente, se sintió vacía.

La boda ya había terminado hace más de dos horas, habían despedido hasta el ultimo de los invitados y había usado sus dos vestidos. Se habían dirigido hasta la casa de Sasuke, quien la guio a donde seria su habitación. Ella entro en silencio y su mirada se centro en un punto muerto de la habitación, la lluvia no espero mucho en llegar. Sus lágrimas caían lentamente al suelo de madera y no supo cuando el tiempo paso y se hizo de noche.

¿Por qué no se fue con Naruto? Estaba tan segura que aceptaría al niño que traía en el vientre, pero no estaba bien. Ese niño tendría un padre, tiene un padre y este lo deseaba. No podría tener corazón si quisiera que ese ser inocente crezca sin una familia. Gran falta le hizo su madre, y estaba segura que Sasuke quería al niño. Ella había perdido las esperanzas en tener una vida feliz, ahora dedicaría todos sus esfuerzos en criar a su bebe. Ese seria su motor y motivo.

(…)

Los rayos de la mañana se asomaban por la puerta que daba el jardín, Hinata se levantaba de apoco del mullido futón que tenía. Se sentó despacio y acaricio su casi imperceptible barriguita, debía ir a los controles que le habían sugerido, pero no tenía el ánimo, ni la energía para salir. Ya se cumplían casi tres semanas y pocos días, desde su matrimonio, admitir que vivir con Sasuke no era tan desagradable, era difícil para su condición mental.

Hanabi tenía razón, Sasuke había accedido que ella fuera los primeros diez días a verla, e incluso a dormir a su lado, apartándolo de cualquier lecho. Hinata se puso de pie despacio y enrollo la flexible cama, se dirigió al baño necesitaba asearse. En esos días la relación con su hermana se había vuelto muy estrecha, al punto que Hanabi le había confesado, que estaba celosa de las mujeres guapas que rondaban a su pseudonovio. Podrían hacer muchas cosas juntos, pero formales no eran, pero ¿Quién era Hinata para juzgar? Si mantuvo un romance clandestino estando comprometida. Hinata era testigo de los esfuerzos de su hermana en hacerla reír y de los múltiples temas de conversación. Resaltado lo grande que era la casa donde vivían, lo bonita y bien cuidada que estaba.

Sasuke había hecho un gran esfuerzo en restaurar un lugar muerto y lleno de dolor, pero quería transformarlo en un hogar para Hinata, pero ella no podía verlo. Hanabi invitaba a su hermana a tejer como siempre lo hacía, pero parecía ignorar a veces el hecho que estaba embarazada. Quizá solo miraba hacia otro lado y por eso evitaba comer algunas veces. Sin embargo, la agradable compañía de su hermana se vio interrumpida por una larga misión. La peliazul se preguntaba si era eso o simplemente Hiashi le había ordenado no verla, ni mucho menos quedarse a dormir. Ino y shino también fueron a verla llevándola cosas para el bebe, pero estaban arrimadas a un lado de su habitación, porque no tenia ánimos de abrirlos.

La convivencia con Sasuke era inexistente, porque no se encontraban en la casa. Era consiente de que vivía con ella, pero evitaba verla e incluso cruzársela. Sasuke era un buen proveedor, tenia las alacenas llenas de comida y cada día se proponía en reponerlo lo usado por ella. Siempre Hinata encontraba alimentos frescos en la mesa para preparar el desayuno, siendo consiente de que era mujer casada, preparaba para ambos.

Aún así los intentos de Sasuke por mantenerse ausente eran en vano, ya que Hinata solía dormir muy poco quizá por miedo a que la atacará o que la viera dormir, pero no pasó. Ella cuidaba cada detalle en ese amplio cuarto y al parecer él no se asomaban por allí.

Hinata peino su largo cabello y salió rumbo a la cocina, había en la mesa queso fresco, tocino y mucha fruta. Al parecer Sasuke le había repuesto lo que se había comido el día anterior, miro a todos lados y no había nadie. A veces el sonido del silencio de ese lugar era abrumador, solía imaginarse a niños corriendo, personas por las calles sonriendo, conversando y tantas cosas. Se preguntaba si ese lugar alguna vez rebozo de vida como en su clan, ya que si bien eran muy estrictos las familias eran felices.

En menos de diez minutos ya tenía los dos desayunos listos, degusto lo que se preparo y cubrió el que suponía que Sasuke comería. Saboreo el sándwich de pollo a la plancha, con mucho tomate y un poco de leche. Solía tener muchos antojos a estas alturas de su embarazo, a pesar de poseer una contextura no tan delgada, el embarazo había hecho que adelgazara los brazos y la parte de la espalda. Al parecer su barriga consumiría su peso.

