~°• 01: Primer Encuentro. •°~

• Reino de Möbius: 1546 •




Su corazón estaba acelerado a tal punto que sentía que casi se le salía del pecho. Su visión era borrosa a causa de las lágrimas que opacaban su bello rostro. Los sollozos eran lo único que la acompañaba seguido de sus pisadas mientras corría por el inmenso e interminable bosque, sin darse cuenta de que se dirigía a una parte que estaba prohibida.

Tenía muchas emociones negativas: dolor, tristeza, odio...
Solo quería huir de ellas, huir de lo que sentía, quería huir de su cruda realidad.

Sus púas largas que adornaban su cabello estaban recogidas en una coleta que se meneaba con brusquedad. Algunos mechones rebeldes se escapaban del agarre de su liga y su vestido azul celeste se mecía de igual manera con el movimiento de sus zancadas.

Lo que antes era un verde y colorido prado, ahora era oscuro y marchito. Algunas ramas secas de los árboles muertos y arbustos iguales se enterraban en su prenda, así como en su piel rasgandola dejando leves rasguños en sus brazos, rostro y piernas. Inclusive la elegante cola de caballo se deshizo cuando una ramita se atoro en su liga.

Limpio las lágrimas de sus ojos con el dorso de su mano para poder ver a dónde se dirigía, aunque ya era demasiado tarde...

Tropezó por una raíz rebelde de uno de los gigantescos árboles cayendo al suelo de cara, destrozando por completo si vestido dejando más marcas en su cuerpo. Su rodilla, brazos y mejilla derecha sangraban un poco.

Se enderezó con los brazos temblando, su respiración agitada y sus ojos entrecerrados. Gritó de frustración y golpeó la tierra repetidas veces. Quedó de rodillas y luego se dejó caer en sus glúteos retrocediendo hasta quedar recargada en el maldito árbol que la había hecho caer. Encogió sus rodillas y las abrazó escondiendo la cabeza en sus brazos, con sus púas largas cubriendo el resto de su rostro. Se sentía perdida, se sentía rota... Una parte de su vida le fue arrebatada de una forma inesperada...

No muy lejos de ella, un caballero de armadura oscura movió sus orejas al escuchar su grito. Corrió rápidamente en su dirección pensando que se trataba de algún enemigo. Su espada ya estaba desenvainada dispuesto atacar. Al escuchar sus sollozos, se detuvo cerca de un árbol opuesto al que estaba.

Se quitó el casco pensando que tal vez estaba viendo mal pero no. Reconocería esas púas rosas en cualquier lugar. Su mirada carmesí soltó un leve destello y una leve sonrisa adorno su rostro por breves segundos, ahora tenía su misma cara apática y neutra. Guardó su espada.

—No deberías estar aquí, Nimue.



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• Reino de Möbius: Actualidad. •




Se despertó por la tenue luz de la luna que entraba por su ventanal, además del sonido ensordecedor de la alarma de la ciudad cuando había peligro. Agachó sus orejas intentando opacar el ruido y al mismo tiempo las apretó con sus manos. Sus púas estaban erizadas al igual que el pelaje de su piel, si corazón latía violentamente. Cerró los ojos con fuerza y apretó los dientes.

—¿¡Pero ahora que mierda esta pasando!? —gritó hacia la nada. Cómo pudo, se levantó de la cama aventando las cobijas hacia un extremo. Tomo un short de mezclilla y un top con mangas cortas color azul. Amarro sus cortas púas en una coleta y tomó su telecomunicador que yacia su mesa de noche mientras caminaba hacia la salida de su hogar. La alarma seguía sonando pero ya se había acostumbrado al sonido, aunque aún sentía sus tímpanos palpitar.

No tardó mucho en recibir una llamada y fue cuando se fijó en la hora. Eran las tres de la madrugada.

—¡Chicos! —gritó ella al momento en que una pantalla holográfica apareciera desde su aparato en mano con la imagen de sus amigos —¡¿Que pasó?!

—¡Eggman! —respondió el zorrito amarillo —¡Está atacando el centro de la ciudad!

—Ese hijo de pu-

—¡Sonic ya está allá! —la voz del equidna rojo se hizo presente interrumpiendo la maldición de la rosada. Cerró la puerta de su casa y se dirigió hacia el centro, que por suerte no estaba tan lejos.

