El llamado

¿Alguna vez se han preguntado a sí mismos el porqué de las cosas...?

                                    ¿Por qué Astria salvó a éste mundo que estuvo destinado a morir?

¿Cómo era la humanidad antes de ella y el desastre?

                                                                               ¿Por qué llegamos a éste mundo...?

Lo sé, muchas preguntas, pocas respuestas... Aquí en éste mundo después de que nuestra diosa llegara, le dio a mis antepasados y a mi la vida. Desde que tengo memoria, mi padre me contó las historias y leyendas de éste mundo de cómo fue creciendo y evolucionando, del como aún después de la muerte la vida sigue siendo nutrida por el pasado, la humanidad en éste mundo conoce la magia entre otros seres apareciendo después de Astria...

Mi madre fue una gran reina llena de bondad y amor hacia los demás, en los días que me sentía sola ella siempre estaba para mí sin importar lo más débil y enferma que estuviera... Hace ya varios años cuando era pequeña estaba entrenando con mi maestra, era un día especial para mí, pues mi madre estaba con nosotras para ver mi progreso. Me esforzaba y daba lo mejor de mí pero sólo pasó...

—Bien hecho, Aria. Cada vez que lo haces, mejoras increíblemente— dijo dando ánimos mi maestra.

Mi maestra me hacía halagos mientras yo tenía que meditar y hacer que la tierra alrededor mío tomara diferentes formas o la movíera. Me sentía feliz y lo demostraba de lo que era capaz de hacer más aún con mi madre viéndome, nada lo podía arruinar o al menos eso pensé...

—La magia crece en tu hija a pasos increíblemente grandes Lumina, cuando menos lo esperemos nos habrá supe... ¿Lumina? ¿Mi reina, qué pasa?— su tono cambio de emoción a miedo en un instante.

Detuve mi meditación y vi hacia donde ellas estaban, mi madre se encontraba en el suelo mientras mi maestra la tomo rápidamente. Podía ver el miedo en su mirada, ya que mi madre no reaccionaba. No lo pensé y fui junto a ellas. —¡¡Mamá!! ¿¡Qué pasa!? —dije mientras la tome y acaricie su mejilla. El horrible sentimiento que tenía fue un poco aliviado al ver que puso su mano sobre la mía.

—Aria... —dijo abriendo sus ojos muy levemente.

—¡Aria! ¡Quédate junto a tu madre! ¡Traeré ayuda! —alterada, se dirigió a los sirvientes.

—Mamá, tranquila aquí estoy —dije buscando una respuesta de ella.

Al colocar mi mano en su frente, una luz verde comenzó a brotar, un hechizo de sanación que me habían enseñado antes pero aún no perfeccionaba lo use para tratar de aliviar a mi madre.

—Lo lamento, hija. Arruiné tu entrenamiento, lo hacías muy bien —su voz era frágil y un tanto débil.

—No pasa nada, p-puedo volver a hacerlo sin problemas para ti —dije tratando de no mostrar lo asustada que estaba.

Varios sirvientes junto a mi maestra no nos hicieron esperar, con cuidado la llevaron a su cuarto en el castillo, llamaron a mi padre y un experto en curación para después cerrar la puerta enfrente de mí, mientras Yuna estaba conmigo.

—¿Ella estará bien, verdad? — buscando consuelo en mi maestra.

—Sí Aria. Tu madre es fuerte, podrá superar esto — mostrando una ligera sonrisa en su rostro sosteniendo mis manos.

Las horas pasaron, mi maestra fue llamada al interior de la habitación dejándome afuera sin más que estar junto a la puerta para cuando mi madre se sintiera mejor... quería estar para ella... fue hasta que el cielo se oscureció, cuando por fín abrieron la puerta, por instinto entré al instante, recostada en la cama con mi padre sentado en la orilla de la misma junto a ella.

—Mamá, ¿Te sientes mejor? ¿Ya estás bien? ¿Qué te pasó? ¿Puedes-...? —

—¡Aria!... basta, no molestes a tu madre —me interrumpió un tanto molesto mi padre.

—Aldrik, no seas duro con ella... sólo está preocupada... —pese a que parecía estar mejor, su voz seguía siendo débil.