No tenia la necesidad de ir si quiera al mercado, todo se lo proporcionaba su esposo. No sabiendo que hacer, teniendo un casa muy pulcra decidió tomar un paseo a un lago cercano de aquella casa. El sombrero que tenia la cubría bastante bien, sus pasos lentos la alejaron de lo que aun no podía tildar hogar.

Unos ojos oscuros y tristes la observaba alejarse, no podía decir que era feliz, porque no lo era. Cuando llegaron después de la boda, Hinata no le había dirigido la palabra en lo absoluto, incluso ni siquiera para quejarse con los antojos. Le había dejado un cuervo para que se enviara mensajes con su hermana y esta venia a verla, incluso dormían juntas y observaba como sonreiá de forma tan escueta. Siempre de lejos, siempre entre las sombras. Alguna vez dijo que podría conformarse con solo verla a la distancia, y estaba tratando de mantener su promesa, pero era tan difícil mantenerse invisible en una casa donde ambos vivían solos. Era un ninja de élite, así que no era tan difícil esconderse. Regresar a su antiguo hogar no era nada fácil, todo desbordaba sangre y dolor, y en las noches casi no dormía. Era un pesadilla. Esta vez soportaría todos sus pecado, ya alguna vez la rompió, lo justo seria que ella hiciera lo mismo, pero Hinata ni siquiera lo miraba. No muy a menudo soñaba que pronunciaba su nombre, pero la realidad era otra y eso lo deprimía.

(…)

El agua del pequeño lago era bastante trasparente, sus pies resintieron el frio pero no dejo de sumergirlo. Suspiro profundamente, aquel pequeño muelle estaba tan bien construido y pudo ver algunos pececillos dentro de sus aguas. Vio el reflejo de su persona en sus cristalinas trasparencias y con cierto recelo, quiso acariciar su vientre, pero no pudo. No aceptar la llegada aun de ese bebe era difícil, siempre se imagino ilusionada, tejiendo para su bebe, pero la situación era otra. Sus lagrimas salieron, pero se animo a recomponerse.

Hanabi ya le había dicho que era malo para el bebe llorar siempre y trataba de no hacerlo, pero ya casi podía sentirlo moverse y feliz no estaba. Hinata no supo cuanto tiempo estuvo mirando a la nada, pensando en su infancia junto a los pocos recuerdos con su madre. Ella siempre sonreía cuando acariciaba su barriga, pensando en Hanabi, pero ella no podía ni tocársela, era tan horrible estar en esa situación. Era un pesadilla.

El tiempo paso lo suficiente para ella, se puso de pie y se dirigió a su casa. El sol en el cielo marcaba que ya era hora del almuerzo, deseaba comer algún pollo guisado con mucho arroz. Ya no quiso pensar en sus tristezas, con algo de animo fue hasta su casa.

—¡Hinata!

Una conocida voz la abordo, ella volteo despacio encontrándose con dos personas que apreciaba mucho, Kiba y Sakura.

—Kiba-kun, Sakura-san —Saludo con educación.

—Fuimos a tu casa y no te encontramos —señalo Kiba. —¿Esta todo bien? —pregunto inquisitoriamente.

—Todo bien Kiba-kun. Ya que están aquí ¿Por qué no vamos a mi casa? Cocinare algo delicioso para ambos.

—me encanta la idea —dijo Sakura. —Te traje algunas cosas para tu bebe, espero que te guste.

—Sakura-san es muy gentil.

El trio compartió una prolongada sonrisa de afecto y se dirigieron hasta la casa mas bella del lugar. Los invito a sentarse e insistió en que no la ayudaran a cocinar. Sakura observo la casa amplia de Sasuke, era bastante imponente y hasta lujosa, pero estaba vacía a grandes rasgos. Para ser sincera, pensó encontrar un ambiente mas desolador para Hinata, pero verla mediamente bien y con una casa tan bonita, la hizo sentir un poco aliviada. Espero encontrar a Sasuke, pero brillaba por su ausencia. Al parecer las cosas entre ellos no estaban bien, fue evidente en la boda. Ella e Ino fueron las únicas de toda la generación que asistieron. Shino y kiba desaprobaron aquellas nupcias, ten ten y lee no eran tan allegados a Hinata y bueno Naruto, seguro no hubiera querido ir. Por un momento los invitados pensaron que algo ocurriría, porque la novia y el novio desaparecieron por un tiempo prologando. Hinata brillaba por su belleza aquel día, pero sus ojos decían otra cosa y Sasuke era todo menos feliz. Ambos estaban casándose por el bebe que tendrían. Incluso para Sakura era muy difícil ver casarse al hombre que decía amar con otra mujer, pero allí entre los invitados, en aquella boda, deseo no ser la mujer vestida con aquel elegante kimono. En medio de la sala había una repisa que podría estar llenas de fotografías de la boda de ambos, pero estaba vacía.

