XXXI

CAPÍTULO XXXI

Florence despierta al escuchar el sonido de la alarma, como puede, logra desactivarla y se estira con demasiada pereza, la noche anterior estaba demasiado nerviosa y le costó mucho dormir. Ella intenta levantarse, pero el brazo de Chris la sujeta con fuerza para atraerla hacia su cuerpo.

—5 minutos más —pide aún adormilado el actor.

—No lo creo —responde la castaña y besa su mejilla —. Buen día, cariño.

—Buenos días, amor —dice él y muy a su pesar, la suelta.

Ella le sonríe y camina hacia el baño para asearse antes de buscar a Bella, pero para su sorpresa, cuando sale de la ducha, la niña ya está en la habitación y salta en la cama mientras es cuidada por su papá.

La pareja se las ha arreglado para mantener su relación discreta frente a Bella, a pesar de que buscan tener momentos de pareja, siempre intentan estar "presentables" ante la niña.

—¡Flo! ¡Hoy voy a la escuela! —exclama la rubia llena de emoción.

—Lo sé, Bella, ¿estás emocionada?

—Mucho, Flo. Pensé que nunca sería de día —declara y se deja caer en el colchón.

—Bien, vamos a prepararte mientras tu padre hace el desayuno, ¿está bien? —murmura la castaña con una sonrisa.

—¡No! Mejor que el me ayude y tú haces el desayuno, papá cocina feo —declara ella con inocencia.

—¡Oye, sigo aquí! —responde el ojiazul fingiendo indignación.

—Es que Flo hace los mejores panqueques del mundo y los tuyos no quedan esponjositos —explica la pequeña con una sonrisa.

—Bien, iré a tomar un baño y tu elige tus zapatos —pide Chris antes de levantarse y caminar hacia el baño.

Florence sonríe y aprovecha ese momento para peinar a Bella, luego de esto, la deja eligiendo sus zapatos y prepara el desayuno. Algunos minutos después, padre e hija llegan ya listos, hasta Chris lleva la pequeña mochila de Bella sobre su hombro.

El actor termina de poner la mesa, no sin antes, robarle un pequeño beso a su novia, cosa que ahora Bella ignora, ya que se ha acostumbrado a ver esas discretas muestras de cariño entre aquel par de adultos.

[...]

—Cualquier cosa que necesites debes ir con tu maestra —dice Chris mientras conduce hacia la escuela —. Y si te caes o algo, debes decirle a tu maestra. También, si necesitas ir al baño, le debes avisar —el actor está más que nervioso por este momento.

Florence sonríe de forma burlona, pero intenta ser discreta girando su cabeza hacia la ventanilla. Por el retrovisor, observa que Bella ya va un tanto cansada de las insistentes recomendaciones de su padre, aunque se limita a asentir con la cabeza.

—Volveré por ti a la salida —murmura cuando llegan por fin a la exclusiva escuela.

—Lo sé —responde la rubia al darse cuenta del lugar en donde se encuentran.

—Si no te quieres quedar, es momento de decirlo. Recuerda que esta es una prueba y esos niños ya llevan un tiempo juntos, quiero que te sientas cómoda y si aún no estás lista para quedarte, lo entenderé —repite, ahora Chris se nota preocupado.

—Sí quiero ir —susurra la pequeña.

—¿Segura? Porque podemos esperar hasta que inicie oficialmente el año escolar y volver hasta ese momento —insiste el actor.

—¿Podemos bajar ya? —le pregunta su hija al ver a los niños caminar hacia la entrada.

Chris le dedica una mirada sorprendida a Florence, quien se limita a sonreír orgullosa por la actitud independiente de Bella.

El ojiazul asiente y quita los seguros de las portezuela, su hija y su novia bajan, pero ellas se sorprenden al ver que el actor también desciende. Chris lleva gorra y gafas oscuras, nadie le presta atención, pero igual no quiere exponerse demasiado.

