La raíz de la magia

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Hola a todos,

No resistí la tentación de escribir, tenia tanto en la cabeza y el corazón que no pude dejar de hacerlo a pesar de los inconvenientes. Así que me disculpo de antemano si encuentra algún error ortográfico no tuve tiempo de revisarlo y he escrito sin parar por miedo de perder las ideas que rondaban en mi loca mente. 

Aun a pesar de lo apresurado del capitulo, espero que sea de su agrado. Estoy aprovechando al máximo que me encuentro motivada por todos los comentarios y votos que he recibido de ustedes en el capitulo anterior. Muchas gracias por todo.  

Abrazos a la distancia,


Helena Grand

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Existen en los cuatro reinos personas con magia y sin ella. No todos nacen con la misma cantidad de mana para manifestar poderes, son solo unos pocos los que tienen la capacidad de manifestar la magia. Es a la edad de 6 años que todos los niños son llevados a los santuarios principales de cada reino para realizar una prueba y determinar la cantidad de mana, así como la afinidad mágica o raíz de esta.

Se dice que cuando el continente se separo hace miles de años, los cuatro elementos fundamentales se separaron de la misma manera en la raíz de cada territorio. El agua convergió en Uisce, de la misma manera que el fuego fue a Gloanna, el aire a Scamail y la tierra a Talamh. El lugar de nacimiento influía mas no determinaba por completo la afinidad mágica hacia uno de los cuatro elementos era más bien la misma sangre que buscaba la raíz profunda en cada persona en base a sus cualidades.

Las familias reales que eran descendientes directos de los fundadores poseían una magia mas pura que el resto, así mismo, entre la nobleza se destacaban personas con cualidades mágicas fundamentales que de alguna manera elevaban su estatus en la corte o su participación en la política de cada reino.

En algunas ocasiones niños con magia nacían de padres sin poderes. Cuando esto ocurría los niños eran entregados al mago mayor para ser educados dentro de los monasterios a cargo de los magos que ahí vivían. No era hasta la mayoría de edad a los 17 años que los jóvenes podrían volver a casa con sus padres o bien hacer los exhaustivos exámenes para ser aprendices y posteriormente ocupar algún cargo importante en el gobierno.

La princesa Hermione no fue llevada al templo por Ronnetta, su madre. Teniendo la certeza de que al realizarlo su verdadero origen seria revelado, hizo lo necesario para ocultar lo más posible la magia que convergía en la niña. Pago a una familia por el registro de un niño que recientemente murió de una enfermedad desconocida a los pocos meses de realizar su prueba en el templo, era un varón de nombre Hermes, tenia un año mas que su pequeña en aquel entonces.

Con los documentos nuevos adopto la identidad de otra persona, viajo mas al norte en las tierras de Uisce hasta un pueblo mas aislado, donde vivian en una pequeña cabaña que colindaba con el inicio del bosque, estaba alejada del centro del pueblo pero era mejor asi. Esa era la mejor manera de proteger a Hermione a quien desde entonces vistió de niño y llamo Hermes.

Fue justo el día que Hermione cumplió los 6 años que todo cambio. Ronnette tenía vagos indicios de que en poco tiempo conocerían a una persona que les ayudaría a allanar su camino para volver algún día a Talamh, aunque no sabía las circunstancias exactas en que le conocerían, había tenido visiones donde podía ver a un hombre alto de cabellos negros y ojos grises. Esa misma tarde tuvo la oportunidad de conocerle en persona, el hombre de sus visiones no era otro que Lord Sirius Black quien fue atacado y dado por muerto dentro del bosque.

Ronnette salvo ese día a Sirius sin saber quien era realmente, con ello se gano la eterna gratitud del hombre que le protegería a ella y a su hija como si fueran de su propia sangre. Con el paso del tiempo incluso le conto su historia a sabiendas que su vida pendía de un hilo y que no tendría el tiempo suficiente para ver crecer a su hija.

A la muerte de los Potter Lord Black adopto Harry, de la misma manera en que se quedo a cargo de Hermes cuando Ronnette falleció debido a la maldición de Sangre. A pesar de las reservas que siempre tuvo Ronnette para adiestrar a Hermione en las artes de la guerra, acepto que esa era una manera de protegerla.

