03: En los Profundo del Bosque
Clay caminaba por el bosque que quedaba cerca de la ciudad. Había dejado su motocicleta en la entrada del bosque, escondida entre los árboles, para que nadie pudiera verla y así nadie supiera que el hijo mayor de uno de los caballeros más reconocidos de todo el reino estaba ahí en el llamado "Bosque Embrujado"; aunque igualmente la cantidad de personas que paseaban por ahí era casi nula.
En su cabeza no dejaba de repetirse lo sucedido la noche anterior, en el momento que todos había decidido bailar un rato. Cada vez que lo recordaba, se le escapaba una que otra sonrisa.
Y todo con tan solo pensar en ese nombre.
Macy.
–¿Bailas, Macy?– le preguntó Clay a la pelirroja ofreciéndole una mano.
–Claro– Macy sonrió y junto su mano con la de Clay, para que luego ambos salieran a la pista de baile donde ahora se encontraban todas las personas que estaban en el lugar.
Era una música bastante movida y las luces de todos los colores ambientaban el lugar mientras todos bailaban al ritmo de la música.
–Así que ¿Moorington?
–Sí. Supongo que ya habrás escuchado hablar sobre mi padre, "el caballero más honrado de todo el reino"– respondió Clay, hablando un poco alto para que la escuchara.
–Algo he escuchado sobre eso– dijo Macy, a lo que ambos rieron un poco –¿Y qué se siente ser el hijo del caballero más "famoso" de todo el reino?
–No te voy a mentir, es raro; pero al mismo tiempo es grandioso ya que todos me conocen.
–Ya me doy cuenta.
Ambos volvieron a reír.
–¿Y qué me cuentas sobre ti?– le preguntó esta vez a ella.
–No hay mucho que decir sobre mí– respondió Macy.
–Claro que sí, como tu cabello– dijo Clay y colocó su mano en el cabello de Macy –¿Es así de nacimiento?
–Sip. Y lo sé, es raro– dijo ella.
–Es raro, sí. Pero al mismo tiempo hermoso– dijo él, haciendo que la pelirroja se pusiera algo nerviosa –Oye, ¿Qué te parecería ir a comer un helado? Conozco una heladería que está abierta toda la noche.
–Me parece perfecto– respondió Macy, sonriendo haciéndolo sonreír a Clay, para que luego ambos salieran del club agarrados de la mano.
Todo había estado de maravillas esa noche, hasta que cinco minutos antes de la medianoche Macy tuvo que irse así no más, pero quedaron en que al día siguiente; y él no podía estar más feliz de que la vería en tan sólo un par de horas.
Siguió caminando hasta una parte del bosque donde apenas y llegaba luz del sol, así que se decidió a encender la linterna de su teléfono y seguir caminando hasta que vio una cabaña de piedra y madera con algunas flores por fuera. Sonrió un poco y se acercó, tocando la puerta de madera que se veía en buen estado, que a los pocos segundos se abrió dejando ver a una mujer de cabello castaño ondulado, piel clara y ojos azules idénticos a los de Clay.
–Hola, mamá– le saludó Clay sonriendo para luego abrazarla.
Ya llevaban casi dos semanas sin verse, y eso no era que pasara muy seguido.
Estuvieron un rato hablando de cualquier cosa, poniéndose al día, hasta que Wanda se dio cuenta de que su hijo tenía sus pensamientos metidos en otro lugar, así que se decidió a preguntarle.
–¿En qué tanto piensas, Clay?
Clay la miró casi que inmediatamente.
–No, en nada importante– respondió.
–¿Sabes? Una vez tu padre me contó que cuando tenía tu edad, de vez en cuando se perdía en sus pensamientos y era por una razón en particular– le contó Wanda.
–¿Cuál era?
–Estaba enamorado.
Al escuchar esa respuesta y ver la sonrisa que se había formado en el rostro de su madre, Clay miró hacia otro lado, con un ligero sonrojo visible en sus mejillas.
De vez en cuando odiaba que su madre lo conociera tan bien.
–¡Así que mi hijo está enamorado!– exclamó Wanda, sonriente.
–Bueno, puede ser– dijo Clay, volviendo a ver a su madre –Recién la conocí anoche, y no creo que alguien se pueda enamorar tan rápido.
–Mira, hay algo que se llama "amor a primera vista", que fue lo que nos sucedió a tu padre y a mí cuando nos conocimos– le explicó Wanda a su hijo.
–Mamá, por favor, ya papá me contó esas historias como cien veces.
Clay se recostó al espaldar del mueble, cruzando los brazos y mirando a su madre con una expresión seria.
Las historias de sus padres cuando eran dos adolescentes enamorados. Antes de que todos descubrieran que ella tenía la magia más peligrosa en todo el reino y empezaran a buscarla para asesinarla, sin importarles nada. Los reyes siempre le habían tenido miedo a las cosas extrañas, pero eso no evitaba que Hake y Wanda siguieran viéndose a escondidas. Una de las últimas veces que se habían visto en persona había sido en el cuarto cumpleaños del mayor de sus dos hijos; de ahí en más, sólo sabían cómo estaban por medio de las visitas de Clay.
–Sí, lo sé, pero sabes cómo es tu padre que a veces tiende a exagerar un poco las cosas o a no decirlas como son– dijo Wanda –Será el caballero más honesto del reino pero cuando se trata de su familia no sabes lo mentiroso que puede llegar a ser.
Eso hizo que Clay soltara una pequeña risa.
–Creo que puedo hacerme una idea– sonrió Clay.
–Verás, tu padre y yo nos conocimos de casualidad cuando íbamos a la preparatoria; él era el chico más popular por lo hábil que era con la espada y sus valores puros, mientras que yo siempre me mantenía alejada, porque no me gustaba esa clase de personas, que se creían los mejores del mundo. Jamás en nuestras vidas nos habíamos mirado a los ojos ni siquiera cuando alguno pasaba al frente de la clase– empezó a relatar Wanda, a lo que Clay le prestaban atención a pesar que ya había escuchado esa historia muchas veces –Pero hubo un día que, por alguna razón que aun no he logrado comprender, yo lo miré y él me miró, y fue como si en ese momento sólo estuviéramos nosotros dos.
–Ah, pues entonces creo que papá no estaba exagerando porque me dijo exactamente eso– dijo Clay.
Su madre rió.
–El punto es que el amor a primera vista sí existe, y no creo, estoy segura de que eso es lo que te pasó con esa chica misteriosa– aseguró ella –Ahora, cambiando de tema, ¿cómo se llama?
Clay no pudo evitar sonreír al recordarla.
–Macy– respondió, y suspiró como todo un adolescente enamorado.
Y es que en realidad lo estaba, sólo que al parecer no se había dado cuenta por completo.
Por favor vayan y lean La Música que nos Une, que le estoy poniendo muchísimo empeño para que les guste.
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