Capitulo 8 - Ardor de sangre...












    No sé cuanto tiempo he de llevar observando esa criatura. He perdido la noción del tiempo y al parecer mi corazón ha dejado de funcionar. Al cabo de lo que pareció durar un siglo, la criatura parpadea y comienza a verificarme con la mirada.

GRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR


Gruñía como si el diablo estuviese en el. Mi corazón a millón. Frío sudor recorre todo mi rostro. Comienza a arder mi mano nuevamente. Pero esta vez es diferente... Esta vez ha de arder pero el símbolo... Este se encuentra en un estado rojizo oscuro y en estado de sangrado. Sacudo mi mano como si eso fuese a disipar el dolor pero no hay resultado. Unas cuantas gotas de sangre se desliza de mis manos y lentamente van y caen en el suelo...


RAAAARRRRRRRRRRR

La criatura mueve su naríz, utilizando su sentido del olfato para oler la sangre derramada. Me mira y la pupila de sus ojos cambian a rojo... Baja lentamente una de sus patas delanteras hacia el suelo. Antes de que tuviera tiempo de reacción, este hace una embestida a una velocidad indescriptible.

 
    Salto hacia la izquierda y logro evadir casi toda su embestida. Sus uñas logran rasguñar mi pierna derecha, esgarrando la piel y dejando una horrible herida. Suelto un grito desgarrador mientras intento levantarme con mis manos y pierna restante.  La criatura suelta otro rugido y sale nuevamente a toda velocidad, en dirección a mi. He logrado levantarme del suelo, pero los esfuerzos de arrastrar mi pie, no ayudan. Como viento en barca, la criatura salta por los aires, pasando sobre mi cabeza y cae frente a mi persona crujiendo de hambre... De muerte. Cierro mis ojos y espero lo peor...







    Sus pasos se pueden apreciar, como galope de centenares y centenares de caballos. Su entrecortada risa y aullido se escucha una vez más entre su ladrido. Cierro el puño izquierdo, todo ensangrentado y con dolor... En cuestión de segundos, el abrumador sonido que emite esa criatura. Comienza a escucharse más distanciado... Mis ojos aún cerrado, veo una gran luz que se puede ver a la distancia de la nada. Veo la silueta de la criatura, pero su aura... Azul, blanco y negro... ¿Porqué? Es una abominación maligna... No debe tener nada más en su aura que oscuridad pura. He de abrir mis ojos pero algo lo impide, algo como si quisiese que siguiese viendo.  Mantengo los ojos cerrados, observando el aura de la criatura cuando todo cambia...
Una casa de madera, de dos francos aproximado. Color verde y tejado blanco. Salen de ella dos niñas rubias, una de ellas ríe mientras las dos comen los helados uno al otro.

- ¡VEN LADRIDOS!

Una de las niñas alza su voz y un perro se les acerca. Un Silberian Husky, pelaje negro y ojos verde monte. Este mueve la cola alegremente y ofrece un lenguetón a la niña. Ella comienza a reir mientras el perro le ofrece lamidas.

- TE DIJE QUE NO TOCARAS MIS COSAS!

   Una voz ronca se escucha del interior del hogar. La puerta se abre de sopetón y un hombre gordo y barbudo sale de la casa.

- NIÑA! VEN AQUÍ !

Las niñas comienzan a llorar y el perro se queda mirando fijamente al hombre, retando a que hiciere algún movimiento. El gordo sale caminando hacia una de las niñas y brúscamente le hala por el cabello. El perro gruñe, enseñando unos colmillos de los cuales deberían temer, uno de esos colmillos tiene otro pequeño que nació encima de ese. Al lanzarse hacia el gordo. Este se azora y suelta la niña la cual ella inmediatamente levanta una mano abierta.

-  LADRIDOS ! todo en calma ladridos... Termina diciendo dulcemente.


    El perro se detiene en medio de la embestida y hace un sonido de lloro hacia la niña mientras le lame...





   Abro mis ojos y veo mi puño lleno de mi propia sangre, cerrado. La pierna izquierda, toda rajada. La criatura aún corre hacia mi. Es como si el tiempo se hubiese detenido mientras observaba aquello. Tan pronto la criatura salta para remachar, levanto el puño lleno de sangre y abro la mano...

- LADRIDOS! todo en calma ladridos... Bajo levemente la voz mientras sangre se derramaba de la mano.

    

     La criatura se me queda mirando fijamente a los ojos, llenos de confusión y ¿dolor? . Puedo sentir el dolor que siente aquella criatura, pérdida de todos los que amaba. Pérdida de su vida... El vacío que tiene dentro, el rencor. Odio, desespero... Una lágrima se derrama de aquella criatura y yo entrego un paso donde el. La criatura se queda en la misma posición lo cual entrego otro paso donde el. No pasó mucho en cuanto estoy cara a cara con el. Siento su aura, su poder. Su ronca y rugida respiración... Acerco lentamente la mano del símbolo y se la coloco lentamente hasta tocar su cabeza. Es como tocar el viento pero gelatinosamente. Escalofrío recorre mi espalda y la criatura me observa... Esta vez, con dolor en su mirada. Tanto que. Yo mismo pude sentirlo. Comienzo a llorar mientras le digo una y otra vez...

- Voy a cuidarte ladridos, estoy para ti. Voy a cuidarte ladridos, estoy para ti. Voy a cuidarte ladridos, estoy para ti...




    Mientras digo esto, siento un horrible mareo y me desplomo en el suelo viendo oscuro....

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