Como era lunes en la mañana se suponía que Shiori estaba en clase de biología, pero en lugar de eso se encontraba muy meditabunda:

-Aquella noche me sentí rara...

***Flash back***

-¿Porque...porque me siento tan nerviosa? No puedo dormir parece como si mis mejillas estuvieran ardiendo pero ¿Porque?... ¿Porque? ¿No será que?... ¿será que acaso me... me gusta Hyoga?... ¡NO!­ -negó con la cabeza fuertemente- ­eso no puede ser... ¿O si?­- dijo suave para si misma. Fue hacia la ventana y miro fijamente con ojos llenos de tristeza el firmamento estrellado-­ mami ¿Acaso es verdad?­- al terminar de formular la pregunta, una estrella fugaz surco el cielo­ -entiendo­- agrego en un suspiro

***Fin flash back***

–No eso no puede ser-­ dijo muy suave para que nadie oyera, luego de bajar la cabeza.

-Muchas especies de aves eligen sus parejas porque su canto es parecido al de su padre y si lo piensan a veces a las chicas les gusta un chico porque tiene rasgos parecidos a su padre, no físico sino mentalmente.­ -decía en voz alta un hombre de unos 35 años de edad que se encontraba delante de la clase caminando de un lado hacia el otro.

-Parecidos a su padre... Hyoga se párese a Camus en su forma de actuar. Será que me empieza a gustar por eso...­-negó con la cabeza­- ¡No! Hyoga siempre fue muy dulce y bueno conmigo Camus no, Camus es más frío... aunque mi mamá solía decir que era muy tierno­ -un suspiro escapo de sus labios­ -no debería pensar en esto es una tontería pero...

-Shiori –Ami pasó su mano frente a ella.

-Shiori despierta­ -Alison chasqueo los dedos.

­-... ¡Ah! ¿Que?­ parpadeo un par de veces, regresando a la realidad.

-Tierra a Shiori, hola el timbre sonó hace rato.­- esta vez fue Emily la que hablo

-¿En serio?- Lo siento estaba distraída.

­- ¿De veras? No nos dimos cuenta­ -dijo sarcástica Jade.

-¿En que pensabas?­ -cuestiono claramente interesado Áyax.

-Nada importante. No se preocupen. ¿Vamos?

-Si­ -dijeron todos los presentes al unisonó.

Shiori camino despacio a un lado de sus amigos, aun algo absorta en sus pensamientos. Al llegar a la puerta, se encontró con que alguien la esperaba:

-Na ¿Que haces aquí?

-Salí antes y vine a buscarte. Desde la otra noche, cuando hablamos por teléfono para ver si llegaste bien te note algo distante y como ayer no te pude ir a ver.-­ la menor se abalanzo sobre ella abrazándola fuertemente.

-Gracias. Necesito hablar con alguien.

-No hay problema. Vamos a la playa y conversamos.

-Si.

Ya en el lugar mencionado, las dos amigas se sentaron de frente al horizonte muy cerca de la orilla.

-¿Y bien? Que te anda pasando. Has estado algo rara y las chicas me dijeron que estuviste muy distraída hoy.

-Lo que pasa es que estuve pensado mucho y creo que...-respiro hondo- que -en un impulso volvió a abrazar a la otra y comenzó a llorar- creo que me gusta Hyoga.- Nahir la miro tiernamente y correspondió el gesto.

-¿Y porque lloras si es algo muy lindo lo que sientes?- le dijo con voz suave mientras le acaricia el pelo a la menor.

-Porque tenia que pasarme con alguien tan parecido... con un caballero y cercano a Camus. No quiero que me pase lo mismo que a mi mamá- su llanto era mayor cada vez.

-Hay amiga tranquilízate no dejaremos que eso te pase. Además ya era hora de que te dieras cuenta.

-¿A que te refieres?- la miro confundida-¿Acaso tu sabias?

-Pues claro vida desde hace mucho que te brillan los ojos al hablar de él y al verlo ni te cuento y...creo que a él también-sonrío al decir esto ultimo.