La joven fue instruida en secreto para ser una dama, preparada en letras, política, artes, estrategias bélicas, historia y cultura, para cumplir con todo protocolo para cuando fuera princesa, de esa misma manera, con su papel de Hermes fue preparada como un guerrero, como otro mas de los soldados de los Black a la par de Potter o los Weasley, ganándose con sudor y sangre un puesto en la guardia de oro.

Cuando fue reconocida como la princesa heredera Hermione Granger fue llevada al templo por primera vez, vertió su sangre en una copa que contenía un liquido plateado que después seria arrojado a las llamas que ardían implacables en un enorme incensario de mármol. El fuego se avivo de repente dividido, después de todo la princesa tenia sangre de dos líneas reales, tenía en sus raíces el elemento del aire por sus abuelos maternos de Scamail, pero por sus venas también corría la fuerte ascendencia de tierra de Talamh. Aire y tierra convergían en sus raíces mágicas, ambas fuertes, dinámicas y contradictorias.

Cástor y Pólux no pudieron ser llevados al templo a la edad de 6 años para su ceremonia, meses antes su vida cambio para siempre, toda su familia por línea materna fue aniquilada y ellos a penas lograron sobrevivir al ataque, escapando a penas gracias al sacrificio de su madre.

Con 18 años, sin su gemelo a su lado para hacer la ceremonia, Pólux es llevado al templo. Alto y fornido, ya siendo un hombre y no un niño atraviesa el alto umbral de la entrada principal. Viste completamente de blanco, con el cabello rubio platinado peinado pulcramente hacia atrás, largo hasta debajo de la barbilla incluso alcanza a ser atado con una cinta también blanca. Sus ojos grises son inescrutables mientras avanza con paso seguro por el pasillo central.

El rey Lucius lo observa de manera intensa, como si todavía no creyera que seguía con vida alguien que dio por muerto todos esos años. El príncipe Drake a su lado permanece serio con un rostro indescifrable y una mirada que puede ser catalogada como aburrida.

Son pocos los presentes en la ceremonia, los mas distinguidos nobles, personas de alta jerarquía aguardan a la espera de un veredicto.

En el altar el mago mayor sostiene una copa de oro entre sus manos, murmurando un hechizo, antes de acercarse al príncipe Pólux y hacer un corte limpio en su mano derecha para que la sangre fluya y caiga en la copa para mezclar con el liquido plata. Un minuto después es lanzada a las llamas que danzan frente a ellos con un movimiento hipnótico.

Las llamas se elevan varios metros provocando un jadeo generalizado entre los presentes.

-¡Es fuego! -Exclama ante lo evidente el mago.

El Rey Lucius sonríe en satisfacción, no se trata solamente de que la raíz de su magia sea fuego, sino que por la manifestación que acaban de presenciar es mucho mas poderoso de lo que suponían. Gira un poco el rostro para mirar a Drake a su lado, la mirada que le dedica esta vez al mayor de sus hijos es de desdén.

-Por fin alguien digno. -Dice suficientemente alto par que Drake le escuche.

El rostro del príncipe heredero no refleja nada, sus ojos grises se encuentran con los de su padre.

-Larga vida a su majestad. Que mi hermano brille a la par de su eminencia. -Recita desapasionado haciendo una reverencia pronunciada en señal de un respeto que su mirada no refleja.

El cuerpo de Lucius se tensa percibiendo el sarcasmo en las palabras.

-Se cuidadoso Drake, Pólux acaba de demostrar que bien puede tomar tu lugar.

-Quien soy yo para ir contra la voluntad de mi Rey, cualquier decisión que tome será sabia.

Haciendo una última reverencia al Rey se acerca a Pólux.

-¡Felicidades hermano! -Felicita sin una expresión en particular, pero el brillo en sus ojos grises no es del todo desapasionado.

Drake aun no sabe cómo catalogar a Pólux, solo espera que sea lo suficientemente inteligente para cuidarse de su padre y no convertirse en una marioneta entre sus garras.

Estira el brazo para poner su mano derecha sobre el hombro de Pólux y dale un ligero apretón en reconocimiento.

-Gracias. -Pólux sonríe de medio lado complacido por las simples palabras de ese hermano que recién conoce, pero que contrario a lo que había imaginaba podía ser frio, pero era cordial y dedicado cuando estaba bajo su cargo.

