NOVENO SUEÑO: IMPERIO

Los tres amigos llegaron al Escorial y entraron junto al grupo de visitantes que les precedía. Lo enorme del monasterio los impresionó, con pasillos que parecían infinitos y que se extendían por todas partes. Decidieron permanecer al final del grupo de turistas para hablar más cómodos.

―No quiero ni imaginar cuánto costó construir este lugar ―exclamó Mariko, impresionada por la magnificencia.

―No solo hay que ver el costo de construcción ―hizo notar Dío―, también el costo económico que representó toda la logística para traer los materiales de construcción desde Sudamérica hasta este lugar, sin tomar en cuenta la logística empleada en los buques de guerra españoles para proteger dicha carga de los piratas y los ingleses.

―Eran lo mismo, ¿no? ―dijo Báku, girando la cabeza y mirando a Dío―, los piratas que atacaban los navíos españoles eran ingleses, contratados por Isabel I, y por eso ella les otorgó el bonito nombre de "corsarios por la corona", pero eran simples asesinos y ladrones. Felipe II, no escatimó en gastos para la construcción de este súper monasterio.

»Sin embargo, fue ese gasto de recursos lo que llevó al imperio español a la ruina. Los gastos para la construcción de este lugar y la Armada Invencible, menguaron las arcas del imperio, y lo que es peor: su poderosa flota, que iba a acabar para siempre con Inglaterra y su gobierno protestante, acabó siendo en su mayoría barrida por una tempestad y los barcos que lograron sobrevivir la tormenta no contaban con capitanes experimentados y fueron aniquilados por Francis Drake, un pirata al servicio de la reina inglesa, el cual contaba con años de experiencia en combate marítimo gracias a asaltar los buques de carga españoles desde el caribe hasta la costa oeste de Sudamérica en Valparaíso ―dijo, caminó y miró una bonita pintura de un galeón español―, incluso llegó hasta Canadá, y fue el primer capitán que circunnavegó el mundo puesto que Magallanes, murió en medio del trayecto.

―Ese fue el final para España ―corroboró Mariko, todos veían un mapa de las antiguas colonias españolas―, es increíble la extensión que tuvo el imperio español, casi todo el continente americano, fue luego rey de Portugal y se anexó las colonias portuguesas. No olvidemos tampoco tomar en cuenta sus otras colonias. Tampoco debemos olvidar los reinos que ya tenía en Europa.

―Increíble que un solo hombre haya gobernado sobre tanto territorio ―dijo Báku que miraba el mapa―. Ningún imperio antes o después tuvo tal extensión.

Llegaron a una escultura de San Lorenzo. El grupo de turistas luego de ver la estatua dirigieron su atención a las palabras del guía sobre la estatua del mártir. Báku y Mariko, pretendían escuchar la disertación del guía y cubrían a Dío que revisaba la estatua en busca de pistas. ¡Qué asco!, se enteraron que San Lorenzo, fue condenado a morir asado en una parrilla y que el santo hizo gala de indiferencia al dolor, al bromear con sus torturadores cuando estos recogían la grasa que le salía del cuerpo.

Al terminar el recorrido, salieron del Escorial y se apartaron rápido del grupo principal y consultaron a Dío sobre lo que pudo averiguar.

―Vi una extraña inscripción en la parte posterior de la base de la estatua.

―¿Qué ponía esa inscripción? ―preguntó Mariko, ansiosa.

―"Para hallar a la princesa sigue el camino de los delfines rosas y las gruesas sirenas".

―¿Que puede significar eso? ―preguntó Báku, confuso por la críptica inscripción.

Todos ellos no tenían idea de qué podía significar aquello, detrás de una ventana del Escorial, una niña les observaba con una sonrisa fría y burlona en el rostro.