—el almuerzo ya esta listo. — dijo Hinata invitándolos a dirigirse al comedor. Ambos sonrieron.

Para Hinata fue reparador preparar aquella exquisita comida, escogió con precisión cada ingrediente, preparo y corto cada uno de ellos con devoción. Sonrió al verlos hervir y sofreírse. Sopa de udon y yakitori en la mesa estaban listas. La pequeña mesa estaba muy bien exhibida, aquel mantel con flores de colores combinaban muy bien con la vajilla escogida aquella tarde.

—Todo huele muy bien —resalto kiba con un halo de nostalgia. Hinata le agradeció, pero pudo notar una tristeza profunda y oculta en su mirada.

Había comoartido muchos años juntos, la conocía lo suficiente para saber de que se trataba.

—muchas gracias —dijo Sakura.

Hinata tomo asiento en su lugar, los tres juntaron las manos y agradecieron por la comida. No era un secreto lo buena que era en la cocina. El arroz estaba en su punto, las carnes bien marinadas y perfectamente cocidas. Sakura destaco el sabor delicioso, incluso pidió la receta entre otros temas. En cambo kiba comía en silencio, no aparto la mirada de Hinata. La vio sonreír incluso, pero luego cambiar un semblante a melancólico. Había pasado años con ella, no le era difícil saber que su amiga y primer amor estaba sufriendo. Aun no podía procesar los repentinos sucesos, la ruptura repentina del compromiso con Naruto, su encierro y desaparición, su retiro del mundo shinobi y aquella repentina boda. Ni siquiera tenia sentido aquella relación con Sasuke, nunca los había visto juntos, ni mucho menos sociabilizar.

¿Cómo había pasado?

Había tratado de preguntar a Shino si sabia algo, al parecer no quería contarle. Incluso trato de indagar, pero toda información estaba encriptada. Nadie hablaba del tema y eso lo entristecía.

Ni siquiera sabia, cuando fue que comenzó a ver a Hinata de una forma distinta, a como cuando eran niños, siempre la había visto como una hermana pequeña, sumado que conocía de sus sentimientos hacia Naruto. Cuando este partió, Hinata siempre lo espero y verla crecer como mujer y persona, despertó en él, sentimientos que sabían que no eran correspondidos.

—el almuerzo estuvo delicioso —destaco Sakura al terminar. —Hinata tengo algunos regalos para ti, me gustaría enseñártelos.

Los tres se dirigieron hasta la sala, Sakura saco algunos ropones y sonajas que le había comprado. Aunque no sabían el sexo del bebé, compro colores unisex para que no haya problema. A Hinata se le apretó el corazón cuando le extendió los presentes, no pudo evitar lagrimear de felicidad y Sakura se disculpo por eso. Sin embargo, Hinata lloraba no solo lloraba de felicidad, también lo hacia porque muy dentro de ella, debía de tener alguna ilusión por el bebe, pero no podía estarlo de forma completa.

Enterarse de aquel embarazo fue una gran pena para kiba, sinceramente pensó que el hijo de puta de Sasuke se había propasado con ella, pero casarse lo había dejado con una gran disyuntiva. Kiba le extendió una caja de roles de canela y Hinata no dudo en sonreírle. Como amaba esa sonrisa, la amaba tanto. Ella representaba todo lo que quería de una mujer, pero ya no podría ser suya. Ahora entendía la vez que se lio a golpes con Sasuke, al parecer el Uchiha era muy celoso y territorial, que no se mesuró en insultarlo y golpearlo porque había tocado a Hinata. Ahora todo tenia sentido, ellos habían tenido un romance al parecer clandestino y llegar a la conclusión, que fue la razón del rompimiento de aquel compromiso no fue difícil.

¿Qué le había visto Hinata sasuke? ¿acaso era como las demas chicas superficiales de la aldea? No, definitivamente no. Ella siempre fue diferente, pero ¿Cómo paso?

—Hinata la pase muy bien —Dijo Sakura. —Me gustaría quedarme mas tiempo, pero me temo que tengo que ir al hospital.

—No te preocupes… eres bienvenida cuando quieras.

—te visitare muy pronto. ¿nos vamos kiba?

—Me quedare un poco mas.

Sakura no lo vio bien, el tipo de semblante tan triste de kiba hizo que desconfiara, sin embargo no protesto. Se lo encontró muy dudoso en la entrada del clan. Al parecer quería visitar a Hinata.

—Adiós Hinata, Kiba —dudosa termino por marcharse.

Hinata pudo notar el halo de tristeza en su amigo, pero no dijo nada.

—¿Cómo has estado? —le pregunto mirándola muy fijamente.

Hinata se sonrojo avergonzada, seguro Kiba no había creído en sus falsas sonrisas en el almuerzo.

—Creo… que he estado bastante estable kiba-kun —se sincero omitiendo la información de su depresión y tantas cosas que le pasaron.