En pocos días se festejaría el banquete oficial para festejar el regreso y reconocimiento del príncipe Pólux Malfoy. Drake sabia que las decisiones que tomara su hermano ese día determinarían su destino, si intentaba llevar a cabo los planes de Lucius sobre la princesa de Talamh no le importaría ser el mismo quien cortara su garganta, pero si su actuar fuera otro, quizás tendrían una oportunidad en el futuro de considerarse verdaderamente familia.

-La princesa Granger te manda saludos, recibí una carta recientemente de su parte. También me pidió que te hiciera llegar sus felicitaciones y te preguntara si debía llamarte Sirio o Pólux.

El joven príncipe Pólux mostro una sonrisa mas pronunciada ante las palabras de su medio hermano que le miraba esta vez con un poco de diversión levantando una ceja de manera interrogante.

-Puede llamarme como prefiera, -Agrego poco después- de alguna manera siempre seré Sirio, aunque ahora también sea Pólux.

Draco sonrió antes de pasar por un lado de su hermano para hacer sitio a las personas que ya comenzaban a acercarse a Pólux para felicitarlo por los resultados de la ceremonia. Justo cuando se cruzaron hablo mas bajo para que solo el pudiera escucharlo.

-Creo que eres un poco como la princesa Granger, ella diría algo similar si le preguntas como prefiere que la llames, detesta los títulos. Siempre será Hermes para los amigos y princesa Hermione Granger para el resto. Así que, si no me equivoco al juzgarte, le pido a Sirio y no a Pólux que cuide de Hermes, ella es especial.

El príncipe Pólux vio a Drake perderse entre las personas rumbo a la salida.

-¿Qué te dijo Drake? -La voz firme del Rey lo trajo de vuelta.

Pólux contesto sin siquiera pestañar. -Me recomendó el vino afrutado, parece ser el favorito de la princesa Granger. -Contesto de inmediato al cuestionamiento de su padre con seguridad.

Sostuvo la mirada del rey por unos minutos, parecía que quería leer si había alguna mentira oculta en la declaración recientemente hecha.

-Bien, -Acepto Lucius. -Deberías conseguir el mejor para ofrecerle en el banquete. Asegurémonos de que este cómoda el tiempo que dure su visita. -La mirada que le dedico fue significativa, sabía que contaba con el para seducir a la princesa, sin importar los métodos.

-Así será padre. -Contesto servicial.

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El viaje de vuelta es tranquilo. El barco surca el agua con facilidad, la magia de Weasley ayuda, después de todo la magia elemental de todo el clan de pelirrojos es el agua, como la de la mayoría de los magos nacidos en las tierras del reino de Uisce, las olas parecen abrirse a su paso. No a sido necesario que Hermes maneje los vientos que ya se encuentran a su favor.

Siendo un barco de pesca pequeño no requiere demasiado esfuerzo su manejo, casi en cuanto estuvieron en movimiento William le pidió a la princesa que fuera a descansar un rato. Hermione no se sentía especialmente cansada pero su interior estaba tan agitado que acepto de inmediato.

Desde la proa Sir Weasley controlaba la dirección del barco sin mucho esfuerzo, el viento constante jugaba a su favor por lo que posiblemente el viaje se acortaría a la mitad de seguir asi, por eso prestaba especial atención en cada movimiento para estar antes de que amaneciera en las tierras de Talamh. Concentrado en sus labores parece que no percibe el cambio en el estado de animo de Hermes, lo que agradece internamente la joven.

La princesa no quiso bajar a la cabina, prefirió quedarse arriba, pero camino hacia la popa para poner distancia de su acompañante, necesitaba un momento a solas para intentar calmar sus emociones. Desde la parte trasera del barco podía ver lo que dejaban atrás. Ahora solo era agua, pero antes había dejado a un príncipe de ojos grises que le miraba de una manera que le hacia estremecer mientras se despedían en silencio.

Suspirando se recostó sobre las redes que estaban acomodadas en un gran montón sobre la madera pulida, listas para ser usadas para la pesca de la mañana. Aun el cielo estaba oscurecido por la noche, la luna nueva en lo alto que permitía que luciera mas el manto de estrellas en el firmamento.

