¿Quién amenaza?
No pude dormir en toda la noche, me sentía raro, era una sensación extraña. Esa sensación no me dejaba dormir y yo la denominé como la emoción del momento por lo que el investigador nos había encontrado.
Estaba esperando su llegada pues sabía que él estaba más que emocionado, lo vi ayer en su mirada, lo que no me explico es por qué estaba de ese humor, y por qué esperar hasta hoy día en la mañana si podía contarle en ese preciso momento.
Estaba por ir a bañarme cuando siento que alguien llama a la puerta. Ya sabia de quién se trataba pues sus feromonas se filtraban a través de la puerta.
— Hola, cielo — dije para atraerlo hacia mi y entregarme a sus labios en un profundo beso
— Jimin estoy emocionado — dijo abrazándome fuerte y hundiendo su cara en la curva de mi cuello
— Lo sé, lo sé, por eso no abrí el paquete, quiero que lo hagamos juntos, aunque no te voy a negar que me tenté — dije para hacerlo pasar y guiarlo hasta mi cama
Lo senté en mi cama para luego dirigirme hacia mi tocador, ahí, dentro de una caja tenía el paquete.
— Tenemos que apurarnos antes de que llegue Yoonah para la limpieza de mi cuarto —
— Sí, no es conveniente que nos vean juntos — dijo sarcástico — imagínate que dirían "él chico lindo y rico saliendo con una basura que cantaba en las calles, y eso sin contar que su padre lo salvo, esa basura le paga de esa mala manera". Uy no quiero imaginarme como todos dirían cosas así —
— Eres un idiota — dije sentándome a su lado — yo nunca dejaría que nadie divulgue cosas así — dije dándole el paquete — primero me convierto en asesino antes de que eso pase — dije dándole un beso
Él solo me quedo mirando pero luego de eso nos dedicamos a abrir ese enigmático paquete.
Lo único que pudimos ver fueron papeles, direcciones junto a unas fotos muy antiguas y unos discos junto a unas notas.
— ¿Tienes un reproductor? — preguntó parándose para buscar por cada rincón una
— En el estudio de mi padre — dije sin perder la vista de él
— No podemos ir, es muy arriesgado — vi que se estaba desesperando — santa mierda — dijo jalándose de los cabellos
Ésto sonará raro, pero su comportamiento me enciende. Cuando nos conocimos él no era así, me acuerdo que era todo lo contrario, era tierno, era manso parecía un omega, si su olor a borgoña no estuviera yo hubiera jurado que él era omega. Claro que no me quejo, pues aunque él ahora sea más terco y varonil , aún él come de mi mano y eso me fascina.
— Podemos leer toda ésta papelería ahora, y en la tarde le puedo pedir el reproductor a mi padre —
— No, creo que debemos leer y escuchar todo junto —
— Es que tengo visitas, no voy a poder pedirle antes —
— ¿Tan importante es esa visita que no puedes dejarla de lado? — preguntó para chocar su lengua conta su mejilla, cosa que hace cuando algo no le parece
— Es mi prima — dije rodando los ojos pues sabía que estaba celoso — no seas tontito — dije para pararme y atraerlo hacia mí en un fogoso beso
La temperatura ya estaba subiendo cuando en eso él separó rápidamente de mí.
— Nos pueden ver — dijo al igual de agitado que yo
— Será rápido — dije mientras intentaba besarlo otra vez
Pero parece que no estaba de humor pues me seguía apartando.
— Me vas a impregnar con tu olor — dijo mientras se olía la ropa
— ¿Qué?, ¿Te desagrado? — pregunté dolido
— No es eso — se apresuró en decir — si no que tu papá podría olerme y eso no es conveniente —
— Por ahora me conformo con eso — dije rendido pues tenía razón — pero sabes, un guardaespaldas debe de estar lo más cerca posible a la persona que protege y tú estás haciendo eso así que no le veo lo malo — dije con un puchero
— Sí, pero no se acuestan — dijo agarrando el paquete — vamos ha abrirlo — se sentó en mi cama y cuidadosamente empezó abrirlo
— Está bien — dije sentándome a su lado — pronto vendrá mi prometido para convivir conmigo — dije viendo como detenía sus acciones para mirarme a los ojos — mi papá me dijo que vendrá a conocerme para que la relación no sea incómoda — dije explicándole
— Lo sé, de hecho tu papá me habló de eso — dijo mientras sacaba un montón de papeles
— Ah, ya veo — no sé que le habrá dicho mi papá, pero espero que no sea mucho
— Mira lo que dice — me dijo Jungkook con una sonrisa — dice que esta leyenda es originaria de Daegu, está recontra cerca, sólo sería viaje caballo por dos días y noches — dijo emocionado
— Sí, está cerca, pero no podemos ir a Daegu sin ningún motivo, mi papá no lo va aceptar, sabes que es peligroso que nos descubran — le dije serio
— No pasará nada, de hecho es muy conveniente — dijo sin disminuir esa sonrisa — tu papá me dijo que tú y Jongdae se irían de vacaciones a la propiedad en Daegu que él tiene — dijo contándome entre una ligera risa, como si este fuera el plan maestro
— Guau, no parece desagradarte la idea de que salga con él — dije fastidiado de la forma en como decía las cosas
— Sabes que te amó — dijo agarrándome de una mano
— Sí, debes irte, ya pronto vendrá Yoonah — dije apartando su mano de mí
— Tienes razón, además debes alistarte para tu visita — dijo saliendo sin siquiera despedirse
Con el tiempo he notando como nuestra química, sentimientos y caricias han cambiado mucho, ya no es como al principio que todo era loco, caliente y apasionado. Solo esperó que éste sueño que tiene se cumpla, así podremos ser felices. Esa piedra lo hará.
Mientras esperaba la llegada de Yonnah decidí darme un baño de nuevo, quería relajarme pues no me gusta que las cosas se salgan de mis manos. Cuando ya Yoonah se había marchado decidí salir para vestirme, ya estaba peinándome cuando escuché la voz de Jungkook.
— Joven Park — dijo detrás de la puerta, sabía que alguien más estaba con él, pues si estuviera solo no me llamaría Joven Park — su prima Rosé ha llegado, ¿Desea dejar que pase? —
— Sí, Jeon, déjala pasar — vi cómo JungKook dejaba pasar a Rosé para luego reverenciar y marcharse
— Buen día, primito — dijo Rosé cerrando la puerta atrás de ella — sigues con ese hombre, ¿Verdad? — preguntó con una sonrisa cómplice
— Así es linda primita — dije para ir y darle un beso en la mejilla — y no sabes lo bueno que es en la cama — dije susurrándole al oído
— Ay, que sucio eres — dijo matándose de la risa — ¿Seguirás con esto? —
— ¿Porqué debería parar? — pregunté con una ceja alzada
— Por que mí tio podría matarlo si se llega a enterar — dijo aún con una sonrisa
— Nadie le hará nada, por él bien de mi padre es mejor que no le haga nada y por el bien tuyo que no lo digas — dije señalándola — ambos tenemos cosas que es mejor que se queden en secreto — dije bajando mi mano hasta su vientre
— No me amenaces porque sabes que si él se entera te termina y nunca más en la vida lo volverás a ver —
— Te equivocas — dije sonriéndole — él, mi papá y todos en esta casa comen de mi mano, yo decido cuando me dejan o los dejo, además él no te creería, sabe lo arpía que eres y al final del día tú terminarías como mentirosa y sin ese bebé —
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