Capítulo 37
Abrí los ojos por la molesta resaca que comenzaba a hacer aparición. Me quejé sujetándome la cabeza mientras me removía en la cama, pensando que era la mía. La luz del sol que me daba al rostro lo empeoraba todo, quería golpearme la cabeza hasta que me dejara de doler.
Abrí los ojos finalmente y noté enseguida que... esta no era mi habitación. Me senté de golpe abriendo los ojos de par en par, estaba desnuda en una cama de un motel y no tengo ni idea de lo que ha pasado. Por favor que el chico sea lindo por lo menos.
Miré a mi lado cuando el chico se removió junto a mí, no estaba preocupada hasta ver de quién se trataba. Casi grité al verlo, me levanté de un salto queriendo tirarme por la ventana por lo estúpida que soy.
Marcos. ¡El imbécil de Marcos era el que estaba aquí! Miré mi cuerpo y el suyo, ambos desnudos.
¡Por Dios! ¡Me acosté con el bastardo de mi ex! ¡¿Seré imbécil?! ¡Ni siquiera sé si usamos protección!
Repentinamente sentí mis ojos picar y un nudo apareció en mi garganta, me vestí en tiempo récord para irme de allí lo antes posible de aquí. Me pasé la muñeca por las mejillas quitando bruscamente aquellas lágrimas mientras miraba mi celular.
Tenía demasiadas llamadas perdidas y mensajes de Hunter, Zack y Tesha.
Le mandé un mensaje a Tesha para que no se preocupara. Pasé por una farmacia para comprar las pastillas necesarias por si acaso, me las tomé en seguida y llamé a Louis.
-¿Podrías buscarme...? Estoy en la farmacia de la quinta avenida, junto a la biblioteca...
-Enseguida, señorita.
Colgué luego de murmurar un casi inaudible "gracias" y solté un sollozo. Quería golpearme a mí misma. ¿Cómo es posible que me haya acostado con la persona que más daño me ha hecho? ¡Soy estúpida!
Cubrí mi rostro con ambas manos y esperé a que Louis llegara, no tardó mucho en hacerlo y cuando lo tuve en frente me subí al auto de inmediato.
-¿Estás bien? -pregunta mientras arranca y me mira por el retrovisor.
-Soy una idiota... -murmuré negando con la cabeza.
Mi voz llorosa al igual que mis ojos aguados le hicieron saber que no estaba bien, pero a la vez él me conocía... sabía que en estos momentos no quería hablar de nada. Se lo agradecí internamente, pero en ese momento mi celular empezó a sonar otra vez.
Era una llamada de Hunter...
Cerré los ojos con fuerza dejando derramar otra lágrima. Apagué el celular, lo lancé al otro lado del auto y abracé mis piernas. Ahora solo quería llegar a casa y encerrarme.
***
***
Mi celular no había parado de recibir llamadas y mensajes, pero los ignoraba por completo. Los recuerdos de anoche poco a poco fueron siendo claros, hasta cuando llegamos al motel con Marcos.
¡Agh! ¡Justamente eso es lo que quiero olvidar para siempre!
Además de que volvió a actuar como un maldito idiota de nuevo. Me dolió cuando entró en mí, ni siquiera esperó a que estuviera lista, también me decía cosas que para nada exitarían a alguien, solo eran insultos...
Apreté los puños y cerré los ojos con fuerza resoplando, pero en ese momento llaman a la puerta, era Camila.
-Señorita, sus amigos están afuera, la están buscando -avisa- ¿Los dejamos pasar?
Me di la vuelta y me cubrí hasta la cabeza aguantando los sollozos.
-Diles que no estoy -respondí, ella suspira y se va sin decir más.
Yo me escondí bajo mis mantas por bastante tiempo; pero me levanté y fui hasta la puerta del balcón, que era de vidrio, para ver por entre las cortinas hacia el frente notando el auto de Hunter y a ellos en la entrada.
Los tres se alejan de la puerta cuando reciben la noticia de que no estaba aquí, se quedan hablando un tiempo. No parecían creerlo y dudaban, Hunter levanta la mirada hasta mí, no podía verme pero era como si supiera que estaba aquí. Resoplé cansada y salí de mi habitación.
