Capítulo 5

El timbre suena y todos los alumnos salen como alma que lleva el diablo, yo en cambio me había perdido en mis fantasías con Hunter así que me tardé en reaccionar. Guardaba mis cosas en mi bolso para salir de la clase cuando sentí un leve aliento en mi oreja que me hizo estremecer.

-¿Te ha gustado verme todo el tiempo?

Apreté mi mochila al escuchar su voz aún más ronca. ¡Dios!

-N..No te estaba viendo -dije como pude pero me sobresalté al sentir sus manos en mi cintura.

Comenzó a bajar una de estas hasta hasta levantar mi falda lo suficiente como para meter su mano por debajo de esta y tocar mi intimidad sobre la tela de mis bragas, arrancábdome un jadeo.

-Yo creo que sí. Aquí abajo está tan mojado... -comenta mientras roza sus labios contra mi cuello haciéndome maldecir y que mis piernas flaqueen.

-¿Piensas torturarme o comenzamos de una vez? -dije con una sonrisa.

Él sonríe igual pero contra mí cuello.

-Vas directo al punto... eso me excita - se apega a mi trasero haciéndome sentir su erección.

-Mhmg... -solté jadeando.

Me di vuelta, lo tomé del cuello y comencé a besarlo de forma intensa y pasional. Él me correspondió con la misma intensidad, metiendo su lengua en mi boca y acariciando mis piernas. Me empujó hasta subirme en la mesa enrollando mis piernas en su cintura.

Levantó mi top para liberar mis senos y luego bajó mis bragas para tocarme más directamente. Metió sus dedos en mí, haciéndome estremecer y arquear dejándole mis pecho con mejor accesibilidad la cual no dudó en aprovechar.

Comenzó a bajar sus besos hacia mi abdomen pero justo cuando creí que me haría un oral, sube de nuevo por lo que gruñí frustrada. Él se ríe contra mí piel.

-Nunca esperes que te haga un oral... porque eso no va a pasar -comenta.

-¿Quién eres? ¿Ares Hidalgo*? -mencioné con sarcasmo haciéndolo reír.

-Comparto su idea, sí. Pero no estamos hablando de él ahora.

Antes de que pueda decir algo más él me besa de nuevo y muerde mi labio el inferior. Aprieta mi clitoris con su pulgar y yo me arqueé.

-¡Mhm...!

Lo estaba disfrutando y sabía que él estaba igual. Cuando estuve muy mojada, él se desabrochó el pantalón para sacar su miembro, el cual ya estaba duro, sorpresivamente vi que venía preparado, se puso un condón con agilidad.

Me tomó del cuello por sorpresa, de la buena, y me acostó sobre la mesa pero para que no cayera tuve que enrollar más mis piernas en su cintura pero metiendo su gran miembro en mí.

-¡Ah! ¡Oh Dios! ¡Nhg! -me arqueé.

Jamás me había sentido tan bien en mi puta vida.

Tenía una mano en mi cuello y la otra en mi muslo sujetándome mientras me embestía con brutalidad. ¡Se sentía tan bien!

-¡Hunter! -gemí su nombre animándolo más.

¡Era el mejor sexo de mi vida!

Apreté su miembro aprisionándolo en el momento en que me corrí como nunca antes. Él seguía embistiéndome aunque yo estuviera muy sensible. Noté que su vista estaba en como mis senos que rebotaban junto a mí con cada embestida.

-Empieza a tocarte, linda... esos lindos senos ruegan por atención, dásela -habla él.

Sonrió cuando vio que lo hacía, llevé mis manos a mis senos y agarré mis pezones y comencé a jugar con ellos.

-Eso es... Te está encantando ¿eh? Te encanta como te penetro hasta el fondo mientras tú te tocas -comenta entre embestidas.

-¡Hm! ¡S..Sí! Me encanta -admití.

Él sonríe con arrogancia y sigue embistiendome con fuerza hasta que finalmente se termina corriendo. Ambos respiramos agitados pero satisfechos. Comenzó a arreglar su ropa mientras yo hacía lo mismo y se acercó a mí una vez más.

-Nos vemos, preciosa -dice sonriendo antes de irse.

Solté un suspiro mientras lo veía marchar. Me bajé de la mesa, aunque tuve que sujetarme porque mis piernas estaban debilitadas. Sonreí con diversión, ese había sido el mejor sexo de todos.

***

***

-Y como ustedes fueron los que no estuvieron en mi hora cuando se eligieron las parejas, pues harán el proyecto juntos -dice la maestra, reprochándonos con la mirada.

