Hoy es mi cumpleaños y estoy acuchillando a un hombre en su propia casa. No planeaba pasar la noche pero el trabajo es mío y tengo que terminar lo que empiezo.

Escuché el sonido de pasos, al girarme empujé al hombre en su rostro, lo inmovilice y corté su garganta, mi rostro es sereno oculto dentro de la tela oscura, no sentí remordimiento.

El dueño de la casa es un cliente frecuente del polvo de hadas, algo que se usa cómo droga. Se había reunido con su dealer hoy, lo torture intentando sacarle información pero el tipo se suicidó con veneno oculto en su boca. 

Dejé un desastre, esto tardaría en ser limpiado, había pensado en poner veneno de elfos en sus sándwiches y ahorrarme todo este lío pero como hoy es mi cumpleaños estuve ocupada toda la mañana como para hacer eso. 

Es de noche y tengo el tiempo contado para terminar mi trabajo, ir a limpiarme la sangre y  arreglarme para mi fiesta. No me emociona ir pero debo estar ahí y mi mucama no podrá cubrirme por demasiado tiempo. 

Así que haría mi trabajo rápido.

Cargando las dos piernas del primer hombre lo arrastré hacía el oscuro callejón de afuera, lo puse en una enorme bolsa negra y subí el cierre, si lo ves de lejos parece una de esas bolsas para vestidos. Me di la vuelta para hacer lo mismo con el otro ya cuando salí me di cuenta que el piso estaba húmedo, estaba lloviendo un poco, lo que me faltaba, al menos la sangre que tengo se limpiará un poco, pensé. Cuando terminé noté como habían unos militares cerca. Eran guardianes. Solo ellos usan ese uniforme oscuro de pies a cabeza.

Entonces escuché como una mujer gritaba por su esposo muerto.

No me vieron. Salí huyendo, corrí por los tejados haciendo parkour, la manera más rápida de llegar al palacio era esta.

La mujer tuvo suerte, como los militares estaban cerca ahora me están buscando. Cuando subí por un balcón y escalé hasta el techo me di cuenta que había alguien detrás de mí. Al parecer soy más rápida. Di un largo brinco hacía otro techo y me sorprendió que me siguiera el ritmo. En este punto ya deben haber encontrado los cuerpos.

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Mientras tanto, con los tres guardianes estos revisaban el cuerpo, entraron a la casa buscando señales de vida pero ya estaban bien muertos. No tardaron en darse cuenta quién lo había hecho, solo él dejaba el desastre de torturas, siempre dejaba la silla llena de sangre y utensilios comunes que se convertían en pesadillas. Siempre usaba cosas comunes para aterrorizar a sus víctimas que en su mayoría eran nobles. Es por ello que se le teme a pesar de que ayude al reino deshaciéndose de cazadores y otros nobles crueles. 

Solo que los guardianes son burla entre nobles por no atraparlo. El precio de la cabeza de este asesino es el más alto entre los caza recompensas. Matar te llevaba a prisión y este tiene una celda esperándole desde hace un año.

El asesino de cazadores.

Dos de ellos se alertaron, estaban frustrados— Lo hizo de nuevo... — su mirada asustada empeoró, pasó a una preocupada—. El chico lo está persiguiendo.

Se observaron con horror. Todos sabían sobre lo letal que es, llevan demasiado intentando atraparlo y no lograban nada. No saben nada de él.

Pensaron en el nuevo capitán, se preocuparon por el pobre chico, es mucho menor que todos ellos. Solo el pensar en la posibilidad de que logre alcanzarlo...

El sonido de una risa contenida resonó en el inquietante silencio— Debería darles vergüenza no saber con quién se esta metiendo este asesino.

Se giraron a ver al chico, tanto confundidos cómo algo furiosos. Esto no es algo con lo que puedan bromear.

—Créanme chicos —siguió hablando sin prudencia alguna—  deberían preocuparse más por ese pobre asesino que por él. Yo estuve el día de su prueba como hechicero real, fué una locura, Aslan se divertirá con él.

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Me sigue persiguiendo y me estoy empezando a hartar.

Paré de repente y lo miré de reojo, noté una pequeña sonrisa en su rostro. Eso me enfadó. Salté hacía abajo, que idiota es si cree poder atraparme.

Escuché otro sonido mientras seguía corriendo, al parecer este guerrero no es tan malo. Brincó detrás de mí y ahora se acerca sin siquiera un arma en sus manos. Estamos en el fondo de un callejón, uno sin salida. No le haría daño a menos que fuera necesario, no mato inocentes pero este tipo me la está poniendo difícil.

Logró tirarse al suelo, cuando me tiró una patada la esquivé levantando mi cuerpo con un brazo, me levanté girando y me lanzó un puñetazo que esquivé, tomé ese brazo con el que me intentó golpear y usando su impulso lo intenté tirar al suelo pero esté fue quién me tomó y empujó hacía la pared, cuando me giré me quitó mi antifaz, abrí mis ojos de la sorpresa. Al instante le apunté con mi cuchillo en su garganta y entonces nos miramos cara a cara, muy cerca. Su oscuro cabello cae por su frente, lo tiene hecho un desastre, parece respirar algo acelerado y sus ojos sorprendidos son lilas.

Por alguna razón nos congelamos al vernos.