Kiba la conocía tan bien como su amigo shino.

—entiendo.

Ambos guardaron silencio, Kiba no dejo de verla y Hinata le sostuvo la mirada. El sufrimientos de ambos era evidente y tan explicito. Hinata pensó que su amigo quizá, estaba preocupado por su seguridad y salud, no pensaba que su dolor se debía al amor no correspondido que le tenía, de verla casada y embarazada de otro.

—Siempre quise preguntar —se sincero con mucha vergüenza. —¿Por qué… porque con él? —pregunto al fin.

Hinata guardo silencio y aparto su mirada a la nada. No sabía cómo responder, el dolor había sido tanto, que ya casi no recordaba como fue que se enamoro de Sasuke. Todo lo que vivieron dejó de tener valor, cuando peso más el dolor y la agonía que vino después que todo lo bello que ambos vivieron.

—No lo sé… supongo que solo paso —respondió con pesar, omitiendo el hecho que se casó con Sasuke solo por el niño en su vientre.

—Nunca pensé en una relación con ese tipo… ni siquiera se hablaron alguna vez en la academia.

—Supongo que todo pasa por algo —agrego.

—¿Por qué no nos dijiste nada? ¿Éramos amigos, shino y yo?

—Fue muy difícil —recordó. —No tienes idea lo que fue para mí, no pretendo que lo entiendas, pero espero que sepas que mi privacidad en ese momento me hizo guardar silencio.

Sus palabras con dolor solo pudieron confirmarlo lo que sospechaba. Hinata mantuvo un romance con Sasuke estando con Naruto y por eso no pudo decírselo a nadie, quizá por el escándalo y el hecho que estaba mal. Incluso mujeres como Hinata pueden cometer errores.

Kiba indignado apretó los puños, repudiando a Sasuke porque tenía la seguridad que quizá se había aprovechado de Hinata.

—¿Eres feliz?

A Hinata se le detuvo la respiración y su mirada descendió de vergüenza. ¿Era feliz? Por supuesto que no.

—eso… ya no es relevante. —contesto con pesar. —lo único que importa, es que tengo una estabilidad que hace mucho no tenía. Busco paz en mi vida, ahora sé que la felicidad es un privilegio que pocos tienen.

¿estabilidad? ¿ De que estaba hablando? ¡Por dios?! Hinata era la mujer más romántica que había conocido. Al parecer ella no tenía la vida que siempre quiso.

—Hinata…—se acercó de apoco y tomo sus manos. —quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que necesites. No solo tú… también tu bebé.

—kiba-kun —soltó sorprendida.

—me disculpó si te bombardee con mis preguntas, pero todo esto ha sido tan repentino… yo… yo… tu sabes lo que siento por ti. —le recordó, se acercó bastante.

Hinata se sonrojo y sus ojos se inundaron de lágrimas, feliz no era y la paz que había conseguido no era suficiente para menguar todo el dolor en su vida.

Ahora que lo notaba ¿Por qué nunca se fijó en su amigo Kiba? Será porque siempre se portó como un hermano para ella ¿O quizá? Fue porque en tantos años, solo tenía ojos para Naruto.

—Espero que puedas encontrar algún tipo de refugio en mí. Si en caso este matrimonio no funciona Hinata, puedes confiar que no te daré la espalda.

—muchas… muchas gracias— hipeo y cuando sus lágrimas salieron como ríos, fue cuando Kiba la abrazo protectoramente.

Él cerro los ojos, el dolor de ella se compartió un poco. La pudo sentir temblar y olfatear aquel aroma que pocas ocasiones pudo hacerlo.

¿Quizá debió ser más valiente? ¿Quizá debió arriesgarse con ella cuando eran más jóvenes? No importaba si era rechazado, al menos lo hubiera sabido, pero ahora ya era tarde.

—Todo… Todo esto ha sido muy difícil. Yo no…—quiso agregar que no quería casarse, pero empeoraría las cosas —Desearía tanto que todo fuera diferente.

—lo sé —dijo Kiba y cerro los ojos.

Luego la aparto y le acomodo un mechón de cabello, delineó su rostro y con unos de sus pulgares le limpio las lágrimas.

—Te ves muy hermosa cuando sonríes.

—Mis motivos para sonreír han disminuido considerablemente.

—Hinata yo…

Sus palabras se silenciaron cuando Sasuke apareció de la nada en la entrada de su puerta. Su semblante avasalladoramente molesta fue palpable para ambos, Hinata no entendía su punto de molestia, hasta cuando vio como observaba a Kiba.

—muchas gracias por tu visita, Kiba-kun —se apresuró en despedirse.

Hinata quiso adelantarse hasta donde estaba su esposo, pero Kiba la sostuvo del brazo ante su sorpresa.

¿Hinata no le tenía miedo? Incluso temía que la golpeará.