—Lo siento... —

Mi madre mirándome, con su mano me indicó que me pusiera a su lado, a lo que hice acostándome junto a ella abrazándola cuidadosamente.

—Mi pequeña Aria, te preocupé —dijo mientras me rodeó con su brazo—. Tranquila, mamá está aquí... —

—Sí... tuve mucho miedo —

Mi maestra dio unos cuantos pasos dirigiéndose a la salida hasta que mi madre le llamó.
—Yuna... deberías pensar en lo que hablamos ¿No lo crees? —dijo ella a lo que mi maestra sólo asintió con la cabeza y salió de la habitación.

Después de ese día, el tiempo se volvía cada vez más oscuro. Al pasar de los días, mi madre no mejoraba su condición, mi maestra se había vuelto callada al igual que mi padre, los días de ser soleados comenzaron a oscurecerse. En cuanto menos cuenta me di, varias veces al caminar por los pasillos del castillo, el viento que podía sentir entrar de las ventanas se volvía frio. Todo cambiaba alrededor mío y me aterraba, excepto por ella... Todos los días sin falta después de entrenar, iba al cuarto de mi madre a intentar animarla, siempre mostrándole mi progreso y el cómo es que dominaba la magia. Su cálida sonrisa era lo que me calmaba en esos días...

—Aria... —dijo rompiendo silencio de la habitación.

—¿Qué pasa mama? ¿Necesitas algo? —

—Sí... Hay algo que quiero... necesito que me prometas algo... —dijo respirando entre pausas tomando mi mano.

—Por supuesto, mamá —

—Aria... también quiero que tengas esto —toma su diadema de rubí poniéndola en mi mano —ésta no es como cualquier otra joya... ésta es un tesoro familiar pasada de generación en generación... ahora te pertenece, mi pequeña —

—Mamá ¿Por qué-...? —cubrió mi boca antes de preguntar—

—Aria, ¿Sabes lo que dicen cuando el tiempo de alguien alcanza sus últimos momentos, el llamado de Astria llega? ¿Verdad...? —

—¿Mamá? —

—Cuando el momento llegue... "El árbol Astrien" te otorgará el poder de Astria. En ese día brillarás tanto como el mismo sol que nos da cobijo cada día, estoy segura de que serás la mejor reina en la história de éste reino... así que Aria, prométemelo... promete que seguirás el camino que decidas, no importa que duela... tú le demostrarás a todos quién eres... —me miraba con mucha esperanza en su rostro mientras de sus ojos brotaban lágrimas.

—L-Lo prometo —dije sosteniendo su mano con fuerza.

—Esa es mí hija... —

Mi madre me miró fijamente a los ojos mientras me sonreía cálidamente y acariciaba mi mejilla susurrando algo que no pude entender bien, hasta que comenzó a cerrar lentamente sus ojos... Esa fue la última vez que vi la sonrisa de mi madre...


—¿Mamá...? —dije empujándola ligeramente. Su mano soltó la mía dejándose caer— ¿¡¿¡Mamá!?!? ¡¡Nooo!! —comencé a agitarla buscando su despertar —¡¡NOOO!! ¡¡MAMÁ!! ¡¡POR FAVOR!! ¡¡DESPIERTA!! —

Los guardias junto a mi maestra entraron a la habitación, ella sólo me tomo mientras que yo luchaba por soltarme —¡¡MAMÁ!! ¡¡MAMÁ!! —grité desconsoladamente mientras mi maestra me mantenía abrazada, mi padre llego junto a varios magos médicos sacándome a la fuerza... esa sonrisa de mi madre seguía en su rostro pareciendo como si sólo estuviera durmiendo plácidamente, mientras que para mí era una horrible pesadilla. Una de la cual nunca podría despertar...

Esa misma noche, la luna brillaba con gran intensidad junto a las estrellas, todo el reino se enteró poco después. La muerte de la reina ocasionando una gran tristeza en todos haciéndose esa misma noche la sepultura de las reinas... mi madre vestida con el mejor vestido hecho por las mejores manos del reino, fue recostada en un ataúd cubierto de seda y flores con una tapa de cristal, todo lo que una reina como ella merecía. Mi padre, junto a varios caballeros, llevó a mi madre a la entrada del reino, yo junto a mi padre cabalgábamos en su caballo blanco estando por delante mientras todos los hechiceros y brujas del reino creaban un camino de luces con la palma de su mano. Ellos nos abrían el camino. Era una representación del camino hasta el descanso eterno de mi madre hasta Astria llevando a mi madre al árbol Astrien donde una fosa en la tierra había sido cavada para ella. Los caballeros pusieron el ataúd en una mesa de piedra mientras mi padre iba junto a mi madre viendo a todo el reino.