-¿En serio?- pregunto esperanzada buscando los ojos de la otra a lo que Na asintió- pero yo no... no quiero enamorarme de un caballero-emitió entrecortado aun con rastros de llanto en ella.

-Shiori eso no se elige sino mírame a mí.

-Pero es distinto ustedes pelean porque se quieren y no están juntos por no decirse nada. En cambio... Na he visto mucha de la gente que amo morir primero mis abuelos después mi madre no quiero encariñarme para que de un día para el otro una guerra los arrebate de mi lado. Son caballeros y eso tarde o temprano pasara y no quiero estar ahí cuando ocurra... ¡No quiero!-las lágrimas volvieron a rodar rápidamente por sus mejillas.

-Shiori cálmate-dijo luego de emitir un suspiro-eso no va a pasar-decía al tiempo que le secaba las lagrimas.

-¿Como sabes?

-Es lo que creo. Ahora todo esta muy tranquilo. Dudo que ocurra alguna batalla.

-También estaba tranquilo cuando Camus se fue.

-Si pero esto es distinto ya que dudo mucho que Camus y Milo dejen que él se aleje de ti, si primero dejan que estén juntos-sonrío.

Shiori no contesto permaneció en completo silencio mientras analizaba lo que su hermana le había dicho. Esta se acerco y la abrazo para que se sintiera mejor.

-¿Y Daniel?-se atrevió a preguntar Na después de unos momentos a lo que Shiori suspiro pesadamente.

-Él me gustaba antes o al menos eso creía pero después de que volvió solo lo veo como un amigo.

-Ojala él pensara lo mismo.

-¿Porque lo preguntas?

-Solo quería asegurarme. Es que como Áyax siempre trata de alejarlo de ti pensé que tal vez lo hacia para asegurarse de que él no te creara falsas ilusiones.-la menor sonrío dulcemente.

-No, yo solo veo a Dan como un buen amigo, Áyax solo lo hace para molestarlo. Además... ¿Porque me crearía esperanzas Daniel?-su interlocutora dio un suspiro algo pesado bajando la cabeza.

-Olvídalo, ni haciéndole un dibujo va a entender que Daniel la quiere mucho más que como amiga pero es mejor que no se lo diga, si Shiori se da cuenta de eso la hará sentir mal y no quiero que eso pase.

-... ¿De verdad crees que le guste?, no me he portado muy bien frente a él.- emitió en un tono casi inaudible.

-Estoy casi segura fíjate en su mirada... cambia cuando se dirige a ti. Se ablanda... no se como explicarlo...pero solo hay una forma de confirmarlo.

-Preguntarle-termino la menor entendiendo perfectamente a que se refería.

La charla no se extendió mucho más y ambas concordaron en regresar a sus respectivas casas.

Ya en el templo de acuario, Shiori entro más tranquila después de la extensa charla que tuvo con su hermana y de hecho sus pensamientos estaban enfocados en otra cosa.

-Hola Shiori-dijo al atravesar la sala y cruzarse con la chica el caballero de Cygnus.

-Hola Hyoga-respondió tranquila tratando de que las cosas que hablo con Na no se le vinieran a la mente.

-¿Te ocurre algo? tienes los ojos algo rojos.

-No, estoy bien no te preocupes sonrío algo sonrojada y comenzó a caminar en dirección a su cuarto, pero se detuvo antes de abandonar la habitación-Hyoga.-lo llamo con voz calma.

-¿ Si?-pregunto volteándose para verla.

-... No nada olvídalo, no puedo decirle así como así... Fíjate en su mirada cambia cuando se dirige a ti-recordó una de las frases de su hermana.

- ¿Segura estas bien? Te noto rara.

-Si, no es nada solo estoy algo más distraída que de costumbre. Ya tendré tiempo para ver si de verdad cambia.

-¿Pasa algo más?

-Ah si. ¿Sabes donde esta Camus?

-¿Tu buscando a mi maestro?

-Es que dentro de poco será el cumpleaños de Milo. ¿No?.

