El Elegido

Hola a todos,

Me parece una eternidad desde la ultima vez pude pasarme por estos lugares. Espero que la espera no fuera larga para ustedes. 

Espero que el capitulo sea de su agrado lo suficiente para que me cuenten que opinan. 

Les mando besos a la distancia.


Helena Grand

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La relación entre Hermes y Harry siempre fue estrecha, tanto como si hubieran nacido de la misma madre. Ambos se conocieron poco después de que Ronnette salvara a Sirius y desde entonces se volvieron inseparables. Por aquel entonces todos creían que la pequeña Hermes era un varón, con sus rizos castaños cortos hasta arriba de la barbilla complemente rebeldes, su rostro redondo e infantil de finas facciones redondas y bonitos ojos de un peculiar color dorado.

Demasiado tímida para socializar con nadie, era un alma solitaria que prefería leer antes que salir a jugar con otros niños de su edad, lo que ya era raro por si solo considerando que muy pocas personas por aquel entonces podían leer, a sabiendas que era tratada como un bicho raro, ya fuera por su carácter introvertido o porque juzgaban a su madre por tener una hija sin tener un marido.

La consideraban rara, diferente al resto. Con un carácter más propio de un anciano. En algunas ocasiones le dijeron a Ronnette que su "hijo" poseía un alma demasiado vieja para su edad, la manera en la que observaba al mundo no era normal para un niño. Interesada por libros que muchos adultos no podían siquiera leer, preguntaba por todo en todo momento, queriendo aprender algo nuevo cada día, siempre con sus ojos brillantes parecía querer devorar el conocimiento de cada pequeña cosa que llegaba a sus manos.

Tenían una mente despierta e inteligente, quizás demasiado obstinada para su propio bien, con frecuencia los niños mayores la acosaban. Quizás por eso simpatizo de inmediato con el joven Harry que era tan diferente al resto como ella.

Harry no la juzgaba, aunque no la entendiera siempre. No la callaba mientras parloteaba sobre el brillo interesante de las piedras del rio, la peculiar organización de las colmenas o el sistema de riego que podía mejorarse con poco esfuerzo.

De repente ya no estaba sola, se tenían uno al otro, unidos como los extremos de una misma cuerda, se volvieron cómplices, compañeros y hermanos. Compartieron la misma cama mientras crecían y fueron entrenados en los artes de la guerra. Harry fue el primero en quien confió lo suficiente para decirle ella misma sobre sus secretos.

"Soy mujer" le había dicho con miedo, esperando su rechazo. Sus ojos verdes se abrieron con sorpresa, pero después de asimilar esas dos palabras nada cambio para ninguno, después de todo eran como hermanos, no había diferencia alguna en su cariño.

Cuando se volvió inevitable, el personaje de Hermes quedo atrás para dejar a la vista a Hermione para el resto. La mayoría creía que terminarían juntos de alguna manera, pero al menos ellos siempre tuvieron claro que podía hacer cualquier cosa por el otro, incluso entregar su propia vida sin pensarlo, pero no se amaban de la manera en que debían amarse un par de amantes.

Mientras eran entrenados en secreto enfrentaron demasiados riesgos, tantos que si Lord Black hubiera sabido las muchas veces que arriesgaron la vida, hubiera cancelado aquel acto suicida para hacerlos volver a casas.

Solo el gran Mayo Dumbledore sabia cuál era la razón por la que los elfos oscuros ponían tanto empeño en atacar el reino de Uisce. En ese reino se encontraba el puente donde alguna vez se conecto la tierra con el reino de las nubes.

Los elfos oscuros eran seres longevos que podría vivir por cientos de años, eran precisamente en sus memorias que fueron capturados detalles sobre ese reino escondido que se encontraba en algún lugar entre las nubes.

Se dice que el pueblo completo de elfos oscuros fue desterrado mucho antes que el puente que conectaba los reinos se rompiera. La maldad intrínseca de los elfos provoco que se cometieran crímenes imperdonables contra otros seres mágicos y no mágicos que habitaban aquellas tierras.

