CAPÍTULO 15. Nos hemos besado
Natalia
Despierto notando que un brazo envuelve mi cintura.
El pánico se apodera de mí en unos instantes y reacciono abriendo los ojos de par en par. No sé a quién pertenece este brazo, y a penas recuerdo lo que paso anoche. La cabeza me da enormes punzadas y quiero girarme hacia el lado contrario para ver el rostro de la persona que se encuentra a mi lado, pero el brazo por encima de mí me impide el giro.
No tengo ni una mínima idea de dónde es donde me encuentro.
Paredes azules son las que invaden las cuatro paredes de esta habitación. Me deshago con suavidad del brazo para evitar que se despierte el dueño de él y comienzo a girar con torpeza sobre mi cuerpo lentamente hasta encontrarme con el rostro de David frente a mí.
Dejo escapar un largo suspiro al saber que se trata de él. Entonces empiezo a recordar lo que paso anoche. David y yo nos besamos por primera vez y subimos hasta esta habitación riéndonos a carcajadas que no se acababan nunca hasta que volvimos a besarnos, y luego mientras hablábamos nos quedamos dormidos. Eso es todo. Por fin después de tantos años se cumplió eso que tanto ansiaba un día.
Sus labios se encuentran entre abiertos mientras da leves ronquidos que apenas se pueden oír. Está tan guapo durmiendo. Muerdo mi labio inferior con fuerza al verle así y no puedo resistir en acariciarle la mata de pelo rubio con cuidado, tratando de no despertarle para seguir observándole. David comienza a hacer mohines arrugando la nariz y abre los ojos perezosamente. Por un momento pienso que va a reaccionar como la última vez que aparecimos juntos y que no va a recordar nada de lo sucedido, pero simplemente me abraza.
—Buenos días... —murmuro pegada a su pecho.
Me tiene tan pegada a su cuerpo que me es imposible articular las palabras en condiciones.
—Anoche te besé, anoche nos besamos... —es lo primero que dice cuando abre la boca.
Doy un suspiro al saber que recuerda todo lo sucedido, pero no sé bien si es de alivio. Seguidamente deja un beso sonoro sobre mi frente con toda la delicadeza del mundo y da caricias en uno de mis brazos.
—¿Lo recuerdas de verdad? —pregunto dudosa todavía.
—Sí... —afirma en apenas un susurro audible.
—No quiero que esto cambie nada entre nosotros, fue un error que no volverá a pasar —contesto nerviosa.
No le veo muy convencido de que ayer en la noche le gustase lo que hicimos. Aunque sólo fueron unos simples besos, parece horrorizado al recordarlo.
—No Nat, no pienses eso —dice rápidamente incorporándose apoyándose contra su codo—. Fue... Fue raro pero a la vez fue... Fue maravilloso.
Unos nervios comienzan a resurgir en mi interior.
—¿Te gustó? —le pregunto.
—¿Recuerdas que de pequeños dijimos que no nos volveríamos a besar en los labios? —pregunta.
Yo asiento con la cabeza.
Sin mediar palabra se acerca un poco más a mí y colocándose a mi altura lleva uno de sus pulgares hasta mi barbilla, acariciando esta con delicadeza y haciendo así que le mire directamente a los ojos. Se inclina un poco más hacia delante hasta que consigue hacer contacto de mis labios con los suyos. Se siente tan bien que pasaría así el resto de mis días.
Comienza a mover sus labios sobre los míos con suavidad, a lo que le correspondo gustosamente y acaba situándose encima de mí con sus antebrazos y piernas a cada uno de los lados de mi cuerpo con cuidado de no aplastarme. Sus manos comienzan a descender lentamente hacia las curvas de mi cintura, y luego va bajándolas un poco más sin llegar a sobrepasarse de mi límite establecido.
—Pues quiero que sepas que somos unos mentirosos —susurra en mi oído riendo y a continuación deja reposar su frente contra la mía.
Asiento con timidez y noto como sus labios se curvan formando una sonrisa contra los míos.
De nuevo vuelve al ataque, pero esta vez todo es más intenso. Cuando su lengua invade mi boca miles de oleadas de calor invaden mi cuerpo, y mis manos van dirigidas por si solas hasta dar con su mata de pelo rubio, dando pequeños tirones suaves en este que le hacen gruñir. Sus manos se pasean libremente por todo mi cuerpo a la vez que van descendiendo y yo me revuelvo incómoda bajo su cuerpo.
—David... —murmuro en el instante en el que sus labios no tocan los míos.
David comienza a dejar un recorrido de besos seductores desde mi clavícula hasta mi cuello y así lo hace sucesivamente unas cuantas de veces más. Consigue ponerme cada uno de los vellos de punta. Cierro los ojos con fuerza y tiro de su cabello esta vez un poco más fuerte. Nunca llegué a sentir una sensación tan placentera como la que estoy sintiendo ahora mismo. Esto me gusta, estoy disfrutando del momento. Un momento que nunca llegué a pensar que sucedería entre nosotros dos, y el cual creo que estaba deseando que pasara.