—Te portas bien —dice arrodillado frente a su hija —. Te amo, nos vemos al final del día, ¿está bien?

—Sí, papi. Yo también te amo mucho.

Y sin más, la niña le da un abrazo y besa su mejilla, para luego caminar hacia su niñera y tomar su mano, pues ella será quien la acerque hasta la puerta.

Florence no puede evitar sonreír ante la cara de angustia que tiene Chris, le parece adorable verlo completamente nervioso por el primer día de Bella en la escuela como oyente, así que intenta no hacerle más tortuoso el momento y lleva a la pequeña rubia hacia la entrada.

La castaña intercambia algunas palabras con la encargada de la puerta, quien recibe a Bella y la invita a pasar, la niña le da un último abrazo a Florence para luego ingresar. Ella de nuevo rectifica los horarios para recoger a la pequeña y se despide.

Cuando vuelve al auto, Chris ya se encuentra adentro y al momento de ingresar, alcanza a ver que el actor limpia su rostro de forma apresurada. ¡Ha llorado! Florence no puede evitar sentirse emocionada por el amor que el ojiazul tiene por su hija.

—Estará bien —dice ella y se acerca para darle un pequeño beso, luego abrocha su cinturón de seguridad.

—Lo sé —responde Chris y pone el auto en marcha —. Sólo que es diferente a dejarla por otras circunstancias, que Bella parezca tan lista para quedarse sola en la escuela llena de desconocidos, me hace recordar que ella está creciendo —declara.

—Es una niña grande —concuerda Florence.

La pareja intenta desviar la atención de la ausencia de la niña y hasta ponen música para mantener algo de ruido, pues justo ahora echan de menos las frases elocuentes de la pequeña.

Apenas llegan a casa, Dodger los inspecciona debido a que nota la ausencia de Bella. Chris no quiso llevarlo, porque conociendo a su amigo, intentaría bajar para ir por la pequeña y sería más dramático para él.

—Está en la escuela, volverá después—le dice el ojiazul a Dodger.

Pero es claro que el canino busca un poco más, al menos hasta que Florence lo invita a jugar y ahí se distrae por bastante tiempo.

Cuando Dodger termina cansado y se dirige hacia su camita para descansar, la castaña aprovecha y busca a Chris, a quien encuentra dentro de su pequeña oficina, fingiendo que trabaja, pues la pantalla de la computadora sigue con el salvapantallas.

—¿Todo en orden? —cuestiona la chica al ingresar a esa habitación en la casa.

—Sí, creo —responde y vuelve a hundirse en sus pensamientos por unos segundos —. ¿Crees que Bella está bien?

—Creo que sí, aquí la pregunta sería, ¿Tú lo estás?

Chris la observa con una ceja alzada, pero luego su rostro se descompone y hace un adorable puchero.

—Creo que no estaba listo para esto, ya sabes, pensé que Bella podría estar más tiempo en casa y cuando yo me sintiera listo, ella asistiría a la escuela —explica y echa su cuerpo hacia atrás en la silla.

—Bueno, si puedo decirlo, creo que no era cuando tú estuvieras listo, sino Bella, y para sorpresa de todos, apenas le planteaste la idea, ella aceptó encantada —le recuerda y se acerca hasta quedar entre las piernas de Chris, pero ella está recargada en el escritorio.

—Mi niña está creciendo —murmura.

—Lo está, cariño —afirma la castaña.

—Poco me faltó para ir por ella y volver a casa todos juntos —le confiesa y la chica ríe levemente.

—Lo imaginé, estabas demasiado aterrado —se burla y Chris también ríe.

El actor mueve un poco su silla, lo suficiente para quedar más cerca de Florence y colocar sus manos sobre las caderas de su novia.

—¿También me vas a abandonar? —le pregunta el ojiazul alzando su cabeza para verla a los ojos.