—Espera —la detuvo. —¿Estarás bien? —le susurro.

—Ella estará bien —hablo Sasuke interrumpiendo la respuesta de Hinata.

Se acercó casi como un acechador y aparto el agarre del joven Inuxuka del brazo se su esposa. Describir en una sola palabra lo que sentía era muy difícil, pero está realmente furioso. Había permitido que Hinata la pasará con sus amigos sin su presencia, pero ese idiota con olor a perro no lo soportaba.

—Después de todo… ella es mi mujer —Declaro y coloco a Hinata detrás suyo.

Ambos compartieron el desagrado que se tenían en una sola mirada. Sasuke había aceptado las condiciones de ese extraño matrimonio, pero fingir, ignorar a los admiradores de su hermosa esposa, era difícil y sofocante.

Hinata tenía miedo que ambos se liaran a golpes como la última vez, asustada y ofendida por el comportamiento de Sasuke se despidió de Kiba y regreso a la casa. Sasuke podría ser su esposo, pero no tenía ningún derecho sobre ella como mujer. Ya se lo había aclarado muchas veces, pero se sintió ingenua por haberle creído.

—¿A dónde vas? —le cuestionó al regresar al interior de la casa.

—¿Por qué lo hiciste? ¿ Porque te comportas te de esa forma? —le pregunto indignada.

—¿Qué querías que hiciera? Si llego a mi casa y encuentro a mi esposa abrazada con un hombre que evidentemente tiene un interés sentimental

Hinata negó sus palabras.

—Soy hombre Hinata, no subestimes mi capacidad de notar como ese imbécil con olor a perro te mira. Eres una mujer casada, permíteme recordartelo.

—No tienes derecho a reclamarme absolutamente nada, lo sabes. Además él solo

—¡Ya lo sé! —le grito desesperado. — ¡Soy consciente que no puedo ni siquiera mirarte! ¡Ya deja de repetírmelo, que la poca cordura que tengo se me está acabando!

La respiración de ella se agitó, le estaba gritando muy feo.

—¡¿Cómo quieres que reaccione entonces?! ¡Si ese imbécil no pierde la oportunidad en declararse sabiendo que estas casada!

—Él es como un hermano para mí.

—¡él no te ve de esa forma! ¡ya suficiente hice al contenerme para no romperle la cara por haberte abrazado! —esta vez rugió.

—¿Acaso eres un animal?

—Si, si soy animal que solo ha hecho más que amarte con su vida. Que solo te desea a ti y a nadie más. No tienes idea lo difícil que es para mí, ni siquiera poder pretender acercarme o mirarte. ¿Me tildas de cruel? Pero no tienes la más mínima idea lo que es el rechazo de la persona que más amas. ¡tú! Nunca has experimentado un auténtico rechazo ¿Me hablas de cruel? Dime ahora quien es la cruel en esta relación.

Sasuke tuvo que controlarse al verla pálida y temblar, quiso acercarse pero ella llorosa se apartó y corrió hasta donde su habitación. Hasta allí la siguió.

—¿Qué haces? —le pregunto horrorizada al verlo entrar. —¡Vete, está es mi habitación! —le ordenó.

—pero está es mi casa.

—entonces la que se va soy yo.

Pretendió hacerlo, pero no pudo. Sasuke solo la tomo suavemente del brazo, pero para ella fue como un brasa hirviendo.

—¡Ya te dije que no me tocaras! —le grito. —¡Si piensas hacer algo a kiba-kun o a mi te juro que está vez voy a suicidarme

Hinata lloro y retrocedió hasta la pared. Sasuke la miro pálido y horrorizado, pasmado. Su vista se nublo y sintió un calor entre sus piernas.

—¡Hinata!

Ella metió una de sus manos entre sus partes, sus ojos se abrieron de horror al verla completamente llena de sangre. Negó, lo hizo frenéticamente. Su cuerpo la venció y casi cae al piso. No, no, era su bebé. No podría ser verdad.

—¡Hinata, demonios ¿Dime qué hago? —sasuke estaba en schok. Ni siquiera un ninja como él podría ver las cosas con claridad.

—Sasuke… llévame al hospital.

Reaccionó, la cubrió con su capa abrió un portal hasta allá. Hinata en sus brazos no dejaba de tocar su vientre mientras cruzaban el oscuro camino. Los latidos de su corazón se hizo más lentos, solo al borde del abismo pudo comprender una gran verdad.

—Era… era mentira. —sasuke presto atención a sus palabras.

A Hinata le costaba hablar, al parecer quería desvanecerse.

—Era mentira. Yo si quiero a mi bebé… Sasuke—lo miro a los ojos suplicantes. —no quiero perderlo, por favor. Ayúdame.

