XXXIII

CAPÍTULO XXXIII

El lunes por la mañana, Florence se despierta un poco más nerviosa de lo usual, pero por suerte, logra salir de la cama sin despertar a Chris, aunque cuando sale de la ducha, lo encuentra sentado y aún somnoliento.

—Buen día, cielo —saluda el actor y se levanta de la cama para caminar hacia ella y besar su frente.

—Buen día, cariño —responde sonriendo ante el abrazo perezoso del ojiazul —. Pensé que te quedarías en la cama hasta más tarde.

—Anoche me avisaron que tengo una reunión y también movieron una hora antes una entrevista —explica él y camina hacia la ducha —. Y justo ahora tengo mucho sueño.

Florence sonríe y cuando sale en búsqueda de Bella, la despierta, pues ella decidió levantarse un poco antes para prepararse. Chris debe hacer el desayuno, así que la castaña se dedica al arreglo de la rubia.

—¿Trabajarás en mi escuela? —le pregunta la pequeña con curiosidad.

—No lo creo, aunque espero que también sea en una escuela tan bonita como la tuya —responde peinando el cabello de la niña.

—¿Cuándo vuelva estarás conmigo, verdad?

—Trataré de que así sea, por eso buscaré un horario mientras tu estás en la escuela, para que pasemos todo el tiempo libre juntas.

—Papi dijo que se iba a ir muy lejos por unos días, pero dijo también que luego iríamos a una fiesta y al cine, con toda la familia y que vería a mi amiga Ava —explica sin moverse, pues Florence ha comenzado a peinarla.

—Sí, iremos todos y nos divertiremos mucho —agrega la castaña.

—Te quiero mucho, Flo —dice ella luego de unos minutos en silencio observando cómo la peina.

—Yo también te quiero muchísimo, Bella —responde con sinceridad.

[...]

Media hora más tarde, Florence camina hacia el auto seguida de Bella que viene de la mano con Chris, él se quedará a esperar a que lo recojan, pues tiene varios compromisos. El actor sube la mochila y luego acomoda a Bella en su asiento con las respectivas medidas de seguridad.

—Te portas muy bien y te deseo un buen día en la escuela —le dice antes de abrazarla y besar su mejilla —. Te amo, princesa.

—También te amo, papi —responde ella.

Luego de esto, Chris camina hacia la puerta del conductor, en donde espera Florence, así que la toma por la cintura y le da un corto beso.

—Todo saldrá bien, eres la mejor, cielo —le dice con una sonrisa llena de confianza.

—Estoy un poco nerviosa pero creo que puedo manejarlo —declara con una mueca.

El actor sonríe y ahora la atrae en un cálido abrazo, en donde aprovecha para besar su mejilla y susurrar le al oído lo mucho que la ama.

—Yo también te amo, Chris —responde la castaña —. Que tengas un buen día en tus deberes de hoy.

—Gracias, mi amor. Yo también espero que ustedes tengan un gran día —declara.

Florence deja un pequeño beso en sus labios por última vez y sube al auto, en donde el actor le cierra la portezuela. Luego de esto, cuando ella pone el vehículo en marcha, Bella se estira lo más que puede para despedirse de su padre agitando su mano con emoción.

El trayecto a la escuela es muy animado, pues Florence coloca música y ambas chicas van cantando con emoción, lo cual ya es una costumbre entre ellas.

Cuando llegan a la escuela, ambas descienden y se encaminan a la puerta principal. Bella se gira hacia la castaña y la abraza con fuerza antes de entrar y saludando a todos, sin embargo, puede observar que algunas niñas se acercan y luego dirigen su atención hacia ella, por lo que la rubia se gira y le sonríe, para luego continuar con su pequeña charla.

Luego de esto, ella vuelve al auto y arranca hacia la dirección que tiene agendada, ya que tiene algunas entrevistas pendientes. Está nerviosa, pero los ánimos que le han brindado Chris y Bella, la mantienen motivada.

Por suerte, todo sale muy bien con dos de las tres entrevistas de Florence, una casi le asegura el puesto y la otra la toma como una candidata potencial, prometiendo llamarla en un par de días, en la tercera ya no están disponible el trabajo.