—Probablemente, aunque me estoy tomando esta semana para acomodar mis papeles y ver opciones, además, es la semana de prueba para Bella, todo dependerá de cómo se adapte a la escuela —responde y no puede contenerse en acariciar el cabello del actor, quien cierra sus ojos ante sus caricias.

—Podré vivir con eso —musita con una pequeña sonrisa —. Nunca me había sentido tan completo en todos los ámbitos de mi vida.

—Me gusta como suena eso —responde y se agacha un poco para besarlo.

Chris le corresponde de inmediato, pero luego empieza a atraer a la chica hacia su cuerpo, lo suficiente para que ella termine sentada en sus piernas.

—Supongo que podríamos aprovechar este tiempo a solas —susurra el actor llevando sus besos hacia el cuello de su novia, quien ladea su cabeza para darle un mejor acceso.

—¿Eso crees? —cuestiona, y para su sorpresa, desconoce su voz, pues suena más como un suspiro.

—Es el momento perfecto —reitera, introduciendo sus manos por debajo de la blusa de la chica para acariciar la piel de su cintura.

Florence de nuevo besa sus labios, aunque ahora hay mayor necesidad en sus caricias. Chris se incorpora y la sube al escritorio, colocándose entre sus piernas y atrayéndola hacia su cuerpo, haciendo que la chica rodee su cadera con sus extremidades inferiores.

—¡Chris! ¡Florence! —escuchan la voz de Scott desde alguna parte de la casa.

El actor maldice y en ese momento desea no haberle dado una llave a su hermano menor, o eso piensa por el momento que acaba de interrumpir. La castaña, en cambio, suelta una pequeña risa mientras intenta peinar su cabello, lo cual consigue con demasiada suerte.

Es ella quien sale primero al encuentro de Scott, al menos para ganarle algo de tiempo a su novio, quien debe "tranquilizarse" un poco más.

—¿Cómo está mi niñera favorita? —cuestiona el menor de los Evans antes de abrazar a la chica.

—Muy feliz por verte aquí —responde ella con amabilidad.

—Pues yo no estoy aquí por las mejores causas, pero necesito hablar con ustedes dos —afirma con una pequeña mueca de molestia.

—¿Paso algo?

—Ahora te mantendré en suspenso hasta que venga mi hermano, y necesito una bebida —dice y sin más, camina hacia la cocina en búsqueda de algo, por lo que es seguido por Florence, quien toma asiento en uno de los bancos de la barra.

—Ahora estoy muy preocupada —insiste la chica al mismo tiempo que Scott vierte algunos hielos en su vaso.

—¿Por qué estás preocupada? —pregunta Chris llegando a su lado —. ¡Hey! —saluda a su hermano que toma de un trago la mitad de su bebida.

—Bien, ahora que estamos todos reunidos y Dodger —menciona al ver que el sabueso también llega a la pequeña reunión —. ¿Ya checaron twitter y eso?

—¡¿Ahora qué pasó?! —cuestiona el ojiazul con incredulidad y la molestia creciendo en su ser.

—Alguien obtuvo fotos del primer día de escuela de Bella —murmura Scott y les entrega su teléfono.

Son alrededor de 6 fotos tomadas a la distancia, en la primera, están todos dentro del auto; en la segunda y tercera, se ve a Florence y a Bella descender del mismo. La cuarta, que es la que las personas catalogan como la más adorable, es cuando Chris está arrodillado frente a Bella para despedirse de ella. Las dos restantes son de la pareja yéndose del lugar. En ninguna imagen se muestra el rostro de algún niño, mucho menos el de la pequeña rubia, sin embargo, un padre de familia que conozca la zona, lo puede reconocer.

Lo que más están evidenciando, es la nueva relación de Chris con aquella chica desconocida, con quien en la última foto, se capturó aquel pequeño beso que compartieron luego de dejar a Bella.

—Supongo que esto tenía que pasar algún día —susurra Florence de lo más tranquila, aunque cuando los hermanos se giran hacia ella, pueden ver la preocupación en su mirada.

—¿Estás bien con ello? —cuestiona Scott y le entrega una bebida.

