2. Fuente de toda magia

Entro a una tienda de ropa mientras Emmet vigila y me meto en un cambiador con mi mochila. Rápidamente me saco la ropa de mujer, y me pongo la de hombre que tengo guardada. Cierro los ojos y me concentro, aguanto el pequeño dolor, mi cuerpo deja de tener forma femenina, cuando siento que todo pasó abro los ojos.

Al salir de la tienda, Nadir sigue con su máquina y hace sus anotaciones.

—¿Cuanto ha durado? ¿Le ha dolido mucho? ¿Crees que está señal es muy alta? —expresa emocionado y nuevamente se acomoda sus anteojos para que no se le caigan.

—Una pregunta a la vez y necesitas lentes nuevos —opino.

—¡Son nuevos! —se defiende.

—¿Para qué ha cambiado? ¿No podía esperar a que lleguemos a la casa? —me reprende Emmet —Se arriesga demasiado.

—Porque tengo que hacer cosas, ¿Cuántas veces tengo que decírtelo? —bufo.

—Me complicas la existencia —opina.

Me río.

—Perdón.

—¿Este dato está bien? —pregunta el rubio animado mostrándome en la pantalla de su maquinita.

—No, es así —se lo arreglo.

—Oh, por eso usted es la perfección —dice emocionado.

—Sí, lo sé —sonrío —pero dejemos tu fanatismo para después ¡Hay asuntos que atender! —comienzo a caminar.

Desde que he cambiado, hace ya tres años, no solo he podido modificar mi cuerpo, también tengo como una extraña y grata necesidad de ayudar a las personas, como si tuviera algún tipo de percepción cuando estoy cerca de una situación particular, como esta.

—¡¡Ah!! —se oye el grito de una chica y camino hasta el callejón.

—Como detesto encontrarme con gente como tú —le digo al tipo que la ataca.

Golpeó al pervertido en su horrible cara y cuando se larga la muchacha me agradece, para luego retirarse.

—Si era por eso, me habría dicho a mí y me encargaba, no hacía falta meterse en tantos líos —opina Emmet.

—Es personal, ya te lo he explicado, está en mí hacerlo, deja de preocuparte —bufo —. Confío en ti, pero a veces me estresas.

—¿Y ahora a dónde nos dirigimos? —pregunta animado el rubio.

Camino hasta él y lo rodeo con mi brazo.

—A la fuente de toda la magia que emana de mí —muevo la mano —tendrás la señal que tanto sueñas, Nadir —levanto un dedo —pero antes, tengo que hablar con un adivino.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top