-Si, es en una semana exactamente. ¿Por?

-Bueno... es que me pareció buena idea hacerle una torta de regalo ya que siempre se preocupo mucho por mí y no quiero ser mal agradecida. Así que quería preguntarle a Camus que le podía gustar a Milo.-admitió algo apenada, por lo que Hyoga le sonrió.

-Fue a ver a Athena, viene en un momento.

***

Los días pasaron muy rápidamente y al llegar el cumpleaños de Milo, Camus se las arreglo para que nadie supiera de la torta ya que la idea de Shiori le había caído muy bien.

En el tiempo que Shiori llevaba en el santuario ya habían pasado dos festejos de cumpleaños.

Ella había asistido a ambos pero solo por un corto tiempo y luego se disculpaba diciendo que tenia clases por la mañana pero no podría esta vez: punto uno y principal: Milo no iba a dejarla y punto dos: caía sábado así que no tendría escusa.

Después de varias horas de comenzada, la fiesta estaba muy animada: buena música, comida, bebida y mucha gente divirtiéndose. El templo de Escorpio estaba repleto: todos los dorados, los caballeros de bronce algún que otro caballero de plata, Athena, Shion y Shiori se encontraban ahí disfrutando del evento que se llevaba a cabo en honor del caballero de escorpión.

En un momento avanzado dela noche, Shiori salió debido al calor que sentía de tanto tiempo de estar encerrada y bailando ya que Milo prácticamente no la dejo sentarse ni bailar con ninguno de los otros caballeros excusándose en que como era su cumpleaños podía elegir con quien bailaba su sobrina.

No quería admitirlo pero se estaba divirtiendo mucho y hacia bastante que eso no ocurría.

Observo el paisaje de las casas anteriores por un momento para luego cerrar los ojos y respirar profundo la fresca brisa que surcaba en ese momento el cielo provocando que las hebras de su cabello, como siempre atadas en una cola, bailaran ligeramente.

- A Milo no le caería mal una novia, pero por las bromas que he escuchado esta noche es un tanto mujeriego.-Sonrío para si misma sin abrir los ojos.

- ¿Ya te cansaste?-escucho una voz a sus espaldas que la saco de sus pensamientos y a la cual identifico como la voz de Hyoga.

-No solo necesitaba aire.-sonrío al girarse y el se acerco un poco más a ella.

-Todos los meses es así cuando se festejan los cumpleaños, solo que tú no has estado.

-Si cambia, Hyoga.-lo llamo dulcemente.

- ¿Si?

- ¿Puedo hacerte una pregunta?

-Dime.

- ¿Te agrado?-el rubio le sonrió.

-Claro eres una gran persona solo un poco impulsiva.-ella imito el gesto del caballero.

-No, me refiero a que si yo-bajo la vista y comenzó a jugar con sus dedos-...¿Yo te gusto?

-¿Po... porque me preguntas eso?-formulo algo nervioso al darse cuenta a que tipo de cariño se refería por el tono de voz y el rubor que de repente tenia la chica. Ella lo mira fija pero dulcemente.

-Porque no me miras como Chris lo hace, más bien me miras como él mira a Na.

- ¿Y que con eso? ¿No son amigos?-pregunto suave.

-Si, entre los tres pero ellos se quieren de otra forma solo que no dicen nada por miedo a arruinar una amistad de tantos años.

-Sabes mucho.

-Pues claro, son mis hermanos. Pero no me has contestado.

-Es que... yo...-sus mejillas se iban tiñendo de un color carmesí- ¿Para que quieres saber eso?

-Porque... tu a mi...-tuvo que bajar la vista y el color de la piel de sus mejillas iba en aumento.

- ¿Shiori?-­Camus la llamo ya casi en el umbral quedaba al patio

-Aquí estoy- levanto la vista enfocando la puerta al tiempo que su color iba disminuyendo.

-Ya van a traer la torta-dijo al estar ya frente a ambos chicos

-Si.-dijo enfilando para volver a entrar al templo.

