Con vida
No le avergüenza su desnudes, se sabe hermosa. Su juventud solo le suma más atributos a la belleza noble de su estirpe. Se levanta de la cama con andares sensuales, los largos cabellos negros, sedosos y brillantes se mesen pegados a su espalda, el movimiento de sus caderas es observado con atención, el ardor sigue en la mirada vigilante que no se aparta del cuerpo femenino.
La doncella entra con la cabeza inclinada, apresurándose a complacer a su ama, le coloca rápidamente una fina bata tratando de contener el temblor de sus manos sudorosas. La verdad es que se encuentra aterrada, el sudor frio que también corre por su espalda es una clara evidencia. Se muerde el interior de las mejillas hasta hacerlas sangrar, con la mirada baja temerosa de desatar la conocida ira de la señorita o el implacable carácter del nuevo amo.
Lady Pansy bufa molesta ante la actitud de la sirvienta que parece un ratón asustado. Moviéndose con cautela solo logra ponerla de los nervios.
- ¡Deja ya! -Molesta golpea la mano que intenta acomodar la bata sobre su esbelto cuerpo. - ¿El baño está listo?
-Si señorita Parkinson. -Contesta con voz temblorosa.
- ¡Márchate! -Grita de repente molesta. Sus ojos azules parecen un par de dagas cuando observa a la insignificante criatura salir azorada.
Cuando la asustadiza doncella se retira, Pansy se enfrenta al hombre que la observa. Sus ojos antes llenos de furia cambian por una mirada seductora, suavizando sus gestos.
-Le apetecería bañarse conmigo. -Ofrece en un tono bajo, una clara invitación que a penas puede soportar.
El hombre no dice nada, se limita a sonreír, mostrando sus dientes blancos. Desnudo como su amante camina con un andar depredador cargando a la joven con facilidad para tomar ese baño juntos.
Después de la intrusión de Lord Voldemort y los elfos oscuros al reino de Glaonna, el castigo de Lady Parkinson fue olvidado por completo. No había mucho que hacer después de que se hicieron con el poder y el Rey Lucius termino siendo un súbdito más.
Muchos nobles murieron en el cambio de poder, los Parkinson se adaptaron a las circunstancias para sobrevivir como lo hiciera el mismísimo Rey. La orgullosa Pansy no le quedó más remedio que tomar ventaja de su cuerpo volviéndose la amante del elfo oscuro Dralaith.
El resentimiento en el corazón de Pansy no dejo de crecer como un cáncer, más aun después de enterarse que su amado príncipe no solo había logrado escapar al reino de Talamh, sino que poco tiempo después se había desposado con la princesa Granger, conformándose con ser el consorte de la futura reina, en lugar de regresar a sus tierras para pelear por el puesto de príncipe heredero y próximo rey de Glaonna.
Maldijo una y mil veces, llorando por las noches, apenas comió o durmió los primeros días. Tan intoxicada con el rencor y los celos que sentía que se ahogaba. El amor enfermizo parecía enloquecerla a momentos, agobiada y resentida con Hermione por robarle lo que más anhelaba y por loque había luchado por tanto tiempo.
Que fácil fue para el príncipe dejarla atrás, olvidando todo lo que hizo para complacerlos. Todas las noches que compartieron no significaron nada.
Muchas preguntas rondan en su cabeza haciéndola sentir mas miserable. Ella es mas hermosa que la princesa bastarda, tiene un linaje digno sin mancha alguna, es talentosa en muchos sentidos, culta, educada y de buena cuna, con una belleza incomparable. La insulsa princesa era tan insignificante a su lado que la única manera que se le ocurría de haber enloquecido a Draco de esa manera era que lo hubiera hechizado, "Eso tiene que ser" -Se aferra al pensamiento con uñas y dientes tratando de justificar el comportamiento irrazonable del príncipe que tan fácil la cambio por alguien que no vale la pena.
Es una tortura permitir que Dralaith la tome, incluso su toque la asquea. Poco importa la belleza efímera del elfo oscuro, para ella el único que merece tocar su piel e invadir su centro es su amado príncipe Drake.
Finge como la mejor actriz mientras la toca, sumergidos en las cálidas aguas que han sido aromatizadas con pétalos de flores. Tiene que cerrar los ojos evocando viejos recuerdos para engañarse a si misma tratando de creer que es Drake quien la está tomando desde atrás.