Observé de reojo a Hunter, que estaba a mi lado y me aguanté la sonrisa y las ganas de abrazar a la maestra.

¡Bien! ¡Te amo universo!

-Está bien, no tengo problemas -respondí.

-Claro, yo tampoco -me sigue Hunter sonriendo. Creo que piensa lo mismo que yo.

-Entonces pueden irse -dice la maestra.

Nosotros asentimos y salimos del aula compartiendo miraditas cómplices.

-Así que... ¿En tu casa o en la mía? -pregunté.

-Si no te molesta venir a mi casa...

-Para nada -respondí de inmediato.

-¿En serio? Porque creí escucharte el otro día llamarla "pocilga" -se cruza de brazos y enarca una ceja.

Me tensé cuando lo recordé. Mierda, olvidé que era hermano de la nerd.

-Solo bromeaba, no te pongas en ese plan -dije nerviosa pero en ese instante sentí como mis ojos comenzaron a arder por las lentillas-. Mierda...

Cerré los ojos pero el ardor era más fuerte al mantenerlos cerrados, así que me di vuelta y los cubrí, siendo la menos disimulada de toda la región.

-¿Sucede algo? -pregunta Hunter.

-N..Nada, nada... entonces en tu casa luego de la escuela, me pasas la ubicación, nos vemos.

Me despedí y salí corriendo hasta el baño, apenas podía ver por dónde iba por estar apresurada y sufriendo por el ardor; nah no sufría, pero sí era tan molesto.

Me quité apresuradamente las lentillas y cerré los ojos un segundo. Estaba lagrimenado un poco por la situación. Pareciera que había cortado cebollas. Me miré en el espejo... observando mi color de ojos natural: verdes.

Cierto que a muchos les gustará este color, pero muchos más prefieren los azules y... al ser estos verdes idénticos a los de mi padre... prefería usar las lentillas. Odiaba el verde, si hubiera sido por mí, heredaba los marrones de mi madre.

Odiaba todo sobre mi padre, lo odiaba a él y lo que le hizo a nuestra familia. Por su culpa mi madre ahora es como es, ya no me abraza, ya no me mira si no tengo el maquillaje y las lentillas, ya dejó de actuar como una madre para mí porque me parezco exactamente a mi padre. Es lo que evitaba ahora: ser él.

Gruñí frustrada y molesta. Tiré las lentillas a la basura y me puse unos lentes de sol bien oscuros y salí casi corriendo de la escuela. Como ya era tiempo de irnos a nuestras casas no tardé en encontrar a Louis. Suerte no le avisé lo de el proyecto.

-Louis, hola... em... tienes las lentillas de repuesto ¿no? -cuestioné apresurada.

-Sí, aquí están -me entrega la caja pequeña.

-Gracias... -sonreí amable-. Aún no arranques el auto que tengo un proyecto con un compañero e iremos a su casa.

-Está bien, señorita.

Me saqué los lentes de sol y abrí la cajita de las lentillas, pero al instante maldecí y empecé a alterarme.

-Mierda... son azules oscuros... -murmuré.

Había comprado mal... eso me pasaba por comprar apurada esa vez y no ver bien el producto.

-Si quieres podemos ir y comprar los adecuados.

-No, así está bien, tardaré y... no quiero que mi compañero piense mal de mí -comenté, aunque ya pensaba bastante mal de mí de todas formas.

Solté una exhalación sonora y cansada, me puse las lentillas aún así y justo cuando terminé de aplicarme las gotas para estas mi celular sonó, al verlo vi que era un número desconocido.

Número desconocido:
Hey preciosa, soy Hunter.
Aquí está la ubicación de mi humilde "pocilga".

Rodé los ojos pero a la vez solté una leve risa y respondí rápidamente a su mensaje.

Zaira:
Solo bromeaba, ya te lo dije.
Te veré allí en un rato.

Hunter:
Yo también estoy bromeando,
no te alteres. Te estaré esperando
para "hacer el proyecto".

Zaira:
Sí.
Haremos el proyecto.

Hunter:
Por supuesto...

Negué con la cabeza riendo mientras le pasaba la ubicación a Louis y él la colocaba en el GPS. Dejé mi celular a un lado pero pronto me invadió la preocupación de que Hunter se diera cuenta del cambio de tono en mis lentillas.

Pff, como si fuera a notarlo. Estoy teniendo mucha fe en un hombre, y más en uno como él. Estoy segura que en lugar de mirar mis ojos miró a mis tetas en más de una conversación.

Él no notará nada.

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