✧ ₊‧Fiesta de té que me hizo querer desaparecer ₊ ⭒☾˚‧



Cuando desperté caminé como muerta al baño y lave mis dientes, cara e hice mis necesidades.

Cuando salí me había olvidado completamente de lo de ayer así que fué una sorpresa encontrarme con el cuerpo envuelto en una sábana que lo cubre hasta la cadera, puedo ver parte de su pecho ya que la bata que le di anoche no lo cubría del todo.

Me congelé.

Lo vi ahí acostado, dormido profundamente.

Me sentí tan avergonzada y llevé mis manos a mi cara para comenzar a caminar en círculo y sobre pensar todo, ¿Cómo es que lo dejé dormir en mi habitación? Soy una princesa se supone que debo ser prudente y todo lo opuesto a él. Si alguien se llegara a enterar... los rumores entre el personal son gigantes y dramáticos. Solo recordar todo lo que hablamos anoche, lo que dijimos, lo mucho que bebí vino... ahora que me doy cuenta me duele un poco la cabeza y siento la boca seca. Quiero agua.

Me acerqué a verlo después de beber del agua de mi buró, lo observé parada detrás de la mesa, no se sentía real.

Sus pestañas son largas y oscuras. Su respiración es calmada, duerme del lado izquierdo, su cabello está desordenado. Acerqué una mano para despertarlo gentilmente.

—Aslan, despierta —murmuré moviendo su hombro.

No se movió nada, siguió respirando igual de tranquilo y pausado.

Tocaron la puerta y solté un brinco saliendo de mi embelesamiento.

—¿Princesa? Traigo su desayuno, es algo ligero ya que tiene la fiesta de té en diez minutos.

Era mi mucama Lucy desde el otro lado de la puerta. Tragué duro y noté cómo Aslan tiene una microscópica sonrisa.

Puede que una vena esté en mi frente— En un momento, deja el carro de comida ya lo tomaré yo —le hablé fuerte acercándome echa humo al chico que finge estar dormido.

—Cómo desee princesa.

Se fué.

Estoy frente a Aslan.

—Te vi sonreír Aslan, ya no finjas — solté ruda.

Su sonrisa creció y abrió los ojos lentamente— Que dulce forma de despertarme princesa —dijo sarcástico.

Me senté en un sofá alado, cruce las piernas sintiendo la fina tela de mi bata y apoyé la mano en mi mejilla— ¿Querías un beso de buenos días?

Su cara es un poema, por un momento me preocupé hasta que habló luego de un silencio— Oye eso es ilegal.

Estaba confundida.

—¿Qué cosa?

Sigue con la cara en blanco y me inquieta— Seguirme el juego.

Me puso de mal humor pero lo oculté— Entonces no lo haré de nuevo — me pare y él me siguió mirando, ¿Qué tanto me mira?, fui a abrir mi closet, le hablé desde ahí—. Tengo que ir a la fiesta de té pronto así que te tienes que ir, me vestirán en un momento.

Me mira recargando una mano en la entrada de mi closet— Yo puedo vestirte.

Seguí moviendo la ropa, pasando los ganchos a un lado decidiendo que ponerme.

—Vete.

—¿Ya no me seguirás el juego?

Estaba detrás de mí, lo ignoré y seguí viendo ropa ignorando el escalofrío que sentí en mi columna.

—Dijiste que es ilegal.

Me di la vuelta y lo miré. 

—Es una forma de decir que me encantó.

Tiene las manos en los bolsillos de la bata, su pecho es blanco igual que su piel, lo poco que veo es marcado, tiene un collar con una piedra oscura, la bata le queda ridículamente pequeña, apenas toca sus rodillas. La mía toca mis tobillos.

—Elige algo para mí —le pedí embelesada.

Alzó una ceja— ¿Quieres que elija que te pondrás?

