Cisnes de cristal.
Lunes 6:00 AM. Los rayos del sol comenzaban a asomarse lentamente en el cielo. La calma reinaba en todo el santuario de Athena.
De la nada una estrepitosa canción interrumpió la tranquilidad en uno de los cuartos del onceavo templo, la cual sonó fuertemente durante varios minutos.
Finalmente la melodía fue interrumpida por la ocupante del cuarto, quien sin siquiera abrir los ojos, estiro el brazo y apago la alarma del celular sin más. Cinco minutos después el aparato emitió un sonido diferente obligándola a atender.
-¿Hola? -dijo con voz dormida sin abrir los ojos.
-Buenos días. -se oyó una voz masculina al otro lado.
-Buenos días Chris.- se acomodo mejor y se froto un poco el ojo izquierdo.
-¿Te desperté?
-La verdad si, puse el despertador antes pero lo apague. -bostezo suavemente .
-Lo supuse. ¿Hay algo que pueda hacer por ti?
-La verdad sí.
-Te escucho.
-¿Me traes el desayuno a la cama?
-Aja, claro en una hora estoy ahí ¿Quieres café con facturas o con tostadas? -pregunto sarcástico.
-Con panqueques-Ambos rieron ante tal conversación.
-Ya enserio ¿Vas a levantarte?- pregunto el chico recuperando la seriedad.
-Si estoy en eso.
-Entonces te espero abajo en un rato. Como prometí. Nos vemos.
-Nos vemos. Te quiero.
-También yo. Au revoir
-Adiós
Shiori dejo el móvil sobre la mesa de noche en la que estaba anteriormente y desvío la mirada hacia el escritorio que se encontraba al lado de una de las ventanas. Más precisamente, visualizo los dos retratos que estaban a cada lado de las rosas que Afrodita le había regalado.
-Buenos días. -emitió en voz suave sin despegar la vista de las fotos mientras sonreía.
En una de ellas una pareja se abrazaba mientras sonreía. La mujer era muy bonita de ojos celestes oscuros y el cabello algo corto azul mientras el hombre también guapo y alto de a ojos violetas y cabello verde mar pero no como el de Shiori sino que más oscuro. Eran sus abuelos cuando eran jóvenes.
En la otra fotografía, Sofía sonreía dulcemente sentada en la playa con el mar de fondo y su largo cabello azul al aire.
6:30 AM aun faltaba una hora para entrar al colegio pero aun así, Shiori ya estaba casi lista para salir. Se miro al espejo para asegurarse de que todo estuviera en su lugar. Solo le faltaba el cabello. Volvió a levantárselo en una cola sosteniéndolo con un lazo azul cerrándolo en un moño
-Listo.- suspiro.
-Luego, se dirigió directo a la cocina.
-Buenos días -saludo a ambos caballeros que ya estaban sentados y la observaban curiosos.
-Buenos días Shiori. -la saludo el rubio.
-Buen día. -le devolvió el saludo el mayor.
Shiori desayuno un café con leche con tostadas y miel.
Camus igual solo que tomo café e Hyoga se divertía mientras tomaba su café, viendo como coincidían en varios gestos sus dos acompañantes.
Como a los 15 minutos de haberse sentado y 2 más de haber terminado, se volvió a estuchar sonido en el cuarto.
-Bueno me voy. -se levanto.
-¿Así vas a salir?- pregunto el mayor viendo la vestimenta de la chica; esta consistía en una blusa blanca con detalles azules en el cuello y una pollera por encima de la rodilla de color azul.
-¿Y cómo quieres que valla al colegio?
-Espera ¿Como que colegio?
-Es lunes. ¿Que esperabas que hiciera levantada a estas horas? Además las vacaciones terminaron y quisiera tener parte de mi vida normal.
-Pudiste haberme dicho.
-No me preguntaste.
-Enseguida te llevo.
-No gracias, Chris va a llevarme ya que ahora me queda más lejos. Nos vemos en la tarde.-Y diciendo esto atravesó el umbral, tomo su mochila y comenzó su largo camino hacia la entrada del santuario.
