Pleitos parte II: Una pelea y un acercamiento

En aquel salón ya todos se estaban retirando cuando el profesor llamo la atención de alguien en particular.

-Shiori puedes esperar un momento.­ -la llamo seriamente Alexander.

-Seguro. Vayan ahora los alcanzo­ emitió tranquila hacia sus hermanos.- Cuando ya todos se habían retirado, el mayor tomo la palabra:

-Oye Shiori ¿Ya decidiste que vas a hacer?

-Aun no estoy segura, pero es muy probable que vaya a Creta. ¿Por?

-Me ofrecieron un trabajo allá. Si tu vas, nos vamos juntos así no estarás sola.

-Pero­ lo miro sorprendida­ Alex porque te irías de aquí no hay mejor escuela que esta.

-Tengo ganas de cambiar y ninguno estaría solo.

-No esta bien que hagas esto. En Creta esta la familia de Na no es necesario que te vayas solo por mí.

-Shhh-­ tapo su boca con un dedo­ no digas nada. Me contestas cuando este decidido. Shiori asintió y se quedo en completo silencio en lo que Alex le sonreía tiernamente.

Del otro lado de la pared, el panorama era desolador: Camus había escuchado todo y no lo podía creer.

-Shiori se va.-­ dijo en un tono bajo para si mismo.

El caballero quedo en aquella posición por unos instantes sin terminar de asimilar lo que había escuchado.

-Se la va a llevar.-­ emitió en el mismo tono.

Luego de unos segundos, al oír como la otra puerta se habría, comienzo a caminar lentamente hacia la salida del establecimiento. Cuando llego, Shiori ya estaba allí con el grupo esperándolo.

Sus ojos se fijaron en los de ella a lo que respondió algo extrañada a aquel contacto entre triste, enojado y sorprendido.

-¿Querías hablar conmigo?-­ cuestiono con voz suave cuando estuvo lo bastante cerca, pero este no contesto­-... ¿Camus?-­ lo volvió a llamar.

-¿Te vas?­ -pregunto serio y frío.

-¿Que?­ -pregunto ingenua al no entender a que se refería.

-Que si ¿Te vas a ir con Alexander?

-¿Nos escuchaste?­ -se oyó claramente sorprendida.

-¿Si o no?­- levanto levemente el tono de voz provocando un respingo en la menor.

-Bueno... yo...­-articulo titubeante.

-Responde te vas a Creta ¿Si o no?­ -casi le grito perdiendo los estribos por lo que ella se enojo.

-¿Que?... ¿Porque?­ -le cuestiono muy sorprendido Milo adelantándose a lo que iba a decir Shiori.

-¡Aun no estoy segura!­ -le dijo muy enfadada­ -pero si me voy no le veo nada de raro ni porque decirte. Según recuerdo desde el primer día te dije iba a irme.

-Pero Shiori, ¿Porque?­ -replico el de escorpio.

-Para estudiar.­ -su tono seguía siendo de enojo.

-Pero si estas en la mejor escuela de artes.­ -emitió Milo con mucha sorpresa al no entender lo que la chica quería.

-¡Porque no quiero ser cantante, ni bailar, ni nada por el estilo pero veo que les importa muy poco lo que yo quiera hacer!­ -dio un bufido de fastidio y dándole la espalda a los dorados comenzó a caminar rápidamente.

-¡Shiori! –Chris la llamo pero ella no hizo caso

-¡Shiori espera!­ -ambos chicos salieron tras ella.

-¿Si no es para eso que quiere hacer?

-No lo se­- contesto el acuariano afligido por su pelea.

Shiori siguió avanzando un largo tramo, después de que sus hermanos la alcanzaron, en completo silencio hasta estar bastante lejos de los mayores.
Chris le puso una mano en el hombro para que se detuviera y volteara.

-Shiori no te pongas así.

-Vino a acusarme y de muy mal genio-­ se cruzo de brazos e hizo un puchero con los ojos algo vidriosos.

-Shiori cálmate de seguro entendió mal.

-Pero ni me dejo explicarle.-­ le replico a su hermana. Mientras su voz se iba tornando mas afligida.

-Si en eso tienes razón.- concordó Chris.

Shiori miro seriamente a sus interlocutores a la vez.

-¿Puedo pedirles algo?

-Seguro.

-Sabes que si.

-Quiero que me prometan que no le dirán a nadie porque me iría a Creta ni nada de lo que hablamos la otra vez en tu casa­ -emitió muy seria fijando su vista en Chris.

-Descuida no diré nada.

-Si es lo que quieres esta bien. Tú sabes lo que haces. Lo siento Camus pero no podré ayudarte.

-Quiero que me pregunte de frente si de verdad le interesa lo que quiero hacer.

-De acuerdo pero ya cálmate, no te hace nada bien ponerte así.

-Cierto lo que necesitas ahora es descargarte.­ -secundo la chica mayor.

-Descargarme­ miro al piso y después de pensarlo un poco reacciono­ -si tienen razón y ya se donde­ -sonrío y salió corriendo

-¡Espera!­ -gritaron los dos a la vez para luego salir tras ella otra vez.