Pasé a un lado de él saliendo de mi trance y me senté frente al espejo, mi closet es como otro cuarto. Hay dos asientos y un espejo de cuerpo grande con un marco de detalles plateados de flores. Hay muchos zapatos, vestidos, joyas y más. Podía ver la mirada curiosa de Aslan en todo.

—Dijiste que quieres vestirme.

Desde el espejo vi como se mordió el labio y apretó su sonrisa, sé que él no hablaba sobre elegir mi ropa— Supongo que puedo intentar, pero mi estilo y el tuyo es distinto... al menos cuando finges ser alguien más.

Estaba por responder cuando chasqueó un dedo y un carrito plateado de comida apareció a mi lado, debe ser el que mi mucama dejó afuera— ¿Prefieres que te vista cómo la princesa de Edrielle o cómo la chica con la que hablé anoche?

Pensé antes de hablar. Había algo en su pregunta que me hacía creer que era importante.

—Quiero que elijas ropa que creas que se me verá bien para ir a tomar té.

Se inclinó con una mano en su pecho y la otra en su espalda, me miró divertido— Entendido su alteza.

Esa conversación se había sentido extraña. Sentí que no le agradaba mi versión como princesa y me sentí algo herida. Tendría sentido, Aslan es libre, hace lo que quiere y dice lo que quiere, cuando nos divertimos solo es cuando soy la asesina más peligrosa del reino, no como princesa. Porque cuando soy una princesa tengo que ser alguien más, alguien que se abstiene de ser libre de decir lo que en verdad piensa.

Lo opuesto a él.

—¿No te agrado cómo princesa cierto? —le pregunté.

Nunca he tenido un amigo como él a excepción de Minerva y él me agrada bastante, a pesar de que puede ser molesto, me divierto con él.

Estaba algo asustada de su respuesta y más porque tardó en responder, me armé de valor para verlo al girarme. Cuando vi su rostro toda mi tensión se fué, Aslan se miró confundido.

Empezó a hablar en un tono despreocupado— Me gusta cualquier versión tuya, me gusta verte con cara de inocente frente a los demás, es encantador...— se acercó hasta hablar en un murmullo, cerca de mí, puedo ver sus ojos lilas brillantes— pero mi gusto culposo es que también me gusta cuando amenazas con espadas.

No sé qué cara hice pero parece que le gustó por su cara engreída— Quítate —empujé su pecho.

Inesperadamente tomó mis muñecas— Pero que adorable.

Me libere avergonzada de su agarre con un movimiento y él se giró yendo hacía la ropa de nuevo canturreando una risilla. Parece disfrutar haciendo que me avergüence.

—No me llames adorable —le pedí en la voz más adulta que pude hacer.

—Me gusta tu lado tímido, tiene su encanto —mientras Aslan pasaba sus ojos y manos por la ropa le lancé una manzana que atrapó por la espalda sin ver y le dio una mordida viéndome de reojo—. Tengo ojos en la espalda princesa.

Me había dado un vestido de manga larga blanco y plateado con detalles de aves y flores plateados bordados, hay joyas de color lila en ellas por la parte de mi pecho, es muy bonito. También unos zapatones de tacón corto color blancos y guantes del mismo color.

—Y este abrigo, hace algo de frío en la mañana — me dió una gabardina lila y quedé con la ropa amontonada en mis brazos, Aslan reapareció detrás de mí, sentí algo frío en mi cuello—. Hasta luego mon amour.

Desapareció antes de que pudiera decirle que dejara de llamarme por esos apodos. Él nunca decía mi nombre y no entiendo por qué.

Cuando dejé la ropa en un asiento me vi en el espejo un collar de perlas que no es mío además de aretes, estos cuelgan, son unas mini espadas plateadas. Me encantan, nunca vi joyería como esta. Mientras pensaba en ello, al instante unas mucamas entraron para vestirme. Debe ser por ello que él se fué.