***
En la entrada de un gran edifico pintado de un color amarillo muy pálido, entre toda la gente que entraba y permanecía en la puerta. Dos jóvenes, un chico sentado en una moto y una chica parada frente a él, se despedían:
-¿Segura que quieres quedarte?
-Si, me hará bien algo de normalidad
Chris sonrío.
-Si quieres podemos vernos cuando salga del trabajo.
-Si. Paso por ahí cuando salga y de paso saludo a tus padres que hace mucho no los veo.
-Me parece bien además mi papá ya ha preguntado mucho por ti, no sé si te va a dejar salir.
-Jajaja. Ok nos vemos después se inclino un poco y le dio un beso en la mejilla.
-Hasta luego. Suerte.
Chris puso en marcha la moto y salió de la entrada del establecimiento en lo que Shiori lo saludo con un gesto de mano para después observarlo por unos instantes y luego comenzar a caminar hacia el interior del edificio. Sus pasos la llevaron a un extenso pasillo en el que solo había un aula. En la puerta de esta, un grupo de jóvenes conversaba amenamente cuando uno la vio llegar.
-Miren es Shiori- dijo una chica de largos cabellos negros y ojos color café
-¿Que Shiori?- se volteo un rubio de ojos verdes
-Si es verdad.- sonrío otra chica de cabellos rojos y ojos negros
-No creí que viniera.- agrego en tono suave una joven de cabellos verde y ojos azules
-¡Shiori! exclamo por ultimo una chica algo bajita de cabellos castaños claro y ojos mieles.
-Buenos días- saludo simulando una sonrisa la recién llegada.
-Buenos días -saludaron todos al unísono
-¿Como estas? -pregunto la ultima chica que hablo.
-Bien. Gracias Emily.
-No creí que vendrías. -hablo de nuevo la chica de cabello verde.
-¿Porque no? ya terminaron las vacaciones, Ami.
-Si pero...-se interrumpió la chica de ojos café.
-Les agradezco que se preocupen por mi pero creo que lo mejor es que ahora trate de continuar con mi vida lo más común posible.
-Si, supongo que tienes razón. –concordó el único chico en el grupo ¿Sigues viviendo con Chris?
-No, ahora vivo con Ca..., con mi padre. se corrigió antes de terminar.
-¿De verdad? ¿Lo encontraste? -volvió a hablar la chica de cabellos rojos.
-Es lo que mi mamá quería. -dijo encogiéndose de hombros.
La campana sonó, anunciando el inicio de las clases y por suerte para Shiori el fin de la conversación porque la verdad no tenía ganas de conversar al respecto.
-Aun no he terminado- dijo el rubio poniendo una mano en el hombro de Shiori mientras entraban al curso a lo que la chica respondio con una leve sonrisa.
-Pues te tendrás que guardar tu curiosidad Áyax porque no voy a decirte nada.
-¿Y porque no?
-Porque no quiero.
-Malvada.- finalizo en tono divertido.
Las clases pasaron rápido ente risas y bromas, lo cual hizo que Shiori olvidara por un tiempo los últimos días;Pero todo llega a su fin y ella ya había hecho otros planes para ese día.
-Shiori, vamos a ir al centro. ¿Vienes con nosotros?- cuestiono Ami.
-Hoy no. Le dije a Chris que iría por él, pero en la semana si.
-Bien. Como quieras.
-Adiós Shiori.- la despidieron todos juntos.
-Hasta mañana -mencionó acompañando sus palabras con un movimiento de mano. Giro y comenzó a caminar en sentido opuesto al cual se habían retirado sus compañeros.
Camino tranquila por las calles de la ciudad, admirando los paisajes que prácticamente conocía de memoria hasta plantarse frente a un gran edificio pintado de gris plata.
En el interior de este, se veían varias mesas dispuestas en círculo alrededor de una enorme pista de hielo.Al fondo, se encontraba un mostrador: detrás de él varios pares de patines ubicados en pequeños cubículos y a la derecha de este una puerta.
Shiori se acerco a este y llamo suavemente.
-Señor Max, señora Julie. ¿Están aquí?
-Shiori linda tanto tiempo sin verte .-pronuncio una mujer delgada de ojos y cabellos mieles mientras salía de la puerta y se dirigía a abrazar a la menor.