—Hoy en ésta noche, la tragedia llega a todo el reino... ésta noche el tiempo de la reina Lumina en la tierra a acabado... estamos aquí reunidos para orar por ella y pedirle a Astria que la guíe hasta su descanso, su amor a ésta tierra nunca será olvidado mientras nosotros no olvidemos su nombre, ha de ser recordado como reina y representante de Astria en la tierra. Hoy junto a nosotros, el Astrien ha de guiarla hasta el cielo y nacerá una nueva estrella en nombre de nuestra reina, ¡Larga vida a la reina Lumina y larga vida a Astria! — dijo mi padre firme ante el reino entero.

—¡¡¡Larga vida a la reina Lumina y larga vida a Astria!!! —exclamó todo el reino, estando firmes, ponen su puño en su pecho.

—¡¡Ante la oscuridad, la luz de Astria iluminará el camino!! —exclamó mi padre.

—¡¡¡ANTE LA OSCURIDAD, LA LUZ DE ASTRIA ILUMINARÁ EL CAMINO!!! — gritó todo el reino unísono.

Antes de enterrarla, yo junto a mi padre y el reino arrodillándose y haciendo una oración para mi madre, nos despedimos una última vez mientras yo sólo trataba de contenerme. Pues, sabía que mi madre querría que fuera fuerte aún si ella no estaba.

Sentí un brazo rodeándome —Aria... no debes contener tus sentimientos, no es malo el llorar —

—No... ella quería que sonriera y fuera fuerte, n-no puedo deshonrarla así —sentía cómo las lágrimas casi se desbordaban de mis ojos.

—Sí... tienes razón, eres muy fuerte mi pequeña... pero recuerda, no importa lo que pase, Aria. Yo siempre estaré ahí para ti —

Al mirar al suelo, vi una gota caer... miré a mi padre, el cual, mantenía la compostura, pero de sus ojos brotaban lágrimas. Nunca había visto triste a mi padre, el suele ser serio y algo duro, pero al verlo así sólo lo abrace tan fuerte como podía, correspondido por él, envolviéndome en su capa de esa fría noche...

—Adiós Nirra —besó su frente—. Que Astria sea tu guía —

—Mamá... te juro que seré lo que esperas de mi —besé su mejilla.

Después de nuestra despedida, los caballeros tomaron el ataúd colocándolo en la fosa llevándolo hasta el fondo con cuidado y comenzaron a sepultarla. Mi padre, mi maestra y yo nos quedamos hasta el final.

—Aria, es momento de irnos — dijo mi maestra.

—Q-Quiero estar un poco más aquí... —

—Déjala Yuna... yo me quedaré junto a ella — dijo mi padre.

—Sí, mi rey —

En aquel momento, de la tierra creció repentinamente el césped y broto una pequeña flor blanca de la cual al abrirse soltó una luz de un brillo azul, la cual se movía lentamente hacia nosotros. Dio varias vueltas alrededor de mi padre y a mí hasta llegar al frente mío mientras podía escuchar una pequeña y gentil voz.

—Siempre estaré contigo Aria... — dijo una voz susurrante a mi oído.

Aquella luz siguió flotando hasta llegar a la punta del árbol Astrien, el cual, brilló con una gran intensidad por unos momentos mientras el amanecer de un nuevo día llegaba coloreando el cielo de un anaranjado intenso

—Tu madre ha llegado a Astria —dijo mi padre al acariciar mi cabeza.

Pese a la tristeza que me atormentaba, sentía como aunque fuera leve era borrada por lo que pasó en ese momento y el poder volver a ver a sentir el calor y la luz del sol de nuevo me hacía sentirme protegida.

