15. Juguemos otra vez

Llegamos al salón con Emmet y Nadir, falta tan poco para la boda de Aradia ¡Ya quiero que llegue el día, fiesta! Pero mientras tanto...

—¿Estás enojado conmigo? —imito una sonrisa tierna mirando a mis guardaespaldas —¿Mi cara de niña linda no te trasmite nada bueno? Perdóname, si dije algo malo, no fue mi intención —uno mis manitas de chica.

—¿Por qué lo dice?

Bufo.

—Me ignoras, malo.

—No está enfadado —expresa Nadir integrándose a la conversación —. No te preocupes —sonríe ampliamente y vuelve a su aparatito —¡Oh más datos! —exclama animado —¡Allí está! —señala a Ace sentado en una de las sillas del salón, tomándose un vino.

—Ahora vuelvo, grita si ves a Aradia —me río.

Mientras camino hasta el adivino, visualizo a Seyn que está haciendo otras pruebas de sonido, el cual aunque se encuentra más alejado, me sigue con la vista.

—¿Tú vienes a aquí a hacer de vago o ayudar? —me cruzo de brazos hablándole a Ace.

—Yo no trabajo para la gente, la gente lo hace por mí —dice sonriente —¿Quieres probar?

—¿Qué quieres decir? —levanto una ceja.

—Hablemos de eso después, tengo otra pregunta, ¿Qué le dijiste a Seyn para que esté más alegre? —hace una pausa —tú siempre lo haces pensar, te hace caso como un patito, lo controlas.

—¿A qué vino eso? —digo confundido.

—Volvió al club, porque se lo dijiste ¿Sabés hace cuánto que no venía? Debés enseñarme tus trucos.

—¿Tú? ¿Pidiéndome consejos a mí? —me río otra vez —Eso es demasiado nuevo.

—¿No me crees? ¿Qué tal una prueba? Un juego, como los viejos tiempos.

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