CAPÍTULO 14. ¿Qué pasaría si te besase ahora?
Natalia
Cenas familiares, en eso se han resumido los días de Navidad.
Mis notas han sido de esperar, sobresalientes, excepto un notable. Ahora que ha llegado noche vieja hemos quedado todos los alumnos de clase en casa de Yoel, a quién le dejan hacer todo lo que se le venga en gana. Por algo es una de los más populares en el instituto, al igual que David, sus fiestas son muy mencionadas por todos. Para esta noche he elegido un vestido granate ceñido de media manga. En estas épocas se suelen llevar los colores oscuros. Termino de dar mis últimos retoques haciendo el último tirabuzón en mi pelo y listo, ya estoy preparada para que comience la fiesta.
—¡Natalia quedan solo un par de minutos para tomarnos las uvas! ¡Corre! —escucho gritar a mi madre desde la planta de abajo, donde está reunida toda la familia.
Lo que más me gusta de la Navidad es que nos juntamos toda la familia y al menos, por unos días, estamos todos unidos.
Alcanzo los zapatos de tacón negro, hoy es una ocasión especial y por eso los voy a utilizar.
Comienza un nuevo año lleno de sorpresas, nuevas etapas y algún que otro inconveniente seguro. Bajo las escaleras con cuidado de no tropezar, con lo patosa que soy no me extrañaría eso de caer de bruces contra el suelo.
—Nueve, diez, once y ¡doce! —cuentan todos a la vez gritando mientras tratan de comerse las uvas.
—¡Feliz año nuevo! —gritamos todos a la vez.
Todos los aquí presentes brindamos las copas de champagne que ha servido mamá y luego nos vamos saludando con un par de besos en cada una de las mejillas deseándonos un "Feliz año nuevo". Una vez que la celebración en familia se acaba ya estoy lista para salir de casa y dirigirme a la fiesta. David me dijo que llegaría diez o quince minutos después de las campanadas.
Al fijarme en la hora y ver que son pasadas las doce y cuarto escucho el claxon de un coche, el que me hace saber que David ya está aquí fuera esperándome.
—Mamá me voy —le digo al oído.
—No llegues muy tarde y ten cuidado. Si bebes algo tapa el vaso y si lo sueltas no vuelvas a cogerlo ¿vale? —asiento. Ella como siempre tan sobreprotectora conmigo.
Seguramente en la calle hace un frío que pela, así que tan rápido como salgo de casa corro como puedo y me permiten los tacones hacia el coche de David. Cuando me adentro en el me doy cuenta de que está calentito por la calefacción que lleva puesta. Rápidamente poso la mirada sobre David, echándole un vistazo de arriba abajo. Está guapísimo con los pantalones negros y la camisa blanca que lleva puesta.
—Feliz año —me dice sacando media sonrisa.
Esa sonrisa adorable que siempre pone.
—Igualmente.
Me inclino un poco hacia él y nos damos un par de besos en las mejillas.
—Vas muy guapa —me halaga—. Esta noche follas.
Por accidente mi codo se dirige hacia sus costillas y le golpeo.
David conduce mientras va tarareando la canción que ahora suena en la radio. Llegamos a casa de Yoel en tan sólo unos diez minutos y una vez cerca de allí se comienza a escuchar la música resonar a toda volumen a través de los altavoces.
Es increíble la cantidad de gente que nos hemos reunido aquí hoy. David y yo salimos del coche y él me sujeta de la mano mientras vamos caminando. Me sujeta la mano con tanta fuerza que parece que me la vaya a romper, o más bien siento que me la está destrozando. Seguimos caminando entre la multitud, saludando de paso a nuestros compañeros de clase deseándoles un "Feliz año nuevo" y seguimos nuestro camino.
—¡David tío! —exclama Yoel—. ¡Feliz año!
Los dos se funden en un enorme abrazo y se golpean la espalda de una manera exagerada sin parar.
—Igualmente —le dice David.
—Por allí en aquella barra está la bebida, serviros vosotros mismos —nos informa—. Nat, feliz año a ti también —me desea sujetándome la mano y dejando un beso sobre ella.
—Gracias e igualmente —le devuelvo con una sonrisa.
Yoel se despide y nosotros nos dedicamos a camina hasta llegar a la barra improvisada que nos ha indicado Yoel. David agarra las primeras botellas que pilla a mano y se sirve por sí sólo como si estuviese en casa.
—¿Dónde está tu novio? —pregunta gritando en mi oído.
—¿Qué novio? —frunzo ceño y rápidamente caigo en la cuenta.
Jorge.
Golpeo mi frente con la palma de la mano abierta. Soy una despistada.
—Jorge —me recuerda él tendiéndome un vaso.
David acaba de servir dos copas, y si piensa que voy a beber alcohol esta noche está muy equivocado. Tal vez no pasa nada si bebo tan sólo un pequeño sorbo de la copa que me está tendiendo. La gente dice que cuando bebes pierdes la vergüenza, y las ganas de bailar aumentan. Nunca he probado el alcohol, a lo mejor ha llegado la hora de probarlo, de emborracharse y de hacer alguna que otra locura típica de adolescentes.
Sin pensármelo más le arrebato el vaso rápidamente de las manos y del tirón me lo llevo a los labios dándole un enorme sorbo al líquido que este contiene en su interior.
—¡Eh, eh Nat! —David me retira con rapidez el vaso de los labios.
El líquido que acabo de tragar parece quemar en mi interior a lo largo de mi garganta.