Después de una buena corrida, los tres jóvenes llegaron a la antigua casa de Shiori. Allí, ella busco algunos arcos y flechas en un cobertizo que tenían en el jardín.
En seguida de eso se dirigieron a una plaza desierta donde Shiori sabia practicar arquería para descargarse desde hace algún tiempo.
Ahí se acomodaron y permanecieron un buen tiempo practicando.

-A que no puedes.­ -la reto Chris.

-Claro que si. Mi mamá me enseño como.

-No lo harás.­ -esta vez fue Na quien hablo.

-¿Quieren apostar?­- pregunto sumamente confiada.

-¿50?­-pregunto el chico.

-¿Cada uno?­ -los otros asintieron­- Hecho-­ lanzo una flecha que fue a dar en el blanco a una gran distancia-­ ¡Gane!

-Increíble si apenas se ve el blanco-­ dijo asombrada por lo que acababa de ver.

-Páguenme.

-Esta bien.

Se quedaron en aquel lugar hasta muy tarde y armaron una fogata alrededor de la cual se pusieron a conversar. Mientras, cerca de ahí cierto caballero de cabellos rubios y ojos azules pasaba por casualidad cuando escucho

Unas risas de las cuales una en particular se le hizo familiar.

-Esa parece la voz de Shiori. Que extraño no creo que mi maestro la dejara estar tan tarde por aquí. Mejor voy a ver.

Se acerco al centro de la plaza y allí vio la escena antes descripta solo que ahora Shiori se encontraba cantando alegremente. Al terminar, ella desvió la mirada y pregunta muy segura.

-¿Hyoga? ¿Eres tú?

-¿Hyoga? ¿Que estaría haciendo aquí?-­ pregunto extrañado Chris.

-Solo pasaba-­ se asomo levemente para que los otros tres pudieran verlo-­ pero ya me voy.

-Con que el es el famoso Hyoga mmm...-­pensaba la chica de cabellos castaños

-Puedes quedarte si quieres. ¿Verdad chicas?

-Si quédate, ¿Cierto Shiori?-­ le pregunto al ver como el caballero había fijado la mirada en la chica.

-Ah... si por mi no hay problema, ¿Y a estos que les pasa?

Así Hyoga se integro a la ronda y después de un tiempo conversando y riendo de cosas sin importancia llego el momento de despedirse:

-Bueno ya es muy tarde mejor nos vamos.­ -dijo el chico de ojos verdes

-Si cierto. Se paso muy rápido.- concordó la menor

-Creo que no debemos acompañarte esta vez.­ -le sonrió su hermana. Shiori se sonrojo por lo que bajo la vista de inmediato

-No se preocupen yo la cuido.­- Dijo de inmediato el rubio.

-Más te vale, sino ni ser caballero te salvara mañana.­ -emitió en tono muy serio y amenazante Chris. Hyoga sonrío algo nervioso ante aquel comentario.

-Eh... chicos sigo aquí.

-Perdón. Nos vemos mañana.

-Hasta mañana.

-Hasta mañana que descansen.-saludo Shiori; luego les dio un beso en la mejilla a cada uno y después de que Hyoga se despidiera se fueron.

-Que lindos se ven juntos ¿No crees?­- dijo Na por lo bajo y sonriendo cuando los otros ya se habían alejado.

-Lo que tú digas-­ emitió en tono neutro.

-¿En verdad no te importa?

-Mientras la cuide y Shiori este feliz esta bien por mi.- La chica sonrió como respuesta.

-Eso seguro si llega a hacerle algo no solo tú lo vas a linchar.­- agrego en tono muy serio.

En tanto, Shiori e Hyoga caminaron en silencio por un tiempo hasta llegar cerca del santuario.

-Oye Shiori.

-¿Si?

-¿Puedo preguntarte algo?

-Si dime.

-Que hacían en la plaza tan tarde porque dudo que mi maestro te diera permiso.

-La verdad es que discutí con él esta tarde y necesitaba descargarme.

-¿Descargarte en una plaza desierta?

-Si estábamos practicando arquería.

-¿Sabes arquería?­ -cuestiono incrédulo

-Si, mi mamá me enseño hace tiempo.

-También cantas.

-Se hacer muchas cosas­ -su interlocutor la miro extrañado por lo que continuo explicando­ -de niña era muy hiperactiva y para mantenerme ocupada mis abuelos y mi mamá me hacían ensayar con ellos.

-¿Ensayar que?

-Mi abuelo era pianista y mi abuela bailarina, cuando mamá trabaja cuidaban de mí y como ensayaban en casa también me enseñaban. En cuanto a mi mama ella siempre me canto y la arquería me lo enseño porque yo se lo pedí.

-Es una petición peculiar.

-No tanto, es que conoció a Camus un día mientras practicaba y como yo conocía esa historia quise aprender.

-Ah... ¿Y porque pelearon?

-¿Me prometes que no le dirás nada de lo que te cuente ni a Camus ni a Milo?

-Seguro-­ contesto extrañado. La chica suspiro pesadamente y comenzó a relatar lo que paso según su punto de vista.

