La primera ola

                  

Año 10500

Han pasado muchos años, la tierra ya no es lo que antes solía ser, con el pasar de los años y la sociedad consumista de hace algunos años, la tierra quedó devastada y por la alta contaminación hizo que en cada país fueran más regulares los desastres naturales.

En mi ciudad como estamos muy cerca de las costas siempre hay huracanes provocando grandes inundaciones.

Mi nombre es Kathy y tengo 20 años, tengo un hermano menor de 7 años llamado Dylan.

Hemos pasado los últimos años tratando de sobrevivir, desde  que nuestros padres murieron hace dos años,  he cuidado de mi hermano, si pudiera daría mi vida por él.

—Kathy ven aquí, encontré comida.

Corrí hasta llegar donde estaba m hermano, él estaba viendo con un brillo muy especial la comida.

Tomé las naranjas.

—Esta noche comeremos naranjas.

Agarré la mano de mi hermano y caminamos hasta la casa.

Ahora no había comida, electricidad o agua potable, era muy difícil sobrevivir, pero de cierto modo habíamos sobrevivido.

Mi hermano fue a nuestra pequeña casa, Natalia estaba afuera sentada mientras roía un hueso.

—Hola. —Dije.

—Hola, ¿Encontraste comida?

—Solo naranjas, puedes pasar por la casa y comer una.

—Gracias... Por cierto, debemos estar atentos, la gente del centro dice que vendrá una gran tormenta.

— ¿Qué? —Dije. —La tormenta de la semana pasada fue muy fuerte, muy apenas salimos vivos.

—No entiendes, esta no es una tormenta cualquiera, es la tormenta mayor... Jamás habíamos visto una como esta.

—Bueno tenemos que estar pendientes.

Me metí a mi casa, que era más bien una choza estaba hecha de hojas y ramas, si el huracán venía no duraríamos ni 10 minutos.

Comencé a partir las naranjas, le di algunas a mi hermano y comenzamos a comer.

Ya era muy tarde así que nos fuimos a dormir, soñé con un mundo donde los humanos habíamos tomado conciencia y habíamos hecho algo para cambiar este futuro, donde ya no tiraban basura, donde ya no usaban continuamente el carro, donde las fabricas no mataban los bosques y contaminaban nuestros ríos y lagos.

Me desperté porque me estaba cayendo agua en el rostro, me limpie la cara y entonces vi como el agua caía del techo.

Salí de mi casa y vi que estaba lloviendo.

Oh no.

Corrí adentro y desperté a mi hermano.

—Tienes que despertar, viene el huracán.

Él un poco adormilado se levantó, tome la mochila y eche todo lo que usaríamos en algún futuro.

Le puse la chaqueta a mi hermano y salimos, yo me acerque al campanario, eso lo usábamos para avisar a todos los vecinos que se acercaba un fenómeno natural.

Comencé a tocar la campana una y otra vez, las personas comenzaron a salir histéricas de la casas.

Cargué a mi hermano y corrí para el lugar seguro, había una zona en las montañas donde no llegaba el huracán, comencé a correr solo tendríamos 10 minutos, ya que la lluvia se había venido con mucha intensidad.

Me caí y mi hermano recibió todo el golpe, me levante muy rápido.

— ¿Estas bien? —Pregunté.

—Sí, solo que pesas mucho.

Me reí, lo tome de la mano y comenzamos a correr, entonces voltee y vi como una gran ola de más de 30 metros se avecinaba hacia nosotros.

—Sube.

Ayude a mi hermano a subir al árbol, él subía muy lento, cuando llegó a la rama más alta, yo comencé a escalar el árbol, cuando llegué a la mitad estaba sudando o tal vez era la lluvia, sentía como si estuviera respirando fuego, creo que estaba roja de tanto ejercicio.

Logré llegar arriba y entonces vi a Natalia, ella corría.

—Natalia.

Ella volteo asustada, comencé a bajar el árbol.

—Sube. —Le grite.

Natalia comenzó a escalar, mientras yo bajaba para ayudarla, entonces vi como venía una ola, si bajaba más moriría.

—Vamos, más rápido.

Ella trato de subir, estaba a poco centímetros de mi mano, además de que la ola cada vez estaba más cerca.

Natalia extendió su mano, baje mi mano, pero entonces la ola golpeó con fuerza el árbol y ella cayó, después la perdí de vista.

