LA PROMESA

Era un día espléndido de otoño, uno de esos días que no hacía ni frío ni calor.

A Yazmin le encantaba poder reunirse con sus amigas en el jardín botánico que había cerca de la casa donde vivía con sus amigas, allí podían pasar tardes enteras, por eso no dudo un instante en mandarles un mensaje por el grupo que tenían.

📱Yazmin: ¡¡Chicas!! ¿Qué hacéis hoy a la tarde? ¡Venga que es viernes! ¡Seguro que después de clase nos podemos juntar!

📱Elena: ¡Yo a partir de las cinco estoy libre!

📱 María: ¡Yo también! ¡Hoy mi clase de química termina antes!

📱Yazmin: ¡Genial! Salgo a las cuatro y media, así que paso a buscaros.

Elena y María, dos amigas de la infancia, eran hermanas gemelas, rubias, con ojos azules, delgadas pero altas, bastante introvertidas. Estudiaban en una universidad diferente a la de Yazmin, ella decidió dedicarse a las artes, en cambio, sus amigas, una iba a ser abogada y la otra empresaria. Ambas eran la salvación de Yazmin. Era todo lo contrario a sus amigas, morena, no muy alta, con unas curvas espectaculares, era algo despistada y muy extrovertida, le gustaba conocer a gente nueva y esto a veces le pasaba factura, les costaba poco confiar en la gente, era algo ingenua y se fiaba de todos, gracias a que Elena y María no eran así, hacían que mantuviera los pies en la tierra.

Yazmin a pesar de saber que quizá lo que ella quería no tuviera mucha salida, deseaba ser cantante, y estaba dispuesta cumplir su sueño, por ello mismo acudía a una de las mejores universidades de canto, Juilliard School en Nueva York.

Gracias a las buenas notas que tuvieron las chicas, cada una de ellas consiguió tener una buena beca para poder estudiar las tres allí.

Por fin terminaron las clases de la morena, la cual salió lo más rápido posible, ya que tenía veinte minutos de camino hasta la universidad de sus amigas.

Por el camino aprovecho para parar a comprar algo de comida y bebida en una tienda de conveniencia, estaba segura de que iban a llegar tarde a casa y ninguna tendría ganas de cocinar.

- Por fin llegas, pensábamos que tendríamos que ir a buscarte - se quejaba Elena.

- ¡Ah! No seas tan dramática ¿No serás tú la que estudiaba en Juilliard, no? Solo son cinco minutos de retraso y porque paré a comprar algo para comer y beber, así luego no os quejáis - Yazmin comenzó a reírse.

- Venga, vamos a movernos, sabéis que me encanta poder tomar unos rayitos de sol - María, a pesar de ser blanca como la nieve, ella insistía en intentar ponerse morena.

- ¡Antes se broncea la leche que tu piel! - Elena y Yazmin empezaron a reírse como alma que lleva al diablo, corriendo despavoridas, ya que María empezó a perseguirlas.

Entre carreras y risas, llegaron al parque que tanto les gustaba, era un bonito parque botánico, el cual dividía las zonas por colores, y si en algo coinciden las tres amigas era en su exquisito gusto por el color azul. Por esta misma razón siempre paraban en una zona cerca del sendero, donde abundaban las lobelias, unos arbustos con una preciosa flor azul, el cual su periodo de floración se extendía desde primavera, hasta finales de otoño. Los arbustos estaban plantados en forma de "U", creando así un espacio algo más íntimo. Las gemelas no eran muy fan de que la gente pudiera ver lo que hacían y a Yazmin le encantaba cantar en lugares algo recogidos, por eso para las 3 era el lugar idóneo.

Pasaban las horas, entre risas, chistes, anécdotas de su día a día, ya al atardecer fue cuando Elena le insistió a la morena para que cantase algo. Esta semana había comenzado a practicar en clases la canción "Stay with me" de Sam Smith, era una canción que con su color de voz y cantada a capella sonaba espléndida. Esto hacía que algunos curiosos se pararan por el sendero para poder apreciar la voz.

Pero a una de estas personas, se le hizo peculiarmente conocida la voz que estaba escuchando. Era esa misma voz de la que estaba enamorado desde hace meses, desde el inicio del curso exactamente. Sabía que pertenecía a la chica que estudiaba en la clase de al lado, pero nunca se había atrevido a preguntar por ella, su agencia no le permitía relacionarse con más gente, pero ese día caminaba él solo, sin su escolta habitual, este era su momento, necesitaba saber a quién pertenecía la voz con la que soñaba cada noche. Decidió salir del sendero, su curiosidad era más fuerte que su voluntad.

