Capítulo 16
-Nos vemos, preciosa -sonríe el chico luego de haberse arreglado la apariencia y se va del armario del conserje.
Sonreí como despedida pero me dediqué a arreglarme también y salir al terminar.
-Parece que no te diviertes como antes -me di vuelta encontrándome con Hunter.
-¿Por qué lo dices? -cuestioné fingiendo ignorancia.
Aunque tenía razón de cierto modo, ya no me atraía tanto la idea de tener sexo como antes. Él sonríe de lado y se acerca para seguido tomarme por la cintura y apegarme a su cuerpo.
-Porque cuando soy yo el que te folla a ti, tus gemidos son reales y deliciosos -murmura con arrogancia pero haciendo que yo rodara los ojos.
-¿Y crees que los de ahora no lo fueron?
-Absolutamente.
Empecé a reír sin poder evitarlo pero al darme cuenta cubrí mi boca con una mano y ahogué la risa con esta.
-¿Por qué no ríes más? Espera... ¿Otros te dijeron que tu risa no es linda? -inquiere él enarcando una ceja.
Rodé los ojos antes de negar con la cabeza suspirando.
-Esa fui yo. Como sea tengo que irme.
Intenté apartarme pero se aferra a mí y en lugar de conseguir alejarnos, él acerca su rostro a mi oreja hasta que sus labios rozan contra esta.
-¿No prefieres mejor... hacer lo indebido? -lame mi oreja haciéndome estremecer.
Sonreí agarrándolo por el cuello de su camisa y adentrándonos al armario del conserje de nuevo. Vi la oportunidad y la aproveché al máximo.
***
***
-¿En serio no harás nada? A este paso Michelle va a ganar -comenta Paula un poco desesperada y decepcionada.
-Tiene razón. Ya no eres como antes. ¿Qué te pasó, Zaira? -pregunta Mika.
Suspiré y me puse pensativa para saber lo que había ocurrido conmigo en este tiempo.
Pasa, resulta y acontece que un chico que vino de Hungría, de ojos grises y cabello negro, me hizo pensar en cómo me veo mejor y que no debería de complacer a todo el mundo con tonterías.
-No lo sé -respondí corta-. Pero... creo que ya no me importa solamente.
Ellas chillan horrorizadas, se miran entre ambas y luego a mí de nuevo, asustadas.
-¡No, no! Solo espera a que tu mamá se entere -menciona Mika.
De inmediato sentí mi cuerpo totalmente tenso y ahora la asustada era yo.
-¿L..Le piensan d..decir? -pregunté nerviosa.
-¡Claro que sí! Cualquier cosa para que vuelvas a como eras antes -responde Paula.
-No, esperen... saben que me darán problemas.
-¿Y?
Ante la respuesta de ambas chicas que se supone que son mis mejores amigas, fruncí el ceño.
-¿Qué clase de amigas son ustedes? -cuestioné finalmente.
-Las que ven lo que es mejor para ti.
-¿La popularidad y ser una prostituta es lo mejor? ¿Entonces por que no lo hacen ustedes mismas? -me crucé de brazos.
-Mira, una cosa es que tú seas la prostituta. Nos haces subir la popularidad a nosotras, otra cosa es que nosotras lo seamos -responde Paula como si fuera lo más obvio y lo más normal del mundo.
-Exacto -le sigue Mika.
-Son unas malditas zorras -hablé levantándome enfadada.
-La que se acuesta con todos eres tú, linda. No nos culpes por tus errores -sonríe con burla Mika.
-Mi mayor error fue creer que ustedes eran mis amigas. No vuelvan a dirigirme la palabra nunca más.
Ellas se ven ofendidas pero se levantan de golpe y fulminándome así como yo a ellas.
-¡Bien! -responden ambas.
-Cuando seas una prostituta millonaria nos lo vas a agradecer -menciona Paula.
Tensé la mandíbula y apreté los puños queriendo darles un gran y merecido golpe, pero no iba a gastar mi tiempo en ellas, además de que sentía un nudo en la garganta que no me dejaba pensar claramente. Me alejé rápido, fui al baño y sin poder evitarlo comencé a llorar.
Lloraba, no solo por las que creí mis amigas, sino por todo. Ya no soporto tener que ser la más popularidad por culpa de una estúpida rivalidad. Ya no soporto que otros chicos me toquen cuando ni siquiera disfruto con ellos.
Ya no soporto estas estúpidas lentillas que lo único que hacen es molestar. Odio usar tanto maquillaje, odio no tener mi verdadero color de cabello... odio no ser yo.
Me quité las lentillas y todo el maquillaje para mirarme en el espejo. Apreté los dientes y me limpié los ojos con mi muñeca ya que no podía dejar de lagrimear.
-¿Zaira?
