5 - Delincuentes anónimos.

1

Durante el invierno en el hemisferio norte, la enfermedad comenzó a llegar a su pico de contagios, por lo que quedarse en la casa se volvió indispensable, y eso generó el auge de las redes sociales.

Un día, todo el mundo despertó para que lo primero en ver en las redes, sea un vídeo viral, el cual mostraba a un grupo de gente, encapuchada, dando escupitajos en timbres, lamiendo objetos, mercadería, entre otras cosas, lo que atrajo el repudio de la sociedad y de paso, la atención de la ley. Jeffrey tendría un nuevo caso que investigar, ¿Quienes eran esos tipos?, Había videos similares de cámaras en departamentos los cuales captaban a los encapuchados, todos tenían un símbolo de una cruz que los identificaban. Los vídeos tenían su orígen en los siguientes lugares: Alemania, Rusia, Italia, EEUU, China, India
China, Reino unido, y parte de África.

Jeffrey fue contactado por la ONU junto a otros sujetos, los cuales eran detectives delegados de otros lugares: Sergio Rascalov, Tai Zeng, Teodoro Ortiz, y Stephen S Bow. Su misión era sencilla, atrapar a los infractores y encerrarlos. ¿Quien estaría dispuesto a hacer semejante cosa?, ¿Por qué en grupo?, ¿Cuáles serían sus motivos? , eran las preguntas que se hacían en la ONU, sin embargo, se tendría que investigar a detalle.

Jeffrey regresó esa noche a su casa, y se escondió en su habitación a solas para ver la cantidad de videos que llegaban de esos sujetos, todos encapuchados y dañando la salud pública. Lo que sí se sabía, era que los contagios iban en aumento, y cada persona con síntomas similares sería inmediatamente internada, debido a que era una enfermedad casi al 100% mortal, ya que comenzaba con síntomas físicos y al final atacaba al sistema nervioso central.

2

Jorge Gerónimo Hernández,  dueño de uno de los edificios donde se captaron los vídeos, recibió la visita de Jeff, el detective de la ONU, junto a un grupo de médicos, todos con cubrebocas.

—¡Hola señor!, ¿Viene a investigar mi caso?
—Sí, vengo por el vídeo.
—¡Eso es bueno!, Yo ya me estaba preocupando.

El señor Hernández invitó a Jeff dentro de su edificio, el cual, en una pared tenía una marca, la misma marca que llevaban los encapuchados, junto a una inscripción: «El castigo nos ha llegado», escrita con pintura de color rojo.

Jeff al ver la inscripción, enseguida anotó la frase en un cuaderno.

Al entrar, Hernández llevo a Jeffrey a su habitación, dónde se encontraba el monitor donde las cámaras estaban conectadas, y en ella, se podía ver el acto de aquel grupo, pero siempre a la misma hora, entre las 7 y las 10 am, los fines de semana.

Jeffrey se llevó las cintas, y los médicos tomaron muestras de lo que haya en los timbres, simplemente rociando una gota de algún líquido y poniéndola en un portaobjetos, cerrándolo con la láminula.

Cada vez estaban más cerca de llegar al fondo de todo, y saber de una vez quienes eran los delincuentes de los vídeos.

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