Ella está satisfecha porque hizo lo mejor que pudo, así que decide invitar a Bella a comer, pues Chris le ha enviado un mensaje diciendo que saldrá un poco más tarde.

Sin embargo, cuando llega a recoger a Bella, la rubia no camina hacia la salida con su singular emoción, pero cuando la ve, corre y la abraza con mucha fuerza, como si no la hubiera visto en semanas.

Florence revisa que lleve su tarea y sus cosas, para que luego caminen hacia el auto y ambas aborden. La castaña observa a la niña por el espejo y la nota distraída, no va contando su día y mucho menos haciendo preguntas sobre todo lo que las rodea.

—¿Pasó algo que debas contarme? —le pregunta la castaña, pero no recibe respuesta —. ¿Bella?

La rubia dirige su mirada hacia ella y no pasan desapercibidos sus ojitos llorosos, por lo que Florence agradece que estén llegando al centro comercial y estaciona, desciende del auto y entra a la parte trasera con la niña.

—¿Qué pasa, corazón? —le pregunta mientras quita los cinturones de seguridad.

Apenas está libre, Bella se lanza a sus brazos y rompe en llanto. Florence está sorprendida y simplemente la arropa en su regazo, la niña se aferra a ella con fuerza y llora un poco antes de calmarse para empezar a hablar.

—Dije una mentira, Flo —susurra entre hipos de llanto.

—¿Qué fue lo que dijiste, pequeña? —la castaña mantiene una voz tranquila, aunque ha comenzado a preocuparse.

Bella separa un poco su cabeza del pecho de la castaña y la observa por unos segundos, para luego rodear su cintura con sus brazos con fuerza.

—Le dije a las niñas que eres mi mamá —balbucea y de nuevo rompe en llanto.

Florence experimenta algo indescriptible. Es claro que ella nunca pensaba en plantearle a Bella la idea de que la llamara "mamá", tenía claro su posición como novia de Chris y no llevaban tanto tiempo juntos como para intentar algo, sin embargo, ella disfrutaba de la bonita relación entre ellas, le gusta mucho la confianza que se tienen y que ahora Bella la considere una amiga. Por eso esto la toma por sorpresa.

—Explícame eso, Bella —le pide mientras acaricia con suavidad la espalda de la pequeña para calmarla.

La rubia se toma su tiempo, antes de que decida bajar del regazo de Florence y acomodarse en el asiento, sus ojitos siguen llorosos y juega con sus manitas.

—En la mañana las niñas me preguntaron si eras mi mamá —murmura cabizbaja —, y les dije que sí, porque ellas sí tienen mamá y sus mamis no son estrellas. Ahora mi mami se va a enojar conmigo —dice y de nuevo llora.

Por segunda vez, Florence se queda sin palabras y se limita a abrazarla, necesita buscar el lenguaje adecuado para darle tranquilidad a esta preocupación en la niña.

—No, corazón, tu mami nunca se va a enojar contigo —le dice con suavidad —. Te voy a explicar algo y quiero que me pongas mucha atención, ¿está bien?

—Sí, Flo —responde y con sus manitas limpia su rostro.

—¿Recuerdas el dibujo que me regalaste en navidad? —pregunta y la niña asiente —. Estábamos nosotros y una brillante estrella en el cielo, esa es tu mamá, ¿verdad?

—Sí, es mi mamá —afirma.

—Bueno, ella siempre estará ahí, cuidándote desde su estrella. Las mamis puedes convertirse en estrellas, pero nunca dejarán de ser una mamá —menciona y suspira, pues no sabe cómo tomará sus palabras —. Que yo o cualquier otra persona que sea novia de tu papá, no significa que debas decirle mamá o que ella va a desplazar a tu verdadera madre. Si algún día decides otorgar ese nombre, estoy segura de que tú mamá no se va a molestar porque sabe que no lo harás para lastimarla, lo harás de cariño y sin olvidar lo mucho que la amas.

