2. Adaptarse al cargo
E.E.U.U, Washington, Casa Blanca.
8:15 a.m.
Cinco minutos después, Stiles estaba vestido de manera informal, saliendo del cuarto para ir al comedor. Una vez allí, se encontró con guardias en las esquinas, a su padre sentado leyendo el periódico, a su mejor amigo y mano derecha comiendo, al informático del lugar "charlando" con uno de los guardias y a sus armeros disfrutando el desayuno mientras charlaban. Cave recalcar que todos estaban vestidos de forma formal e informal a la vez.
—Hola, buenos días a todos.
Stiles sonrió mientras iba a sentarse al lado de Scott Mcall, su mejor amigo, mientras sentía las miradas de todos; vio como su padre suspiraba.
—Hijo, ya se que no te gusta, pero no puedes ir tan informal, sobre todo teniendo en cuenta tu cargo.
Stiles gruñó con irritación; vale, tal vez unos vaqueros y una camiseta no fueran buena idea, pero es que él no se sentía cómodo en traje.
—Lo siento papá, pero me gusta vestir así.
Todos en la sala, incluidos los guardias, se esforzaron por no reír ante semejante pelea.
—Te comprendo, pero no puedes ir así.
—Hombre, poder puedo, y querer quiero.
—Ya, pero no debes.
La conversación termina cuando un hombre entra en la sala.
—Señor, he estado hablando con mi amigo... y ya viene hacia aquí.
Todos en la sala asintieron, escuchando atentamente, hasta que John preguntó.
—Lahey, ¿estás seguro de que es bueno en su trabajo? No quiero más decepciones, y él seria el guardaespaldas de Stiles.
El hombre, Isaac Lahey, sonrió recordando a su amigo.
—Derek Hale es el hombre perfecto para el cargo señor, confíe en mí.
9:30 a.m.
Cuando todos terminan de cenar, Stiles, su padre y Scott se dirigen hacia el ala este de la Casa, llegando frente a una puerta y abriéndola John, dejando ver un gran despacho con una mesa de madera fuerte en el centro, dos sofás a los lados, un gran ventanal atrás y tres estanterías repletas de libros.
—Bien Stiles, ya sabes, tu despacho.
John sonrió a su hijo mientras este miraba todo con interés.
—Es genial...
—Lo sé, y aquí es donde te reunirás con tus más allegados para tratar cualquier tema.
De repente suena una voz desde un alta voz al lado de la puerta.
—Señor Stilinski, señor Mcall, a llegado el señor Hale.
Ellos asintieron y John salió del despacho luego de sonreír a su hijo; Scott miró a su amigo.
—¿Crees que podrás?
Stiles supo de inmediato a lo que se refería.
—Sí Scott, eso creo... Bueno, tienes que irte, yo me iré... adaptando.
Scott con un suspiro abandonó la estancia, viendo justo frente a él al padre de su amigo.
—¿Y bien Scott? ¿Qué está haciendo?
Scott suspiró y las palabras salieron solas.
—Está adaptándose al cambio.
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Washington, Aeropuerto.
9:00 a.m.
Derek salió de su avión y, arrastrando la maleta, fue hacia un hombre que sonreía mientras sostenía un cartel con las iniciales D.H, y con una sonrisa creciendo en su boca, se dirigió a éste.
—Vaya Liam, no esperaba que me recogieses tú.
Liam rió, dejando el cartel en el suelo y abrazando a Derek.
—Te extrañé Derek, Isaac está demasiado irritable estos días.
Derek arqueó una ceja mientras se separaba.
—¿Isaac? Liam, dime que no es por esa chica... esa que se apellida gel.
—En realidad es Argent, pero sí, es ella.
Ambos suspiraron al mismo tiempo y se dirigieron a una limusina que les esperaba; abrieron la puerta trasera y se sentaron en la parte trasera.
—Theo, ya puedes arrancar- el coche arrancó y empezó a moverse mientras Liam se acomodaba- Bien Hale, ahora vamos a ir a la Casa Blanca para que conozcas a John Stilinski y a Scott Mcall- al decir ese nombre, hizo una mueca de desprecio que Derek vio- y para que ya de paso veas a Lahey.
Derek asintió, ignorando lo que pasó antes y sirviéndose champán en una copa.
—Tengo ganas de conocerles, y de ver a Isaac... además de a él, por supuesto.
—¿Él?- Liam ladeó la cabeza- ¿Quién es él?
—La persona por la que he venido a Estados Unidos- Derek sonrió mientras bebía un trago- El Presidente, Stiles Stilinski.
9:25 a.m.
Una vez llegaron a la Casa, Derek miró a Liam y luego al edificio de nuevo.
—¿Es enserio? Es demasiado grande.
Liam rió mientras caminaban a la puerta con las maletas de Derek.
—Lo sé amigo, lo sé.
Una vez entraron, se encontraron con muchas personas, miembros de la servidumbre, ir de un lado a otro; unos segundos más tarde, oyeron un como dos personas discutían.
—¡Mira Lahey, me da igual lo que pienses, esta arma es perfecta!
Derek contuvo la risa al ver a su otro mejor amigo discutir con una chica de piel clara, cabello negro y estatura media.
—¡Te repito de nuevo Argent, que se desvía a la izquierda!
La chica, ya al parecer harta, agarró el arma en cuestión y le fulminó con la mirada.
-Eres un imbécil- salió de allí apresuradamente, sin hacer caso a Derek y Liam, mientras despotricaba contra los hombres tercos-.
Derek y Liam se acercaron a Isaac, que apretaba los puños y gruñía.
-Hombre, primera vez que te veo en meses y te encuentro gritando con una chica- Derek elevó una ceja sonriendo.
Pareció que eso sacó a Isaac de su letargo, pues nada más oír eso se lanzó sobre él.
—¡Hale! ¡Cuanto tiempo!
Los tres hombres rieron mientras se abrazaban, sonriendo a más no poder.
—Tíos, me alegro muchísimo de veros, pero ahora quiero ir a dormir.
Ellos asintieron y le dijeron por donde era la habitación, por lo que Derek fue hacia allí solo.
—Supongo que tendré que ir adaptándome al cargo.
Cuando dijo esas palabras, oyó un sonido en otra parte y fue hacia allí, viendo como dos hombres se alejaban de una gran puerta.
–¿Qué habrá dentro?
Derek sonrió y caminó hacia la puerta, abriéndola rápido sin siquiera llamar.
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