Capítulo 20
Estaba totalmente perdida y atrapada, Gajeel no se iría de ahí hasta no obtener una respuesta sobre aquella marca.
Se mordió el labio inferior con nerviosismo y miedo, no quería darle una explicación al pelinegro, no aún.
—¿Y bien? ¿Vas a hablar?—El de ojos rojos la miro con una ceja alzada.
Isabell desvió la mirada, no sabía que decirle, no pensaba decirle la verdad y menos mentirle, él se daría cuenta de inmediato si fuera una mentira.
—Isabell..
—No es algo que te incumba—Murmuró ella.
—Me incumbe porque me importas—Dijo él.
Le importo—El corazón de la pelinegra comenzó a latir con fuerza, pero negó con la cabeza de inmediato.
—Diciéndome ese tipo de cosas no hará que te diga la verdad—Gajeel frunció el ceño.
—Solo quiero saber si alguien te hizo daño—Isabell lo miró incrédula—Esa marca en tu cuello no pudiste habértela hecho tu sola y menos Shu.
Buen punto—Pensó ella.
—T-tu no lo entenderías....Ni siquiera yo lo entiendo—Susurró lo último con tristeza.
Se levantó y caminó hasta su tocador dándole la espalda al Dragon Slayer, paso sus dedos por aquella pequeña marca de color rojo que apenas se podía ver y soltó un suspiro.
—¡¿Cómo diablos quieres que te entienda si ni siquiera nos dices que te pasa?!—El pelinegro explotó—Todos estamos muy preocupados por ti, has estado demasiada extraña y triste desde el ataque de aquella mujer. ¿Acaso no nos tienes confianza?
Sintió sus ojos picar pero los cerro con fuerza al igual que sus puños para no llorar. Si el pelinegro continuaba hablando, ella rompería en llanto.
—Gajeel...
—Solo queremos saber qué te pasa, queremos ayudarte, queremos que nos tengas confianza....Yo quiero que confíes en mi—Confesó el de ojos rojos.
Esta vez ya no pudo retener sus lágrimas, se giró y encaro al pelinegro a pesar de que estuviera llorando.
—¿Crees que no me gustaría decirles que me pasa?—Dijo ella—¡Claro que me gustaría!—Confesó—Pero yo no quiero meterlos en esto..¡No quiero que salgan lastimados—Gritó aquello acompañado de un sollozo.
El corazón del pelinegro se encogió, no le gustaba ver a llorar a Isabell y está ya era la segunda vez que veía aquellas lagrimas deslizarse por su rostro. Se acercó a ella y limpio con sus pulgares aquellas lagrimas que caían de sus oscuros ojos mientras le mostraba una triste sonrisa.
—Enana, no te pongas así—Le susurró.
Ella lo miró aún con los ojos llorosos—Es que no quiero que lastimen a mi familia, no quiero perderlos.
Gajeel en ningún momento dejo de verla, sus manos ahora se encontraban en las mejillas de la fémina brindándole pequeñas caricias para tranquilizarla. Poco a poco comenzó a acercarse a ella a tal punto que las respiraciones de ambos se mezclaban, las mejillas de la Dragon Slayer se pintaron de un tierno color rosa debido al acercamiento del de ojos rojos. Cerró lentamente los ojos al sentir como los labios de él rozaban con los de ella, hasta que sucedió lo que ambos anhelaban desde hace mucho tiempo.
Un beso.
Gajeel Redfox se había animado a besar a Isabell Hizamaru.
La pelinegra respondió aquel beso inmediatamente, Gajeel había bajado sus manos de las mejillas de la oji negra hasta su cintura para acercarla más a él, a la vez que ella pasaba sus brazos alrededor del cuello de él.
Era un beso lento e inocente, un beso en el cual él pelinegro le transmitía sus sentimientos, además de darle a entender que se podía sentir segura y confiada con él. Gajeel mordió el labio inferior de ella con cuidado, Isabell abrió la boca dándole paso a la lengua de él para que se encontrara con la de ella e iniciaran un beso un poco más "intenso".
Se separaron lentamente y se miraron a los ojos con un leve sonrojo en sus mejillas.
—Prometo contarte todo cuando esté lista.
—¿Lo juras?—Isabell se mordió el labio inferior y suspiro.
—Lo juro—Dijo ella.
Una pequeña sonrisa se dibujó en los labios del Dragon Slayer, atrajo a la chica hacia él y la estrecho entre sus brazos en un gran abrazo. Isabell correspondió aquel abrazo de manera tímida y recargo su cabeza en el pecho de él. Miró hacia la ventana de su habitación y logró ver unos ojos verdes observándola.
El miedo la invadió y aparto la mirada asustada apretando la chaqueta del chico.
—¿Qué sucede?—Pregunto Gajeel.
—Nada, no pasa nada—Murmuró ella.
Sean felices :v
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