CAPÍTULO 7. Vale...
Natalia
—¿Estás mejor? —pregunta una vez acabado el recorrido de vuelta a casa.
Asiento convincente y salgo del coche.
David se queda extrañado por lo sucedido, su cara me lo dice todo. Le conozco demasiado bien, al igual que él creo que me conoce a mí. Le he tenido que mentir poniendo como excusa que lo que me está doliendo es la nota que el profesor me ha puesto en la exposición, cuando en realidad todo es una maldita farsa para no dar a luz mis sentimientos. No soporto más esto. Todos parecen darse cuenta de ello excepto él.
—¿Quieres que me quede? —cuestiona preocupado saliendo también del coche.
Colocándose a mi lado pasa uno de sus brazos por encima de mis hombros y me estruja contra su pecho.
—No, no hace falta David gracias. Estoy bien —le aseguro.
—¿Seguro? —pregunta una vez más.
Me separo de su cuerpo con cuidado, asiento y fuerzo una sonrisa.
—Como quieras. Si necesitas algo ya sabes, no dudes en llamarme. Sabes que para ti estoy disponible las veinticuatro horas del día ¿vale? —me recuerda.
Se coloca frente a mí y acaricia con sus pulgares mis mejillas mientras asiento con la cabeza.
—No te preocupes por esa nota, sólo es una nota más —dice sin darle importancia.
Me remueve el pelo de manera juguetona y seguidamente besa mi mejilla izquierda.
—Vendré luego a verte si puedo —anuncia antes de volver a rodear el coche para montar en el.
—David espera —le llamo.
Él para sus movimientos y me mira.
—Ve con cuidado.
—Lo haré.
Arranca el coche mientras va despidiéndose de mí sacudiendo la mano de lado a lado, al igual que yo. Una vez que se aleja lo suficiente suspiro mirando al cielo. Muerdo mi labio inferior con fuerza tratando de contener las lágrimas que están al borde del precipicio.
Sacudo la cabeza un par de veces para ver si así consigo despejarme, y luego giro sobre mis talones dispuesta a entrar a casa. Oigo el crujir de algo, como de hojas secas y me paro en seco antes de seguir caminando. Echo un vistazo hacia la izquierda, hacia la derecha, en todas las direcciones que me son posibles pero no consigo ver nada. Supongo que sólo han sido imaginaciones hasta que oigo que me llaman.
—Ts —escucho chistar a alguien.
Volteo la cabeza de un lado hacia otro. Nada, no hay nadie.
—¡Buh! —gritan en mi oído.
—¡Ah! —chillo.
Doy un respingo echándome las manos al pecho. Mi respiración se agita por momentos, o mejor dicho por segundos hasta que logro verle frente a mí. Es Jorge.
—¿Te he asustado? —pregunta sonriendo enseñando sus dientes.
Me gusta su sonrisa y el par de hoyuelos que le salen al hacerlo.
—¿Tú qué crees? Pues un poco —le digo soltando una pequeña risa, la primera del día.
—Lo siento, no era mi intención —se disculpa.
—¿Querías algo? —le pregunto—. Quizás... ¿Sal?
—No, está vez es azúcar —bromea siguiéndome el rollo—. En realidad... —rasca su nuca una y otra vez mirando al suelo—. Me preguntaba por qué has salido así del instituto —coloca bien sus gafas y se cruza de brazos mirándome.
Me encojo de hombros.
—Por una nota. Me han puesto un siete y quería un diez —le contesto sin pensar.
—Ya claro... —ríe irónico.
—Me tengo que ir —anuncio—. Adiós Jorge siempre es un placer hablar contigo.
Le doy la espalda y me encamino dispuesta a entrar de una vez en casa.
—¡Espera! —grita deteniendo mi avance sujetándome de la mano—. ¿Es por David verdad?
Niego con la cabeza de lado a lado.
—Natalia no hace falta conocerte tan bien para saberlo, me es suficiente con lo que ya te conozco —dice.
Jorge apenas me conoce de nada, excepto por esos días en los que nos hemos acompañado mutuamente a casa. Bajo mi vista al suelo, mirando las puntas de mis zapatos por no mirarle a la cara.
—Nat puedes confiar en mí... —su voz es tranquila, da paz.
—David ha comenzado a salir con Vir y bueno yo... —sorbo por la nariz y froto mi nariz con el puño de la sudadera.
Sin poder resistirme abrazo a Jorge. Él reacciona rápido y sus brazos se aferran a mi cuerpo. No dice nada, mantenemos el silencio así dándome espacio para pensar. Le doy un apretón al que me responde él con otro más fuerte, parece una lucha por ver quién de los dos estruja más fuerte al otro.
—Si tienes que llorar, llora —susurra en mi oído.
Estaba conteniendo las ganas de llorar delante de él, no quiero parecerle débil cuando siempre voy de chica seria. Dicen que las que más callan son las que más sufren. Ahogo un sollozo sobre su pecho y él va dejando suaves caricias en mi pelo.