Las memorias de los elfos oscuros iban lejos, tanto como para dar pistas sobre el lugar donde alguna vez había existido el puente, después de todo siendo seres que poseían magia propia no pudieron ser despojados completamente de los recuerdos sobre el reino de las nubes cuando fueron expulsado.

Fua así que casi desde el momento mismo en que fueron exiliados, buscaron la manera de volver en cuanto los pocos recuerdos que pudieron conservar se asentaron lo suficiente. Al principio no tenían los medios para atacar por su propia cuenta a los habitantes de Uisce, pero fueron sus alianzas con humanos magos lo que lograron que golpearan con mas fuerza aquellas tierras hasta casi despojarlos por completo, sin embargo, Dumbledore se encargo de mantenerlos a raya.

Al menos eso había sido hasta el momento en que en un descuido fue maldecido. Quizás fue el exceso de confianza o tal vez que acababa de enfrentarse al amor de su vida en una batalla feroz que lo llevo a romper cualquier esperanza que guardara en su corazón sobre hacerlo cambiar de parecer respecto a los humanos sin magia.

Fuera cual fuera la razón, el resultado era el mismo. La maldición avanzaba lentamente por su cuerpo, no había una cura posible. Lentamente su brazo estaba perdiendo la fuerza, la piel comenzaba a ennegrecerse desde sus dedos a la muñeca, extendiéndose cada vez más arriba.

No había remedio, Dumbledore lo sabía. Lo mas seguro era que no vería con sus propios ojos el fin de la guerra. Esa era una de las razones por las que centro todos sus esfuerzos en preparar a Harry y Hermione e incluso a Ronald Weasley aun cuando no estaba del todo seguro de que sería el pelirrojo el ultimo integrante del trio de la profecía.

A estas alturas, con la muerte respirando contra su cuello se daba cuenta que posiblemente se equivoco en buscar personas afines a sus dos jóvenes discípulos. El pensamiento no cruzo por su cabeza hasta que volvió a ver al príncipe heredero de Glaonna ya siendo un adulto. Pudo ver la intensidad de su mirada cuando sus ojos se posaban en la princesa Hermione.

Una chispa se encendió en su cabeza, poco después de que les concediera un momento a solas antes de marcharse de Glaonna, no pudo contener una sonora carcajada ante su propia estupidez. La afinidad que buscaba era en las semejanzas de sus discípulos, nunca pensó que había que buscar en sus diferencias un complemento que equilibrara al resto del equipo.

La esencia mágica de Hermione tenia dos elementos en su haber, el aire y la tierra. Coexistían de manera armónica, la magia es firme como una roca, al tiempo que puede ser dinámica y fresca como una ráfaga de viento. La del heredero de los Potter es poderosa con una raíz mágica predominante de agua, por lo que se adapta con facilidad y fluye con una fuerza impresionante. Buscaba entonces alguien con raíces mágicas basando en el aire, el agua o la tierra. Descartando el fuego al ser impredecible.

No fue hasta que vio al príncipe Drake que vio nuevas posibilidades frente a sus ojos, ¿Si fuera el integrante faltante? Si la profecía no hablara de otro que de ese príncipe con magia de fuego y agua. Quizás son las contradicciones en sus combinaciones mágicas o las diferencias que les complementan lo que los llevaría por el camino correcto.

Sus ojos azules brillaron con la anticipación al verlos juntos. Hermione seria quizás la conexión que mantendría unido al grupo.

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La decisión se tomo después de mucho pensarlo. Sobre la mesa estaban las propuestas de enlace, las cartas estaban apiladas sobre la superficie del escritorio. Las familias nobles de Talahm fueron de los primeros en mostrar interés, sin embargo, propuestas interesantes llegaron de otros reinos duques, condes, marqueses e importantes aristócratas de los cuatro reinos, después de todo no era cualquier cosa unirse a la princesa Hermione y futura reina.