-¿Como esta señora Julie? -correspondió el abrazo.
-Bien mi niña. ¿Y tú? -cambio el gesto por uno más dulce y con algo de pena.
-Como se puede- emitió en tono neutro mientras le tomaba las manos.
-Si Chris me dijo que no tenías muchas ganas de irte de su casa. -Shiori solo sonrío de lado a modo de respuesta.
-¿Shiori?- ahora era un hombre de alrededor de unos 40 años, cabellos y ojos verdes quien salía de la puerta con una caja en los brazos, la cual dejo bajo el mostrados y también abrazo a Shiori.
-Hola señor Max.
-Al fin vienes a visitarnos. Ya te extrañábamos.
-También yo, pero ya sabe.
-¿Viniste a ver a Chris? -pregunto la mujer.
-Si asintiendo con la cabeza quedamos en que vendría a buscarlo.
-Aun le falta para terminar el turno pero si quieres puedes esperarlo en la pista de atrás, estará vacía hoy porque no hay clases así que puedes usarla. -anuncio Max.
-¿Enserio? Gracias.- se dirigió a la puerta.
-Shiori- la llamo dulcemente Julie.
-¿Si?- volteo
-¿No olvidas algo?- pronuncio mientras le enseñaba un par de patines blancos.
-Si, gracias -sonrío y se perdió tras la puerta.
Detrás de aquella puerta de madera había un pequeño borde con varios bancos y de inmediato comenzaba una pista de hielo un poco más chica que la anterior pero totalmente vacía.
Shiori puso música con su celular dejándolo sobre el banco, se calzo los patines y dio algunas vueltas despacio para acostumbrarse al nuevo medio.
Al cabo de pocos minutos aumento la velocidad a través de numerosos saltos de diferentes dificultades.
La actividad provoco en la acuariana una mezcla de sentimientos: liberación, satisfacción, y tranquilidad entre otros.
Como si se quitara un gran peso de encima y ahora pudiera flotar con calma. Respiro hondo y cerró los ojos lentamente para aumentar su percepción, dedicándose a adivinar donde se encontraban los bordes de la pista. El tiempo continuaba con su curso aunque ella no lo notaba, a pesar del largo periodo que había pasado sin patinar con tal grado de dificultad, no sentía cansancio ni nada que le impidiera continuar con su actividad ni tampoco se había caído o siquiera haber perdido el equilibrio.
De pronto sus movimientos se detuvieron bruscamente al escuchar palmadas detrás de ella, por lo que se voltio y diviso de donde prevenía aquel sonido.
-Hacia mucho que no te veía patinar con tal entusiasmo. –pronuncio Chris dejando de aplaudir.
-Digamos que necesitaba descargarme –sonrió de lado.
-¿No sería mejor la arquería entonces?
-Se pero el campo me queda más lejos. Aunque si me quieres llevar acepto.
-Mmm... hoy no, tengo otros planes para nosotros. -Shiori lo miro algo extrañada.
-Bien te espero entonces. Termina tranquilo.
-Ya acabe mi turno, podemos irnos si quieres.
-¿ Tan pronto terminaste?
-Hace más de una hora que estas aquí y como 15 minutos que te estoy observando sin que te des cuenta. -agrego con una dulce sonrisa.
-En...en serio- un leve carmín se noto en su rostro y bajo la vista- ya te había dicho que no me gustaba que me espiaras.
-Dijiste que no te espiara cuando cantabas. -Shiori lo miro con algo de furia
-Es lo mismo no necesitas espiarme para verme.
-No es lo mismo.
-Da igual. Vámonos ¿Si?
Christian asintió y juntos salieron de aquel lugar luego de despedirse de los padres del castaño.
-¿Que hacemos en casa de tus padres? – pregunto Shiori bajando de la moto de Christian.
-Te dije que te tenía una sorpresa bueno en realidad dos pero la otra está en mi depto. Así que iremos por ella después. Anda entremos.
Shiori lo siguió hasta la parte de atrás de la casa sin decir palabra alguna.