La noche es tranquila, el silencio debería darle paz y calma, pero parece no sentirse de esa manera, por el contrario, una tormenta se desarrolla en su interior de manera tan intensa que no sabe que hacer para controlar esos sentimientos que no sabía como manejar.

Aun puede sentir la electricidad en la piel como una corriente que se extendió desde sus labios hasta el resto de su cuerpo como energía pura. Su inexperiencia le pesaba ¿Eran todos los besos así?

Acaricia sus labios de manera distraída rememorando el instante en que sus labios se tocaron, el suave contacto la sacudió de una manera sorprendente haciendo que todos sus sentidos se agudizaran como si acabaran de despertar al fin, después de estar toda la vida dormidos.

El calor en su rostro no se apaga, aunque no pueda verlo con sus propios ojos, esta segura que tiene las mejillas encendidas. La vergüenza le puede, pero sabe que hay mucho mas que los nervios de un primer beso mezclados con ese calor que florece en su rostro y se extiende con cada latido de su corazón.

Reconoce que el príncipe Drake es un hombre muy atractivo, era algo que saltaba a la vista. Se necesitaría ser ciego para no darse cuenta de algo tan obvio, pero ella mas que nadie sabia que una hermosa vista no significaba nada si no había tras la fachada algo que pudiera respaldar el efímero atractivo físico.

No quiere hacer comparaciones mas no puede evitarlo mientras sus pensamientos la llevan por caminos desconocidos a pensar en los caballeros atractivos en su circulo cercano y como estos no han podido tentarla con su buena apariencia o sus atributos físicos. Pensar en ello le avergüenza cierra los ojos tratando de aplacar su incomodidad y a pesar de su resistencia se obliga a evaluar la situación tratando de ser sincera con ella misma.

No recuerda cuantas veces Harry se acerco buscando una oportunidad de cortejarla o las ocasiones que estuvieron tan cerca el uno del otro, como para notar las vetas tenues color miel en sus ojos verde esmeralda, mientras sus alientos se combinaban como si fuera uno solo, así como sus cuerpos pegados para compartir el calor en las frías noches de vigilia durante las campañas de entrenamiento.

Su amigo de la infancia es mas que atractivo, el porte impresionante de un caballero, alto, gallardo, fuerte, buen mozo, con un rostro varonil de angulosas facciones, cabello abundante tan negro como las alas de un cuervo e impresionante mirada verde bajo espesas pestañas oscuras. Dulce tras su apariencia reservada, tenaz, valiente y leal. Todas las cualidades para tentar a una dama, entendía las razones por las que Ginny Weasley le seguía como un cachorro enamorado desde hacia años y aun con todo en esa cercanía familiar nunca sintió el deseo de traspasar el limite impuesto, no estaba la sensación en la boca del estomago como si estuviera siendo invadido por mariposas que batían sus alas de manera frenética hasta hacerla sentir enferma y mareada, como tampoco estaba la palpitante necesidad que parece latir bajo su piel deseando que la poca distancia desaparezca por completo.

Quizás es que ve a Harry Potter como a un hermano, prácticamente crecieron juntos. Compartiendo alegrías y desdichas como familia. Le quería profundamente, sin embargo, sus sentimientos no eran los correctos para verlo como otra cosa que no sea amigos.

Aun antes de ser princesa, cuando todavía era simplemente Hermes, la hija de una madre fugitiva sin un lugar completamente seguro para estar, cuando no tenia que seguir la etiqueta de un estatus y podría darse el lujo de comportarse como le daba la gana, Viktor había sido el primer hombre en verla como mujer, ante sus ojos no era una escuálida niña rebelde y obstinada, sino una joven atractiva que llamo su atención lo suficiente para pedirle una cita. Alagada por la nueva atención en su pecho había revoloteado una sensación de satisfacción, pero solo eso. Hubo la oportunidad de un beso, el momento era perfecto, pero algo en el fondo no parecía correcto y todo quedó en nada.

Fue también cercana a los varones Weasley, lo suficientemente como para compartir un catre con los muchos hermanos pelirrojos en el campamento de entrenamiento. Pudo admirar mucha piel, músculos y atractivo masculino en ese entonces, darse cuenta del cambio en sus cuerpos, pero nada le cautivo tanto para verse hipnotizada por los atractivos genes pelirrojos. William Weasley de quien era más a fin en muchos sentidos, tampoco ha sido determinante para mover en ella la mitad de lo que a movido en tan poco tiempo el príncipe heredero de Glaonna.