Me prometí no volver a llorar más por él, me lo prometí un día y tengo que cumplirlo.
—¿Mejor? —asiento—. Encontraras a alguien mejor que David, además dudó mucho que aguante más de una semana con Vir.
Rio por lo que acaba de decir, es la verdad. Es imposible que alguien como lo es David dure con una chica más de una semana.
—Tienes razón.
—¿Ves? Hasta tú que eres su mejor amiga lo dices. Además David no se merece a alguien como tú —dice convencido de sí mismo.
Retira las lágrimas de mis mejillas con sus pulgares. A lo mejor lleva razón.
—¿Y qué hago?
—No sé —se encoge de hombros—. Hazle ver que te puede perder, si reacciona a eso es que a lo mejor le importas más de lo que piensas.
Me quedo pensativa mirándole.
—O díselo, dile que te gusta —dice como segunda opción.
—¿Y si por eso le pierdo?
Siempre termino haciéndome la misma pregunta.
—Tienes razón... —chasquea su lengua al compás que sus dedos.
Me rio tras su gesto. Me parece de lo más gracioso. Estar estos escasos minutos con Jorge me han hecho más reír que llorar, al contrario que con David, él me hace la mayoría del tiempo llorar.
Ellos dos son como el yin y el yang, no tienen nada que ver el uno con el otro.
—Y si duran, suponiendo esta hipotética suposición —habla mientras hace comillas con sus dedos índice y corazón—. Será una relación basada entre infidelidades.
Jorge se ríe, y yo me rio con él.
—Sí, David es así desde siempre. No tiene remedio—digo negando con la cabeza.
—En fin, uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde —concluye.
—Ahora sí que me tengo que ir, mamá se estará preguntando que donde estoy —le dedico una sonrisa.
—Nos vemos mañana —dice despidiéndose así de mí.
Puede que Jorge tenga razón, puede que tenga que hacerle saber que me puede perder. Puede que si hago eso reaccione. Recuerdo cada momento vivido junto a él, cada uno de ellos es inolvidable y los llevo grabados en la mente como si hubiesen sido ayer mismo.
Recuerdo desde que tengo uso de razón la primera vez que probamos a darnos un beso en los labios como hacían los mayores, cuando lo hicimos ambos pusimos cara de asco diciendo que eso no volvería a suceder, o como cuando David me pilló a escondidas con Luis besándonos y le dio una paliza porque decía que yo era muy pequeña para hacer esas cosas. Por aquellos entonces David ya comenzó a ser el que es ahora y yo comencé a sentir algo por él desde la primera vez que le vi con una chica. Les veía juntos y me cabreaba, le decía que le odiaba por hacer eso, pero me di cuenta de que lo que verdaderamente sentía eran celos.
—¡Oye Jorge! —grito después de mi lucha interna y antes de entrar a casa.
Él parece no oírme ya que no se gira.
—¡Jorge! —vuelvo a gritar.
Esta vez sí parece oírme y se gira hacia mí.
—¿Te llegas mañana por mí para ir al instituto juntos? —pregunto medio gritando.
Le veo fruncir ceño. Algo me dice que no se ha enterado de nada.
—¿El qué? —grita.
—¡Que te llegues mañana para ir al instituto! —chillo dejándome la voz en ello.
—¡Vale! ¡Nos vemos mañana! —levanta uno de sus pulgares y me lo enseña.
Por fin logro entrar a casa.
—¡Mamá ya he llegado! —grito para que se entere.
Dejo la mochila y agarro el móvil. Al comprobarlo veo que tengo un mensaje de David. Me hace gracia el nombre que nos pusimos ambos, él me tiene como "La mejor amiga del mundo" y yo como "El mejor amigo del mundo"
Mensaje nuevo
De: El mejor amigo del mundo
» ¿Estás bien?
Mensaje nuevo
De: Nat
» Sí, perfectamente.
» PD: Mañana no te llegues a casa por mí.
Mensaje nuevo
De: El mejor amigo del mundo
» ¿Por qué? ¿Seguro que estás bien? ¿Quieres que vaya? ¿Me necesitas?
Mensaje nuevo
De: Nat
» Estoy bien David, no te necesito por ahora, sólo que mañana me iré con Jorge.
Mensaje nuevo
De: El mejor amigo del mundo
» Vale...
Y realmente no sé si ese "vale" viniendo de su parte es que no le importa o que le importa más de lo que pienso.
Gracias por el apoyo y los comentarios, ya hemos entrado en la lista de posiciones y estoy en la trescientos y algo gracias a ustedes!
Me pasaré por el perfil de toda aquella peesonita sepsi que deje un mensaje aquí. Os dejaré un súper mensaje sepsi en el muro.
¿Hacemos cadena de números? Empiezo yo:
1
Besos, os quiero❤
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top