—No realmente, pero sé que tenía que pasar. Quiero a tu hermano y estoy consciente de lo que esto conlleva, creo que antes tuvimos mucha suerte, pero tarde o temprano nos iban a descubrir —menciona y se encoge de hombros, en un intento de restarle importancia —. No tengo mucho que perder, en realidad —afirma y baja la mirada un tanto incómoda.

Chris y Scott comparten una mirada, esa en donde los hermanos parecen entenderse a la perfección. En realidad, ambos se percatan de que, por mucho que Florence intente parecer tranquila, hay algo que no le está gustando.

—Yo... Iré a jugar con Dodger —murmura el mejor de los Evans y se lleva al canino hacia el patio, aunque en realidad, ambos se tumbarán en algún sitio a pasar el rato.

Chris espera a que su hermano se marche y luego camina hacia su chica, quien sigue un tanto distraída y cabizbaja. Se acerca lo suficiente para colocar una de sus manos sobre la rodilla de la chica y dar un ligero apretón, para así obtener su total atención.

—¿Qué pasa, mi amor? —cuestiona y acaricia con su mano libre parte del rostro de la chica.

—Nada, estoy bien —murmura con una sonrisa melancólica.

—Esa carita me dice lo contrario, así que dime, quiero saber qué te molesta o qué te tiene así —insiste manteniendo su atención en ella.

Florence suspira y de nuevo se encoge de hombros, intenta hablar un par de veces, pero se detiene, es hasta el tercer intento que logra ordenar sus ideas y expresarlas.

—¿Qué dirán de mí? ¿Quién soy yo para estar contigo? —cuestiona con tristeza, ante la atenta mirada confundida del actor —. Sé que probablemente estén buscando información sobre mí, ¿qué encontrarán? ¿Qué soy una pobre huérfana desempleada que cayó en el trabajo de su vida y conoció a un ser maravilloso con una hija estupenda? Yo no soy nadie y no tengo nada que ofrecerle al mundo, en cambio tú... —pero ella misma se silencia.

A pesar del dolor en su voz, Chris  le toma mayor importancia a la forma en que se ha referido hacia él y Bella, por lo que aquel sentimiento de felicidad lo embriaga por uno momentos. Sin embargo, le duele saber la apreciación que ella tiene de sí misma.

—Eres más que eso, mi amor —le corrige tomando una de sus manos entre las suyas.

—Lo dices porque me amas —murmura la castaña.

—Probablemente me deje influenciar, pero lo que más importa, es lo que tú pienses de ti y quien más importa que te ame, eres tú —afirma y toma el rostro de la chica entre sus manos —. No hay día en que no agradezca todo lo que tuvimos que esperar para que tú llegaras a nuestras vidas, literalmente fuiste la niñera mágica que llegó en plena tormenta a llenar nuestras vidas de alegría.

Florence escucha aquellas palabras con atención y siente su corazón hincharse de felicidad, pues cuando se lo propone, Chris puede ser muy dulce con lo que dice.

—Te amamos, ¿está bien? Estamos felices porque estés en nuestras vidas y sólo nosotros conocemos todo lo que tuvimos que pasar para lograr esta felicidad, no dejemos que los comentarios de otras personas lo arruinen —le pide mirándola a los ojos —. Tú y yo nos amamos, Bella está feliz con esto y no puedo pedir algo mejor, porque ya lo tengo, con mis preciosas chicas y Dodger —afirma.

La castaña tiene lágrimas en los ojos, pero no son de tristeza, sino de entera felicidad, pues escuchar aquellas dulces palabras, la emocionan.

—Te amo —murmura Florence con una pequeña sonrisa, la cual es devuelta por su novio.

—Te amo —responde Chris antes de besarla.

Espero que les haya gustado el capítulo, nuestra Bella está creciendo, pero Chris sigue siendo un niño chiquito al que debemos cuidar ❤️

Gracias por leer ❤️

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