—¡Bien, los veo en un segundo! —apreto un botón y el holograma desapareció terminando la llamada. Se apresuró dando largas zancadas hasta que al llegar, frenó en seco al ver varios robots teniendo rodeado al erizó cobalto, el cuál hacia en el suelo levantándose con ayuda de sus brazos y sacudiendo la cabeza. Parecía aturdido.

Un robot con forma de pulpo iba a atacarlo con uno de sus tentáculos metalicos. Fue ahí cuando Amy hizo aparecer su martillo y corrió saltando por encima del erizo golpeando el brazo robótico con éste rompiéndolo.

—¡Ammes! —se alegró el de orbes verdes al ver a su amiga y compañera aterrizar a su lado y ayudándolo a levantarse. La alarma ya había dejado de sonar.

—¿Estás bien? —preguntó. El otro iba a responder pero fue interrumpido por el sonido de otra voz conocida para ambos.

—¡Llegamos a tiempo! —gritó Knuckles.

—¡Sonic! —se acercó a él corriendo una ardilla café. Lo rodeó del cuello con sus brazos haciéndolo tambalear con la fuerza del abrazo. El contrario rio entre dientes correspondiendo rodeándola de la cintura apegandolo más a él.

—Estoy bien, Sally —la rosada solo sonrió al verlos, pero el momento fue interrumpido por la voz del cara huevo.

—Bueno, bueno, pero ¿Que tenemos aquí? —comenzo a decir recargando su codo en el borde de la cabeza del robot donde estaba manejando él, con su barbilla apoyada en sus nudillos —. Al fin están todos presentes, creí que tenía que esperarlos más —sonrió con burla mientras acomodaba la punta derecha de su bigote con su mano libre.

—Eggman, son las tres de la mañana —siseó la rosada poniendo una mano en su cintura y recargando su peso en su lado opuesto— ¿No duermes o qué?

—¡Jojojojo! Claro que duermo —se burló en respuesta —, pero no podía desaprovechar esta oportunidad.

—No te preocupes, calvito, te venceremos en un dos por tres —se señaló e hizo una pose heroica mientras sonreía con superioridad.

El humano solo se rió y ordenó a sus otros robots atacar mientras él seguía en el pulpo gigante. Cómo ahora estaban todos, fue sencillo derrotarlos. Los que antes eran imponentes robots quedaron reducidos a pedazos de chatarra.

Eggman comenzó a preocuparse y jalar su bigote con frustración cuando vio a los cinco integrantes del team Sonic ponerse frente a él, siendo quien estaba en medio el erizo cobalto con el paliacate en el pecho.

—Se terminó, Eggman —dijo éste frunciendo el ceño, la eriza recargó el martillo sobre su hombro derecho, Sally hacia desaparecer sus cuchillas provenientes de los anillos que adornaban sus muñecas poniendo su diestra frente a su rostro con una sonrisa de victoria, Knuckles tronaba sus nudillos y Tails seguía elevado gracias a las dos colitas utilizadas como hélices mientras golpeaba una llave perica contra la palma de su mano izquierda.

El mencionado temblaba y abrió los ojos, cubiertos por sus lentes oscuros, con asombro fingido. Amy levantó una ceja incrédula ante su reacción y parecía ser la única que lo había notado.

—¡Oh, no! El equipo Sonic me ha vuelto a vencer, que desgracia la mía... —puso una mano en su frente para darle dramatismo a la situación. Sonic iba a lanzarse a atacar con su Spin Dash, pero la de orbes jade lo detuvo poniendo una mano contra su pecho.

—Aguarda, Sonic —pidió sin quitar la mirada de encima del humano —, está fingiendo.

—¿Qué? —volteo a mirarla confundido solo por unos segundos, luego regresó su vista hacia el enemigo, y este sonreía.

—Vamos, Sonic, ven a atacarme -insitó llamándolo con una mano —. Termina con esto de una vez.

Ignoró por completo la mirada de advertencia que le aventó su amiga y procedió a correr a toda velocidad haciéndose bolita para impactar encontrá del pecho del robot que Eggman manejaba. Sin embargo, ese impacto nunca llegó. Otro ataque igual proveniente de una bola oscura con destellos rojos, evito que el héroe llegará a su objetivo, obligandolo a retroceder cayendo en el mismo lugar donde había tomado velocidad.

—¿¡Pero qué-!?

