XXV

CAPÍTULO XXV

—¡Tío Scott! —exclama Bella al verlo llegar.

La niña deja sus juguetes en el piso y corre hacia él para abrazarlo. El actor la levanta en sus brazos y la hace girar un poco, obteniendo la fuerte risa por parte de la pequeña.

—Hoy, tú y yo tendremos una divertipijamada —le anuncia a su sobrina, que coloca una carita llena de confusión.

—¿Qué es eso? —pregunta la rubia.

—Una pijamada muy divertida —responde y Florence sonríe —. Te notas muy feliz —le hace el comentario a la niñera.

La castaña se sonroja ante la mirada acusadora del hermano de su novio, es claro que Scott, y probablemente toda la familia Evans, sepa el actual estatus de la pareja.

—Sólo soy una persona muy feliz —responde ella y le da una mirada que le pide silencio.

—Bien, entonces vamos a tener una pijamada muy divertida, haremos un pequeño cine y veremos muchas películas —sugiere Scott y Bella empieza a dar saltitos de emoción.

—¿Puede ir Flo a la pijamada? —cuestiona la pequeña ante la mirada de sorpresa del par de adultos.

—Flo debe salir esta noche, así que seremos sólo tú, Dodger y yo —murmura Scott.

—Está bien —responde la niña sin prestarle mucha atención a aquellas palabras —. Pero mañana podemos ir al parque, ¿verdad?

—¡Claro! —afirma la niñera con una gran sonrisa.

Las horas pasan y conforme llega el atardecer, Florence se confina a su habitación para prepararse para la cita que tendrá con Chris. El actor ha decidido mantenerse fuera y simplemente ir a recogerla, pues no quiere que su hija sospeche más al verlos salir juntos.

Por suerte, al ser tan grande la casa en LA, Scott puede llevarse a Bella hacia un cuarto que han acondicionado para que hoy sea un pequeño "cine" y la entretiene acomodando todo para su aventura.

Florence duda un poco con su elección, pues aunque Chris le ha pedido que no se preocupe tanto, sabe que hay algo de formalidad en esta cita. Además, ella se quiere esmerar un poco más en todo su arreglo.

Opta por un vestido color negro con las mangas caídas, lo cual deja sus hombros al descubierto. Este, se amolda a su figura y se detiene debajo de sus rodillas, dándole un aire más clásico, además de que elige unos bonitos tacones a juego.

Se toma bastante tiempo en maquillarse, aunque realmente no hace mucho, pues sólo busca dar una imagen más arreglada sin llegar a cambiar por completo. Opta por ondular su cabello y llevarlo hacia un lado, dejando un hombro visible.

Le llega un mensaje de Chris anunciándole que ya está afuera, así que toma su pequeño bolso en donde sólo lleva su teléfono, su cartera y algo demasiado básico para retocarse, y sale de su habitación.

Conforme camina hacia la puerta principal, puede escuchar una carcajada de Bella seguida de una de Scott, además, por lo que logra entender de las voces del televisor sabe que están viendo de nuevo Cars.

La niñera sonríe ante tal caso, pero luego se concentra en llegar a la puerta, pues extrañamente se ha puesto nerviosa ante la tan esperada cita con el actor.

Cuando la castaña abre la puerta, Chris está de espaldas, por lo que, al momento que él se voltea, se queda impávido ante la belleza deslumbrante de su novia. 

Florence se percata de la penetrante mirada del actor y le sonríe con timidez, Chris se apresura hacia ella y toma su mano para depositar un suave beso en el dorso de esta. Luego da un par de pasos hasta quedar frente a ella y le da un corto beso en los labios.

—Te ves preciosa —susurra el ojiazul encantado.

—Gracias, tú también te ves muy apuesto —atina a decirle la castaña.

Chris permanece unos segundos más observándola, sigue fascinado por la chica frente a él.

—¿Nos vamos o la cena será aquí? —le pregunta ella con una discreta sonrisa.

—Sí, vámonos —responde luego de unos segundos y le abre la puerta del auto para que ella suba.

