— ¿Me estás escuchando? —

— Jongdae no tengo ganas de hablar — dije fastidiado — anda por ahí a entrenar — dije sin prestarle atención

— Hace unas horas no estabas así, ¿Es Jungkook verdad? — preguntó mirándome preocupado — él se pondrá bien, ya verás — dijo queriendo tocar mi mano

— No fastidies — dije apartándome de él — no es Jungkook y así fuera no es de tú incumbencia, no somos nada — dije para seguir mi camino

— Somos prometidos cariño — dijo con la voz áspera

— Pues que bien — dije sarcástico — no te quiero cerca — dije para alejarme de ahí

○●○●⊙●○●○

No seguimos con la conversación y nos dormidos abrazados, pero me levanté por el toque de la puerta y la voz que escuché fue lo que me alteró.

— Jungkook, debemos hablar — dijo Jongdae a través de la puerta

Me paré de inmediato sin hacer ruido pues si se daban cuenta de que Taehyung pasó la noche conmigo no saldría vivo.

— ¿Dime Jongdae? — pregunté no abriendo la puerta demasiado

— Déjame pasar — dijo para intentar empujarme

— ¡No! — exclamé cerrando la puerta — ahora voy, me voy a cambiar, no querrás verme sin ropa — dije riéndome exageradamente

— En el jardín, en veinte minutos — dijo solamente

Esperé hasta no sentir su presencia para acercárme a Taehyung.

— Tae — dije tocando su hombro — Tae — dije desesperado — tu primo vino, no sé que haré si luego tu papá aparece aquí y te encuentra así —

— ¿Mi papá qué? — preguntó abriendo sus ojos de golpe

— Puede encontrarte  — dije riéndome de su cara

— ¿Ya amaneció? — preguntó levantándose

— Sí — dije sin poder apartar mi mirada de él  — ¿Dormiste bien? —

— Sí, lo hice — dijo sin mirarme — ¿Y tú? —

— No te avergüences — dije para ponerme a su frente — lo que pasó en la noche es algo normal, tu miedo es normal — dije para poner un mechón de pelo atrás de su oreja — el sexo no es importante — dije tocando sus mejillas

— Pero tú querías — dijo mirándome con los ojos aguados

— Yo quería que ambos lo disfrutemos y eso no pasó, puedo esperar, eso es lo de menos y respecto a tu pregunta, sí, dormí de maravilla porque tú estabas a mi lado —

— No digas cosas así que me sonrojo — dijo haciendo un puchero

— Eres muy lindo, no puedo evitarlo — dije plantando un beso en sus labios — ahora tienes que ir a tu alcoba porque si no voy a terminar decapitado —

Luego de que Taehyung saliera yo también lo hice para ir hacía donde se supone que estaba Jongdae.

○●○●⊙●○●○

— Es un tonto — dije aún sonrojado mientras me iba a mi alcoba

Estaba mirando al suelo durante todo el camino, no me di cuenta de que alguien estaba adelante mío.

— Auch — dije cayéndome al piso de la impresión

— ¿No dormiste en tu alcoba? — escuché la voz de Jimin que hizo que de inmediato alce la cabeza

— Si lo hice, me levanté para comer algo — dije sonriéndole — me alegra encontrarte — dije para levantarme — tengo mucho que contarte, no hemos podido hablar por todo lo de tu boda y lo de Jungkook — dije para darle un abrazo — pero no te preocupes que ya volví, podremos volver a conversar y pssar un buen rato —

— Qué bien, me alegra Taehyung — dijo abrazándome — yo también tengo mucho que contarte —

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— Y dime Jongdae ¿Qué quieres hablar? — pregunté acercándome a él

— Quiero que te vayas —

— Uy, sabes que eso es imposible — dije sonriendo

— No, de hecho es muy posible, te vas mañana — dijo para empujarme con su hombro e irse

— ¡NO LO HARAS! — le grité con gracia

— Lo haré, aléjate de Jimin — dijo para volver — él se va a casar conmigo —

— Yo no estoy con él —

— ¿Crees que no sé de su relación?, no puedes estar con él —

— Eso era antes, además no te importaba —

— ¿Antes?, ¿Ahora es diferente? —

— ¿Ahora lo quieres?, ¿Es eso? — pregunté con burla

— Ahora lo amo — dijo para volvearse — y aléjate de Taehyung, él no tiene por qué meterse en éste juego entre Jimin y tú — dijo yéndose

— Eso no lo decides tú —

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— Y dime Taehyung, ¿Te encuentras bien? — pregunté tratando de no perder mi sonrisa — me refiero con todo ésto que está pasando — dije sirviendo un poco de té

— ¿Te refieres a Jungkook? — preguntó mirándome preocupado

— Sí, eso — dije sintiéndome tenso

— El accidente, fue sólo eso, un accidente —

— Me refiero a su relación, digo pues los he visto muy juntitos — dije con una sonrisa resplandeciente

— Ah — dijo bajando su mirada con una sonrisa, esa estúpida sonrisa — pues nos hemos estado acercando mucho — dijo sin dirigirme la mirada, pero podía seguir viendo esa sonrisa

— ¡Qué bien! — exclamé intentando no cometer una locura — los dos hacen bonita pareja — dije tratando de no tirarle la tetera

— ¿Y cómo vas con Jongdae? — preguntó mirándome ilusionado

— Pues bien — mentí — la boda es pronto, ya sabes, los sentimientos nacen solos — me reí lo mas creíble posible

— Eso sí, al corazón nadie puede mardarle — dijo riéndose igual

— ¿Taehyung, ustedes han tenido algo íntimo? — pregunté con los nervios de punta

Él no respondió pero no fue necesario, su reacción fue suficiente, ver cómo se sonrojaba me bastó para que por mi mente ocurrieran cosas para nada buenas, quería ahorcarlo.

— Taehyung, lo pregunto por tú bien — dije tratando de que no tiemblen mis manos por la ira que estaba sintiendo — él tuvo una pareja antes del viaje — dije haciendo que el color abandoné sus mejillas — él estuvo con un chico y no terminó nada bien — dije acercándome a él — le fue infiel, Jungkook es una persona promiscua Taehyung — dije sintiéndome bien al ver su expresión — que sus palabras no te engañen, sé que yo te dije que te juntes con él pero es que pensé que sería diferente — dije fingiendo arrepentimiento — él parecía más centrado, pero he visto como mira a una de las sirvientas y también como ve a tu hermana.... a  Jisoo — dije como punto final

— Él no es así — dijo tratando de sonreír — te estás confundiendo —

— No mi cielo, ¿Cómo me vio a confundir si él es mí primo? — pregunté sin poder evitar que se me salga una pequeña carcajada — lo conozco muy bien y te aseguro que no es de confianza, él siempre me dijo que los omegas eran como putas para él — dije para luego sonreír — Taehyung, eres muy joven y tienes muchas personas atrás tuyo, mi primo solamente es una escoria de la que no te puedes confiar —

— Tengo que irme — dijo con un semblante distinto como al que vino

— De nada mi amigo, ¡Que te vaya bien! — exclamé sonriendo hasta que desapareció — pero que inocente — dije carcajeándome — no me vas a ganar niño —