A lado del gordo, suspendido en el aire, apareció un erizo azabache de ojos rojos y vetas de igual color en sus púas. Sus brazos estaban cruzados sobre su pecho haciendo resaltar el pelaje blanco que lo adornaba, su mirada brillaba con odio y era lo único que lo distinguía en la oscuridad de la madrugada.

El villano aplaudía con euforia —¡Gran entrada, Shadow! —felicitó mientras, de la cabeza del robot en el que estaba, se desprendía una esfera flotante, desplomandose el cuerpo de la máquina en seco sobre el suelo.

—Cállate —siseó, su voz era ronca y áspera, parecía estar furioso. Un escalofrío le recorrió el cuerpo al bigotudo -Eres una vergüenza para todos los villanos. No pudiste derrotar a estos payasos con tu maquinaria de mierda con toda tu maquinaria.

—¿Ese idiota acaba de decirnos... ¡Payasos!? —cuestionó Knuckles mirando a Sonic señalando al azabache.

—Ti-tienes razón Shadow, soy una basura comparado contigo —respondió nervioso —¡Pe-pero estás aquí! Me puedes ayudar a derrotarlos...

Shadow solo gruñó y rodó los ojos.

—No estorbes —ordenó.

Su mirada carmesí regresó hacia los ojos esmeraldas del cobalto, quien frunció el entrecejo apretando sus puños con fuerza.

—Dejenmelo a mi, ustedes vayanse.

—Estas jodiendo ¿No? —respondió Amy rodando los ojos bajando su martillo.

—Sonic, no te dejaremos solo —la ardilla castaña puso una mano sobre su hombro dedicandole una sonrisa confiada y reconfortante. Éste solo la miro por el rabillo del ojo y bufó.

—¡Bien! Pero no se metan —y sin dejar que respondieran, se lanzó hacia el de color oscuro, pero éste al instante desapareció y apareció detrás del héroe. Una patada directo en la espalda le hizo caer al suelo.

—Patético —murmuró Shadow bajando lentamente desde donde estaba hasta quedar con los pies en la tierra. Todos sé percataron que sus tenis, o "Air shoes" eran los que le permitían alcanzar la misma velocidad de Sonic y lo que le permitía suspenderse sobre el suelo. Sin embargo, aún estaban atónitos ante su poder de teletransporte.

Sonic volvió a levantarse sacudiendo la cabeza por el polvo. Sus púas se erizaron por el coraje y su respiración se hizo pesada y agitada. Volvió a hacer su teletransportación, apareciendo justo frente al azulado, tomándolo del cuello con su diestra cortándole la respiración.

—Eres débil —apretó el puño de su mano izquierda y tomo vuelo para lanzarle un puñetazo en el estómago al mismo tiempo que soltaba su tráquea y volaba varios metros lejos.

Una bola de energía Chaos fue creada en ambas manos y las lanzó en dirección al contrario que yacia en el suelo intentando recuperar un poco de aliento. A duras penas las esquivo.

Pero esa energía fue percibida por el equidna, quien abrió los ojos con sorpresa, apretó sus puños con furia, enarco las cejas y caminó lentamente llamando la atención del resto.

—Knuckles, ¿que haces? —preguntó la rosada al ver a su hermano caminar a paso decidido y con el ceño fruncido por la ira que comenzaba a crecer.

—El hijo de puta tiene una esmeralda... —respondió quedando a pocos metros del mencionado azabache.

—¿¡Qué!? —exclamaron todos a la vez dedicandole una mirada sorprendida y a la vez furiosa al equidna.

—¿¡No dijiste que las tenías todas!? —Tails era el más alterado de los cuatro.

—¡Si las tenía! —respondió con irritación girandose en su dirección —Hasta que la rata con alas me robó una...

—¿Quien? ¿Rouge? —preguntó la rosada —¿¡Y por qué no dijiste nada!?

—¡Me daba vergüenza! —admitió aún más irritado apretando su entrecejo desviando la mirada —Esa maldita rata le dió la Esmeralda, y la voy a recuperar.

Sin dejar que respondieran, se giró nuevamente hacia el azabache, quien estaba acercándose hacia el héroe, comenzando a correr hacia él haciendo un brazo hacia atrás doblando el codo tomando vuelo para soltar el primer golpe.

—¡Devuélveme la Esmeralda, maldito! —grito con furia. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, dejo salir el golpe. Shadow logró bloquearlo pero aún así, lo hizo retroceder, dejando un camino de tierra hundida a sus pies.