Ellos no iban a parar de insistir hasta que no vieran que estuviera bien. Usé el espejo del pasillo para arreglarme y borrar cualquier rastro de llanto en mi rostro. Salí de la casa llamando su atención.
Tesha es la primera en reaccionar y volver hasta la entrada luciendo preocupada.
-Dios, Zaira, al fin aparecer.
La miré por un momento, en silencio. Me mantuve de brazos cruzados contra el marco de la puerta pero suspiré profundo.
-Solo quería que vieran que estoy bien, no necesitan preocuparse. Eso es todo... -quería volver a entrar a casa pero la voz de Zack me hace detenerme.
-¿Qué sucedió anoche? Te fuiste al baño y no regresaste.
-Nada, solo... me aburrí -dije como excusa.
-Bueno, pudiste avisarnos, nos preocupamos por ti -me reprocha Hunter con un poco de sequedad.
-¿Para qué? No quería amargarlos; está bien, no tienen que saber lo que hago o donde, las veinticuatro siete. Ahora, tengo que irme.
-Sucedió algo -afirma Hunter estando muy seguro de ello.
Todos lo volteamos a ver por su seguridad. En mi interior me alegraba pero a la vez odiaba que me conociera...
-Adiós, chicos... -traté de cerrar la puerta.
-Lo admites, entonces -sigue hablando él.
-¿Zaira? ¿Qué ha pasado? -pregunta Tesha confundida.
-Nada. No ha pasado nada -aseguré.
Hunter ríe con amargura y se acerca a mí a paso decidido y molesto. Me sentía nerviosa, quería cerrarle la puerta en el rostro pero fue más rápido y la sujetó.
-Estás mintiendo, se nota. Ha ocurrido algo y quiero saber, qué fue.
-No te importa. Déjame en paz, lárguense de aquí -traté de no tartamudear.
-Creo que ya deberías saber que no voy a hacerme para atrás. Si no me dices qué pasó, yo mismo voy a averiguarlo.
Odiaba su insistencia, odiaba que quería abrazarlo y largarme a llorar. El sentirme segura estando con él y creer que todo estará bien... lo odio, no quiero verme vulnerable enfrente de nadie.
-Hunter... creo que será mejor dejarla, no parece querer decirlo -sugiere Tesha con una mirada deprimida y baja.
-No. Eso es lo que ella espera, ¿para qué somos sus amigos si ni siquiera confiará en nosotros? -habla aún mirándome fijamente.
-No puedes forzarme a confiar en ti -espeté.
-Entonces, ¿no lo haces?
Cerré la boca y bajé la mirada, Hunter afloja la presión que hacía contra la puerta, se endereza y me mira dolido.
-Está bien -dice dándome la espalda.
Hice una mueca teniendo las palabras en mi garganta. Quería soltarlo, decirle lo que pasó para que me consolara...
Me acosté con mi ex; sí, ese mismo que me jodió la vida.
Fruncí los labios y mantuve mi cabeza agachada sin poder hacerlo. Creía que si se lo contaba... él dejaría de mirarme como lo hace, dejaría de tratarme como hasta ahora... pensaba que dejaría de quererme.
Hunter se detiene y me mira por encima de su hombro, noté la mirada deprimida que lo traspasó por pocos segundos. Suspiró volviendo la mirada hacia el suelo.
-Creo que no he llegado en el mejor momento.
Todos levantamos la mirada, yo abrí los ojos de par en par. Los chicos se miran confundidos y sorprendidos de ver al recién llegado.
-Marcos... -solté.
Él sonríe ampliamente deteniendo su andar en frente de todos nosotros. Nos mira a cada uno pero Hunter se le acerca amenazante.
-¿Qué mierda haces aquí?
-Eso no es algo que deba de importarte, perrito guardián -se burla Marcos pero luego me mira.
Mi cuerpo se tensa y tiembla, sabía qué era lo que diría a continuación y eso era lo que más me aterraba. Aunque le fuera a esconder ahora, los chicos lo sabrán... y estaré jodida.
-Preciosa, eso de usarme lo dijiste en serio... Para cuando desperté en el motel tú ya te habías ido.