Me estremezco bajo su cuerpo de una manera extraña, no sé si de manera incómoda o porque me gusta, solo sé que me estoy dejando llevar.
Todo parece un buen comienzo tanto de año, como de día.
—Nat, te quiero —susurra en mi oído con la voz entrecortada.
Sonrío inconscientemente hasta que noto como una de sus manos toca el borde de mi ropa interior. Mi cuerpo reacciona al sentirle, haciendo así que me tense por completo y deje de besarle.
—David... —carraspeo mi garganta un par de veces antes de seguir hablando pero me impide seguir con ello.
Sus labios de nuevo se depositan sobre los míos. Dejo escapar un largo suspiro. Mi respiración se agita aún más de lo que ya lo estaba y David sigue con sus caricias juguetonas.
—¿Estás bien? —me pregunta separándose un momento de mí para mirarme a los ojos.
—No, no lo sé... —le digo con sinceridad, no sé qué decir al respecto.
Él sigue besándome y yo me encuentro petrificada. Esto no está bien. Necesito que pare de hacerlo.
—David —consigo decir con voz alta y clara.
—¿Seguro que estás bien? —vuelve a preguntar.
Con la mano que le queda libre aparta el pelo que estorba en mi cara y deposita un pequeño beso sobre mi mejilla.
—Quiero que pares, no quiero que nada de esto cambie nada entre nosotros. Por favor para... —le digo en modo de suplica.
Posiciono mis manos sobre su pecho y le empujo hasta conseguir separarle un poco de mi lado.
Frunce ceño extrañado. Supongo que no está acostumbrado a que nadie le diga que pare de hacer lo que apenas acaba de comenzar, pero yo soy la excepción como siempre lo he sido. Hace caso a lo dicho y una vez que para de hacerlo se levanta de la cama donde nos encontramos tumbados.
—Yo... —sus mejillas están completamente coloradas, puede que este avergonzado ahora que somos conscientes de lo que acaba de pasar—. Voy a ir por algo de desayunar y a decirle a Yoel que estamos aquí. Ahora vuelvo.
Asiento tratando de tapar mi cuerpo con los brazos lo máximo posible. Una vez que David abandona la habitación me pongo en pie y me arreglo la ropa. Bajo mi vestido, el cual estaba demasiado subido para mi gusto, y trato de sacarle las arrugas dando varias pasadas con mis propias manos sobre él, pero no me sirve de nada porque sigue igual de arrugado que al principio.
Todo ha pasado tan rápido y en tan sólo un par de horas. Siento una sensación extraña en mi interior, entonces me doy cuenta de que es más que nada miedo. Puede que ahora después de todo esto nada vuelva a ser lo mismo. Nos hemos dejado llevar de tal forma que hemos acabado haciendo cosas que nunca en mi sano juicio hubiese llegado a pensar. Me avergüenzo de mí misma y me avergüenzo aún más porque quizás acabo de ser una más de su larga lista de conquistas. Seguro que nada hubiese llegado a suceder si estuviésemos cuerdos. Creo que el alcohol aún está presente en nuestros cuerpos y ha sido el causante de este acontecimiento tan inesperado para ambos.
Agarro el teléfono móvil, el cual encuentro en la mesita de noche y rápidamente abro la conversación que mantengo con Jorge para enviarle un mensaje.
Mensaje nuevo
De: Nat
» Acabo de hacer una locura
Su contestación no me tarda en llegar.
Mensaje nuevo
De: Jorge
» ¿Qué ha pasado?
Prefiero omitir ciertos detalles así que comienzo a escribir un par de cosas.
Mensaje nuevo.
De: Nat
» Nos hemos besado
Le escribo.
Mensaje nuevo
De: Jorge
» ¡Bien! Primera fase completada.
El mensaje incluye una carita sonriente y guiñando uno de sus ojos.
Mensaje nuevo
De: Nat
» ¡No! ¡No está bien! Tengo un problema.
Mensaje nuevo
De: Jorge
» ¿Qué problema?
Mensaje nuevo
De: Nat
» No sé si voy a poder mirarle a la cara después de esto.
Y la verdad es que dudo mucho que realmente pueda hacerlo.
Aquí un poco de salseo *_*
¿Que os pareció el cap?
¿Pensáis que David iba a lo que iba o que lo han hecho inconscientemente?
Me muero.
¿Creéis que Nat podrá volver a mirarle a la cara?
Cuantas preguntaaaaaassss *monito WhatsApp*
PD:
Actualizare miércoles y domingo, y no me es posible el miércoles actualizare los viernes.
No olvidéis votar y comentar, gracias a ustedes estoy en el puesto 153 de novela juvenil (al menos la última vez que lo miré)
¿Os espero en el próximo? ¡Comentario aquí!
Un besazo y mil gracias por leer❤
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top