50. ¿Amiga o enemiga?

En un movimiento rápido, la belleza despampanante agarra el brazo de Emmet y con sorpresa, como en un movimiento de judo, lo da vuelta para el otro lado, haciéndolo caer al suelo.

—Yo me quedaré con esto, cariño —le quita el arma mientras él está en el piso boca arriba —. No queremos que nadie se lástime ¿verdad?

—Oye, no vuelvas a hacer eso —la reprendo y se ríe.

—Tranquilo, no deseo arruinar ese bello rostro.

—¿Qué? —me quejo haciendo puchero —¿Qué tiene Emmet que yo no? —levanto el puño —¡Yo soy más guapo!

Ella se ríe otra vez.

—Que divertido.

Mi escolta se levanta y mira su arma en la mano de Nyx, luego levanta la vista a los ojos grises de la chica.

—¿A qué has venido? —la interroga —No puedes aparecer sin ninguna razón, debes tener una.

—No la tengo, aunque verte podría ser una —le guiña el ojo.

—No te gastes —le digo a Emmet —. A mí tampoco quiso decirme.

—Si me envían a atraparte, ten por seguro que te lo diré —levanta el rastreador —. Así que no necesitan esto.

—¿Cuando? —me sorprendo.

—Tú amigo Jovan tiene buenas ideas y mucho dinero, pero yo no voy a encontrarme con Blake, deberás ponérselo a otro —agarra mi mano y pone el detector en esta, a la vez que me devuelve el arma —. Y te doy un consejo más, no lo provoques, enojado es peor.

Se aleja y camina hasta la ventana.

—¡Espera! —frunzo el ceño —Tengo una pregunta más.

—Te escucho —sube su pierna.

—¿Eres mi amiga o mi enemiga?

Se ríe.

—¿Por qué no ambas? —salta.

—¡Es un primer piso! —corro hasta la ventana y veo como se sube a una motocicleta que está en medio de la calle.

Otra vez se ha ido en la oscuridad.

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