Desde entonces el tiempo pasó con algunos cambios, mi maestra fue como un familiar más pero varias veces comenzó a ausentarse más de lo normal, la razón del porqué dejaba el reino aún sabiendo su posición como la bruja más fuerte del reino por debajo de la reina... Un día, después de entrenar, nos tomamos un descanso. Fue cuando aproveché la situación para preguntar que era lo que pasaba —Maestra ¿Por qué varias veces te has estado ausentado? —le pregunté con algo de miedo por lo que me podría decir, pero ella solo sonrió me miro a mi y luego al cielo.

—Aria, hay muchas cosas que no sabes de mí, pero también sabes que como la bruja "iluminada" tengo muchas responsabilidades con el reino por lo que tengo algunas cosas prohibidas como el formar una familia debido a mis responsabilidades, pero tu madre me hizo un gran favor hace tiempo a cambio de que te entrenara y aceptara el puesto.

En aquel momento de la tierra creció repentinamente el césped y broto una pequeña flor blanca de la cual al abrirse soltó una luz de un brillo azul la cual se movía lentamente hacia nosotros dio varias vueltas alrededor de mi padre y a mi hasta llegar al frente de mi mientras podía escuchar una pequeña y gentil voz

—siempre estaré contigo Aria...— dijo una voz susurrante a mi oido

Aquella luz siguió flotando hasta llegar a la punta del árbol Astrien el cual brillo con una gran intensidad por unos momentos mientras el amanecer de un nuevo día llegaba coloreando el cielo de un anaranjado intenso

—tu madre a llegado a Astria— dijo mi padre al acariciar mi cabeza

Pece a la tristeza que me atormentaba sentía como aunque fuera leve era borrada por lo que paso en ese momento y el poder volver a ver a sentir el calor y la luz del sol de nuevo me hacía sentirme protegida

desde entonces el tiempo paso con algunos cambios, mi maestra fue como un familiar más pero varias veces comenzó a ausentarse más de lo normal la razón del porque dejaba el reino aun sabiendo su posición como la bruja más fuerte del reino por debajo de la reina.... un día cuando entrenábamos nos tomamos un descanso fue cuando aproveche la situación para preguntar que era lo que pasaba —maestra ¿Por qué varias veces te has estado ausentado? — le pregunte con algo de miedo por lo que me podría decir, pero ella solo sonrió me miro a mi y luego al cielo

—Aria hay muchas cosas que no sabes de mí, pero también sabes que como la bruja "iluminada" tengo muchas responsabilidades con el reino por lo que tengo algunas cosas prohibidas como el formar una familia debido a mis responsabilidades, pero tu madre me hizo un gran favor hace tiempo a cambio de que te entrenara y aceptara el puesto.

—Sí, pero ¿Por qué lo dices? ¿A qué te refieres? —

—Bueno, creo que es momento de que lo sepas... un hijo, Aria. Eso es lo que he escondido durante mucho tiempo... es por eso que más de una vez me he ausentado, pero es momento de que deje mi puesto...

—Entonces, yo sólo he sido un... —

—No, Aria nunca pensé así de ti desde que empezamos tu entrenamiento. He pensado en ti casi como un familiar y disfrutaba el estar contigo —

—Entonces ¿Te irás con tu familia? — la abracé tan fuerte como pude.

—Lo siento, Aria... —correspondiendo el abrazo— pero tú, con tu gran habilidad y crecimiento con sólo diez años has sido capaz de lograr lo que a un mago adulto se le dificulta. En el futuro no sólo serás una gran bruja, sino que la más poderosa de todas — dijo sonriendo.

Entonces, regresando el gesto recordé aquellas últimas palabras de mi madre, ella quería que fuera la mejor bruja de todas... y no pienso defraudarla.

—Está bien, maestra. Le prometo que lo conseguiré, me aseguraré de que mi nombre sea marcado en este mundo —dije sollozando.

—Sabes, a veces... me recuerdas a mi hijo. Él también quiere ser recordado dejando su marca en la história, aspira a ser el mejor caballero de éste reino y llegar a conocerte. Estoy segura de que se llevarían bien.

—Me gustaría conocerlo y ¿Cómo se llama?

—Me encantaría que un día tal vez puedan ser buenos amigos... su nombre es Art...


--------------------------------------La leyenda de Astria-------------------------------------


LA PRINCESA PLATEADA

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