Me di vuelta sobresaltada al escuchar la voz de Tesha y le di la espalda al instante. Cerré los ojos y apoyé mi codo sobre el lavabo para sostenerme mientras me tapaba mejor.
-¿Q..Qué...? -aclaré mi garganta- ¿Qué pasa?
-Eso quisiera saber, ¿qué sucede? sé que no somos amigas pero...
-Exacto, no lo somos. Te hice la vida imposible ¿por qué quieres saber mis problemas? -traté de sonar fuerte y no derrumbarme.
-Porque aunque hayas hecho todo eso... me preocupa verte así.
-¿Te preocupas por una zorra? Que ingenua, podría estar fingiendo para ser tu amiga, que me cuentes tus secretos y luego volver a lo de siempre, y no olvidemos el que podría quitarte a Zack.
-No lo harás.
-¿Cómo lo sabes? No me conoces -aseguré porque era cierto, ella no me conoce de nada.
-Porque ni siquiera sabías que estaba aquí como para destaparte por completo. Si lo supieras no lo habrías hecho, en cambio habrías actuado de otra forma.
No respondí porque a pesar de no conocerme, eso era inteligente y acertado. Era lo más lógico.
-¿Por qué usas lentillas? -preguntó entonces.
Bufé riendo amargamente pero a la vez... sí me causaba un poco de gracia.
-De tal hermano, tal hermana... -mencioné.
-¿Mi hermano?
-Sí. No dejó de molestarme con lo mismo hasta que tuve que decírselo.
-¿Él te insistió?
-Y vaya que mucho, realmente fue un verdadero fastidio -respondí riendo levemente.
Ella se queda en silencio por un buen rato, no la estaba mirando aún por estarme tapando los ojos.
-¿Puedes contarme lo que pasó? -pregunta dudosa.
-No -dije sin más.
-Por favor Zaira... quiero ayudarte...
-¿Qué vas a hacer? Ni tú, ni nadie puede ayudarme. Estoy completamente sola en esto y fui yo la culpable y responsable de todo...
-Pero no está mal pedir ayuda algunas veces -menciona sonando algo desesperada.
-Muchas veces no se pude sola -escuché otra voz.
Chillé de la sorpresa. Hice un hueco entre mis dedos y miré hacia la puerta. Zack y Hunter estaban recostados de lado en el marco de la puerta de brazos cruzados y mirándome.
-Este es el baño de chicas, lárguense -exigí molesta pero en el interior estaba nerviosa.
-Te recuerdo que tú misma me traías aquí y a otros chicos. No puedes decir eso ahora -contesta Zack.
-¿No destaparás tus ojos? -cuestiona Hunter.
Negué simplemente sin decir nada, pero a él lo escuché bufar antes de escuchar sus pasos acercarse a mí; quise alejarme pero antes de hacerlo sentí que agarraba mis muñecas, obligándome a cerrar los ojos para que no se viera el color en cuanto me quitó las manos del rostro.
-¿Es en serio?
Me encogí de hombros. Suspira pero me hizo sobresaltar cuando sentí que me besaba tiernamente la mejilla.
-Abrelos, princesa -susurra en mi oído con la voz más ronca y grave que nunca.
Sin darme cuenta ya los tenía abiertos y mirándolo a los ojos. Él sonríe triunfante.
-Son muy lindos -escuché y miré hacia Tesha y Zack.
-No puedo creer que dejaras ese color por unos azules solo para complacer a los demás -habla Zack.
Yo agaché la mirada pero Hunter me agarran por la barbilla para hacerme levantarla de nuevo.
-Te lo dije...
Rodé los ojos irritada por su sonrisa, pero debía de admitir que podía sentir un peso menos en mis hombros, aunque sea un poco.
-Jamás había visto que tienes pecas o lunares -comenta Tesha.
-Normal, con todo ese kilo de maquillaje que le obligan a usar -responde Hunter.
-¿Obligar? -preguntan Zack, Tesha ladea la cabeza confundida y buscando explicaciones.
Yo miré fulminante a Hunter y si no fuera porque está sujetando mis manos lo golpearía.
-Eso en otro momento hermanita -dice Hunter sonriendo.
En ese mismo instante el timbre suena y yo usé esa distracción para liberar mis manos darme vuelta y volver a agarrar la cajita con mis lentillas. Estaba por sacar una para ponérmela pero Hunter agarra mi muñeca con delicadeza y firmeza a la vez.
-¿En serio te las vas a poner? Se nota que te molestan -dice él.
-Ya déjenme, esto no tiene que ver con ustedes -espeté moviendo mi mano para que me suelte.
Conseguí librarme, los tres se me quedan viendo ya sin intentar hacer más nada. Me puse las lentillas en tiempo récord y agarré mis cosas para irme, casi corriendo, con la cabeza agachada para así no mostrar mi rostro al descubierto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top