25
Theo caminó todo el camino regreso a su casa, iba a paso lento porque no quería llegar en realidad. Tenía la mirada gacha e iba pateando una piedra como si fuese una pelota de fútbol. No sabía cómo sentirse, quizás si hubiese hablado rápido no estaría metido en todo ese lío, o posiblemente sí, porque a veces hay cosas que deben suceder.
Se detuvo en el Dush, pensó que una malteada lo ayudaría a sentirse mejor, entró y se acercó a la barra. Jenny, la dueña del lugar, lo saludó. Pidió una malteada de chocolate y esperó a que se la sirvieran para luego tomarla y caminar por el lugar para buscar una mesa vacía.
Se sentó en una de dos que estaba cerca de las máquinas de arcade, le echó un vistazo y se encontró a Stuart, el hermano de Minerva, jugando en una de ellas. Sabía que él solía venir con su amigo, así que no se le hacía extraño encontrárselo.
Caminó hasta él.
—Hey, Stuart—lo saludó—. Hola Gastón—saludó al amigo que estaba a un costado de la máquina.
—Hola Theo—saludó Stuart sin quitar la mirada de la pantalla, Gastón sólo se dedicó a darle un saludo con su mano—. Minerva me dijo que la chica que te gusta los descubrió con lo de las pruebas.
—Sí, no sé realmente qué hacer con eso.
—Sólo deberás esperar—respondió.
—Eso es tonto—intervino Gastón—. Él no hizo nada malo, es ella la que se armó una película en su cabeza—rodó los ojos—. Debes buscarla, decirle la verdad y que ella te diga lo que quiere hacer con eso; no pueden ser sólo amigos o dejarte en el limbo. Tomas lo que te ofrece y ahí decides si quieres o no.
—Deja de darle esos consejos al chico—se quejó Stuart—. A Theo sí le importan los sentimientos de las personas.
Theo rio por la expresión que había hecho Gastón.
—Pienso que debe buscar a la chica y declararse.
—Ya lo hice, bueno, no cuando se enteró pero sí antes—mencionó Theo—. Creo que tenía algo con ella.
— ¿Qué puedes tener con ella con catorce años? —Stuart le dio una patada a la pierna de Gastón—. ¡Auch! Deblin que eso duele, igualito a Keyla tenías que ser. Es mi karma esa chica.
—Bueeeeno—alargó la E—. No era mi novia ni nada pero sí salía con ella, quizás como novios pero sin etiquetas. Me gusta mucho ella.
—Más a mi favor—respondió Gastón—. Ve y díselo ahora. Que importa si ya la viste hace una hora, regresa a su casa y hablen.
—Opino lo mismo, es lo mejor para ti—Theo asintió, no sabía qué más decirle a Sol pero si ellos consideraban que había que hacerlo entonces seguramente era lo correcto. Debía tener algo más que un no podemos volver a como estábamos antes.
Ni siquiera sabía cómo estaban antes como para entender a lo que no podrían ser.
~•~
—Así que regresaste—dijo Sol al verlo—. ¿Por qué?
—No hemos llegado a una conclusión, decir que no podemos seguir como estábamos antes no me dice nada—respondió Theo, Sol se sentó en el sillón de la sala y Theo la siguió.
—Cuando vi que mi foto estaba en tu computadora sólo pensé: por favor, que no sea él—confesó—. No quería que fueses tú el chico que había hecho los test, ni menos el que usó mi información personal para acercarse. Me sentí usada, me sentí una más de las chicas que te siguen, esas que mienten con que te besaron; sentí que no conocía al verdadero Theo y que el chico que conocí sólo era una falsa imagen que él había creado—su voz se quebró al decirlo.
—Te mostré toda la verdad de mí—le dijo—. Incluso podría decir que eres una de las que más me conoce del salón, luego de Minerva y Guillermo porque estamos juntos desde hace mucho tiempo. Y no pienso que seas una chica más, eres Sol, la única chica que realmente me gusta.
Ella bajó la mirada y suspiró. ¿Por qué todo debía ser tan complicado? Ella tenía catorce años, no debería de estar complicándose la vida por un chico.
—Podemos iniciar desde cero, ¿qué dices? —preguntó él, ella tomó su mano.
—Theo, eres un chico inseguro, puedes hacerle ver a todo el mundo que no, que eres coqueto y te encanta serlo, pero sé que es sólo una máscara que tienes para protegerte—le dijo, Theo iba a apartar su mano pero Sol se aferró a ella—.Los test son una muestra de eso, si te gusta alguien no necesitas estar completamente seguro para invitarla a salir, sólo lo haces y te aferras a lo que pueda suceder después. La vida estará llena de esas situaciones, en donde necesitarás arriesgarte y salir de tu zona de conforto y creer más en que tú puedes hacerlo.
—Sol para.
—No, lo hago porque te quiero y quiero que tú también lo hagas—habló, Theo cerró los ojos y asintió—. Tenemos catorce años, en unos meses yo cumplo los quince y todavía así no soy lo suficientemente grande como para que me sienta de esta forma.
—Somos demasiado jóvenes como para sufrir por amor—ella sonrió y asintió.
—Lo somos, esto no es nada para lo que nos espera en un par de años—le dijo—. Te quiero Theo, pero necesito que tú te quieras primero. Esperemos a que acabe el año y maduremos, debes amarte y creer más en ti y ahí podremos salir o lo que quieras que suceda entre nosotros.
—Quiero que durante ese tiempo sigas siendo mi amiga.
—Lo seré, me quedaré a tu lado sólo si me prometes algo.
— ¿Qué? Pide lo que quieras.
—Deja esas pruebas—pidió—. Si te divierte hacer los test como forma de entretenimiento para el resto de estudiantes entonces sigue, pero deja las pruebas de compatibilidad y arriésgate a salir con la chica que te guste sin tener la aprobación de una computadora. Eres un chico increíble y créeme que cualquier chica del salón lo sabe, muestra quién eres y esfuérzate en conocer a la otra persona por tu cuenta.
—Será complicado—suspiró—. Llevo con esa prueba mucho tiempo—la miró y sonrió—, pero puedo hacerlo, puedo comenzar dejando poco a poco todo eso.
Se acercó a ella y besó su mejilla, Sol rio por eso y lo tomó de la cara para besarlo en los labios. Él olvidaba por momentos que ella tenía más experiencia que él, pero no era un inconveniente, realmente le encantaba.
Quizás las cosas debían terminar de esa forma, por muy complicado que fuese iniciar desde cero. Era lo más grato que se podía hacer, era lo que lograría que él se diera más valor de lo que se sentía y para Sol era agradable saber que él intentaría todo para seguir con lo que ella le había pedido.
Quererse a sí mismo suena fácil, pero en realidad es una tarea que puede llevarte años lograr. Sin embargo es lo más importante que debes tener, es lo primordial para iniciar una relación con cualquier persona, no puedes amar a alguien más cuando no te amas a ti mismo, no funcionará, no se sentirá real.
Hay que darse valor, hay que conocerse mucho más que antes. Saber lo que es mejor para uno y lo que es preferible evitar, todo se basa en simples acciones que logran un cambio, y no hay que avergonzarse nunca de quién se es, menos aparentar algo equivocado.
Theo lo había entendido desde el inicio, para que pudiese triunfar con Sol debía amarse a sí mismo y estaba dando los pasos para eso. Quizás en un tiempo, quién sabe cuánto, él pudiese referirse a ella como algo más que la chica que le dio su primer beso.
Aunque dicen que el primer beso no se olvida y que los recuerdos de ello permanecerán contigo para siempre.
Igual que esta historia.
¿Fin?
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