Él abrió los ojos enormemente. Después de mucho tiempo Hinata se había dirigido a él, como hace mucho no lo hacía. Se le apretó el pecho antes sus palabras,

«Ni siquiera sé si quiero a este bebé»

Ahora sabía que solo le dijo aquellas palabras por miedo.

Hinata muy dentro de su ser, amaba a la vida que estaba creciendo dentro de ella, ahora lo sabía y el miedo a perderlo había sido revelador.

—no… no quiero perderlo —suplico y se permitió llorar.

—¡No lo harás, lo juro! —la abrazo fuerte y le dio un beso en la cabeza.

Ella era su fuerza, ella era su todo y más aún su hijo.

No pasó mucho cuando cruzaron el portal, Sasuke llevo a urgencias y pidió ayuda. Unos enfermos asombraron se apresuraron en darle una camilla ante el pedido de auxilio. Sasuke llamaba mucho la atención, más aún su joven esposa. Sakura quien iba revisando unos papeles pudo verlo a lo lejos, dejo todo y se apresuró al verlo.

—No, no, no quiero perderlo Sasuke, por favor —Hinata no soltaba su mano y este no dudaba en corresponderle.

—Hinata… yo

—¿Qué pasó? —pregunto Sakura mientras movían la camilla a una sala cercana. —¡¿Qué pasó, Sasuke?!— le volvió a preguntar pero este no le respondió.

Su mirada y todos sus sentidos estaban desenfocados, no pudo procesar las palabras de Sakura. Su mirada suplicante estaba puesta en Hinata quien lo miraba agónica.

Sakura observaba la escena, Sasuke no le respondió. Apenas hace casi media hora habia dejado a Hinata en su casa y lucia tranquila, ahora se encontraba delicada en una camilla en medio de un pasillo. La preocupación en Sasuke era bastante palpable, estaba compungido, fúnebre Y no dejaba de tomarle de la mano. Escuchar Hinata hablar de su bebé con tanta pena, era realmente desgarrador. Vio en aquellos ojos negros culpa, mucha.

—¿A dónde la llevan? —preguntó desesperado al soltarse de su mano.

—Tenemos que evaluarla.

La camilla de Hinata cruzo el umbral de dos inmensas puertas, Sasuke quiso ir tras ella, pero Sakura lo detuvo

—¿Qué haces?

—te dije que tenemos que evaluarla.

—no… no puedo dejarla sola —agrego con desesperación. —Yo… ella…

—Hinata estará bien, lo prometo.

Sakura en tono conciliador hablo despacio, lo miro y pudo ver lo roto que estaba. Sasuke sufría y Hinata también.

Sasuke arrastró su espalda por la pared derrotado, apretó los dientes con furia y apretó sus ojos. Era su culpa, siempre fue su culpa, quizá no debió casarse con ella, quizá debió dejarla en su casa con su familia. Quizá no debió ser tan celoso, tantas que cosas que pudo no haber hecho. Ahora no solo era la vida de ella, también de ese bebé.

Debía de calmarse, debía de enfriar su mente para pensar. Hizo un sello de invocación y envío un mensaje a Hanabi, seguro Hinata estaría feliz de verla, después de todo él era solo basura y su presencia no valía nada.

(…)

Al transcurrir las horas el ánimo de Sasuke fue un eterno bucle de dolor, si antes los hermosos recuerdos lo atormentaban, ahora los más dolorosos recuerdos le rompían el corazón. Podía sentir el dolor de Hinata, sus lágrimas, y todo el daño que le hizo. Las múltiples veces que le dijo que no se le acercara, sus suplicas al no ser tocada. Y lo sabia, aquella noche sabia que Hinata no era ella, aun así, se permitió soñar despierto, estar con ella entregarse a ella. hacerse suyo y hacerla suya, fue un error un completo error. Vio el rastro de sangre en sus manos y no pudo mas que horrorizarse, no solo era la sangre de Hinata también era de aquella vida que tanto defendía.

No paso mucho para que Hanabi entrara al hospital. Todo se volvió un eco constante, Sasuke sintió a lo lejos los reclamos de la joven Hyuga, incluso sintió sus golpes sobre él. Las voces se acercaban y se alejaban sumergiéndolo en un inmenso vacío como en aquellos días cuando murieron sus padres, no sabia que sentía, quizá un dolor diferente del cual no tenia calculo.

«Sasuke»

¿Y si moría? Tal pregunta le apretó el pecho. No, no podía perderla a tal punto. Si eso pasaba, él también moriría, porque Hinata se llevaría la mejor parte de él.

«Sasuke»

Hinata lo hizo sonreír, hizo querer soñar en ser una persona ordinaria, sin poderes, ni títulos. Ellos dos lejos de todo, en aquel lugar que consideraron su hogar.

«Sasuke»

¿Qué iba hacer? ¿Qué podría hacer si su bebe muriera?

-¡Sasuke! —Sakura le grito y lo atrajo ala realidad.