- ¿Que si me gusta Shiori?... ella es muy bonita pero es más chica que yo y además es la hija de mi maestro, el cariño que siento por ella es solo por eso...no me ves como Chris lo hace...o ¿Es que siento algo más por ella?...

- ¿Hyoga?

-Enseguida entro maestro.-agrego una vez que dejo a un lado sus pensamientos.

Adentro, habían vendado y sentado en la cabecera de la mesa al cumpleañero para que recibiera su torta. Shiori trajo el pastel con una sonrisa y lo dejo frente a el para luego quitarle la venda al encender las velas.

Los presentes comenzaron a cantar el "feliz cumpleaños" más que nada para molestar a Milo, quien enfoco su vista en la casi total obscuridad en el pastel. Este tenia la forma de un escorpión rojo y en todo su largo y ancho se encontraban las velas encendidas.

-Pide tres deseos Milo-dijo Shiori con voz dulce y una sonrisa cerca del oído de este cuando terminaron de cantar.

Milo sonrío abiertamente y después de pensarlo unos momentos apago las velas dejando todo en total obscuridad.
Hubo un aplauso también a modo de chiste y luego se volvieron a encender las luces y todas las miradas se centraron en la peculiar torta.

-Muchas felicidades Milo.-le sonrío la chica.

-Gracias Shiori.

-Felicidades amigo.-esta vez fue Camus quien lo saludo.

-Gracias y gracias por el pastel si que te esforzaste en buscarlo.

-De hecho no.

- ¿Como que no?-pregunto extrañado.

-Esa torta es el regalo de Shiori.

-¡¿Que?!­volteo a ver a la nombrada muy sorprendido a lo que la chica asintió con una sonrisa.

-Espero te guste.

-No debiste hacerlo.

-No me costaba nada, además lo hice con gusto.

-Bueno ahora solo falta que me llames tío y mi felicidad es absoluta.

Shiori no contesto solo negó con la cabeza al tiempo que se reía y las personas que iban a felicitar a Milo la salvaban de tener que contestar a eso.

Después de varias horas, cada quien se retiro a sus aposentos a descansar, o al menos la gran mayoría de los habitantes del santuario así lo hacia a excepción de cierto joven rubio que seguía dándole vueltas a un asunto muy peculiar en su cabeza.

Hyoga no podía dormir, se hallaba recostado en su cama pero el sueño no atinaba a aparecer, lo que Shiori le pregunto le seguía resonando en la mente.

-No puede ser... Shiori es un joven muy linda pero...-se giro quedando boca arriba y miro fijo el techo. Cerró los ojos suspirando con pesadez y comenzó a recordar gestos e imágenes de la chica: cuando la vio llorando y le dolió tanto que tenia que hacer algo para no verla así. La forma en que lo abrazo y las múltiples sonrisas plagadas de dulzura que ella le regalaba. Sintió como su corazón se aceleraba-no...no puedo-dio un suspiro y dando media vuelta se levanto de la cama en busca de algo que lo calmara.

Salió al patio trasero del templo a respirar aire fresco esperando que eso le ayudara a entender que le pasaba en realidad no podía creer que una simple pregunta lo hubiese descolocado tanto al punto de no dejarlo dormir por eso y llevarse toda la frialdad que debía tener al tacho.

Desvío la vista y noto quela ventana de Shiori estaba abierta.

Sin darse cuenta termino en el marco de esta, observando su interior.
Ahí Shiori reposaba tranquilamente de lado con un pequeño peluche entre sus brazos, bañada tenuemente por la luz de la luna que aun se podía ver en el firmamento, su boca apenas entreabierta y sus cabellos regados en la almohada.

El rubio sonrío sin darse cuenta y recordó la primera imagen que tuvo de ella.

-En verdad parece un ángel­-su corazón latía cada vez más rápido-esto no puede ser...me...me enamore de Shiori-admitió en su mente solo para si mismo-...pero no...no puedo, es menor que yo y además la hija de mi maestro. No debo verla de esta forma...pero... ¿Podré verla de otra?