-Camus fue a buscarme al instituto. Ahí escucho una conversación que tuve con Alex, un profesor que es como mi tío, en donde me ofrecía irme a Creta a estudiar con él. Se ve que Camus estaba afuera y entendió mal y no me dejo explicarle. Me grito, me enoje y me fui.

-¿Y por que te irías a Creta a estudiar?­

-No es seguro que me vaya es una opción por si no entro en la universidad de Atenas.

-Espera. ¿Que es lo que quieres ser? porque no estoy entendiendo.-­ ella lo miro de reojo pero dulcemente.

-Quiero ser neonatóloga.

-¿Neonatóloga?... ¿Y estas en una escuela de artes? Además de que, por lo que escuche hace rato, cantas muy bien­ admitió algo sonrojado. -Shiori le sonrió en forma de agradecimiento.

-Es que... a decir verdad...los escenarios me siguen asustando.­ -estaba con la mirada baja y jugaba con sus dedos­ -me gusta mucho cantar y soy muy feliz haciéndolo pero prefiero que me escuchen solo las personas allegadas a mi. Me da mucha pena el solo pensar tener muchísima gente enfrente mío que me esta escuchando.-­ admitió con todos los colores en la cara, en lo que Hyoga sonreía ante tal tierna reacción.

-¿Por que dijiste sigue?

-Porque el instituto todos los años organiza un festival para reunir fondos en el que todos los estudiantes tienen que participar y... varias veces tuve que cantar.

-¿También este año?-­ ella asintió.

-Principalmente este año porque al ser los mayores tenemos más responsabilidades.

-Ah ya veo­- emitió pensativo­-... entonces volviendo al tema peleaste con mi maestro por lo del viaje.

-Fue culpa suya, debió escucharme­ hizo una especie de puchero­ además no me gusta que me griten

-Sabes que creo.

-¿Que?

-Que tienes razón.

-¿En serio?­- su voz sonó claramente esperanzada.

-Si, debió preguntarte al menos.

-Gracias.-­ le dijo con una dulce sonrisa.

-¿Por?

-Por escucharme­- le volvió a sonreir- al fin alguien que me oye aquí­ -dicho esto comenzó a correr rumbo a Aries­- vamos Hyoga a que no me alcanzas.

-Shiori espera-­ dijo para luego salir tras ella.

Shiori le saco un poco de ventaja a Hyoga por lo que en un momento miro hacia atrás y se resbalo. Cuando estaba por caer Hyoga la atrapo quedando el rostro de ella sobre el pecho de él.

-¿Co... como lo hiciste? ­ -Lo miro algo sonrojada y sorprendida

-Hay cosas de los caballeros que aun no sabes.-­ sonrió­ -¿Estas bien?

-Creo que me doble el tobillo.-­ dijo mas sonrojada al estar tan cerca de Cygnus.

-¿Puedes caminar?

-No se.

-A ver-­ Hyoga la bajo con cuidado, paso el brazo por su cuello y la ayudo a dar un paso.

-¡Ah!­- se quejo con expresión de dolor para después sobar su tobillo­ -me duele.­ -dijo al borde de las lagrimas.

-Mejor no lo muevas.

-¿Y como voy a subir?

-Mmm... ya se ­- bajo su brazo hasta la espalda de la chica y paso su otro brazo por debajo de las rodillas de Shiori alzándola, lo que provoco que ella volviera a sonrojarse.

-¿Que... que haces?

-Te llevo al templo. No puedes caminar así.-­ emitió al tiempo que un leve rojo, imperceptible por la oscuridad del lugar, aparecía en su rostro.

-Podrían vernos y se vería mal.

-Tomaremos el camino de atrás además todos deben estar dormidos ya.

Así Hyoga llevo a Shiori en brazos hasta su cuarto y la deposito en su cama

-Tenias razón hasta Camus duerme-­ emitió después de un largo camino en silencio mientras se sobaba el tobillo.

-Te lo dije. ¿Te sientes mejor?

-Un poco.

-Sigue haciéndote masajes y en un rato se ira.-­se fue hasta la puerta y emitió­-que descanses.

-Hyoga.

-¿Si?

-Gracias.

-¿Por?

-Por todo­ -le regalo una dulce sonrisa

-De nada. Adiós.

-Hasta mañana­- volvió a sonreír y lo vio partir algo roja con el corazón latiéndole a mil.

Cerró los ojos pero al darse cuenta lo alterado que se encontraba su corazón los volvió a abrir de inmediato.

-¿Pero que es esto?­ -coloco una mano en su pecho­ -¿Porque mi corazón late tan fuerte?... ¿Es... por Hyoga? ...Tu padre hacia que mi corazón latiera a mil, me ponía contenta sin importar lo triste que estuviera, su sola presencia me hacia sentir mejor­- la voz de su madre resonó en su mente­- ¿Será?... ¿Será que comienza a gustarme Hyoga?­ -sacudió fuerte la cabeza­- pero que tonterías estoy pensando. Eso no puede ser. Mejor me duermo.­- tomo su peluche y giro cerrando nuevamente los ojos intentando conciliar el sueño nuevamente.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top