Bella asiente en total silencio y ahora toma la mano de Florence para jugar con el bonito brazalete que cuelga de su muñeca.

—¿Tú estás enojada conmigo? —cuestiona la rubia.

—¡Claro que no! Aunque me gustaría que, si algún día me llegas a decir así, lo hagas porque lo sientes y no porque unas niñas te presionan. Si tú te sientes bien en decirme así, está bien, pero quiero que sea por ti—le dice con una pequeña sonrisa.

—¿Le diremos a mi papi?

—¿Tú quieres decirle?

Bella duda un poco, pero al final asiente, acto que deja satisfecha a la castaña.

—¿Crees que las niñas te molestarán si les dices que tu mamá es una estrella? —le pregunta Florence cuando la ve más tranquila y la rubia se encoge de hombros —. Si ellas te molestan, entonces no deberían ser tus amigas. Hay muchas familias diferentes y tú tienes una muy especial que te ama por encima de todo, tienes a tu papá que haría cualquier cosa por ti y te ama muchísimo, y a Dodger que te ama de forma desinteresada y...

—Y te tengo a ti, Flo —murmura con timidez.

—¡Claro que me tienes a mí! Yo te amo mucho y siempre podrás contar conmigo —afirma con sinceridad —. También tienes a tus abuelos, tíos y primos, todos te aman muchísimo.

De nuevo Bella se sume en un profundo silencio y Florence puede apostar que la niña ha tenido una idea, así que le da el tiempo para que se exprese.

—Tal vez mi mamá puede ser mi mamá estrella por siempre —susurra Bella con timidez —. Y tú puedes ser mi mami.

Al escuchar esas palabras, el corazón de Florence da un vuelco dentro de su pecho y no puede evitar sentirse muy emocionada.

—¿Estás bien con eso? —le pregunta y Bella asiente —. Entonces yo también lo estoy. Muchas gracias por ese nombre, pequeña —dice y se abrazan, por lo que de nuevo la rubia queda prendida a su regazo, ambas disfrutan de esos momentos entre ellas.

—¿Seguirás yendo por mí a la escuela? —le pregunta la niña.

—Si todo sale bien con mi empleo, sí —responde —. Y luego volveremos juntas a casa, pero hoy, aunque decidí que vendíamos a comer.

—¡Sí! ¿Puedo pedir helado de postre?

—Sabes que sí, siempre y cuando comas lo que pida para ti —le recuerda y ella asiente.

Luego de limpiar bien la carita de Bella y arreglarse un poco, ambas descienden del auto y caminan hacia la plaza comercial, juntas recorren la zona del comedor hasta que encuentran algo que las convencen y piden.

Para cualquier persona que pase, es una típica escena de madre e hija disfrutando de una buena comida, que luego se trasladan a algunas tiendas en donde compran bisutería y otras cosas para jugar y divertirse. Bella disfruta de este momento, se siente feliz de entenderse tan bien con Florence y le gusta esa cercanía que tiene con ella.

—Te quiero mucho, Flo —murmura abrazándola por la cintura.

—Yo también, pequeña —responde devolviéndole el abrazo.

Es hasta ya entrada la tarde que vuelven a la casa, ambas van muy animadas y Bella está más que feliz con las compras que han hecho.

[...]

Bella entra corriendo a la casa, lleva en sus hombros su pequeña mochila y de su mano cuelga una bolsa con algunas cosas que ha comprado con Florence. Sin embargo, se topa con Chris que se ha levantado del sillón al escuchar el ruido del auto.

—¡Papi! —exclama con emoción y corre para abrazarlo.

—¡Hola, princesa! ¿Cómo te fue hoy? —le pregunta mientras la levanta entre sus brazos.

—Bien, luego fui con Flo a comer y pasamos mucho tiempo paseando, fue muy divertido —le cuenta —. Pero tengo que hacer mi tarea para que juguemos, voy por mis cosas —le dice y se baja de él.

Chris la ve partir seguida de Dodger y camina hacia la puerta, encontrándose con Florence, quien le sonríe. El actor le ayuda con el par de bolsas que lleva y aprovecha esa cercanía para besarla.