-Mmm...Chris observando hacia todos lados
-Y bi...se interrumpió al sentir que algo le hacía cosquillas en las piernas, bajo la vista y sonrío Quimey se agacho y tomo al pequeño animal dejando que este le lamiera la cara -jajaja me haces cosquillas.
-Ah aquí estas pronuncio haciéndole una caricia al animal.
-¿Que hace aquí?
-Mis papas se quedaran con él si no te molesta. Y estará más cómodo que en mi departamento. ¿No crees?
-Genial podré venir a verlo más seguido. Pero ¿porque no me lo dijeron hoy?
-Se les olvido así que les dije yo te avisaría.
-Muchas gracias se acerco sonriendo y le beso la mejilla.
-Por nada hermosa.
Después de eso, ambos se dedicaron a jugar con la pequeña mascota por un tiempo hasta que Chris decido que ya era hora de irse porque de ser por Shiori se quedarían por mucho más.
-Ya Shiori vamos. -la llamo desde la puerta que conectaba el patio con el interior de la casa.
-Si voy. Volveré pronto- le dijo al animalito dejando una beso en su pelaje y depositándolo en el suelo.
-Al fin.
-¿Por qué tan apurado?
-Porque tenemos que pasar por mi casa antes de que te deje en el santuario para darte tu obsequio.
-¿Obsequio?
-Ya lo veras agrego con una sonrisa.
-Ya en el departamento del mayor, Shiori lo esperaba en el comedor mientras observaba el mar desde la ventana.
-¿Nunca te cansas de la vista?
-No. se voltio sonriente ni tu por eso vives aquí.
-Si tienes razón. –le sonrió Toma le tendió una bolsa lila pálido que contenía un envoltorio dentro.
-¿Que es? pregunto comenzando a desenvolver el regalo.
-Abrelo y veras. Pero ten cuidado que lo puedes romper.
Shiori abrió enormemente los ojos por la sorpresa al sacar el objeto de su envoltorio.
-Es hermoso -agrego sonriendo ampliamente.
En sus manos ahora descansaba un llamador de ángeles cristalino con un cisne a cada lado, arriba y abajo también cristalinos y con las alas en color azul claro.
-Lo vi y de inmediato pensé en ti. Sé que los cisnes son tus favoritos.
-Muchas gracias- lo abrazo fuertemente me encanta.
-Que gusto. ¿Vamos?
-¿A donde?
-¿Como que a donde? Al santuario. Tengo que llevarte antes de que se preocupen por ti.
-¿No puedo quedarme un ratito más?
-Cuando tenga la certeza de que no me mataran por eso claro.
-¿A que te refieres?
-A que ayer no me recibieron exactamente con cariño tus familiares.
-Como si les importara.
-Yo creo que sí y mucho.
-¿Podemos dejar este tema para otro día?
-Si claro.
La conversación se dio por terminada y rápidamente emprendieron el viaje hacia el santuario.
Ya en acuario, Shiori se encontraba parada sobre una silla colgando su nueva adquisición cuando llamaron a su puerta.
-Adelante.
Hyoga abrió la puerta y di un paso al interior de la recamara
-Shiori ya vamos a cenar.
-Si- dio un pequeño salto hacia atrás para bajar de la silla sin dejar de mirar su presente.
-Es muy bonito.
-Si .¿Verdad?- rodeo el asiento quedando frente al rubio son mis favoritos. agrego con una dulce sonrisa mientras tocaba delicadamente el cisne que se encontraba más bajo provocando que se escuchara el dulce sonido de las campanillas que conformaban el adorno.
Hyoga estaba embelesado: era la primera vez que veía que aquellas finas facciones se relajaban dejando ver una angelical sonrisa y ahora que lo recordaba y por lo que Milo le había dicho, ella no había sonreído en el tiempo que llevaba ahí ni siquiera cuando vio a aquel amigo suyo, sin embargo ahora le estaba regalando una sonrisa solo a él antes que a nadie más en el santuario.
-Hyoga ¿Ocurre algo?
-Ah... no nada.
-¿Entonces vamos?
-Si claro. -se hizo a un lado dejando que ella pasara primero para luego cerrar la puerta detrás de él.
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