Las miradas se fijaron en mí, los tres estaban sin poder creer lo que ese imbécil había dicho. Apreté los dientes aguantando el llanto de nuevo.
-Debo de reconocer que eso que dicen de ti es verdad -se acerca aprovechando el desconcierto de Hunter por la revelación-. Te has vuelto tan buena en el sexo que ne haces querer repetirlo todas las veces...
-Cállate -pedí suplicante-. Solo... cállate ya, Marcos.
-Tienes razón... -se me acerca tomándome por la cintura y acercando sus labios a mi oreja.
-¡Hm! -me sobresalté y traté de apartarme.
-Mejor dejemos la charla para luego y vamos a continuar con lo de anoche. Me has dejado queriendo más.
Marcos ríe entre dientes pero repentinamente Hunter lo empuja y lo lanza al suelo.
-Déjala ya, maldito idiota. No vuelvas a tocarle un jodido cabello.
Marcos lo mira fulminante, quería responderle a Hunter pero yo explote antes de que pueda abrir la boca.
-Te dije que me dejaras en paz, te aprovechaste de que estaba ebria para acercarte a mí. Sabías que no estaba bien y usaste mis sentimientos en mi contra ¡Eres un maldito imbécil, Marcos!
Marcos se ríe con sarcasmo mientras se levanta y me observa con ironía.
-Yo no fui quien te llevó a la cama, mi amor. Ni siquiera tuve que insistir; tú querías hacerlo conmigo por voluntad propia.
-¡Cállate! -grité.
Marcos ríe como idiota pero eso solo hizo que se ganara un gran golpe por parte de Hunter.
-¡Hunter! -se sobresalta Tesha al ver como su hermano se colocaba sobre Marcos para golpear su rostro varias veces.
-¡Hunter, basta! -él no me escuchaba.
Hasta yo me asusté por la sangre que manchaba el puño de Hunter. Marcos no se quedó quieto y logró darle un puñetazo en la mejilla, me preocupé pero eso a Hunter no pareció importarle.
-¡Hey! -los guardias de casa se acercan corriendo a detener la pelea junto a Zack.
-Señorita, ¿se encuentra bien? -me preguntan los guardias.
Yo solo conseguí asentir aún paralizada por lo que acababa de pasar, vi la sangre gotear del puño de Hunter y su labio partido y pequeñas heridas en su mejilla.
-Saquenlo de aquí, no quiero volver a verlo -hablé refiriéndome a Marcos quien sonríe a pesar de estar con el rostro destrozado.
-Eres una jodida puta, Zaira. Te haces de la molesta ahora pero ayer estabas más que dispuesta.
Hunter se suelta del agarre de Zack y los guardias para darle otro golpe a Marcos.
-¡Para Hunter! -grita Tesha.
Los guardias vuelven a sujetarlo y se llevan a Marcos arrastrando porque seguía riendo y gritandome cosas.
-¡Ya no puedes borrar lo que pasó! ¡Te lo dije, volvería a tenerte y lo hice! ¡No podrás combiar eso!
No podía soportarlo más, escuchar a Marcos me hacía sentir peor porque tiene razón. Solo soy una puta que se acuesta con cualquiera sin importarle si le ha hecho daño o no.
-Señorita...
Úrsula apoya su mano en mi hombro pero eso solo me hizo reaccionar, me di vuelta y entré a casa corriendo. Subí hasta mi habitación y me encerré allí sollozando.
-Idiota... -hablé-. Eres una estúpida sin remedio. Mierda...
Me deslice contra la puerta hasta el suelo y abracé mis piernas, apoyando mi cabeza contra la puerta.
-¿Por qué justamente con él? Había cualquier cantidad de chicos ¿Por qué mierda fue él...? -golpeé mi frente con frustración.
Esto me ganaba, quería gritar y jalarme del cabello hasta arrancarme la mitad. Enterré mis dedos en este, sujetandome la cabeza y ahogando un grito de impotencia y vergüenza.
-Señorita... -escuché cuando llamaron a la puerta. Era Úrsula.
-No quiero ver a nadie -dije con la voz llorosa-. Por favor... solo... váyanse.