✧ ₊‧ ⭒˚₊ ⭒☾˚‧




Cuando ya estaba vestida Lucy fué la única que se quedó. Estaba viéndome en el espejo, tengo el cabello arreglado muy lindo, hay perlas adornando y dos trenzas a mis lados detrás de mis orejas, con hilos plateados cruzados entre estas y un listón amarrado a mi cabello.

—Princesa sé que dijiste que todos los regalos que han llegado deben ser llevados a otro cuarto pero, ¿está segura? No han parado de llegar cartas y regalos desde su cumpleaños —me tendió un sobre con un sello rojo, tiene un escudo, uno que hizo que me sorprendiera —. El hijo de la familia Lorraine le tiene un regalo bastante grande a su alteza, abarca todo un cuarto, también envío esta carta y sentí incorrecto no avisarle de ello.

La familia Lorraine son unos nobles de alto rango con mucha influencia en el reino. El jefe de la familia es alguien a quién respetan y temen todos al mismo tiempo, sus primeros hijos son los gemelos Constantine y Claude.

Constantine es conocido como un casanova a sus dieciocho años, muchas chicas del reino les han prestado atención por la enorme belleza que ambos poseen. Recuerdo cuando éramos unos niños y los ví en banquetes y mi fiesta de cumpleaños. Ambos tenían ese buen aspecto desde entonces, sin embargo no somos amigos... tengo un pasado con él.

No siempre fui tan genial, de niña era algo más emocional y hablaba más. Constantine siempre se fijó en mí, por desgracia solo fué porque soy al princesa de Edrielle, acercarse a mí fue algo que su padre le había pedido. Desde que lo supe no hablamos.

En fin, Constantine no tiene muy buena reputación, nadie espera mucho de él. Claude por otra parte es muy serio y reservado, no sé casi nada de él. Solo sé que son muy opuestos. Me sorprende que me hayan enviado una carta. Ellos estuvieron en mi debut y recuerdo haber bailado con Claude... ahora que lo pienso no parecía comportarse como he escuchado que es.

Lucy me dio un cuchillo y abrí el sobre. La leí lentamente, me tomé mi tiempo sentada en mi sofá. Al terminar abrí mis ojos de sorpresa.

Lucy me miró con temor, preocupada— ¿Señorita? ¿Ocurre algo?

—No es nada —dejé la carta en mi buró y la miré seria—. Preparen el carruaje, espero no llegar tarde a la fiesta de té.

Subí al carruaje aceptando la mano de un mayordomo que me deseó buen día. El palacio es tan grande que tenía que usar un carruaje para llegar al jardín. Por la ventana vi cómo el cielo lucía tan melancólico.

—Hemos llegado su alteza — me informó la escolta. Bajé tomando mi vestido y una mano se posó frente a mí.

Es Elio.

—¿Qué haces aquí? —no esperaba ver al asistente de mi padre aquí.

—Su alteza Cassian me pidió escoltar — me dijo con una amable sonrisa igual que siempre.

—Ya veo.

Caminó a mi detrás de mí camino al invernadero, podía ver un carruaje donde una chica bajó, parece que ya hay varias esperándome.

—Últimamente han habido varios ataques a nobles así que el rey está preocupado por usted, seguramente te otorgue un guardia personal — me comentó.

Lo ví incrédula. Eso es algo que me traería problemas, tener a alguien siguiéndome siempre haría que me descubrieran. Además, puedo cuidarme por mi misma.

Pero por otra parte entiendo su posición, todos esos asesinatos han sido hechos por mis manos después de todo, atacar a tantos nobles puede hacer pensar lo peor. Mi padre y yo pensamos parecido, es por eso que sé que es algo que yo haría.

Decidí decir algo ingenuo, debo mostrar esa imagen por mi bien. Al menos con él que informa de todo a mi padre. Debo tener cuidado con Theo.

—No lo creo necesario, nadie se atrevería a tocar a la familia real.

Me miró ingenuamente, como una niña— Nunca se es demasiado precavido.

Al llegar al jardín junté mis manos, cuidé mi postura y caminé hacía la mesa del fondo. Está lleno de flores pero la principal son tres enormes árboles de glicina que cuelgan del techo, siempre han sido mis favoritas.