Las gemelas se dieron cuenta de la aparición del que era un intruso para ellas, Yazmin al darse cuenta de que sus amigas miraban a algún lugar a su espalda, se giró para ver qué pasaba y al darse cuenta de la nueva presencia esto hizo que se quedara callada en el acto.

No daba crédito a lo que veía, era como una escultura, un chico delgado y esbelto, algo más alto que ella, con su pelo rubio, ojos marrones y labios rosados y carnosos. Con la puesta del sol en la espalda del chico, era una imagen que quería que se grabara en sus retinas eternamente.

Ambos se quedaron mirando mutuamente sin articular palabra alguna, las gemelas cada vez se sentían más incómodas.

- Por favor ¿Alguno de los dos piensa decir algo? - Elena ya no lo soportaba más, necesitaba que acabara ese silencio incómodo.

Al chico le dio mucha vergüenza y se puso rojo como un tomate.

- Siento ser tan grosero, he escuchado tu voz, y no he podido evitar acercarme para saber de quién era. Quería poder ponerte cara por fin - dijo el rubio.

- ¿Ponerme cara? No entiendo... - Yazmin seguía ensimismada.

- ¡Oh, sí, perdona! Si mis oídos no me traicionan, tú y yo - señala a Yazmin - estudiamos juntos en Juilliard, Si no me equivoco tú eres la chica del aula B de la primera planta - El chico rubio se acerca a ella.

- ¿Tú eres el chico misterioso de la clase de al lado? - María se pone de pie totalmente asombrada - Perdona mi intromisión, es que Yazmin nos lo cuenta cada vez que te escucha cantar -

- ¡María! Calladita te ves más guapa, ¿lo sabías? - con la reprimenda de la morena, María se sentó de nuevo riendo a carcajadas de su amiga, mientras que Yazmin se ruborizaba.

- Entonces ¿Te gusta lo que sueles escuchar? - dice el rubio.

- ¿Que si le gusta? ¡Le encanta! ¡Le fascina! Literalmente está enamorada de tu voz, y desde luego que no dudo que se enamore también de ti - Esta vez fue Elena la que habló.

- ¿Ahora tú? Vosotras sois calladitas solo para lo que os interesa... - Yazmin ya no sabía donde mirar.

- Me alegra mucho escuchar lo que dicen tus amigas, a mí me encantas. Estoy muy feliz de conocerte - Jimin sonrió - Ya que tenemos el mismo horario ¿Te apetece que pase a buscarte a las mañanas y vayamos juntos? -

Yazmin asintió con la cabeza. Compartieron uno con el otro su número de teléfono para así poder seguir hablando más tarde, porque se hizo de noche y al día siguiente tenían que madrugar.

Ya en casa...

- Y bien ¿Estás contenta o no? - María miraba intrigada a su amiga.

- Estoy muy contenta, pero estoy más nerviosa aún. Resulta que vive cerca de nosotras -

- ¿Y eso es bueno o malo? - Preguntó Elena.

- Bueno... Supongo. Ay, no sé, ahora mismo sigo atontada. No me termino de creer que por fin lo haya podido conocer - Yazmin tenía la mirada perdida.

- Ay amiga, creo que va a ser mejor que te vayas ya a dormir, y mañana más te vale que nos cuentes todo con todo tipo de detalles- Sus amigas sonreían.

Al día siguiente, a las 7:30 en punto, Jimin llegó a casa de las chicas.

- Hola Yazmin ¿Qué tal has dormido? -

- Siendo sincera, me costó mucho dormirme ayer, estaba muy nerviosa sabiendo que hoy vendrías a buscarme, de hecho sigo estándolo y eso hace que hable mucho, más de la cuenta - Yazmin se tapó la boca con ambas manos para acabar con su verborrea momentánea.

- No eres la única nerviosa aquí, así que puedes estar tranquila - Jimin se reía.

Caminaron juntos a la universidad, tanto para ir, como para volver.

Cada día Jimin pasaba a recogerla y después volvía de nuevo con ella, a veces pasaban a buscar a las gemelas y aprovechaban para pasar la tarde juntos.

Los días iban pasando y cada vez compartían más momentos, pero sin duda el que más les gustaba a ambos era cuando pasaban la tarde en el jardín, allí reían, jugaban, cantaban. Allí Jimin podía olvidarse de sus obligaciones, podía olvidarse de lo que le decían desde la empresa a la que pertenecía.

Durante un tiempo consiguió ocultar su amistad con Yazmin, pero no iba a durar mucho su secreto.