Los parpados de la princesa se abren lentamente, parpadeando un par de veces incrédula cuando el reconocimiento se cierne sobre su mente y corazón. Nunca a sentido lo que ahora, porque nunca había estado enamorada.

Puede ser un pensamiento simple, incluso una conclusión lógica, sin embargo, cuando es capaz de aceptar que no hay otra respuesta posible se sorprende de su descubrimiento. Se endereza hasta terminar sentada, se lleva las manos a sus labios temblorosos mientras su corazón quiere salirse de su pecho.

El príncipe heredero no solo le gusta, comienza a enamorarse de Draco, sino es que ya lo esta.

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La mansión Nott se llena de luz y ruido, a veces parece demasiado para todos, incluso para la poca servidumbre que la habita. El cansancio les puede mientras sigue los pasos de la imparable joven rubia. A pesar de todo, nadie se queja o reclama. Tratan de no sorprenderse con cada petición por descabellada de sea, le siguen por cada habitación mientras abre todas las ventanas para dejar entrar el aire fresco.

Todos esperan que el gran archiduque comience a reclamar a voz de grito cuando manda quitar las gruesas cortinas para colocar unas mas livianas que permitan que la luz entre. Contrario a eso se limita a verla revolotear por todos lados con una sonrisa en los labios que no le conocían, como si estuviera hechizado o hubiera perdido la poca cordura que le quedaba.

Los salones que se mantenían cerrados a cal y canto desde que muriera la esposa del archiduque fueron abiertas, los muebles cubiertos por sabanas polvorientas se libraron de todos esos años de estar guardados y se limpió cada rincón hasta dejar todo brillante.

Lord Bastián comió dócil de la mano de Luna aun cuando no tenia apetito, tomo cada poción que le dio por amarga que fuera, acepto salir a caminar por el jardín siendo flanqueado por la joven que se movía lento para seguir su ritmo, llenando siempre el silencio con su suave voz aventurera que no dejaba de contar historia incluso de aire cálido que soplaba por la tarde y que hacia que las hadas de los bosques de Uisce se sintieran sofocadas.

Se sentaban por la tarde en el balcón para ver la puesta de sol. Solo entonces Luna guardaba silencio mientras el sol se ocultaba e iba tiñendo de colores en tonos violetas, naranjas y amarillos las nubes antes de morir por el horizonte. De alguna manera sabia ese momento justo del día traía recuerdos de Nuria a la memoria del archiduque.

Los ojos azules de Lord Bastian se nublaban un poco, sus labios se apretaban hasta formar una línea recta, suspiraba largamente con la vista perdida en algún punto infinito, quizás en otras épocas donde era mas feliz al lado de su amada.

Pacientemente lo esperaba admirando también la acuarela que pintaba el cielo, perdida en sus propios pensamientos, con el corazón adolorido de penas propias y ajenas. A veces, incluso sus enormes ojos azules se llenaban de lagrimas y los suspiros torvos y lánguidos que escapaban de su pecho parecían sollozos quedos y lastimeros. Luna también recuerda, sus cicatrices han sanado, pero a veces el dolor fantasma sigue provocando resquemor.

Para cuando el cielo estrellado les vigila. Luna sale del transe, llevando consigo al Lord Bastián para seguir de nuevo con la perorata de su presencia escandalosa que no deja cabida para mas momentos tristes llenos de anhelos y recuerdo.

Theodore ha vuelto a la mansión ancestral por varias razones, quizás la de mayor peso es asegurarse de que Lady Luna está segura, pero también para disfrutar del despertar de su padre, para ver con sus propios ojos al hombre que debió ser en el pasado y que nunca tuvo la oportunidad de conocer.

En el fondo de su corazón le había guardado rencor al padre negligente que prácticamente lo abandono después de la muerte de su madre. Los resentimientos crecieron a lo largo de los años alimentados por la soledad y el dolor, después cuando la salud de su progenitor se fue deteriorando y presento síntomas muy cercanos a la demencia que lo volvieron agresivo e intratable, termino alejándose por completo después de ser golpeado varias veces, por miedo a que terminara matándole en alguna de esas golpizas.