Sus brazos estaban en forma de "X", cuando dejó de arrastrarse, bajó los brazos y sonrió con malicia y burla.

—Ven por ella —su respuesta solo lo hizo enfurecer más. Volvió a acercarse, pero está vez dirigió sus puños hacia el suelo, levantando un pedazo de él y golpeándolo para mandarlo en dirección al erizó veteado, el cuál no se inmutó. Se mantuvo quieto en su lugar hasta que estuvo lo suficientemente cerca de impactar el gran pedazo de tierra contra él, formó una bola de energía en su diestra y la impactó contra el bloque, haciéndolo pedazos y levantando algo de polvo.

El equidna tuvo que curbiese con el antebrazo para que no le entrara polvo a los ojos junto a los otros tres que estaban a una distancia detrás de él. El polvo se disipó y el erizo desapareció.

—¿¡Qué diablos!? —murmuro el equidna, volteando hacia todas partes, pero no lo vió, ni siquiera el resto del equipo.

Sonic apenas se estaba reincorporando. Un dolor agudo apareció en sus costillas del lado derecho, hizo una mueva y se cubrió la zona con la mano contraria mientras se ponía de pie. Miró en dirección al equidna y justo en ese instante, detrás de él apareció Shadow.

—¡Detrás de ti! —fue demasiado tarde. El de orbes escarlata propino una patada en su espalda, demasiado fuerte que sintió los huesos de su columna tronar. Fue lanzado hacia el azulado impactando cuerpo a cuerpo, rodando unos cuantos centímetros más.

—¡Knuckles! —grito la rosada.

—¡Eso estuvo increíble, Shadow! —aplaudió Eggman, quien seguía flotando en su esfera robótica. Su bigote se curvo hacia arriba en una enorme sonrisa que dejaba ver sus perlas blancas —¡Acaba con ellos de una vez!

Shadow se irritó y se apareció encima de la nave del bigotudo y lo tomo por el cuello de su abrigo rojo.

—No me digas qué hacer —siseo entre dientes acercándose a su rostro, enviándole una orda de escalofríos que recorrieron toda su columna —, ahora lárgate, antes de que también decida matarte.

Sus cejas se levantaron exageradamente, sus ojos se abrieron detrás de las gafas oscuras, su mandíbula se apretó y su piel perdió color transformándose a un tono pálido parecido a un muerto. Su garganta se seco. Tragó saliva sintiendo como ésta raspaba su garganta.

—¿M-me sueltas? P-pa-para que me pueda ir... —balbuceó. Shadow lo miro de arriba abajo con desprecio y desden, luego lo soltó. Bajo de su nave y aterrizó en el suelo sobre sus dos pies.

Eggman no perdió tiempo, comenzó a mover el volante y se fue perdiendose en el cielo.

Tails, Sally y Amy corrieron hacia los cuerpos golpeados y casi inconscientes de Sonic y Knuckles, pero antes de que pudieran llegar a ellos por completo, el veteado se interpuso, con los brazos cruzados enviándoles una mirada fría, haciéndoles que cada hueso de sus cuerpos temblara.

—Sabes quien soy ¿Verdad? —preguntó la ardilla, en un intento de calmar su pánico interior. Su corazón latía con rapidez y sus ojos tiritaban de miedo —¡Soy la princesa Sally Acorn, y si me tocas te vas a arrepentir!

Shadow se rio entre dientes y desvío la mirada un poco.

—Entonces, matarte me será más placentero —su voz era demasiado ronca enviando un escalofrío por todo su cuerpo. Cada fibra muscular de su cuerpo se tensó.

Amelia estaba asustada, preocupada, ansiosa... Tenía muchas emociones en conjunto que ya no sabía ni como sentirse. Su corazón palpitaba por la adrenalina y sus ojos viajaban del erizo azul y rojo hacia el erizo color negro. Apretó su martillo en mano a tal punto de que sus nudillos se tornaron blancos debajo de sus guantes.

En un movimiento, la eriza aprovechó que él estaba prestando su atención hacia su amiga. Aventó su martillo en su dirección, dándole directamente en la cara, provocando que cayera al suelo y se arrastrará varios metros lejos.

—Yo lo distraigo, ustedes ayuden a Knuckles y a Sonic —dijo dedicandoles una mirada rápida a sus amigos.

Tails asintio y tomó la mano de Sally para sacarla un poco de su trance.