Desea susurrar su nombre mientras la invade, recreando el lastimoso recuerdo de sus manos grandes estrujando sus caderas al tomarla de manera salvaje. Tiene que morderse los labios hasta perforar la piel para mantenerse cuerda y que sean solo los gemidos los que escapen de su garganta.
Aguanta que le tire con fuerza de sus largos cabellos negros, que apriete con saña sus pechos llenos y encima de todo tiene que convencerle de que su toque la enciende. Aguanta con los ojos apretados, tratando de recrear sin mucho éxito a su príncipe ausente.
Lady Pansy se aferra a la esperanza de encontrar un momento propio para encontrarse de nuevo con Drake. Ha escuchado a hurtadillas que su amante tiene curiosidad por la princesa Hermione. En su locura cree que si Dralaith logra secuestrarla y matarla su príncipe volverá a ella.
En las noches sueña o quizás es más apropiado decir que divaga en un estado entre escenarios ficticios que solo habitan en su cabeza. Imaginando escenarios donde fue completamente feliz con su príncipe antes de que llegara la maldita bastarda a separarle. Sus ojos se nublan por lágrimas y palabras de amor que suelta al viento. Empañando la realidad con mentiras que termina creyendo por completo.
Se crea recuerdos que nunca pasaron, vestida hermosamente de sedas finas, caminando por largos paseos a la luz de la luna, entre los jardines del palacio, tomada del fuerte brazo de su amante. Los ojos grises mirándola solo a ella, sonriendo de medio lado de manera irresistible, besos dulces, pero también con tintes de una pasión desbordante, infinidad de encuentros íntimos.
En su autoengaño se volvió una amante principal del elfo oscuro, pero también de un Lord que ocasionalmente le llama a sus aposentos en secreto y que gusta del sexo sádico.
Pansy se consume en el dolor, anhelando un cariño que nunca fue suyo, responsabilizando a una mujer maldita que nunca debió haber nacido. A veces solo se levanta con un pensamiento claro, el único aliciente para no terminar con su patética existencia es la venganza.
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Cuando Dralaith se retira la deja débil sobre la cama desecha con aroma a sus placeres, habían terminado de nuevo enredados entre las sábanas después de un corto baño. Poco le importa las marcas en la piel blanca, los moretones o rojeces que a dejado sobre su cuerpo de piel blanca.
La fatiga y el dolor la vencen otorgándole un corto tiempo de descanso. A penas logra dormir un par de horas cuando su alcoba es irrumpida por un sequito de doncellas que no pronuncias palabras pero que se apresuran a despertarla para prepararla. Está siendo convocada de nuevo.
Pansy es levantada del lecho como una muñeca sin vida, ya no llora, hace mucho que las lagrimas se le han terminado. En un silencio doloroso se deja hacer; la bañan con agua fría pues no tienen tiempo de calentarla, aun tiembla debido al frio cuando usan magia de sanación sobre sus heridas y ungüento sobre las marcas para hacerla desaparecer.
Sin delicadeza alguna una mujer mayor incluso hunde sus dedos entre sus piernas para prepararla para el amo, usa cremas especiales y aceites. La joven ahoga un grito por la invasión y el movimiento de delgados dedos que no son delicados o amables, que buscan que este debidamente lubricada para recibir el falo de un maldito Rey que ya no tiene ningún poder real en Glaonna.
Le cubren el rostro con un velo, en la oscuridad de la noche la hacen caminar por los pasillos ocultos dentro del castillo hasta la cámara adjunta a las habitaciones del Rey Lucius. La hacen entrar y cierran tras de la joven pelinegra.
Pansy tiene que apretar las manos una contra otra para contener el temblor de sus manos.
-¡Acércate! -Le ordena con el peculiar siseo de su voz debido a la bebida.
Poco queda de la imagen siempre impoluta del Rey Malfoy, sus ropas siguen siendo elegantes pero su apariencia a dejado de ser la misma. Incluso parece que a envejecido en pocas semanas lo de varios años. Sus ojos brillosos por los efectos de licor le dan una apariencia a un mas penosa.
Obediente se acerca, todavía con el velo cubriendo su cabeza.
Lucius es inteligente aun en su casi eterno estado de ebriedad permanente. No se arriesgará a enfrentar directamente al líder de los elfos oscuros, lo que no quiere decir que no pueda disfrutar del bonito botín del que disfruta esa bestia. Por eso hace que conduzcan a la joven por pasillos ocultos con el rostro cubierto para no ser reconocida.