La morena y el rubio hablaron con sus profesores de la universidad para pedirles que les dejaran cantar una canción juntos, que la pudieran ensayar allí, haciendo las correcciones necesarias.

Debido al talento de los chicos, a los profesores les pareció una buena idea.

Los días pasaban rápido, los chicos practicaban juntos una canción que ellos mismos eligieron "Hallelujah", sus voces encajaban perfectamente, cantaban en una armonía perfecta.

Un día el manager de Jimin apareció por sorpresa en la universidad descubriendo así lo que el chico estaba haciendo a pesar de que le prohibieron tener relación con otras personas que no fuera su profesor, Jimin desobedeció, y esto hizo que la empresa decidiera ponerle un chofer que lo traía y llevaba cada día, y un chico de seguridad en la puerta de su aula, para asegurarse que no se juntará con nadie más. Al rubio le faltaba poco tiempo para su debut y por eso la empresa era tan estricta con él.

Lo que no se imaginaba el manager del chico, es que los dos jóvenes seguían en contacto diariamente, cada noche hablaban por teléfono un rato y durante el día, se mandaba algún que otro mensaje.

Ese día, era un viernes como otro cualquiera, al menos eso pensaba Yazmin.

Ya era de noche, y como de costumbre, recibió la llamada de Jimin.

📱Yazmin: Hola rubio, por fin te decides a volver a llamarme, estos días atrás te he echado de menos. ¿Qué tal estás?.

📱Jimin: Hola preciosa, siento no haberte llamado durante esta semana.

Yazmin notó la voz del chico algo apagada, eso la preocupó mucho.

📱Yazmin: ¿Qué te sucede? ¿Estás bien? ¿Te ha pasado algo?

📱Jimin: Hay algo que debo contarte ¿Estás en casa?.

📱Yazmin: Si claro, no tengo muchos sitios donde ir a estas horas, además las chicas aún no han llegado.

En ese mismo instante sonó el timbre de la puerta, Yazmin fue a abrir con el teléfono aún pegado en su oreja.

- ¡Jimin! ¿Qué haces aquí? Que raro que te dejaron salir. -

- Hola preciosa, en realidad me escapé, tengo algo importante que decirte y tuve escapar porque no quiero decírtelo por teléfono. -

- ¿Qué te pasa? ¡Me estás matando con tanto misterio Jimin! -

- Siéntate conmigo en el sofá por favor - se sentaron juntos - ¿Recuerdas que dentro de un mes tengo la fecha prevista para mi debut? - la chica asiente - El lunes por la mañana me llamó mi manager para decirme que han adelantado la fecha, será el próximo lunes, y me tengo que marchar mañana por la mañana -

- Espera, espera... ¿Cómo que debutas el lunes? ¿Cómo que te marchas mañana? - la cara de Yazmin estaba totalmente descompuesta.

- Lo siento, sé que debería de habértelo dicho antes, pero tan siquiera sabía por dónde empezar. Cuando recibí la noticia me sentí totalmente devastado. Yazmin, me gustas, me gustas mucho y odio tener que separarme de ti - el chico puso sus manos sobre las mejillas de la morena - Estoy locamente enamorado y me parte el alma tener que irme -

Yazmin no sabía qué decir, él también formaba parte de su corazón, y por supuesto que no quería que se marchará. Le dolía el alma, y las lágrimas no tardaron en empezar a rodar por sus mejillas.

- No, no, no por favor, no llores. No puedo verte así - el chico secaba sus lágrimas tiernamente.

Yazmin no pudo resistirse más, juntó sus labios con los del chico. Fue un beso lleno de sentimientos, ternura, amor, deseo... Los chicos tuvieron que separarse por falta de aire.

- Preciosa, te quiero, te quiero con todo mi ser. Espérame por favor, debutaré, lo haré lo mejor que pueda, seré el mejor de todos por ti. Quiero poder darte lo mejor, y juro que si hace falta que sea el número uno para ello, lo seré. Pero por favor, solo espérame, prometo que volveré a por ti. - Jimin juntó su frente con la de ella.

- Tontito, para mí tú ya eres el número uno. Vete, haz lo que tengas que hacer, pero no te olvides de mí. Prometo esperar a que vuelvas - la chica volvió a darle un casto beso.

Jimin tuvo que marcharse, ya que su manager no dejaba de llamarle una y otra vez. Los chicos se despidieron con la promesa de volver a encontrarse.

Jimin debutó, y lo hizo a lo grande, pronto se colocó en el número uno de varias listas. Empezaron a salir entrevistas y pronto cerraron varios conciertos en diferentes ciudades y países, Esta iba a ser la primera gira del chico.