Amy regreso su mirada al erizó, quien sacudió la cabeza y la miro demasiado molesto. Vio el martillo a su lado y estiró su mano para poder tomarlo, pero ella chasqueo los dedos desapareciendolo y haciéndolo aparecer en su mano derecha.

—¡Deja de lastimar a mis amigos! —dijo poniéndose en posición de pelea, apretando el mango de su arma.

—¿O qué? —siseo mientras se ponía de pie mirándola directamente a los ojos —¿Que vas a hacer, mocosa?

—No me retes. —respondió en el mismo tono comenzando a correr en su dirección, queriendo dar un golpe nuevamente con su martillo, sin embargo, Shadow ahora lo tomó en el aire, provocando que ella se tensara un poco. Aplicó más presión en el martillo intentando que impactara contra su rostro, pero no lo consiguió.

Él igualmente apretó el agarre ejerciendo fuerza para evitar que tocará su piel. Cerró el puño de su mano libre y tomo vuelo para darle un golpe a ella en el estómago, pero se sorprendió cuando detuvo el golpe con su otra mano.

Miró estupefacto, la mano algo pequeña de ella agarrando la suya con fuerza evitando que impactara su golpe.

Ambos tenían la mandíbula apretada al igual que sus labios formados en una línea, las venas de sus frentes se marcaba debido a la presión que estaban ejerciendo. Se miraron a los ojos. Una guerra interminable entre sus orbes rubí y jade. Sus corazones latentes por la adrenalina que parecían sincronizarse a medida que pasaban los segundos.

De sus manos unidas se desprendían rayos de energía verde y rojo respectivamente, pero ninguno de los dos lo notó, hasta que esos destellos se hicieron más grandes a medida que la presión entre sus manos se incrementaba.

Pedazos de tierra y polvo se levantaron a su alrededor, rodeandolos en una atmósfera a la luz de la luna.

Los rayos de energía se hicieron más grandes y pesados, luego, una explosión. Ambos cuerpos cayeron en direcciones opuestas, arrastrándose de espaldas, recibiendo un golpe en la cabeza dejándolos aturdidos.

—¡Amy! —el grito de sus amigos se hizo lejano. Los cuatro se acercaron a ella a paso un poco lento debido a que dos de ellos ayudaron a los herido a caminar apoyándolos contra sus cuerpos.

Su visión estaba borrosa, sus orejas sumban por la repentina explosión, levantó su mano con la que había detenido la del enemigo, estaba temblando y seguían saliendo destellos color esmeralda.

Se enderezó con algo de esfuerzo, los músculos de sus brazos temblaron cuando se apoyó con ellos. Sally llegó a su lado al igual que Knuckles, quienes le estaban gritando que reaccionara. Su consciencia fue recuperándose poco a poco al igual que sus sentidos. Sacudió la cabeza y escuchaba y veía perfectamente ahora.

—¡Amy! Por Chaos... ¿Estás bien? —preguntó el erizo color rojo poniendo una mano en su hombro agachandose a su altura.

—Si, creo que sí...

—¿Que carajo fue eso? —preguntó Sally ayudando a levantarla.

—Yo... No lo sé —balbuceo, llevando una mano a su frente sosteniendola mientras negaba.

Shadow se levantó, igual que ella se sacudió el polvo del cuerpo y dirigió su mirada a ellos. Sonic endureció su mirada nuevamente y apretó su puño derecho, mientras seguía cubriendo sus costillas del mismo lado.

—La próxima vez, no tendré piedad con ninguno de ustedes —habló entre dientes mirándolos a cada uno —. Voy a matarte, Sonic, te lo advierto —el mencionado solo apretó los dientes casi rompiéndolos. Shadow dirigió una última mirada a la eriza, quien lo veía con los ojos entecerrados, el pecho de ambos subía y bajaba con brusquedad. El azabache gruñó, mostrando su molestia y desapareció frente a sus ojos en un destello.










Hola hermoses :3

He regresado. Ya no podía esperar para publicar el primer capítulo de esta historia después de publicarla y borrarla como tres veces JAJAJAJAJA.

Espero que les guste, no olviden darle amor y apoyo con sus comentarios y sus estrellitas.

No sé cada cuando voy a publicar, así que tenganme paciencia, jiji. Lo que si les puedo asegurar es que ahora sí esta versión es la definitiva.

Sayonara, mis amores.

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