La joven princesa había leído todas y cada de una de ellas. Incluso su padre se tomo el tiempo para ayudar a seleccionar las mejores, lo que le ayudo a evaluar con mayor cuidado las posibilidades de tomar entre sus opciones al candidato ideal.

A un lado quedaban tres como las mejores opciones; la primera pertenecía al príncipe Polux, su sincera petición de convertirse en su consorte expresaba con su puño y letra sus mejores intenciones para un pronto compromiso, la segunda era de su mejor amigo Lord Potter formalizando una propuesta verbal que hacía bastante tiempo atrás le había expresado y la tercera era de un joven duque originario de Scamail llamado Frederick Masda.

Después de quedarse a solas la princesa Hermione se levantó de su asiento para salir al balcón, afuera hacia un buen clima, lo suficiente para permitirse disfrutar del calor del sol besando su piel, cerro los ojos aun indecisa, disfrutando del calor y el silencio.

Su mente pragmática se estaba enfrentando por primera vez a un motín por parte de su corazon. Se suponía que la elección seria sencilla, de las tres opciones sabia cual era la mas viable y a pesar de ello, no parecía ser suficiente para sentir al menos un poco de satisfacción o felicidad al respecto.

Sus pensamientos estaban puestos en un hombre distinto que sabia no podía tener, las líneas de destino de cada uno se encontraban separadas desde el principio, por lo que no valía la pena lamentarse o pensar en escenarios que no les seria posibles.

En eso pensaba cuando una hermosa ave se acercó al balcon para entregarle una nota. La sonrisa que cuajo en sus labios es radiante al saber de antemano quien es el remitente. Le parece curioso que precisamente cuando pensaba en ese hombre en particular, le llegar una nota de su parte.

Con cuidado desato la nota, antes de abrirla se aseguro de dar agua y comida al ave que seguía mirándola con de manera inteligente, como esperando una respuesta.

"¿Crees que es posible cambiar la naturaleza de una persona? Dejar a un lado la formación que a tenido toda su vida para reescribir sobre líneas que ya han sido escritas ¿Podría dejar de lado la venganza y el odio? cuando este a sido el alimento que me a mantenido en pie desde que tengo memoria. Debes de estar orgullosa has socavado en mi vida tan profundamente que por primera vez me hecho preguntas para las que no tengo respuesta. Lo único que tengo claro es que quisiera ser yo el elegido."

Hermione termino de leer sintiendo una emocion indescriptible, acuno en su pecho la nota con carilño, como si con esa acción pudiera abrazar tambien al autor de esa breve misiva.

-Quisiera que fueras tu. -Admite por primera vez en voz alta, siendo completamente consciente de que a pesar de que no es posible es todo lo que anhela.

Después de un tiempo, cuando aplaco los sentimientos que se agitaban en su alrededor, regreso al interior para terminar de una vez con todo. No tenia caso posponer lo inevitable.

Eligio a Lord Potter como su futuro consorte, después de todo seria más fácil vivir su vida a lado de alguien a quien conocía y quería a su manera que enlazar su vida a un completo desconocido. Quizás si las circunstancias fueran otras y no hubiera desarrollado sentimientos por el príncipe heredero Draco, incluso hubiera considerado aceptar a Pólux, ahora simplemente era impensable.

Una vez que enviara la carta, enteraría al consejo de Talamh para iniciar los preparativos para el compromiso y futura unión. Sin saber que el destino tenia planes distintos en marcha.

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La emoción salvaje que corría por sus venas lo dejos sin palabras por un momento. no sabia como reaccionar ante la noticia que le acaba de dar. Era inesperado, pero no dejaba de ser una buena noticia.

-¿Estas segura? -Pregunto con una voz inestable que incluso le resulto extraña.

-Lo estoy. -Contesto sin querer levantar la vista por miedo a enfrentarse al seguro rechazo.