Un sasuke descolocado salió de sus cavilaciones, trato de endurecer su mirada para mantenerse sereno.

—¿Cómo esta? — le pregunto y se puso de pie.

—estable, ella esta estable —atino en decir.

El semblante sombrío de Sasuke era evidente, estaba mas que preocupado. Nunca lo había visto de esa forma,

—¿Qué fue lo que paso?

Sasuke se mantuvo en silencio, avergonzado de su comportamiento. Declarar que estaba celoso era mas que humillante, lo peor fue que por ese minúsculo detalle, fue que Hinata ahora estaba en una camilla debatiéndose entre la vida y la muerte.

—¿Discutieron? —pregunto y Sasuke desvió la mirada.

Sakura no pudo evitar sentir aquel pinchazo en su corazón. Describir en ese momento lo que sentía por Sasuke era muy difícil, pero ahora solo quería comportarse de forma profesional.

—puedes pasar, ella ya esta despierta.

Sasuke miro hasta la ventana, estaba de noche. No había medido el tiempo e incluso su hermana no estaba, seguro ya había pasado antes que él, pero estaba tan ensimismado que su noción del tiempo simplemente se detuvo. Su cuerpo termino por reaccionar y entro de golpe, encontrándose con una pálida Hinata que estaba apenas sentada. Cuando sus miradas se encontraron ambos pudieron compartir un dolor por primera vez. Escuchar a Hinata decir abiertamente que quería a ese bebe, había sido quizá lo mas hermoso que desde hace mucho no escuchaba, entonces no todo estaba perdido. Y ñpara Hinata saber que Sasuke de verdad estaba comprometido con su estad, la hacia sentir tranquila, aun así no alejaba toda la versión que tenia sobre él.

—Hinata.

Se acerco despacio, quisoo consolarla, abrazarla y tantas cosas pero no lo hizo. Su miedo al rechazo era mayor, solo atinaron a verse y las amargas lagrimas de Hinata salieron como cascadas ardientes.

¿Cómo no pudo notar su dolor antes?

Fue un egoísta, el merecía todo su desprecio. Si tan solo podría retroceder el tiempo y no haberle roto el corazón como lo hizo, todo sería distinto. Deslizo una de sus manos por las suaves sábanas, quizá buscando una de sus manos para hacerle sentir que estaba sufriendo tanto como ella, pero cuando estaba milímetros, Hinata aparto la suya, evitando su mirada y haciéndose un ovillo para llorar a solas. Tal pequeño acto le dolió mucho ¿Cómo tratarla entonces?

—permiso.

Un medico ninja entro en la habitación, vestido de blanco y con una gran mascarilla. Tenia apuntes, y ambos le prestaron atención. Él cual explico que Hinata había tenido una amenaza de aborto, producto de su estado anémico y sus alteraciones hormonales. La culpa fue compartida para ambos, para ella por evitar comer y para él por estarla alterando. El medico expuso muchas otras cosas mas, pero Sasuke no las oía, solo podía mirarla a ella. Le recomendó reposo absoluta, vitaminas prenatales y sobre todo paz y serenidad. Cuando este salió, Sasuke volvió a buscarla y trato de abrazarla, pero Hinata no se dejo y lo golpeo, pero sasuke cerro los ojos y resintió sus golpes y arañazos. Cuando esta se detuvo, la apretó aun mas y esta vez después de mucho tiempo. Para su sorpresa ella se dejo abrazar y se permitió llorar muy amargamente. Sasuke entendió que aquel orgullo que era una de sus cualidades ya no existía, no con ella, no con Hinata. Ahora tenia la certeza que lo intentaría las veces que sea necesario, porque simple y llanamente Hinata merecía ese esfuerzo de su parte. Porque ahora ya no se hablaba de amor, sino también de respeto y responsabilidad.

(…)

Al llegar la noche del día siguiente. Sasuke permitió que Hanabi estuviera con Hinata, hacia mucho frio y encendió la chimenea en la habitación de ella y antes que llegara la preparo, limpiando la sangre y extendiéndole un gruesa y suave alfombra. Algunos recuerdos vinieron de forma fugaz, atrayéndolo en aquellos días donde estuvo con ella en aquella cabaña. Donde le hizo el amor tantas veces, donde sus palabras de amor llenaron la habitación.

¿Cómo pudo ser tan imprudente con su corazón?

Ya no importaba, eso era pasado debía concentrarse en la nueva versión de Hinata a una a la cual no conocía, pero amaba con su vida.

—Esta dormida —Hanabi salió de la habitación, suspiro y lo miro ceñuda.

Aunque tenia muchas dudas en dejar a Hinata, no había duda que ese hombre delante suyo estaba mas mortificado que ella.

—vendré mañana. — le aseguro, pretendiendo irse.