—¡Buenos días princesa Venus! — me dijo una chica pelirroja de pecas y piel blanca.

Vi a Minerva entre las demás, me sonrió como saludo.

—¡Es la primera vez que veo un jardín tan hermoso!

Sonreí cortésmente mientras me sentaba elegantemente— Muchas gracias, fué un regalo por mi cumpleaños, mi padre sabe lo mucho que me fascinan las flores de glicina.

Aprecié como estas cuelgan y están alrededor.

—El rey debe amarla bastante.

A pesar de que lo veo pocas veces mi padre es muy atento conmigo. No sé cómo supo que la flor de glicina es mi favorita. 

—El día de su debut lucía irreal. Parecía una sirena sacada de un cuento.

—¿Sirena? para mí era cómo un hada.

—Su cabello es igual que las perlas y fué adornado con estrellas. ¡Era como una sirena!

Ladee la cabeza— Eres muy amable me siento avergonzada.

—Soy Katheryn de la casa del Marqués Montes

Todas a excepción de Minerva se presentaron.

—Señorita, ¿tú y los gemelos Lorraine son primos?

La chica de rizos pelirrojos asintió, su nombre es Victoria— Así es.

—Que envidia, incluso ambos la escoltaron.

—Después de verlo en persona veo que los rumores eran ciertos, ambos son tan altos y guapos, ¿tienen ya dieciocho años cierto?

Tres de las chicas se derriten por él murmurando lo guapos que son— Parecen estatuas.

—¡Disculpa! —una chica de cabello corto habló, con timidez, todas la vimos por su determinado tono de voz— ¿Sabe usted si Claude busca una dama?

Victoria mostró una cara sorprendida— Em... la verdad es que no lo sé.

—Oh bueno —la chica actúo madura pero está sonrojada—, no es cómo que en verdad lo esperaba.

Pff si claro. Casi puedo leer la mente de Minerva.

—Ahora que recuerdo, princesa ¿Acaso usted no bailó una pieza con lord Claude?

Recuerdo que besó mi mano con una sonrisa, no era nada tímido. Su cabello era del mismo color que el de Victoria, solo que sus ojos eran amarillos.

—Oh lo recuerdo — todas son tan tiernas, quise seguir el juego, sonreí —. Siendo sincera fué inesperado.

—¡Lo sabía! Ambos parecían estar en un cuento de hadas, lo recuerdo perfectamente.

—Hubiera querido haberlo visto, me he perdido de una vista encantadora.

—¿También notaron a ese chico con ojos lilas?, nunca lo había visto antes, me enamoré a primera vista —soltó una chica.

—¿Sucede algo princesa? —me preguntaron—. Luce sorprendida, nunca la había visto poner un rostro como ese. ¿Acaso lo conoce?

Metí la pata, era raro que no controlara las reacciones de mi cara.

—Oh ¿Hablan del hechicero Aslan cierto? Es el tutor de la princesa — soltó Minerva viéndome de reojo mientras bebía más té.

Conque con esas tenemos eh.

Me aguante tragar duro, me ponía algo nerviosa hablar de él y no me gusta nada eso.

—¿Eso es cierto princesa? Estoy tan celosa.

—Esperen, ¿Es un hechicero? ¿Qué edad tiene?

—Diecisiete, es un hechicero prodigio, se dice que no ha habido uno tan poderoso en siglos.

Hubo un silencio y sentí un poco de tensión.

— ¿Él es ese hechicero? —marcó el "ese".

—Escuché que es peligroso.

La chica que dijo estar enamorada de él se mordió el labio— ¿Porque siempre me gustan los chicos malos?

Muchas se rieron y la tensión se fue llendo. Menos más, me aguanté un suspiro.

—Santo dios el príncipe está aquí —soltó en un murmuro una.

—¿Qué? ¿Dónde?

—Su alteza, ¿Quién es ese chico?