Podía escuchar como Úrsula les comentaba a los chicos que no podrían verme por ahora, aunque estoy segura que lo habían escuchado. Cerré los ojos y sollocé de nuevo, esperaba poder llorar en paz y sola pero unos pasos firmes se escuchaban acercándose a la puerta.
-No necesitas vernos si no quieres, pero al menos dinos qué fue lo que pasó... -Hunter suaviza el tono de su voz, se escuchaba desesperado, preocupado.
-Hunter, yo... No quiero pensar en eso ahora -escondí mi rostro entre mis rodillas.
-Pero lo harás, pensarás en ese maldito momento hasta quedarte dormida. Pensarás en cada forma de insultos para ti misma por un error.
-No fue solo un error, fue algo que juré nunca más pasaría. Me dije a mí misma que no volvería a hablar con Marcos y mucho menos hacerlo con él, no fue solo un error. Fui yo siendo una...
-No pienses en insultarte otra vez, Zaira. No lo hagas.
Apreté los dientes y resoplé cansada. Pude escuchar el suspiro de Hunter tras la puerta, murmuró algo a los demás y pude escuchar pasos alejarse, pero él se acomodó sentado contra la puerta.
-Dilo ya, Zaira... ¿cómo ocurrió eso?
Fruncí los labios sin querer decirle todo esto pero no iba a dejarme en paz. Tomé aire y traté de no llorar mientras hablaba.
-Sí iba a ir al baño como les dije... tenía las intenciones de ir y volver, pero él apareció antes de llegar... Quería escapar de él, tenía miedo -me abracé a mí misma-. Quería... buscarlos y pedirles ayuda.
Pedir tu ayuda...
-Pero él sabía que yo no estaba bien, algo me molestaba esa noche, por eso se acercó. Por eso insistió hasta que cedí, estaba ebria y molesta. Quería desquitarme y solo podía pensar en usarlo como él me había usado a mí hace años.
No pude evitarlo y sollocé, ahora que lo pienso mejor esa fue la idiotez más grande que pude haber cometido.
-Creí que sería una buena idea, en ese momento no podía pensar bien las cosas.
-Estabas ebria, por supuesto que no podrías... él te hizo daño y tú solo podías pensar en vengarte -comenta él.
-Pero ¿por qué así? -apoyé mis manos en mi rostro-. Hubiera sido mejor golpearlo, romperle una botella en la cabeza o algo... ¿por qué tuve que acostarme con él?
Hunter se queda en silencio mientras yo me cuestionaba todo.
Me sentía impotente y frustrada, quería volver en el tiempo y evitar esa humillación. Todo vino a mi mente en ese momento, absolutamente todo... desde Marcos hasta mis padres y amigos que me dieron la espalda y trataron de hacer de mí su marioneta.
Ahogué un sollozo, no quería me escuchara llorar otra vez. Volví a sentirme vulnerable y patética. Aún no podía escuchar nada y pensé por un momento en que Hunter también se había ido. Ahogué otro sollozo más.
-No te contengas... si quieres llorar, hazlo.
-Pensé que te habías ido -comenté.
-No me iré hasta que tú estés bien.
-Hunter... -hice una mueca por aún estar tratando de no sollozar.
-Llorar está bien, no tienes que esconderlo, te hará sentir mejor... Yo estaré aquí hasta que todo pase.
Mis ojos se aguaron aún más y sin poder evitarlo me rompí. Comencé a llorar con fuerza sin aguantar mucho más todo lo que me había ocurrido. De todo lo que me enteré e hice.
Pensé en mis padres, en que solo había sido un error que los obligó a estar juntos.
Pensé en Marcos, y en que solo había sido una apuesta para ganar dinero por quitarme la virginidad.
Pensé en Michelle, quien solo me usaba para ganar popularidad y luego solo fui una enemiga para ella, al igual que Mika y Paula.
Pensé en que por tantos años solo fui un intento de marioneta que terminó siendo una falla. No podía vestir como me gusta, ser como soy en realidad... no podía enorgullecer a mi madre en lo más mínimo.
Recuerdo todos los dibujos que había hecho para ella y frente a mí los había roto o arrugado para tirarlos a la basura. Cuando todos los días me decían que dejara de pensar en mi sueño de ser doctora porque no lo iba a lograr jamás.
Recordé todo.
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