Durante el trayecto al restaurante, Florence atrapa a Chris observándola en varias ocasiones, a lo que ella simplemente se sonroja. Ella intenta mantener una pequeña plática, pero igual lo nota nervioso y siempre que él da su punto de vista, le termina agregando un dulce comentario sobre lo hermosa que se ve.

—Espero que te guste —murmura él cuando llegan a un elegante restaurante.

Un chico del valet abre la puerta del lado de Florence y le ayuda a salir, no pasa mucho antes de que Chris llegue a su lado y rodee su cintura con su brazo. Pronto, se encuentran caminando hacia la exclusiva mesa que el actor ha reservado, pues es un lugar alejado y más privado.

—¿Qué te parece? —le pregunta el ojiazul a la chica, una vez que se sientan uno frente al otro en esa mesa para dos.

—El lugar es precioso, Chris, ¡me encanta! —exclama con felicidad.

El actor toma su mano por encima de la mesa y la acaricia con demasiado cariño.

Y así, inicia una perfecta cena en donde la pareja se embarca en un pequeño duelo de miradas y sonrisas, así como en una charla que va desde la pequeña Bella hasta el inminente invierno.

—Quiero pensar que todos en Boston saben que estamos en una relación, ¿verdad? —le pregunta la castaña al ojiazul que sonríe de forma inocente.

—Puede que cuando le dije a Scott que cuidara a Bella se me saliera la información, y que justamente en ese momento estuviéramos realizando una video llamada con nuestra madre —le confiesa.

—¡Chris! —exclama fingiendo un reclamo, aunque en realidad le parece adorable.

—Lo lamento, preciosa. Estaba muy emocionado por esto y simplemente se me escapó —se defiende y de nuevo acaricia la mano de la chica.

—No importa, tarde o temprano se iban a enterar —murmura ella restándole importancia.

—Estoy feliz y emocionado con esto, no iba poder guardarlo demasiado para mí. Te quiero y es algo que deseo gritar a los cuatro vientos —afirma el ojiazul.

—También te quiero, Chris, no tienes idea de cuánto —responde la castaña.

[...]

Cuando finalizan de cenar, ellos vuelven a casa, pero no ingresan y se dirigen, tomados de la mano, hacia el jardín contrario a donde Scott y Bella deben estar.

—Me encantó el lugar y la comida —afirma la castaña.

—A mí me encantó la compañía, eso fue lo mejor —responde el ojiazul.

—Eso fue lo que hizo la noche perfecta: la compañía —concuerda y se gira hacia él para besarlo.

Chris le devuelve el beso con el mismo cariño, aunque él lo profundiza un poco más, logrando que la joven camine hacia atrás y su espalda choque contra la pared. El actor abraza el cuerpo de su novia con fuerza y ella intenta imitarlo, acariciando su amplia espalda de arriba hacia abajo.

El ojiazul se permite ir más allá y traslada aquellos besos hacia el cuello y hombros descubiertos de la joven. Sus labios se mueven con delicadeza sobre la piel de la chica, quien ladea su cabeza en un intento de brindarle más espacio.

Para Chris, los suaves y delicados ruidos que se escapan de los labios de su novia lo incitan a seguir con ese camino de besos. Pero es entonces cuando una corriente de aire frío los envuelve y la siente temblar, así que él reacciona y se da cuenta en el sitio en que se encuentran.

—¿Quieres ir adentro? —le pregunta el actor a su novia, quien duda un poco. Sabe exactamente el verdadero significado en esa invitación, pues lo lee en su mirada oscurecida por el deseo.

—Está Bella y Scott —murmura Florence con una tímida sonrisa, sinceramente es lo único que le preocupa respecto a dar ese paso con el ojiazul.

—Mi habitación está de este lado y ellos están al contrario, no creo que nos escuchen —murmura Chris envalentonado.

Al parecer aquellas palabras son suficientes, pues Florence toma su mano e ingresa por una de las puertas alternas, intentando que sus tacones no hagan demasiado ruido.

Siguen de largo hasta la habitación de Chris, ya que realmente la habitación que fungió como "cine" está muy alejada y en este momento agradecen que sea así, pues el cuarto de Florence está frente al dormitorio de Bella, más o menos a mitad de camino.