Voltee a mirar a mi derecha, entre los arbustos Louis estaba caminando detrás de mi hermano Damián. Parece que ambos escucharon porque voltearon a verme.

—Louis.

Ahora vienen para acá.

—¿Hablan de mi hermano? —soltó Minerva con un rostro inexpresivo.

—¡Su hermano! —Soltaron varias.

Mi hermano llegó antes, puso una mano en su pecho y miró abajo— Les deseo prosperidad en Edrielle.

Louis hizo lo mismo y no dijo nada. La mitad miraba a mi hermano y la otra mitad a Louis.

—Parece que mi hermana se está divirtiendo— dijo Damián con esa encantadora sonrisa que suele mostrar, miró a su escolta—, ¿no lo crees Louis?

Este tiene una mirada afilada igual que Minerva— Así parece su alteza.

Varias los miraban embelesadas— Así es, pasamos un buen rato su alteza.

—..Ahora que lo observo se parecen bastante señorita Minerva —le susurró una chica a Minerva.

—El príncipe y la princesa son los que lucen casi cómo clones.

Damián me miró sonriente— ¿No es así?, Nos lo han dicho bastante — miró abajo de nuevo—. Si me disculpan, tengo un entrenamiento con la espada al que ir.

—Bueno eso es una pena —le dije a mi hermano.

—Te veré luego hermanita —me respondió mirándome con ternura y se fué. 

Cuando voltee a ver a las chicas lo seguían con la mirada— Oh por dios ya sabía que el príncipe es así de encantador pero me había olvidado de sir Louis, ha cambiado bastante.

—Sus ojos eran igual que esmeraldas —una chica llevo sus palmas a su mejillas y habló sonrojada— Su mirada afilada perforó mi alma, podía sentir su masculinidad solo viendo su espalda. Pero... pero

Oh sigue continuando.

—¡Pero estoy segura que su mirada sería oculta una pasión desenfrenada y ardiente!

Me quedé en blanco, no supe que decir, solo me quedé con una sonrisa tensa intentando no decir algo que las hiriera.

—No sé ustedes pero yo sigo cautivada por el hechicero. Tenía una mirada tan melancólica...— habló en sueños la chica de antes. ¿De nuevo habla de Aslan?

—Es una pena que no lo haya visto antes — le respondió una chica.

—¿Cómo lucía?

Llevó sus manos a su pecho, ay no— Su cabello era igual que una noche estrellada y sus ojos igual de cautivantes que estas flores. Era.. era...

Sigue hablando cautivada, ¿superará a Louis?

—¡Era cómo un lobo solitario andando por las montañas! Andaba solo por el salón con ropa oscura igual que su cabello y una mirada tan...

Me sorprende lo ridículo que se puede hablar.

—Ah un mago tan hermoso, cuando notó cómo lo miraba y nuestras miradas se cruzaron sentí cómo si me hubiera golpeado un rayo. 

Vaya Aslan, has ganado la competencia de chicos entre las chicas...

Ya había pasado una hora y todas terminaban curiosas sobre él, no pararon de preguntarme cosas y me abstuve de contar todo.

—¿Y cómo es él con usted?

—¿Tiene sólo diecisiete cierto?

—¿De verdad es tan alto como dice la señorita Irene?

—¿Es un hechicero tan fuerte?

Se me abalanzaron con ojos brillosos— Bueno... tiene su encanto — me siento muy rara hablando sobre él, de repente todas se callaron, no podía ver más que mis manos mientras hablaba, lo admito... estaba nerviosa—. También es muy talentoso, a veces me pregunto qué no puede hacer.

Sentí la mirada de Minerva, me miró con una sonrisa.

No espera, no me mira a mí...ella mira... Ay no.

No no no no no no.

—Les deseo prosperidad en Edrielle — su voz suena a mi lado, siento su mirada en mi nuca y no me atrevo a verlo—. Me siento honrado su alteza, no me siento merecedor de tal halago.

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