—No bebas tan seguido. Es malo bebértelo todo de golpe y creo que no te apetecerá aparecer en una de las tantas habitaciones que la casa del capullo de Yoel contiene con algún hijo de puta, porque... ¿Sabes qué le pasaría a ese hijo de puta? Que le partiría la cara.
—Tienes razón, ¡quizás es hora de hacer alguna locura! —grito y vuelvo a tomar un largo trago del vaso.
—¡Nat! —me grita David intentando detenerme.
No lo consigue, es más, le arrastro hasta la pista de baile y cuando termino mi segunda copa, David ya va por la cuarta y parece como si no llevase nada en el cuerpo, a diferencia de mí, a mí todo parece darme vueltas y tengo muchas ganas de bailar. Científicamente comprobado:
Las primeras veces que bebes alcohol es cuando más pronto te afecta, ya que no estás acostumbrado a ingerirlo con frecuencia.
David me apega a su pecho sujetándome de la cintura, de manera que mi trasero queda pegado a la parte de su entrepierna. Este comienza a moverse de lado a lado sensualmente y yo empiezo a seguirle los movimientos como puedo. Bailamos, o al menos lo intentamos por un buen rato hasta que cansada de hacer siempre lo mismo me giro de cara a él apoyándome contra sus hombros.
—Nat —leo en sus labios mi nombre—. ¿Qué pasaría si te besase ahora?
Mi corazón golpea con mucha fuerza sobre mi pecho. Quiero que lo haga. En cuestión de segundos el ambiente que nos rodea parece desaparecer. La gente desaparece, la música desaparece y sólo quedamos él y yo en el centro del salón. Recuerdo que supuestamente tengo novio entonces bajo mis manos hasta su pecho para detener cualquiera de sus movimientos, si es que los hay o sólo comienzan a ser alucinaciones mías.
—Jorge... —susurro.
David comienza a reírse. Puedo observar cuan coloradas tienes las mejillas cuando le da la luz de algún foco y apuesto a que yo estoy igual o incluso mucho peor que él.
—Eres una mentirosa —se deshace de las manos que mantengo aún colocadas sobre su pecho y se acerca a mí.
—Y tú no lo vas a hacer porque también lo eres —le digo en apenas un susurro.
Saca media sonrisa y de repente sin esperar nada a cambio estampa sus labios sobre los míos.
Siento como mis piernas flaquean. Esto es demasiado para mí. David me sujeta posicionando sus manos en la parte baja de mi espalda para mantenerme cerca de su cuerpo, y luego poco a poco las va bajando hasta dar con mi trasero.
David sonríe contra mis labios, esto sí que es un buen empezar de año.
—Quiero seguir besándote, pero no me apetece seguir haciéndolo aquí —dice pegando su frente contra la mía dando un largo suspiro.
Asiento como una completa idiota. No sé qué es lo que me pasa, pero a cada paso que doy parece que el suelo baila bajo mis pies. Todo se mueve a mí alrededor. David camina tirando de mí hasta el piso de arriba y nos encerramos en una de las primeras habitaciones que encontramos. Una vez dentro comenzamos a reírnos a oscuras, definitivamente estamos muy borrachos y por eso nos hemos besado.
—Nos hemos besado —dice mi mejor amigo dejándose caer contra la pared.
No para de reír, lo que me hace reír a mí también sin parar. Me contagia la risa.
—¿Estoy borracha? —pregunto riendo, como no.
—Muy borracha, ¿y yo? —hablamos con lentitud y trabándonos al hacerlo.
—Muy borracho —rio con ganas.
David tira de mí hasta que caemos encima del colchón que hay en esta habitación sin parar de reír. No paramos de hacerlo, no podemos hacerlo.
—¿Te beso? —pregunta y yo asiento.
Se deja caer a mi lado, apoyándose sobre uno de sus codos y se acerca a mis labios para volver a besarme. Sus labios se pierden en los míos, al igual que lo hace su lengua batallando por introducirse en mi boca. Comienza a deslizar sus expertas manos con total cautela y desasosiego por todo mi cuerpo. Miles de caricias y sensaciones comienzan a apoderarse de mí.
—Te voy a... —suelta una gran carcajada—. Be-sar —pronuncia a cámara lenta.
—¿Besar? Ya lo estás haciendo —rio fuerte después de decirlo.
Baja una de sus manos hasta dar con mis muslos y comienza a enrollar mi vestido hacia arriba. Yo me remuevo incómoda bajo su cuerpo. Nunca nadie me había tocado así. No soy consciente de nada, sólo sé que estoy disfrutando de su compañía y de sus caricias. A continuación, desliza su boca de mis labios a mi cuello, dejando un sendero de besos por todo su alrededor. Sus besos son sonoros, y a mí producen cosquillas, así que me rio cada vez que sus labios se posan en mi piel. David comienza a reírse conmigo y deja de besarme.
—Nat, ¿Y si soy ese hijo de puta con el que te encuentras mañana por la mañana? —pregunta riendo.
Me detengo a pensar. Él me conoce mejor que nadie y quiero, o mejor aún, necesito que mi primera vez sea especial y creo que lo sería aún más si fuese con él.
—Creo que no me importaría.
Para mis nuevos lectores he de deciros que está era mi primera novela. Tendré mil fallos, lo sé. Tengo que corregirlos, lo sé. Sólo espero que os quedéis para ver mi evolución cual pokemón mientras avance la novela.
¡Besito, besito!
Aquí huele a ... *inserte palabra*
¿Que os pareció el cap? Comentadme que tal.
Por cierto muchas gracias por los mensajes que me dejáis me hacen muchísima ilusión recibir cosas así *carita llorando*
Nos leemos en el próximo❤
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