No podía considerarlo un error cuando sus sentimientos hacia aquel hombre son reales, por esa misma razón sin importar lo que pasara a partir de ese momento, no tenía arrepentimiento alguno.

-No te estoy pidiendo nada. -Dijo cuando el silencio se alargó por demasiado tiempo. Levanto el rostro de manera valiente.

Poco pudo dormir la noche anterior al confirmar por fin sus sospechas. El cansancio es evidente en su hermoso rostro y a pesar de que lo que esta diciendo no es sencillo no esta dispuesta a retroceder.

-Conoces mis sentimientos, de la misma manera que conozco los tuyos. No pretendo ser la razón para cambiar los importantes planes a futuro, solo quería que lo supieras.

-¿Qué significa eso Ginebra? -Cuestiono con enfado ante la actitud fría de la joven.

-Justo lo que acabo de decir. Esto no cambia nada, fuiste bastante claro la última vez para decirme que no estoy en tus planes.

-Sabes que esto esta más allá de mis deseos.

-No es un reproche, no te lo digo con resentimiento en mi corazón, pero no deja de ser verdad lo que digo. Cuidare sola a este hijo, nadie sabrá quien es el padre así que no necesitas sentirte comprometido o atada a algo que no buscabas.

-¡No! -Se negó en rotundo, despertando por fin por completo del aturdimiento que la había dominado. -Ese niño también es mío. -Declaro contundente tomándola por los brazos sin demasiada fuerza para enfatizar sus palabras.

La joven pelirroja le miro desafiante retirando con brusquedad el toque de sus manos.

-No soy de las que esperan atar a un hombre con un niño. Así que será mejor que si no estas dispuesto a mantenerte a mi lado por mí, no quiero que te quedes. No voy a interferir en tus planes.

-Sabes perfectamente como esta las cosas Ginny.

-Porque lo se, no te estoy pidiendo nada a cambio. Puedes seguir con tus planes como si no te hubiera dicho nada, pero igual voy a tener a este niño por mi cuenta.

-Es mi hijo.

-Eres su padre. -Contesto con obviedad. -Si quieres estar cerca cuando nazca no voy a impedirlo.

Los ojos de la joven tenían una sombra de tristeza, suspiro largamente.

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Potter llego sin avisar, no es que tuviera que anunciar su llegada siendo amigo cercano de Hermione, pero a la joven le resulto extraño que llegara de improviso y en aquel estado de agitación. Es evidente el nerviosismo, no deja de frotar sus manos de manera inquieta.

Pidió que le sirvieran te para compartir con su amigo. Cuando los dejaron por fin a solas Hermione fijo sus ojos dorados sobre su amigo, por alguna razón evadía su mirada.

-¿Qué ocurre? -pregunto con cautela tratando de no alterar mas sus nervios.

Lo conocía lo suficiente para saber que algo muy grave tenia que estarle pasando para que estuviera en aquel estado.

-Sabes que me puedes decir cualquier cosa. -Le alentó estirando su mano para ponerla sobre la gran mano de Harry.

Solo entonces Potter levanto la vista para encontrarse con la de la princesa, sentía la garganta seca como si hubiera tragado arena. Todo el camino estuvo buscando la mejor manera de darle la noticia, pero después de darle vueltas al asunto no había forma de hacerlo.

-No podre comprometerme contigo, ¡Lo siento!

Si las palabras de Harry la sorprendieron, no lo demostró. Se limito a apretar un poco mas su mano para hacerle saber que estaba bien.

-Lamento no poder cumplir con mi palabra, pero han surgido cosas inesperadas. Se que por mi causa incluso mi padrino a tenido que hacer grandes cambios, pero no puedo seguir adelante.

La princesa hizo un movimiento con su mano restándole importancia.

