Lealtad

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El frio de la noche se cuela con suficiente intensidad como para sentir que se clavan agujas en los músculos tirantes de los hombres que esperan envueltos en la oscuridad de la noche. Escondidos aguardan por una orden que pronto llegara y entonces deberán estar listos para proteger a una sola persona aun a costa de sus propias vidas.

La idea no les parece un sacrificio, por el contrario, seria un honor morir por salvarle de cualquier peligro. Aunque la verdad sea dicha entre ese puñado de valientes guerreros hay un hombre que alberga en su corazón mucho más que lealtad.

El aleteo de un pájaro les hizo saber que la información que esperan por fin a llegado.

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La alcoba del príncipe se encuentra casi en total oscuridad. Débiles llamas crepitan en la chimenea que apenas se mantiene encendida. El fuerte aroma del licor se alza con intensidad desde que en un arranque de ira lanzo la botella medio vacía tan cerca del fuego que casi lo termina extinguiendo.

El humor del príncipe Drake es tan oscuro como la noche misma, quizás incluso mucho más helado y caótico. La rabia que circula por su cuerpo se extiende como los efectos del veneno mas mortífero. El licor a ayudado en algo para adormecer sus sentidos lo suficiente como para no cometer una locura.

Perdido en sus pensamientos, con la colera palpitante en su pecho, ni siquiera escucha que tocan la puerta, unos minutos antes de que terminen abriéndola con cuidado para no hacer demasiado ruido.

Cuando nota su presencia ni siquiera se inmuta, por el contrario, una sonrisa torcida se forma en sus labios. Sus ojos grises que tanto odia por ser iguales a los de su padre se dilatan por un creciente deseo.

No hace el intento de moverse, no se encuentra tan ebrio para hacerlo, sin embargo, desde el sillón frente a la chimenea le parece un lugar bastante cómodo para disfrutar de la vista y pronto de algo mucho más entretenido.

La mujer frente a el parece leer sus pensamientos pues sin apartar la vista de la suya, retira el broche que sostenía su peinado para dejar que una marea de cabellos negros caiga sobre sus hombros y espalda en un movimiento sensual.

Lleva un vestido verde oscuro de seda tan ceñido al cuerpo que resalta cada una de sus curvas. El ajustado corsé que debe usar bajo ese precioso vestido esta tan apretado que hace que sus senos se muestren aun mas por el escote.

Aun con la tenue luz, el príncipe se deleita con la esplendorosa piel blanca como la porcelana, tan perfecta que incluso con la luz amarilla de fuego parece que brilla por su misma. Con habilidad se desata los broches del vestido dejándolo caer a sus pies. En ningún momento se ha acercado, sus movimientos son lentos y sin prisas, procurando tentar aun mas al hombre que tiene frente a ella.

Después del vestido, sigue el resto de la ropa, el fondo, el corsé y corpiño. Cuando retira la ultima prenda humedece los labios antes de acercarse con la misma pasmosidad con la que se quito la ropa.

No hay prisa, -Se dice mentalmente- Acercándose, en ningún momento aparta la vista de esos ojos que la recorren sin pudor y con un deseo tan crudo que incluso puede sentirlo sin tocarle.

Drake tiene la garganta seca. Llevándose la botella a los labios le da un largo trago, el liquido resbala por su garganta haciendo que la manzana de adán se mueva de arriba abajo para dejar que el licor baje lentamente.

La mujer frente a el tiene que reconocer que todo en el es atractivo, cada gesto masculino le tienta, por no hablar de ese cuerpo definido y fuerte que ahora solo se encuentra cubierto por un delgado pantalón. El torso desnudo esta marcado por el arduo entrenamiento, las cicatrices incluso le dan un aire mucho más varonil.

Ladea la cabeza ligeramente en una invitación que la joven comprende de inmediato. Sin vergüenza alguna abre el pantalón para sacar la erección que ya se pronuncia bajo la ligera tela. Le mira embelesada, con las pupilas dilatadas por el deseo y la lujuria.

Su toque es seguro cuando lo toma en sus manos, acariciando la piel de terciopelo que cubre su falo duro y caliente. Lame sus labios con un sensual movimiento de su lengua antes de bajar para tomarlo con su boca tan hondo como puede.

El príncipe suelta un gruñido que enciende la sangre de la joven, estimulándola a seguir con su labor. Lame y chupa una y otra vez antes de meterlo de nuevo a su boca, aguantándolo tanto como puede, sin dejar de acariciar sus testículos con la mano libre.

Quizás si su humor esa noche fuera otra se tomaría mas tiempo, pero su cuerpo necesita liberarse con más brío. Tiene la necesidad de descargarse con tantas fuerzas que olvidando toda delicadeza, la aparta de un empujo antes de explotar en su boca.

Necesita hundirse en ella para aplacar en algo su frustración y su rabia.

Con movimientos bruscos la empuja contra la pared cercana, cargándola para que enrede las piernas a sus caderas, penetrándola con fuerza en una sola estocada.

La dura invasión resulta casi dolorosa, pero también placentera. Bombea con tanta fuerza enterrando sus grandes manos en las nalgas de la joven que dejara marcas, pero no le importa en lo más mínimo, necesita sostenerse de algo, de lo que sea para no enloquecer. Los sonidos obscenos inundan el lugar.

La joven gime con fuerza, casi grita cada vez que entra y sale. Se siente deliciosamente estirada, al borde de un orgasmo. Esta a punto de llegar al cielo cuando el sonido de alguien llamando a la puerta les interrumpe.