—¡hazlo —Hanabi se detuvo asombrada —a ella le hará muy feliz verte.

Ambos se miraron y asintieron despacio, Hanabi abandono la casa un poco aliviada, esperaba que sus palabras hubieran sido tranquilizadoras para su hermana. Estaría con ella, siempre lo haría.

Al pasar las horas Sasuke se asomo por la puerta, Hinata seguía tendida en la alfombra. Hanabi la había cubierto muy bien, entro despacio y metió mas leños en el fuego, atizo la leña. Al parecer Hinata estaba muy profundamente dormida porque no se despertó, aunque no estaba bien se permitió sentarse a su lado, sus ojos negros reflejaban el fuego y el dolor de su corazón.

Todo estaba en silencio, el crujir de la leña y el sonido de su respiración adormilada profunda, eran sanadoras para su atormentada alma. Ahora que lo pensaba. Después de hacer mucho daño en el mundo, siempre tuvo pesadillas, pero desde que estuvo con Hinata partes de esos demonios se alejaron.

¿Por qué le hizo tanto daño?

—Hinata… —susurro muy despacio y una de sus manos delineo su mejilla y aparto algunos mechones de su cara.

La amaba, tanto que dolía y la historia de ambos era un eterno dolor que esperaba que terminara.

—juro… que nunca mas te hare daño. —una lagrima traicionera llego hasta su barbilla, para finalmente perderse entre la alfombra.

Su voz fue tan suave como nunca lo había sido y se dedicó a mirarla dormir, descubriéndola aun mas hermosa y mas pura que nunca. No importaba todos los insultos que le dijo, ella siempre seria la mujer mas pura que había conocido.

—¿Por qué…—su corazón se exalto. Ella estaba despierta y la miro directamente a los ojos — porque no solo te vas como siempre lo haz hecho? ¿Por qué… porque no me abandonas como la ultima vez? ¿Por qué Sasuke… porqué no te rindes?

Sasuke le esbozo una ínfima sonrisa, al parecer sus sentidos tan filudos no eran. Y allí teniéndola tan cerca una parte desconocida comenzó abrirse como una flor que sufre.

—porque tú… solo tú… mereces mi esfuerzo, porque eres especial para mi y porque nunca en la vida podre conocer a alguien con tu valor Hinata. Sé que no puedo borrar lo que te hice, soy consiente de ello, pero puedo jurarte que dedicare mi vida para reparar el daño que te hice.

—Si lo haces por el bebe yo…

—No… no lo hago solo por el bebe. Lo hago también por ti y solo por ti. Si podría retroceder el tiempo, créeme no diría todo lo que te dije aquel día, Hinata. Solo te tomaria entre mis brazos y no regresaría jamás a la aldea. Solo quisiera desaparecer contigo… para toda la vida, por siempre y para siempre contigo.

Hinata conmovida por sus palabras y agotada cerró los ojos, Sasuke guardo silencio y sonrió, atrevido coloco una de sus manos en su mejilla quizá pensando que tenia fiebre, ya que lo había escuchado sin rechazarlo. Debía de ser cuidadoso según el doctor, pero su corazón se alegro Hinata estaba bien.

—tus… tus manos son tan cálidas.

Las palabras de ella fueron como la medicina que curaría su agobiada alma, ambos se envolvieron en un silencio de antaño, quizá se empezaba a contar una nueva etapa de esta relación. Aunque Sasuke no sabia que esperar, al menos sabia que podía amarla desde lejos sin dañarla y prefería eso a sus lagrimas y sus miedos que se habían vuelto unos ardientes puñales. El amor no era egoísta, y solo hasta ahora lo sabia.

Continuara…

Había prometido como siempre actualizar en maratón, pero por proyectos personales no he podido hacerlo. no quiero hacerlo apresurado pero tengo que indicar que esta historia a lo mas le falta tres capítulos. Ha sido un camino muy duro y sinceramente no pensé el hermosa recepción que tuve, a pesar que eliminaron mi cuentas y las tantas cosas que me pasaron en pandemia. Han sido varios años desde que comencé a escribir está historia y ustedes me han acompañado en esta aventura y no puedo estar más que agradecida.

Muchísimas gracias a todos mis fieles lectores, gracias a sus votos y comentarios es que aun sigo escribiendo y les comento que estoy empezando una nueva historia de forma casi profesional la cual ha tenido una buena acogida por un publico diferente al de mis fics. Me apoyarían mucho si le dieran una oportunidad de leerla y me encantaría leer sus comentarios para observar su apreciación, es un escrito muy diferente. La historia es mucho mas de lo que se puede leer, se llama "el listón gris" y está disponible en Wattpad.

Los espero ver por allí, tengo que hacer hincapié que tengo varios borradores de historias Sasuhina, pero estas no serán tan largas lo prometo. Los quiere.

Simplemente.

Sky.

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