Capítulo 25
Bostecé al momento de despertar, me estiré para desperezarme y, aún adormilada, miré a todos lados en busca de Hunter. Lo encontré afuera en el balcón, sin remera, porque la tenía yo, y hablando por teléfono. No escuchaba lo que decía porque la puerta estaba cerrada, me levanté perezosamente y fui hasta él.
Al abrir la puerta y escuchar, me di cuenta de que estaba hablando en otro idioma. ¿Húngaro, quizás?
Pude notar que estaba tenso con solo ver su espalda y podría jurar que tenía el ceño fruncido. Diría que también por su tono de voz pero no sabría decir si así es el tono inconscientemente cuando habla en húngaro o es porque está molesto.
Él estaba apoyado contra el barandal del balcón, mirando hacia el paisaje. Apoyé mis manos delicadamente en su espalda sobresaltándolo un poco y haciendo que me observe por encima de su hombro.
Sí, tenía el ceño fruncido, pero al verme lo suavizó, dijo algo más a la persona en el teléfono y cortó la llamada.
-¿Todo bien? -pregunté-. Parecías... molesto.
-No, tranquila, todo... bien -sonríe un poco- ¿Quieres ir a desayunar a algún café? Yo invito.
Su intento por cambiar de tema tan rápido me deja confundida y con la espina de que algo sí pasaba, pero no quería insistir. Sonreí y asentí como respuesta.
-¡Bien! Voy a bañarme -avisé, nitando que su expresión cambia.
-¿Y... si mejor nos bañamos juntos? Tú sabes, para ahorrar agua -comenta tomándome por la cintura y atrayéndome a él.
Rodé los ojos divertida mientras apoyaba mis manos en su pecho para mantener un poco de distancia y reía leve.
-Tal vez... -me acerqué a su rostro-. Si logras entrar.
Dicho esto salí corriendo hacia el baño. Estaba por cerrarle la puerta en el rostro cuando pone el pie y la abre con una sonrisa.
-Creo que... tendré unas buenas mañanas -comenta entrando y cerrando la puerta mientras que yo retrocedo.
Bufé fingiendo molestia pero no pude evitar sonreír ante la idea, levanté los hombros con desinterés.
-Bien.
Fui hasta la bañera para encenderla y empezar a llenarla de agua, me había inclinado un poco siendo consciente de que la remera se levantaba y mostraba un poco más de lo debido de mi parte trasera. Pronto sentí las manos de Hunter en mis caderas.
-Creo que te haré ponerte mis remeras más a menudo... -dice en mi oído, me enderecé y él acarició mi figura-. Pero ahora molestan.
Sus manos agarran el borde de la remera y me la quita rápido, sus manos rápidas fueron hasta mis senos y los apretó haciéndome jadear. Sonreí y me di vuelta entra los brazos de Hunter, notando que ya estaba desnudo. Lo sujeté por el cuello y lo atraje hasta mí para besarlo, retrocedimos y nos metimos en la bañera, acomodándonos cerca.
Definitivamente, una de mis mejores mañanas y mejores baños.
***
***
Al llegar al café, Hunter y yo nos sentamos en una de las mesas y esperamos a que alguien se nos acerque para atendernos. Yo agarré una de las cartas para decidir.
-Hola, ¿qué van a ordenar? -escuché.
¡Oh shit! Levanté la mirada para encontrarme con el pelirrojo. Me olvidaba que él trabajaba aquí. Por suerte no me reconoce, creo... Nop, está sospechando.
-Bueno, yo quiero un capuchino y sándwich caliente -comenta Hunter.
-Está bien, ¿y usted, señorita?
-Lo... mismo -respondí sonriendo nerviosa.
Él se me queda mirando un momento pero luego asiente y se va. Hunter me mira con una ceja levantada.
-¿Qué? -pregunté encogiéndome de hombros.
-Nada... -responde riendo leve entre dientes.
Nosotros volvimos a nuestro tema de conversación hasta que el pelirrojo vuelve con nuestros pedidos y por suerte se va sin hacer más. Nosotros desayunamos tranquilamente y sin problemas. Hasta que terminamos y a Hunter le entró una llamada, cuando vió la pantalla frunció el ceño.
-Lo siento voy a contestar -avisa.
-Hazlo, yo voy al baño -respondí levantándome.
Él asiente y contesta saludando o lo que sea que dijo en húngaro. Fui al baño como había dicho, que era al fondo de un pasillo, e hice mis necesidades; me lavé las manos al terminar y refresqué mi rostro y cuello. Suspiré y salí del baño, pero al instante sentí que me toman del brazo jalándome y aprisionándome contra la pared.
-Sí que has cambiado, preciosa... Sabía que eres tú -mierda-No volviste a llamarme... esperaba volver a estar contigo, lo hacer realmente bien. Tienes algo que me vuelve loco.
-Mira, seré honesta... -avisé y él me hizo una seña para que siguiera-. No te llamé porque follas horriblemente mal. Ahora si me disculpas... tengo que regresar.
Intenté soltarme, moví su mano pero él me sostuvo por la cintura con claras intenciones de no querer hacerlo.
-Creo que me confundes con otro, ¿o quieres que te recuerde como es follar conmigo?
-No gracias, fue como follar con un niño y yo no le entro a la pedofilia, lo siento.
Se le veía muy enojado por mis palabras, claro, si te metes en la forma de follar de alguien se encabronan a lo grande.
-Vamos, preciosa... te haré sentir bien y recordarás que no lo hago mal, como dices tú.