La joven tiembla asustada pero sigue la rutina, a sabiendas que resistirse o incluso tardarse en obedecer será mucho peor para ella.
Tira del velo mostrando su rostro, sus ojos pierden al instante el brillo. El temblor en sus manos no disminuye mientras desamarra las cintas y abre los broches para que el vestido que le pusieron termine resbalando de su cuerpo. Queda completamente desnudas bajo la mirada lujuriosa. Poniéndose de rodillas se arrastra hasta el sillón donde permanece sentado Lucius.
La erección del rey se pronuncia en sus pantalones, sin mas remedio Pansy la libera para metérsela en la boca, conteniendo la repulsión que siente y el asco.
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El príncipe Pólux es inteligente, manteniendo una distancia prudente de la sala real, donde todo se mantiene agitado, se hace presente cuando es estrictamente necesario. Casi como una sombra se dice seguidor del señor oscuro, mas no comete las imprudencias de su padre como para ser receptor del voluble carácter de Voldemort. Integrándose a las fuerzas de los elfos oscuros se encarga de preparar los suministros para un largo viaje, sus conocimientos como pirata le han valido para ganarse un puesto y no correr la misma suerte que los nobles de Glaonna que terminaron muertos.
Su magia elemental de fuego también juega un papel importante, lo consideran un buen aliado para ir a la guerra, un peón más que podrá ser sacrificado para las causas de Lord Voldemort.
Al tiempo que se prepara para lo inevitable se pregunta si sus elecciones fueron correctas. Bien pudiera hurtar un barco y echarse a la mar para no entrar en conflictos innecesarios, seguir llevando una vida sin ataduras en altamar como el pirata que se volvió desde la infancia. No necesita un reino, la fortuna y las tierras no le tientan. Incluso el olor salino resulta mucho mas tentador, sin embargo, cuando recuerda la sonrisa confiada de Hermes y sus palabras, no puede evitar desear ser el buen hombre que la princesa cree que es.
En el fondo envidia a su hermano mayor, pensar en Draco como parte de su familia aun resulta extraño, y con todo, no puede negar que su curiosidad inicial por conócelo lo llevo a querer más. Su hermano mayor no es fácil, pero siendo un Malfoy tampoco podría serlo, con la mierda de padre que les toco, eso sin considerar el carácter hosco y desconfiando que por naturaleza debían tener para sobrevivir.
Fue agradable a su manera, mucho más protector de lo que pudiera imaginar. Un buen maestro, dedicado y enfocado. Frio como un tempano de hielo, gris y oscuro, sin una pisca de humor o al menos uno que no fuera sarcástico. Estuvo bajo su tutela por muy poco tiempo, pero fue lo suficiente para darse cuenta que a pesar de su apariencia no era un príncipe abusivo o desconsiderado, tenía la lealtad de sus hombres y eso decía mucho del tipo de hombre que realmente es tras la máscara inquebrantable que se formó como villano para el exterior.
A Castor seguramente le gustaría, ambos tendían más a interiorizar lo que pensaban o sentían. Draco sería un buen hermano, al menos esperaba poder comprobarlo algún día si lograban salir vivos de la guerra.
"No es momento para ponerse nostálgico" -Se dice mientras alimenta dos preciosas aves que sin falta llegan cada día al balcón de la habitación que antes había pertenecido al príncipe Draco, su hermano.
Sonríe mientras las acaricia, escuchando un hermoso canto, que de alguna manera puede entender como si pudieran hablar palabras humanas.
Castor también amara a su cuñada, al menos es tan inteligente como para despertar su interés intelectual y su curiosa manera de ser. Al menos lo impresiono lo suficiente como para quebrantar su fachada, yendo en contra de su lógico pensamiento como para asaltar sus habitaciones e investigar el tipo de magia que posee. Imaginar como debió ponerse su hermano mayor ante la invasión de Castor al espacio privado de Hermes lo hizo reír a carcajadas por largo rato y cuando pudo ser capaz de dejar de reír la sonrisa pintada en los labios no desapareció del todo.
Al menos tiene la satisfacción de que Castor logro salir bien librado de primer encuentro con Draco, lo que no quería decir que aprobara del todo el interés intelectual por la joven princesa que lograba manejar un tipo de magia muy diferente a la común, -En palabras de Castor.
Todavía no puede creer que su tranquilo hermano gemelo se hubiera atrevido a tanto. Sonriendo despidió a las aves, sabiendo que la interminable conversación que sostiene en secreto con el reino vecino continuaría por un poco mas de tiempo.