Cuando Florence entra a la habitación de Chris, se permite observar unos segundos todo, es la primera vez que entra. La decoración es sencilla y en colores sobrios, aunque hay una pequeña repisa en donde tiene algunas fotos familiares.

La chica se da cuenta de que Chris se quita el saco y se acerca a ella para tomar su bolso, luego coloca ambas cosas sobre una silla. Florence se gira hacia el actor y lo besa.

Un beso eterno y profundo que de nuevo los pone en alerta para lo que ellos han esperado. La castaña rodea el cuello del actor con sus brazos, y él hace lo propio con su cintura, en un intento de pegar más sus cuerpos.

La escucha suspirar ante tal contacto, por lo que aprovecha esa breve separación de sus labios, para llevar los suyos hacia el cuello y hombros de la joven, quien le responde de la misma forma que hace algunos minutos.

Florence toma un poco de confianza y lleva sus manos temblorosas hacia los botones de la camisa del actor, y empieza a soltar uno a uno, deslizando las yemas de sus dedos por el torso recién descubierto de su novio. Como puede, logra sacar la camisa del pantalón y por fin se la retira.

—¿Te he dicho lo hermosa que eres? —le cuestiona el ojiazul a su novia, quien alza la mirada para encontrarse con los ojos oscurecidos de su novio.

Chris vuelve a capturar sus labios y en esta ocasión, busca a tientas la forma de abrir el vestido de la chica, cuando lo encuentra, retira el pequeño broche y empieza a bajar el cierre con lentitud, causando que la joven suspire ante su cálido tacto.

El actor se da cuenta de que la castaña ahora empieza a quitar su cinturón y abre el botón de su pantalón, aunque justo en ese momento, Florence siente como el vestido se despega totalmente de su cuerpo y este cae al piso alrededor de sus pies.

Chris no se contiene y da un paso hacia atrás para observar a la joven, ella lo sonríe con timidez y con su ayuda, da un paso para salir completamente del vestido.

El ojiazul la rodea de nuevo con sus brazos y camina con ella hacia la cama, en donde en menos de un minuto, ambos se descalzan antes de acomodarse sobre el edredón oscuro.

Florence siente parte del peso de Chris sobre ella, aunque este carga gran parte en sus brazos, para no aplastarla. Pero en medio de esa guerra de besos y caricias, la chica lleva sus besos hacia el cuello del ojiazul, causando que él pegue su entrepierna contra ella. La joven no puede hacer mucho, así que sólo suspira al sentir la excitación de su novio contra su piel.

Chris se toma su tiempo para conocerla, desea grabar en su memoria la suave textura de la piel de su chica y aprender qué le gusta en estos momentos de intimidad. Encuentra puntos estratégicos que le arrancan profundos gemidos a la chica, los cuales ella misma intenta silenciar por el miedo de ser descubiertos.

Con mucho cuidado, logra quitar el broche del sujetador de la chica y por fin libera los senos de la joven, que cierra los ojos ante la oleada de deliciosas sensaciones que experimenta cuando Chris concentra toda su atención en esa parte de su cuerpo, jugando con su lengua y dejando suaves mordidas que hacen casi imposible que Florence pueda contenerse.

La chica termina por retirar el pantalón del ojiazul, quedando sólo con una última prenda de barrera. Ellos se toman su tiempo y se continúan besando, además, de que ahora sus manos exploran con mayor libertad y confianza, al menos hasta que Chris logra desprender de la última prenda a su chica y no se contiene en acariciar con suavidad ese dulce centro de placer y humedad, provocando que la castaña arquee su espalda por esta nueva sensación.

El actor se estira lo suficiente para obtener un condón de la mesa de noche y ante la atenta mirada de Florence, él se retira sus boxers y se enfunda el preservativo.

—Te quiero muchísimo, Florence —susurra Chris mientras busca la mirada de su novia, probablemente en búsqueda de algún ápice de duda, pero lo único que logra ver, es su necesidad por continuar con este ansiado momento.

La chica lo besa y lo acaricia sin pudor, al menos hasta que siente el miembro de su novio chocar contra su entrada, estimulando un poco antes de comenzar la lenta intrusión. Chris esconde su cabeza en la curva del cuello de su novia y suspira, está enloqueciendo por la calidez que este momento le brinda.