Suspiré cansada pero luego sonreí seductoramemte y enrollé mis brazos por su cuello. Lo acerqué a mí y puse una pierna entre las suyas
-Te voy a enseñar algo... -dije rozando nuestros labios-. Cuando alguien dice no... es no.
Le di un rodillazo en la entrepierna haciendo que cayera al suelo agarrándose la zona afectada. Me acomodé la ropa y miré al frente. Hunter estaba de brazos y piernas cruzadas recostado contra la esquina de la pared y sonriendo. Me le acerqué pasando por encima del chico que seguía lloriqueando en el suelo.
-Recuérdame nunca insistir cuando digas que no -dice Hunter mientras posa su brazo sobre mis hombros.
-Está bien, te daré esa oportunidad -respondí sonriendo con diversión.
Salimos del lugar y seguimos caminando hasta una plaza donde decidimos ir a pasear.
-¡Uh! ¡Helado! -salí corriendo hacia el carrito como niña pequeña.
Escuché la risa de Hunter atrás de mí mientras me seguía más tranquilo.
-Si que pareces una niña -comenta.
Yo le saqué la lengua como tal y él vuelve a reír. Pedí mi helado y Hunter pidió otro para él. Nos alejamos y fuimos a sentarnos a una banca bajo un árbol y tomamos nuestros helados. En realidad me emocionaba tomar helado porque la última vez que lo hice fue cuando tenía diez años, mamá dijo que me pondría gorda si tomaba tanto o comía mucho, así que me puso en una dieta estricta.
-Oye Hunter, ¿por qué decidiste irte a Hungría? -pregunté para iniciar la conversación.
-Mis padres así lo quisieron, dicen que además de aprender un idioma bastante difícil, conseguiría un futuro más asegurado.
Asentí comprendiendo, le di otro lenguetazo a mi helado antes de hacer otra pregunta.
-Entonces... ¿Por qué quisiste terminar tu último año aquí?
-Pues... antes que nada, porque extrañaba a mi hermana; segundo, no sé... creo que solo fue una idea que me gustó.
-Oh, entiendo -respondí.
Seguimos tomando los helados hasta que terminé el mío e hice un puchero porque no quería que acabase así, tan rápido y fácil.
-Voy a por otro, me niego a creer que este se acabó -comenté levantándome.
Él se ríe pero se queda a esperar. Yo fui, pedí mi helado y volví, pero no tan grande fue mi sorpresa al ver a una chica sentada en el que era mi lugar y muy pegada a Hunter quien parecía a gusto con ella.
Fruncí el ceño y antes de darme cuenta, mis pies ya me estaban acercando hacia ellos y mis manos ya le clavaron mi helado en la cabeza a la chica.
¡¿Qué mierda?! ¡¿Por qué hice eso?!
-Ups, mala mía, me tropecé -dije fingiendo arrepentimiento.
-¡¿Qué mierda te pasa?! -chilla la chica que ya estaba levantada y mirándome con enfado.
El helado se le derramaba y manchaba su rostro y ropa. Hunter se aguantó la risa pero a la vez me miraba con curiosidad.
-Ya te dije, me tropecé.
-Idiota, me manchaste -sigue.
-Tampoco estoy ciega, cariño. Puedo ver perfectamente el helado y el cono en ti, que por cierto... que desperdicio de helado -bufé rodando los ojos.
Ella pisotea el suelo en un arrebato de berrinche mientras sigue chillando.
-Si no quieres seguir con el helado encima, te aconsejo que te vayas ya.
Ella vuelve a chillar, mira a Hunter como si esperaba que él dijera algo pero Hunter solo termina su helado, entonces ella maldice y se va.
-¿Eso que fue? -Pregunta Hunter divertido mientras se levanta.
-¿Qué fue qué? -pregunté haciéndome la confundida.
-¿A caso tú... te pusiste celosa? -
Dejé escapar una gran carcajada mientras lo veía incrédula y arrogante.
-¿Por ti? Sí, claro... ni siquiera somos pareja como para ponerme así, además, ya te vi con otras chicas, ¿por qué ahora sería diferente? -cuestioné.
-Dímelo tú, tú le tiraste el helado encima.
-Esa fue una desgracia para mí. ¿Crees que desperdiciaría un perfecto helado por celos?
-Lo acabas de hacer -afirma muy seguro de sí mismo.
-¡Que no! Ya déjame en paz.
Me di media vuelta y me alejé, en realidad no tengo idea de porqué me enfadaba, o tal vez sí y no iba a aceptarlo.
-¿Ahora por qué te enojas?
-Porque insinúas que me puse celosa siendo que no fue así -respondí sin detener mi caminata.
De alguna manera... me sentía molesta y frustrada conmigo misma, como si en el fondo admitiera que sí fueron celos y no estaba contenta con sentir aquello.
-¿Entonces que fue eso?
-Ya dije que solo me tropecé -me di la vuelta para encararlo.
-Ni tú te crees eso.
-¿Sabés algo? Piensa lo que quieras. No me importa.
Di media vuelta pero me agarra del brazo, al jalarme me hace girar y golpear contra su pecho bien trabajado.
-Tranquila, princesa. Tampoco te juzgaba ni me burlaba. Siendo sinceros, yo también me puse celoso del pelirrojo, pero vi como te encargaste de él antes que yo hiciera algo.
Me quedé muda y tiesa. ¿Celoso? ¿Él? ¿Por mí? Me era tan difícil de creer eso realmente.
-Sí, claro... -respondí y me solté-. Mejor vuelvo a casa que me cansé de esta conversación.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top