Drake se apresura a tapar la boca de su amante para hacerla callar, poco le importa el placer de la mujer en la que esta hundido. No desacelera sus embestidas, por el contrario, se mueve de manera mas brutal. Esta en busca de su propia liberación.

-¡Príncipe! -La voz conocida no le distrae. Después de todo lleva tiempo esperando por el visitante, lo que no quiere decir que quedara insatisfecho por la interrumpían.

Aprieta los dientes, gruñendo seco, bombeando de manera brusca un par de veces para llegar al orgasmo.

-¡Espera! -Es todo lo que dice.

Sale de entre las piernas de su bella amante, que oculta lo mejor que puede la decepción por la interrupción. La pone en el piso y esta se tambalea un poco débil de las piernas por la actividad reciente.

-Tomo tus ropas y vete.

-Puedo quedarme su majestad, esperar a que se desocupe. -Sus ojos azules brillan suplicantes.

-He dicho que te vayas. -Exclama de manera fría sin dejar lugar a replicas.

La mujer se viste con prisas bajo la mirada iracunda del príncipe que parece más irritado. Asustada casi corre para alejarse, conoce demasiado bien el carácter del príncipe como para saber que es mejor no tentar a la suerte.

Cuando sale de la habitación se cruza con un guardia que reconoce de inmediato. Avergonzada pasa a su lado sin atreverse a levantar la vista. La sigue con la mirada hasta que se pierde por completo al girar al final del pasillo.

-¡Entra! -La orden lo saca de sus pensamientos y se apresura a obedecer.

Cuando cierra la puerta tras su espalda, girándose para ponerse frente al príncipe, se sorprende un poco al encontrarlo en aquel estado. Algo muy malo debió pasar. La habitación en general estaba destruida, completamente desordenada, lo que decía bastante del estado de ánimo actual.

Drake ignora la sorpresa en los ojos del guardia real. No tiene paciencia para decir nada, lo único que quiere es obtener la información que le pidió.

-¿Y bien Zabini, que tienes por decir?

-Puedo hablar con libertad Príncipe.

Como respuesta el joven simplemente asistió con la cabeza invitando a sentarse. Había mucho que hablar de la recién aparecida princesa de dos reinos.

-La princesa Granger, partirá al reino de Talamh mañana temprano.

-Eso ya lo sabia Blaise. -Soltó con frustración tomando de la botella en sus manos.

-A rechazado a la guardia real.

-¿Como? ¿No pretenderá irse sola? Muy inteligente no debe ser si cree que no correrá riesgos a penas ponga un pie en Talamh.

El alto guardia movió la cabeza en un gesto negativo. Su piel oscura y su imponente altura podrían intimidar a cualquiera.

-Pretende llevar consigo nada más a Theodore.

-¿Porque?

-Nos interrogo a los tres.

-No habrán dicho nada. -Bufo enfadado.

-Por su puesto que no Drake, ¿Quiénes crees que somos? -Esta vez fue el turno del moreno de lucir enojado. -No somos nada más tus guardianes, antes que todo somos amigos, jamás te traicionaríamos.

-¿Entonces que paso?

Blaise se encogió de hombres. -No hizo mas que un par de preguntas y saco sus propias conclusiones.

-Habla claro ¿Qué quieres decir con eso?

-No se como explicarte, es complejo. Si tuviera que describirla tendría que decir que es inteligente, tiene una mirada astuta, es amable, pero dudo mucho que sea tan dócil como aparenta.

-Escuche que se revelo al consejo de magos, puede que tengas razón en cuanto a su carácter, incluso mi padre se mostro interesado.

-Hizo 2 preguntas ¿A quién son leales? Y ¿El rey es una buena persona?, eso fue todo.Los tres contestamos que si éramos guardias leales y que Lucius es un buen rey. Guardo silencio un rato sin apartar la mirada de nosotros, como si evaluara algo. Después simplemente dijo que agradecía nuestros servicios, pero no era necesario que nos quedáramos los 3, eligió a Nott y pidió que nos marcháramos.

-Parece que la princesita ya tiene un favorito. -Se burlo sin humor.

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Lucius Malfoy el rey de Glaonna es un personaje sumamente particular con el cual debían de tener mucho cuidado. Es conocido por sus métodos poco ortodoxos, incluso sanguinarios para hacerse con el poder, todo se puede resumir que su hermano mayor el príncipe heredero Abraxas murió pocas semanas antes de ser coronado bajo circunstancias demasiado sospechosas para ser casualidad.

Siendo Lucius el segundo hijo en la línea de sucesión fue designado como Rey. Se dice que tras su coronación se encargó de desaparecer también a su hermano menor y los tres medios hermanos, hijos de la consorte y concubinas de su difunto padre, para no correr ningún riesgo que en el futuro intentara hacerse con el titulo de Rey.

Cruel y despiadado, se enriquecía del sufrimiento ajeno vendiendo armas al mejor postor durante la guerra que recién había terminado hacer 5 años.

El rey Lucius ahora estaba interesado en la joven princesa recién encontrada. Había que sacarle provecho a la buena fortuna para hacerse con el poder de esos reinos que la princesa estaría en derecho de reclamar.

Un matrimonio entre la futura reina de Talamh y su hijo el príncipe Drake podría traer muchos mas beneficios de los que había contemplado.

Aunque no es tan simple como parecía tomando en cuenta el carácter del príncipe Drake y que la princesa Hermione no seria tan dócil como había supuesto, eso sin tomar en cuanta que tenia sus propias motivaciones para actuar y en sus proyectos no estaba enlazar su vida a la de un completo desconocido. 

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