Algo era cierto, los niños pequeños dicen la verdad sin importar quien sea o que situación se les presente.

Y la honestidad tambien es dolorosa, cruel y fría.

-No vas a poder ser un buen héroe nunca-le decían los demas niños del salon.

-Los héroes son buenos y tú eres malo, eres un villano-afirmó una niña.

Y puede que él no sea el mejor niño de todos, puede que sea agresivo, competitivo y egocéntrico a tan solo seis años de vida.

Pero así era él desde siempre.

Sus ojos color carmín se inundaron de lagrimas y su corazón dolía.

¿Quiénes eran ellos para decirle que era mejor como villano que héroe?

-No les prestes atención-sugirió su madre mientras picaba una zanahoria.

-Ellos dijeron que era malo, pero no soy malo-lloro el niño sobre la mesa-, yo solo quiero ser un gran héroe para ti y papá-la mujer dejo el cuchillo sobre la tabla de madera y se giro con una sonrisa hacía su único hijo.

-Todo esta bien, mi pequeño angelito-afirmó la mujer colocándose a un lado de la silla donde se encontraba sentado el infante.

El menor alzo sus hombros hasta la cintura de la mujer y la abrazo lo mejor que sus bracitos le permitían.

-Yo no quiero ser un villano, mamá-lloró con su carita contra el abdomen de la mujer-¡Quiero salvar te a ti y a todos!

la mujer sonrió conmovida y acaricio la melena del menor:-Un héroe no llora por simples extras que solo tienen envidia de tu poder, Katsuki-afirmó la mujer, y puede que esas palabras no fueran las mejores para que un niño de seis años comprendiera su significado.

Pero la rubia mujer conocía a su pequeño niño, sabía que el niño había comprendido todas y cada una de sus palabras.

El menor alzo la mirada hacía su madre lo miro con esos bonitos ojitos cristalinos.

-Les ganare a todos, mamá-afirmó el niño ganado una sonrisa por parte de la mayor la cual, lo cargo el brazos envolviéndolo en un abrazo contra su pecho.

-Se que lo harás, Katsuki, serás el mejor héroe que el mundo vea.