Las preciosas aves que salieron volando por la ventana eran copias idénticas a las que alguna vez el príncipe Draco le regalara a la princesa Hermione poco tiempo después de que la reina Narcisa y la princesa Adhara fueran rescatadas de las garras de Lucius. Era más fácil de esa manera cuando las personas estaban familiarizadas con su presencia constante en los jardines y balcones reales.
Pequeñas e insignificantes aves, de apariencia inofensiva y volátil. Quien pudiera imaginar que se trataba de un medio de comunicación bastante efectivo.
Polux camina por los pasillos poco iluminados, en el silencio de la madrugada advierte la presencia de alguien lo que lo pone en alerta, sabiendo que pocas personas conocen aquellos pasajes ocultos. Oculto en las sombras saca lentamente una pequeña daga de entre sus ropas, prestando atención en los ruidos de pasos acercándose.
Su sorpresa es grande cuando detenta los pasos inestables de una mujer con el rostro cubierto por un velo. Arrastra los pies al caminar, teniendo que sostenerse del muro de piedra mientras avanza lentamente.
No parece alguien peligroso por lo que guarda la daga de nuevo, sin moverse todavía de su escondite. No es hasta que ve como se tropieza unos metros más adelante, cayendo de rodillas, sin ser capaz de levantarse.
El príncipe se debate entre intervenir en favor de la desconocida mujer o seguir por su camino como si no la hubiera visto, incluso ya comenzaba a alejarse cuando el peso de su conciencia lo hizo volver sobre sus pasos.
Seria muy difícil que alguien encontrara a esa persona en un lugar tan poco conocido y transitado. Si se encontraba de alguna manera herida o lastimada, es posible que no podría ponerse en pie y las posibilidades de morir en soledad seria altas.
Bufando se acerco hasta ponerse al lado de la delgada mujer. Grande fue su sorpresa al reconocer a Lady Parkinson. La mujer estaba inconsciente, el vestido que llevaba estaba manchado de sangre.
-¡Maldición! -Siseo entre dientes, cargándola con facilidad, se pregunto quien seria capaz de haberla lastimado de esa manera.
No se necesitaba ser un genio para saber lo que le había ocurrido siendo que las manchas de sangre en el faldón del vestido hablaban por si mismas.
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Sentado en el trono medita largamente, robar los pensamientos de otra persona es algo sencillo para el tipo de magia oscura que aprendió a manejar en la última década. El elfo oscuro no pudo poner resistencia mucho menos en el estado en que se encontraba cuando lo encontraron en un shock.
Los pensamientos y últimos recuerdos podía verlos, casi como a él le hubiera ocurrido. Tenía que reconocer que el nivel de la magia del elfo es bastante aceptable, no por nada es el actual líder de los elfos oscuros. Es precisamente por esta razón que el interés en la princesa es completamente entendible y legitimo.
La princesa de dos reinos es un tema que ha sacudido los cuatro reinos desde el primer día que se supo de su existencia y que logro mantener con vida al Rey Granger y desentrañar el complot creado para hacerse con el control del reino de Talamh.
Hermione Granger la primera reina que terminara con el gobierno patriarcal, un título que a sido pospuesto porque siendo una guerrera está dispuesta a sumarse a la lucha. Ahora descubre que sobre todos lo que se habla de ella hay un tema que quizás nadie conozca, posee una magia poderosa con raíces mixtas.
La codicia brillo en sus ojos serpentinos al percatarse la raíz de la magia que utilizo para salvar a la mestiza rubia. Por supuesto que hay algunos casos documentados de magos con dos raíces de magia distinta cuando los padres poseen diferentes elementos, sin embargo, conforme el niño en el que existen dos diferentes elementos créese, uno de los dos elementos comienza a predominar hasta termina siendo solo un elemento el que persiste con fuerza.
En el caso de la princesa Granger en quien se detecto la magia de aire y de tierra, cuando su existencia se hizo de dominio publico y fue examinada, el origen del aire era a penas detectable, entonces ¿En qué momento se arraigó con mayor fuerza el elemento de aire? Y como fue posible que pudiera manejar incluso una raíz elemental de agua.
Por esa razón decidió convocar a Dralaith a primera hora esa mañana, la orden fue contundente.
-Trae a la princesa de dos reinos viva ante mí.
Dralaith sonrió complacido por la orden.
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