Pronto, ambos empiezan a mover suavemente sus caderas, buscando encontrar el ritmo perfecto que los conduzca hacia el límite. Florence rodea su cintura con sus piernas para darle un mejor ángulo y él hace lo propio, impulsándose contra ella.

Rápidamente el silencio de la habitación es interrumpido por los suaves jadeos que se escapan de los labios de la pareja, que por más que intenten callarse, no pueden evitar expresar todo lo que experimentan en este momento.

—Chris... —susurra la castaña luego de algunos minutos, ella está con los ojos cerrados, sujetándose con fuerza de la espalda del actor.

—Lo s-sé, cariño, lo sé —responde el nombrado aumentando la velocidad de sus movimientos —, también lo siento.

Florence suelta palabras ininteligibles y también susurra el nombre de su novio mientras experimenta los deliciosos placeres del orgasmo, y Chris, a su vez, no detiene sus empujes hasta que él también explota en mil pedazos.

La castaña se aferra al pecho de su novio en búsqueda de regular su respiración, pero apenas lo hace, sus mejillas se tornan rojas debido al momento recientemente vivido. No puede evitar emitir un suspiro cuando lo siente salir de ella y lo ve recorrer, desnudo, el trayecto hacia el baño y de regreso, trae algo para limpiarse antes de que ambos se metan debajo de las sábanas.

Todo es diferente a partir de ahora, Chris la abraza contra su pecho y ella se acurruca contra él, disfrutando de este nuevo momento.

—¿Estás bien? —le pregunta el ojiazul, obteniendo una dulce sonrisa por parte de su novia.

—Muy bien, a decir verdad —responde ella y deja un pequeño beso en su pecho.

Chris besa su frente y acaricia con mucho cuidado su espalda desnuda, causando que la joven suspire por aquel acto.

—Te quiero muchísimo, Chris —susurra Florence mientras lo mira a los ojos.

—Yo también te quiero mucho, preciosa —responde y se acerca lo suficiente para besarla.

[...]

A la mañana siguiente, Florence se levanta más temprano para huir hacia su habitación, conoce el horario de Bella y sabe que existe una posibilidad de que se despierte a la misma hora de siempre.

—No te alejes —murmura Chris entre sueños y logra abrazarla por la cintura, dándose cuenta de que ya se ha colocado el vestido.

—Debo cambiarme, te veo en un rato —le responde al ojiazul y se acerca para besar su frente.

—No —repite y se niega a soltarla.

—Vamos, cariño, necesito salir de aquí —insiste la castaña.

—Dilo de nuevo —le pide mientras aparece una sonrisa en sus labios y abre sus cansados ojos, Florence le observa llena de confusión, causando que él ría —. La forma en que me llamaste.

—Cariño —susurra con dulzura y ahora besa su mejilla —. Ahora debo irme, cariño —le repite la palabra.

Y por fin Chris la deja escapar de sus brazos, quedándose en la cama mientras la observa salir con los tacones y su bolso en las manos, así como su cabello tomado en una trenza de lado para esconder el caos que tiene debido a lo de la noche anterior.

—Estoy sorprendido —murmura Scott al verla salir de la habitación de su hermano.

De inmediato, las mejillas de Florence se tiñen de carmín y baja la mirada apenada, aunque luego reacciona de su posición y busca detrás de Scott.

—No te preocupes, sigue dormida —le aclara al darse cuenta de que busca a Bella —. Estábamos viendo Cars y a su hora habitual, ella se quedó dormida. Es claro que yo terminé de ver el resto de la película —menciona con orgullo.

La castaña sonríe enternecida por esas palabras, se imagina la escena de Bella profundamente dormida y Scott viendo lleno de emoción la cinta de caricaturas.

—Gracias al cielo fuiste tú quien me vio salir, pero ni una palabra de esto. Ahora debo huir —murmura Florence abrazando sus cosas contra su pecho, y sin más, corre a su habitación en donde se encierra para ducharse y estar lista antes de que Bella despierte.

Espero que les haya gustado😏
Este par ya dio un paso más y Bella ni en cuenta 😁 A ver cómo les va.

Gracias por leer ❤️

No sean lectores fantasmas y dejen su voto 😁

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