Capítulo 7

Maksym se fue a encontrar con las personas del Sacerdocio. Asistirían el fin de semana a una recaudación de fondos por obligación. Nadie se metía con nadie y también eran millonarios que se mezclaban con otros. No había problema en convivir y había suficientes guardaespaldas para evitar pequeños problemas.

Fabrizio, líder de la mafia italiana, estaba sentado analizando los problemas que tenían sus compañeros. El segundo al mando, Kylian, líder de la mafia irlandesa, Sasha, líder de la mafia rusa, Nikolas, líder de la mafia griega y el que acababa de entrar al bar, era Maksym, el silencioso y rebelde polaco.

—Mak tiene de rehén a una mujer —habló Nikolas, ganándose la atención de todos—. Le di una semana para dejarla en libertad. Estoy seguro de que esa chica es inocente.

—Es mi territorio y yo decido si ella es peligrosa para mi organización, Nikolas —le respondió, al sentarse frente a todos.

—¿Qué te hizo creer que ella es peligrosa? —preguntó Sasha—. ¿Ya ha hecho desastres en la mansión?

—La chica se parece a Emma, la mujer de Alessandro —explicó el griego.

Fabrizio se rió y lo miró.

—¿Qué información tienes sobre la mujer? ¿De dónde es y por qué la tienes encerrada, Maksym? —le preguntó el italiano.

Él hizo una mueca, pero igual habló. Ni siquiera habían pasado tres días de la semana que Nikolas le había dado.

—Se llama Alice y viene de Finlandia. Llegó hace poco en un barco lleno de prostitutas. Defendió a Kassia cuando estuvo en problemas en un bar y yo la considero una espía —todo eso era verdad, solo necesitaba un poco más de información y podría estar tranquilo.

—Dereck era un infiltrado de la policía internacional y ahora trabaja como mediador entre la ley y la Cosa Nostra. ¿Qué te impide que Alice trabaje para ti? —le preguntó nuevamente, Fabrizio.

—Es muy débil. Se golpeó con la pared y creyó que estaba teniendo una contusión cerebral. No sé si sus pensamientos sean de una persona coherente —finalizó el polaco.

—Puede ser una loca, pero no una espía. ¿Por qué no aprovechas de darle una amiga a Kassia? Ella parece un Golden Retriever —intervino Kylian—. Es lo suficientemente sofocante para sacarle información. Utiliza a tu hermana y obtén una honesta confesión.

—¿Por qué comparas a Kassia con un perro?

—Tú pareces un chihuahua. Botando veneno siempre y todo tembloroso —se burló el irlandés—. Creo que podemos invertir en hospitales para animales. El año pasado dimos dinero para niños enfermos y debo decir que el organizador de este año me desagrada. No quiero donar dinero para modelos infantiles.

Maksym negó con la cabeza. Así era Kylian, obsesionado con los perros, pero sacaba los mejores análisis después de hablar de ellos.

—Estuve investigando y no hay trata blanca con el organizador. Tal vez las agencias de modelaje... —Sasha guardó silencio por un momento—. Tenemos cuatro días antes de viajar a Miami. Hablaré con mi gente y si descubro algo que relacione a Europa, nos haremos cargo.

—Puedo hablar con la mafia en Boston, pero si nuestro continente está fuera del alcance no intervenimos. Eso ya es problema de los americanos —advirtió Fabrizio.

Todos estuvieron de acuerdo y revisaron por varias horas lo que estaba relacionado con la recaudación de fondos. Para esos eventos siempre era bueno llevar a una mujer. Ellas tenían el poder de convencimiento y sacaban información con sutileza.

—Sasha debería investigar a Alice —recomendó Nikolas, rompiendo el silencio—. Nadie se escapa del ojo ruso.

—¿Acaso te gustó la rubia? ¿Por qué tienes que averiguar algo que está en mi territorio, Nikolas? Ella es mi problema y no el tuyo —preguntó cabreado.

—Porque la conocí y es inocente. No quiero que la vayas a matar, Maksym. La gente en Finlandia tiene reyes y si ella llega a morir en manos de la mafia, no solo tendremos a una nación detrás de ti. Hace unos años el rey de Finlandia metió la mano por un hombre que se perdió en Tailandia. ¿Qué te garantiza que no hará lo mismo por Alice? —lo cuestionó el griego.

—Nikolas tiene razón, Mak. Nuestras organizaciones no se pueden ver perjudicadas por la intervención de un reino. El ser humano ama a ese tipo de gente. Si esa chica muere y llama la atención del rey, el Sacerdocio estará jodido —habló Fabrizio.

Él sabía lo que implicaba tener a una mujer inocente secuestrada. Nikolas no estaba preocupado por querer joderlo. El griego perdió a su esposa en una balacera cuando intentaron rescatarla. Fue secuestrada, torturada y asesinada siendo inocente.