Al principio las llamadas, videollamadas y mensajes eran diarias entre los chicos, pero poco a poco el idol iba estando más ocupado, haciendo que se comunicará cada vez menos con la chica a la que quería.

Empezaron a ser varios los días que pasaron incomunicados, que el rubio no contestaba los mensajes que la chica le mandaba. Cada vez que ella intentaba llamarlo, su móvil daba como apagado o fuera de cobertura.

Al principio Yazmin estaba preocupada, tenía miedo que le hubiera podido pasar algo, pero por suerte o por desgracia, los paparazzi siempre estaban ahí cuando se trataba de un idol.

No tardaron en empezar a salir imágenes del rubio de las cosas que hacía día a día. De sus primeros conciertos...

Ella seguía preocupada, pero al menos sabía que estaba bien.

Pasó el primer mes, seguía sin poder hablar con él. No entendía cuál podría ser el motivo para que tan siquiera contestara a uno de sus muchos mensajes.

Ya habían pasado casi tres meses desde que el rubio se fue.

Era miércoles por la mañana, las chicas desayunaban juntas como cada día antes de ir a la universidad.

- Yaz, sé que no te gusta ver las imágenes que cuelgan en internet de Jimin, pero creo que esta deberías verla, quizá pueda resolver alguna de tus dudas. - María tenía cara de pocos amigos.

- Ah... sabes que esas cosas no me interesan, solo son chismes. -

María puso delante de la cara de su amiga su móvil para poder enseñarle "la foto".

En ella se veía a Jimin besándose con otra chica, las manos de él estaban en el aire a la altura de sus hombros, sin embargo, ella le agarraba fuertemente de la cintura.

Yazmin no pudo soportarlo, salió corriendo para encerrarse en su habitación.

- ¿Esta es la razón de que para que pasaras de mí como de la mierda verdad? MALDITO MENTIROSO ¿dónde quedan ahora tus miserables promesas? - Yazmin lloraba a mares, no podía creer lo que le estaba pasando.

Sus amigas intentaron animarla, fue algo que les costó mucho conseguirlo, pero por fin su amiga se calmó. 

Jimin llegó a la empresa como cada mañana, cada día se esforzaba más para así poder ir a buscar a la chica que tanto quería cuanto antes.

Su manager decidió quitarle su móvil, dejándolo así incomunicado, con la excusa que no debía de despistarse por nada en este momento tan importante de su carrera, con lo cual, no tenía forma alguna de poder comunicarse con su morena.

Ya en la sala de entrenamiento, se juntó con su amigo RM.

- Jimin, ¿Has podido ver algo de las redes sociales hoy? - preguntó su amigo.

- La verdad es que no, me he levantado tarde y como iba con el tiempo justo no vi nada -

- Pues creo que deberías de ver esto -

Su amigo le enseñó una imagen desde su tablet en la que se veía perfectamente a una SS que se lanzó a besarlo el otro día cuando lo pilló desprevenido en la calle.

- ¿Pero qué broma es esta? No me jodas RM ¿Y ahora qué hago yo? ¿Y si Yazmin llega a ver esta foto? No tengo forma de hablar con ella, no sé su número y Minyhuk no quiere devolverme mi teléfono. - Jimin sujetaba su cabeza con ambas manos mientras que daba vueltas pensando qué hacer.

- Amigo, a grandes males, grandes remedios... Hasta dentro de un mes no tienes tu siguiente concierto ¿verdad? - el rubio asiente - Bueno y si estás incomunicado para ella, lo estás también para el resto ¿Verdad? - Jimin vuelve a asentir - Bien, pues tú y yo cogemos hoy el primer avión que salga a Nueva York, y vamos a por tu amada -

- ¿Pero qué dices hyung? -

- ¿La quieres o no? -

- ¡La amo! Todo lo que hago es por ella -

- Bien, pues coge tu mochila, tenemos un vuelo en menos de dos horas, como no tenemos nada que facturar, nos da tiempo de sobra -

El rubio no se lo pensó dos veces y salió de allí con su amigo. Pusieron como excusa que se iban a comer a un restaurante y tenían que salir ya, puesto que la reserva estaba hecha. ¿Quién iba a pensar mal de aquellos chicos en la empresa? Nadie.

Dos horas más tarde, ya estaban montados en el avión. Jimin aún seguía dándole vueltas a lo que acababan de hacer, pero ya le daba igual, lo único que quería era poder encontrarse de nuevo con su morena.

Horas más tarde, por fin, el vuelo de los chicos tocó tierra. A pesar de estar agotados por el largo viaje, tomaron un taxi y por supuesto su primera parada fue en casa de las chicas.