—¿Qué tal tu día? —le pregunta la castaña dejando sus cosas.

—Normal, aunque me avisaron que partimos el jueves —responde con una mueca —. Y a ti, ¿cómo te fue?

—No quiero adelantarme demasiado, pero me fue bien. En estos días me resolverán todo y espero tener una respuesta antes de que te vayas —le cuenta y camina hacia él para acariciar su mejilla.

—Te veo muy feliz, ¿pasó algo? —cuestiona el actor, colocando sus manos sobre las caderas de su novia.

—Bella te lo contará después, ¿de acuerdo? —afirma y besa cortamente sus labios, pues se da cuenta de que la rubia vuelve.

En realidad la tarea de Bella son unas cuantas hojas de actividades, que en lugar de una aburrida tarea, son juegos que le dan gusto hacer. Chris y Florence se sientan a su lado para ayudarla y charlar mientras ella trabaja.

[...]

Florence, ya en pijama, acomoda la cama y escucha que Chris cierra la puerta de la habitación, cuando se gira hacia él, se da cuenta que viene desabotonando su camisa.

—Ya hablé con Bella —murmura el ojiazul —. Me contó todo y dijo que ustedes hablaron antes de ir a comer, gracias por eso —menciona de forma sincera.

La castaña camina hacia él y besa sus labios, Chris no duda en rodear su cintura y ella coloca sus manos sobre su pecho desnudo.

—¿Estás bien con ello? —preguntan al mismo tiempo y ríen por tal coincidencia. El actor aprovecha y le roba un tierno beso.

—Lo estoy, sabes que no quiero que Bella se sienta forzada a nada, nuestra convivencia se basa en el respeto y si ella se siente bien en llamarme de alguna forma, lo aceptaré —dice primero Florence.

—Yo tampoco quiero que te sientas forzada a tomar esa responsabilidad, pero me agrada que lo tomes tan bien, te convertiste en esa figura que mi hija necesitaba y ella lo está aceptando a su modo —murmura con una sonrisa.

Chris suelta una pequeña risa, tal como si hubiera realizado una travesura y saca del bolsillo de su pantalón su celular, lo desbloquea y se lo entrega a Florence.

Ella no tarda demasiado en reconocer la imagen, es en Boston, durante las fiestas de navidad, Bella pidió dar un paseo y aprovecharon que era un buen día (en invierno), así que salieron a caminar, sin embargo, no recuerda esa imagen.

—Fue cuando me quedé cerrando el auto y ustedes se adelantaron, se veían muy bien juntas —afirma el ojiazul.

—Me encanta —susurra Florence y se acerca para besarlo —. Es una imagen preciosa.

—Lo es, porque están mis chicas —agrega Chris y la castaña se sonroja.

—¿Puedes enviarme la foto?

—No lo sé, es mi favorita y no estoy seguro de querer compartirla, me costó mucho lograr capturar ese momento, a menos que me convenzas y... —sugiere.

Florence suelta una risa, pues mientras Chris hablaba, ella se ha enviado la imagen, así que simplemente se acerca a besarlo. El actor le corresponde, acostando a la chica y acomodándose sobre ella.

—Ve a cambiarte —murmura la castaña cortando el momento y recibiendo una mirada acusadora por parte del actor, quien al final obedece —. No olvides que mañana tenemos el día para nosotros mientras Bella está en la escuela —le recuerda.

—Entonces me vengaré, preciosa —advierte el ojiazul desde el baño.

—Pensaba en ir a buscar el vestido para la premier —sugiere con inocencia.

—Bien, primero mi venganza y luego el vestido —afirma en broma, causando que su novia empiece a reír.

Varios minutos después, la pareja se encuentra ya dentro de la cama, abrazados uno al otro y compartiendo una tierna sesión de besos, al menos hasta que Florence termina acomodando su cabeza en el pecho del actor.

—Descansa —susurra la chica.

—Sueña bonito, mi amor.

Ya casi viene la premier 🙃

Y este fue un gran paso para nuestra pequeña Bella 😭❤️

Espero que les guste ❤️
Gracias por leer ❤️

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