—Natalia. —Dije con lágrimas en los ojos.

— ¡NATALIA!

Sentí como mi abdomen dolía, además de que mi corazón latía con mucha intensidad, me mordí el labio para no sollozar, tenía que ser fuerte para mi hermano.

Subí hasta llegar a mi hermano.

— ¿Natalia?...

—Ella está en el hotel con nuestros padres.

Cuando mis padres murieron no sabía cómo explicárselo a mi hermano, así que le dije que ellos se fueron a un hotel en el cielo, por siempre....

—Entiendo....

—Ahora tenemos que esperar a que baje el...

El árbol comenzó a tronar, después vi cómo se caía.

—Sujétate. —Le dije a Dylan.

El árbol cayó y sentí horrible, el tronco comenzó a flotar así que lo usamos como un barco.

Tome a mi hermano y lo puse delante de mí, lo sujete con muchas fuerzas mientras el tronco se iba con mucha intensidad, sentía la brisa sobre mi rostro.

En frente de nosotros había una inmensa (por así decirlo) cascada, sujeté a mi hermano con fuerza, la bajada fue lo más horrible sentía un horrible hueco en mi estómago, era como si estuviera en aquel juego "El dragón", la caída hizo que el agua nos mojará completamente, comencé a titiritear de lo frío que estaba.

Vi un árbol, de la mochila saqué una soga, puse la mochila en mi espalda y con la soga me ate a mi hermano.

—Quiero que me abraces, no te separes de mí.

Él se puso en mi espalda, me abrazo, respire hondo y salté, el agua instintivamente me arrastró, con todas mis fuerzas nade al contrario de la corriente, logré llegar al árbol y me quedé un momento agarrada del árbol tratando de recuperar mis fuerzas.

Mi hermano comenzó a subir el árbol, cuando estuvo seguro yo comencé a subir.

Logré llegar a la rama y ahí nos estuvimos hasta que el agua se calmó.

Bajamos y el agua nos quedaba hasta la cintura.

Comenzamos a nadar hasta llegar a la montaña, logramos subir hasta un lugar seguro, tuvimos que seguir escalando por días hasta lograr llegar a la cima, cuando llegamos paso algo que creí que era imposible, un helicóptero bajo y se estacionó en la montaña.

Unos señores se bajaron y yo trate de ocultar a mi hermano.

Ellos se acercaron a nosotros.

—Creo que ustedes son los indicados.

Trate de decir algo pero entonces vi como alguien me inyectaba sentí un profundo sueño y todo se volvió negro.

Desperté asustada estaba en un lugar totalmente negro, mi hermano fue lo único que pensé.

—Dylan.

Las luces se encendieron y todo era totalmente blanco, había una ventana en frente de mí, no lograba ver lo que estaba del otro lado pero estaba segura que ellos si me veían.

Una voz hizo que la piel se me pusiera chinita.

— ¿Qué hago aquí?, ¿Quiénes son ustedes?

—Mi nombre es Michael, que es lo último que recuerdas Kathy.

No entendía nada de lo que estaba pasando, ¿Cómo sabían mis nombres?

—Sé lo que te has de estar preguntando... Creo que te debemos muchas explicaciones, hace muchos años el mundo quedó devastado.... Las guerras, la contaminación hizo que el mundo como lo conocían se extinguiera, solo quedaron unos pocos, los encerramos en un lugar donde había y ocurrían desastres naturales a diario, para ver quiénes eran los más fuertes y merecedores, alguien que estuviera dispuesto a todo, incluso hacer cosas que nunca creyó hacer como escalar montañas, salvar a su hermano....

No entendía nada.

—Bienvenida a Isalia.

Las puertas se abrieron, caminé con miedo y entonces vi algo que me dejó anonadada era un lugar donde había mucha fauna y flora.

Todo esto, todo esto había sido para saber quiénes merecían estar aquí, era la ley del más fuerte, a ellos no les importaban si mataban a miles de personas.

Entonces me di cuenta que mi vida nunca me había pertenecido, siempre había sido de ellos... Si hubiera querido yo hubiera muerto.

Vi como mi hermano corría entre las flores, por lo menos él estaba a salvo, si él estaba a salvo todo estaría bien.

Tengo que encontrar una manera no sé cómo le haré pero acabaré con todo esto.

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