Era un bonito día de primavera. Para cuando llegaron a casa de las chicas eran aproximadamente las 7 de la tarde. Jimin no se lo pensó dos veces y tocó al timbre, esperando que hubiera alguien en casa y para su suerte así fue.

- ¿Pero tú qué haces aquí? -

- Hola Elena, sé que ha pasado mucho tiempo, que debo dar muchas explicaciones, pero ya no podía esperar más, necesitaba venir a por Yazmin - el rubio estaba tan nervioso que comenzó a llorar.

Elena vio tan sincera su actitud, que lo dejó pasar a casa.

Entre Jimin y RM le contaron todo lo sucedido. La chica cada vez estaba más alucinada con lo que iba sabiendo poco a poco.

- Necesito verla, necesito contarle todo lo que ha sucedido, necesito que acepte venir conmigo a Corea, la necesito a ella en mi vida. - Jimin sujetaba su cabeza entre sus manos.

- Bien, pues sécate esas lágrimas y vámonos a buscarla, por el día que hace, creo que te puedes imaginar dónde está. -

Los chicos iban paseando por el sendero del jardín botánico, cuando llegaron a la zona azul Jimin pudo observar que las lobelias habían florecido de nuevo, dejando una increíble vista de un azul intenso, y un aroma inigualable.

De pronto, ahí estaba esa voz tan inconfundible para él, corrió hacia ella, corrió más rápido que nunca, cuando se adentró entre los setos, paró en seco frente a su morena.

Por fin la tenía delante, la miraba con ganas, con deseo, con ternura.

La chica giró su rostro y antes de que pudiera reaccionar él se acercó a ella, la agarró de sus brazos ayudándola a levantarse. Posó sus manos sobre las mejillas de ella e hizo que sus labios se juntaran en un largo beso.

Por desgracia, para él, la capacidad de los pulmones de ambos tenían un límite y tuvo que separarse.

- No te imaginas lo que deseaba poder hacer esto. Siento no haber hablado contigo durante todo este tiempo, por favor, déjame que te cuente todo, y si después de ello decides que no quieres volver a verme, me marcharé, te dejaré tranquila. Pero escúchame una vez por favor. -

Yazmin asintió, aunque aún seguía en estado de shock, se sentó de nuevo en la hierba, vio como aparecían su amiga Elena junto con otro chico.

Una vez hechas las presentaciones, los dos chicos comenzaron a contarle todo lo que sucedió durante este tiempo, incluso lo que pasó hace unos días con aquella SS.

Yazmin alucinaba con lo que le iban contando.

- Sé que no es excusa, pero quiero que sepas que te amo, te amo mucho. Todo este tiempo sin ti, lo único que he hecho es trabajar cada vez más para poder volver junto a ti lo antes posible. -

- Y al final te has tenido que escapar para poder estar aquí - Los chicos comenzaron a reír con lo que dijo Elena.

- Ay Jimin, he estado muy preocupada por ti, pensaba que te había sucedido algo. Realmente lo llegué a pasar muy mal, sentía que mi corazón cada vez se rompía más. ¿Qué haré yo ahora cuando te vuelvas a marchar? ¿Qué voy a hacer sin ti? -

- Bueno, esa es otra de las razones de que esté hoy aquí. Sé que quizá sea algo precipitado, pero te necesito tanto... Por favor vente conmigo a Corea - Yazmin comenzó a toser, se había atragantado - Aún me quedan unos cuantos conciertos, pero estando allí conmigo, podremos ir juntos a todos lados. Ya no nos volverán a separar. ¿Qué dices? -

Durante unos cuantos minutos se hizo un incómodo silencio.

- ¡Yazmin por favor di algo ya! - le dijo Elena - Es que si no te vas tú, me voy a ir yo, di algo ya mujer.-

- Elena, creo que tú me conoces demasiado ¿Qué sería de mi vida si no cometiera locuras? -

- ¿Eso es un sí? - El chico rubio se puso de pie.

- Por supuesto que SÍ, no pienso volver a separarme de ti, aunque tenga que recorrer el mundo entero - la chica se lanzó a los brazos de Jimin, por fin volvería a ser feliz.

Unos días después, RM, Jimin y Yazmin, emprendieron su viaje de vuelta a Corea después de haber hablado con la empresa del chico y haber dejado todo en claro.

Ahora era el momento de la pareja, por fin iban a poder ser felices y ni nada, ni nadie se iba a interponer entre ellos.

FIN.

Querida @jasmin_castillo espero que te guste éste pequeño regalo ❤️

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