-Los cambio que realizo Sirius respecto a la sucesión al trono de Uisce no son problemas, después de todo nunca quisiste el título de Rey, no recuerdo cuantas veces te ofreció adoptarte legalmente como su sucesor, te repele tanto el puesto como a Sirius. Además, la princesa Aldhara tiene sangre Black prepararla para que en el futuro tome el poder es lo mas natural. Un segundo reino con un gobierno que rompe el patriarcado convencional es bueno, equilibrara el gobierno.

-Eso es cierto. -Admitió. -Uisce no puede estar en mejores manos.

-La princesa Aldhara y la reina Narcisa no piensan volver a Glaonna, simplemente se está formalizando su estadía permanente en Uisce.

-Ahora podrías decirme cual es la razón para retroceder a nuestro compromiso. Pero antes que digas nada, quiero que sepas que no me molesta. Sabes que la única razón por la que decidimos dar el paso era para protegernos.

-Voy a ser padre. -Confeso al fin.

La princesa abrió los ojos con sorpresa, pero de inmediato una sonrisa radiante se dibujo en sus labios.

-¡Felicidades! -Le dijo tomando sus manos. -Debes de estar sumamente feliz.

-Lo estoy.

-Me imagino que la madre de tu hijo es Ginny Weasley.

-Es tan obvio.

-Sinceramente pensé que era cuestión de tiempo para Ginny lograra llamar tu atención. Sus sentimientos siempre fueron evidentes, el problema es que te aferraste demasiado tiempo en verla como la hermana pequeña de tu mejor amigo, ¡oh por Dios! Ronald va a matarte cuando se entere. -rio a carcajadas, haciendo que Harry palideciera por su declaración.

-Tu siempre tan comprensiva. -Contesto después de un rato con una sonrisa en los labios.

Por alguna razón le tenia mas miedo a la reacción de Hermione que a todo el clan Weasley, aunque tan poco seria sencillo.

-Siendo asi, te devuelvo tu palabra solo con una condición.

-¿Cuál condición?

-Quiero ser la madrina de tu hijo.

-Pensé que era lo suficientemente obvio que así seria. -La sonrisa satisfecha en el rostro de Potter no podía ser mas amplia.

-Entonces estamos en paz.

Después de beber una taza de te y pasada la euforia de la noticia de que Potter seria padre, la situación se volvió seria cuando el joven se atrevió a preguntar.

-¿Qué piensas hacer?

La princesa suspira largamente antes de contestar.

-Tendré que romper la carta que acabo de escribir para cambiar el destinatario.

-¿Quién será ahora el elegido? Le darás una oportunidad a Ronald.

-Seria el primero en mi lista, si sus sentimientos por mi fueran otros. No puedo, ni quiero lastimarlo.

-¿No sería más fácil estar con alguien que de verdad te ame?

"Quizás si hubiera sido antes de que yo misma me enamorara de otra persona" pensó para si misma. -No quiero lastimar a Ron al no corresponder sus sentimientos, no puedo verlo de otra manera que como un amigo. Te elegí a ti a sabiendas que no me quieres de esa manera, con el tiempo cuando se estabilice toda la situación política y logremos la paz para los 4 reinos pudiéramos solicitar un divorcio, pero con Ron a la larga la separación lo destruiría.

-Sera entonces el príncipe Pólux Malfoy o el duque Frederick Masda.

-Aceptare el compromiso con el Duque Masda.

-Creí que te simpatizaba el príncipe Malfoy.

-Me parece un candidato excelente, pero creo que lo mejor será mantener la distancia de los Malfoy.

No podía decirle a su mejor amigo, que no podía aceptar un compromiso con Pólux por que no era el Malfoy del que estaba enamorada. 



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Hola de nuevo,

En el próximo capitulo nuestro querido príncipe Draco se enterara de que su princesa Hermione ya eligió a su prometido y futuro consorte. La noticia llegara mas rápido de lo esperado y traerá serias repercusiones. 

Espero con ansias sus opiniones, ¿Qué les gustaría leer sobre ese momento?

Saluditos,

Helena Grand





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