Fue la necesidad de poner tierra de por medio lo que lo llevo a hacer una carrera militar, prefería el arduo entrenamiento, ser herido en el campo de batalla que ver la mirada llena de odio y desprecio que le dedicaba su padre durante sus crisis.

Teniendo el dinero suficiente prefirió poner gente a su cargo, haciéndoles firmar contratos de confidencialidad para que nadie fuera de las puertas de la mansión Nott conociera el estado del archiduque.

Nunca, ni es sus mejores sueños pudo imaginar que compartiría una comida en calma con su padre, que tendría la oportunidad de caminar a su lado por los jardines llenos de flores que alguna vez hace muchos años había cultivado su madre con sus propias manos, que escucharía de la voz enronquecida de su padre algunas historias de cuando Nuria Nott estaba viva y gustaba pasar el día entre las plantas y flores o que el enorme árbol que estaba al centro de todo, fue plantado en su honor el mismo día que nació por el archiduque a petición de su madre.

Ese árbol que alguna vez había sido pequeño y débil ahora crecía alto y frondoso.

Cuando Lord Bastian termino de contar la historia del árbol, Luna se había acercado hasta el tronco para abrazarlo con sus delgados brazos que no alcanzaban a cerrarse alrededor de él. Apoyando su frente contra la corteza parecía rezar en silencio, sus labios se movían, pero ninguno de los Nott podía escuchar que decía, era como si estuviera contándole un secreto al enorme árbol. Después de unos minutos se agacho para hundir su mano en la tierra húmeda cerca de las raíces.

-Parte de su magia esta aquí, -su voz sonó suave como una caricia- Ella solía venir aquí todos los días con su niño en brazos para cantar, su magia los hizo crecer fuertes, presentía que se iría pronto eso no evito que su amor perdurara para protegerlos.

Con las manos llenas de lodo se acerco a los Nott quienes no eran capaz de moverse, perdidos en una marea de sentimientos y emociones que les invadieron repentinamente, de alguna manera creían cada palabra de la joven rubia, incluso podían sentir la presencia de alguien mas entre ellos.

Lady Luna se acerco primero a Lord Bastian, le hizo inclinarse un poco para besar su frente, poniendo su mano sobre el corazón del archiduque. El hombre mayor sollozo ante la calidez que experimento, lagrimas escurrieron por sus mejillas, una paz que no había experimentado desde que Nuria muriera lo lleno. Después se giro hacia Theodore quien seguía cada movimiento de la joven. Cuando Luna estiro su mano se inclino un poco para ser alcanzado por su toque. Con sus manos marco la frente, poniendo después también una marca de lodo de mano sobre el corazón.

-Escuchen, -Susurro- El viento canta su canción.

Luna cerro los ojos y los Nott la imitaron. El viento corrió con fuerza agitando las hojas de árbol como si jugara con ellas, levantando sus cabellos, despeinándolos. Y así de repente se hizo escuchar el sonido de una vieja canción en los ecos que traía el aire que bailaba de un lado a otro, entre las flores, sobre los arboles cercanos, pero sobre todo danzando alrededor del árbol de Theodore.

Después de un rato, cuando Lord Bastian y Theodore abrieron los ojos pudieron ver como la joven rubia reía con la cara al cielo, girando con los brazos extendidos mientras el viento agitaba sus cabellos con cariño.

-Si eres tan inteligente como creo no la dejaras marcharse. El invierno ha durado demasiado tiempo, ella es como tu madre, Luna es la primavera. Podre morir en paz si te casa con ella.

Padre e hijo se miraron largamente, todavía escuchando la canción del viento mezclarse con las risas de la joven maga. 


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Hola de nuevo,


Creo que no es necesario decir quien es el elegido de nuestra princesa Hermione.  Fue difícil decidir porque realmente quería dar un cambio, pero espero mas adelante tener la oportunidad de escribir una historia completa de Nott y Granger. 

Les aviso que posiblemente la próxima semana no habrá capitulo, tuve que sacrificar algunas horas destinada a otros temas de mi vida diaria, para poder tener listo este capitulo así que tendré que trabajar el doble para ponerme al corriente en mis pendientes. 

Les mando un montón de besos, espero sus comentarios. 

Helena Grand



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