Por eso el Sacerdocio no se metía con las mujeres ni los niños. Más bien, siempre los salvaban.

—Nikolas me dió una semana para dejarla libre. Se suponía que tenía ese tiempo antes de que ustedes se enteraran —se quejó—. La tengo en la mansión trabajando con Nana. Estoy tramitando sus documentos para que esté legal aquí y pueda trabajar conmigo, pero no estaría ligada a la organización.

Los cuatro mafiosos vieron la actitud tranquila de Maksym, pero sabían a la perfección que no dejaría ir a esa chica.

—¿Estás interesado en esa mujer, Mak? —preguntó Sasha.

—Es frágil y me di cuenta de que tengo complejo de hermano. Supongo que la veo como a Kassia.

—Quiero salir con Alice —el ruso soltó una risita sádica.

—No —respondió tajante y serio.

—Entonces recuerda que los hermanos no se besan en la boca y tampoco se desean —agregó el ruso—. No cruces una línea que tú mismo acabas de trazar. Le mandaré a Luke en unas horas todo lo que consiga de tu gatita, pero si ella muere por culpa de la mafia y el reino de Finlandia interviene, será tu culpa por no dejar a una inocente alejarse de ti.

Maksym se levantó cabreado y decidió que era hora de volver a la mansión.

—Mak, tienes nuestro apoyo siempre y cuando ella no sea un juguete. No tocamos a mujeres inocentes. Si ella significa algo para ti el Sacerdocio te respalda, pero si la mantienes en cautiverio por puro egoísmo, estás solo —le advirtió Fabrizio.

—La veo como a una hermana —lo enfrentó.

—Recuerda entonces lo que dijo Sasha y si es inocente la dejas libre. Tienes una semana para que se vaya.

—Fabrizio...

—Una semana, Maksym —lo interrumpió—. Es el tiempo suficiente para saber qué hacer con ella. Si Alice sigue en la mansión un día más, el Sacerdocio la tomará y la llevará lejos de ti.

—Ella está en mi territorio, Fabrizio.

—Y me importa una mierda. Si es inocente se va de la mafia. ¡Creamos el Sacerdocio por esto y tú no vas a joder las cosas porque tengas un presentimiento que no es! —le gritó—. Una semana y se va de Polonia. No me obligues a llevar a la Cosa Nostra a tu casa —lo amenazó.

—No toques lo que no es tuyo y no me obligues a responder tu jodida amenaza, Fabrizio. Ella se queda en Polonia hasta que yo lo diga —los miró a todos y se marchó.

No era necesario una confrontación con el Sacerdocio, pero ninguno parecía entender que Maksym solo estaba protegiendo a su gente teniendo a su enemigo cerca. Una enemiga que consideraba una hermana para Kassia.

***

Alice estaba terminando de ver videos de como preparar comida polaca, cuando vió entrar al mafioso a la cocina. Él se sorprendió al verla, pero le dió igual. Ella era demasiado pura para ser mala, pero podría hacer lo que le recomendó Kylian. Kassia se podría hacer amiga de Alice y sacarle toda la información.

—¿Estás bien? —le preguntó la rubia. Él se había detenido a verla y ya se estaba sintiendo incómoda—. Tienes mala cara.

—Kassia... Ella será tu amiga. Puedes salir y divertirte con mi hermana. No te acercarás a mí y tampoco la meterás en problemas —le informó.

—¿Y mi trabajo aquí? No puedo salir porque no tengo papeles...

—Alice, solo obedece y ya.

Ella parpadeó ante la expresión fría de Maksym. Alice no podía descifrar que estaba mal. Su voz y su rostro eran nulos para ella.

—Está bien.

—Y en cuanto al Sacerdocio...

—¿Eres sacerdote? Wow...

—Alice, soy mafioso. Un asesino muy peligroso y pertenezco al Sacerdocio. Una organización criminal que controla a toda Europa —se acercó a ella—. ¿Entiendes ahora?

—Finlandia...

—Toda Europa, Alice.

Entonces su padre y el hombre que sería su esposo tenían conexión con ellos. Eran hombres poderosos y hacían cosas malas.

—¿Conociste al rey de Finlandia? —le preguntó.

—No, pero es probable que pronto nos conozcamos —ella frunció el ceño—. No tienes que entenderlo todo, Alice.

Se miraron por un momento y ella le dió una sonrisa cálida. Maksym suspiró y recordó las palabras de Sasha.

—Te mantendrás con Kassia...

Dicho eso, se fue y la dejó confundida. Alice hizo memoria y recordó como su padre quiso sacarla del medio con un hombre que pertenecía a algo criminal.

—¿Cómo se llamaba ese tipo? —murmuró, recordando al hombre que fue contratado para matarla—. Kyle... Konstantin... Ah, Kylian. Ese hombre era un aprendiz a matón cuando yo era adolescente. Espero jamás volverlo a ver.

Ella se giró y siguió viendo vídeos de comida en la televisión.

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