XXII

CAPÍTULO XXII

Esta mañana, cuando Chris se despertó, nunca imaginó que iba a compartir un momento así de mágico con Florence.

Por su mente pasó la posibilidad de verla volver con una sonrisa luego de la cita, sin embargo, su retorno fue completamente diferente y ella se lanzó directo a sus brazos, para luego dar inicio a este interminable beso.

Ambos pierden la noción del tiempo, y sólo pueden pensar en el maravilloso remolino de bellas sensaciones que los recorren de pies a cabeza. Esto es lo que habían estado esperando por tanto tiempo. Por fin ambos admiten ese profundo y sincero cariño que se tienen.

—Florence... —susurra el ojiazul entre besos, pues aunque desee aclarar un poco la situación, no quiere dejar de besarla, porque teme que este simplemente sea un sueño y no desea perder tiempo.

La chica suspira cuando lo escucha decir su nombre de aquella forma tan única, pues tiene un efecto diferente en comparación a las otras veces que la ha nombrado. Ahora hay más, hay un precioso sentimiento que ambos comparten.

Sin embargo, para su sorpresa, en ese momento el teléfono de Chris empieza a sonar, pero ninguno de los dos desea separarse y pierden la llamada. Para este punto, las tímidas manos de Florence acarician la amplia espalda del actor y él, ha empezado a acariciar la cintura de la chica por debajo de la ropa.

Sin embargo, ahora es el teléfono de ella el que suena y ya es demasiada coincidencia para ambos, más cuando se dan cuenta que por la única razón que le llamarían a Chris y luego a ella, sería por Bella.

El actor se incorpora lo más rápido que puede y alcanza el bolso de la joven para entregárselo, ella no tarda en encontrar su teléfono y revisar quién le llama.

—Es Scarlett —murmura y Chris se tensa, su mente de padre de inmediato empieza a preocuparse por el bienestar de su hija—. ¿Hola, Scarlett? —saluda Florence cuando contesta la llamada.

—¿Qué tanto hacen que Chris no me quiso responder? —le pregunta de forma burlona.

—Nada. ¿Bella está bien? —ahora es ella quien cuestiona, también está preocupada por la niña.

—Demasiado bien. Ya vamos llegando al edificio. Les avisaba para que nos reciban decentemente vestidos, en caso de que no lo estén. No me quiero arriesgar a traumar a esta niña —se mofa seguido de una risa —. Llegamos en 5 minutos.

Y sin esperar más, le cuelga. Desde el gesto de tranquilidad en el rostro de la castaña, Chris dejó de pensar lo peor respecto a su hija, aunque igual pudo escuchar algo de la corta conversación que ella tuvo con su amiga.

—Realmente se lo agradezco —murmura el actor intentando peinar su cabello, mientras le dedica una mirada tímida.

Florence se sonroja y se da cuenta de que queda muy poco de la coleta que solía llevar. Chris le sonríe y de forma inevitable, acaricia con suavidad la mejilla de la chica, quien le devuelve el gesto.

—Iré a peinarme un poco —murmura ella y se levanta con rapidez para salir corriendo hacia su habitación.

Chris permanece sentado en el sillón y una sonrisa tonta aparece en su rostro, apenas va saliendo de su sorpresa y es entonces, cuando por fin se da cuenta de que Florence admitió que lo quiere. ¡Ella lo dijo! Ese indescriptible sentimiento de felicidad lo invade y se levanta para ir hacia la habitación de la chica, pero se la topa en la puerta de la misma. La joven ha dejado suelto su cabello y simplemente lo ha cepillado, se ve hermosa.

—Lo que pasó... —empieza a decir él y ella lo interrumpe.

—Creo que justo ahora no tenemos suficiente tiempo, ¿podemos hablarlo por la noche, cuando Bella duerma? —sugiere ella con una tímida sonrisa.

—¿Cómo estoy seguro de que no estoy soñando? ¿O de que no cambiará todo hasta esta noche?

Florence toma valor y se acerca a él para dejar un corto beso en los labios de Chris, lo cual, lo hace en forma de garantía de que lo que sucedió entre ellos significó algo.

—Porque yo fui quién te besó, el que podría huir serías tú —se mofa y él le sonríe.

—Créeme, no lo haré. No tienes idea lo mucho que esperé por esto —le confiesa —, quiero pensar que tú también, ¿o me equivoco?

—Claro que también esperé mucho por esto —murmura, aunque ella de nuevo se sonroja y de forma inevitable muerde sus labios para luego desviar la mirada y sonreírle.

Chris queda encantado con ese gesto, aunque no decide si le parece adorable o lo enloquece. No se contiene y la toma por la cintura para luego unir sus labios en un delicado y romántico beso, pero unos segundos después, llaman a la puerta.

—Bella... —balbucea la castaña intentando separarse de él, pero el actor se niega a soltarla, aunque al final lo hace.

Florence no puede evitar ir sonriendo hacia la puerta, pero antes de abrir, suelta un suspiro para relajar su rostro y presentarse a ellas con un gesto más sutil de felicidad.

—¡Flo! —exclama Bella con los brazos extendidos, la niñera no tarda demasiado en tomarla en brazos aunque rápidamente Chris también toma a la rubia para llenarla de besos —. ¡Papi!

La niña trae ropa nueva y diferente, es aquel cambio que Florence siempre lleva en la inseparable mochila de la rubia y que ayer le dejó a la actriz, quien justo ahi se la entrega.

Scarlett sonríe desde su posición, observa fijamente a Florence y luego le dedica una mirada a Chris, quien prefiere concentrarse en su hija.

—¿Qué tal pasaron la noche? —les cuestiona la actriz actriz con una fingida seriedad.

—Muy bien, gracias, ¿y ustedes? —la niñera le devuelve la pregunta con tranquilidad.

—Bien, las niñas son estupendas, aunque algo difíciles de cansar —declara ella —. ¿Y qué tal tu cita?

—Estupenda, fuimos a desayunar a un lugar en donde cocinan delicioso, espero que algún día nosotras podamos ir —de nuevo la tranquilidad de Florence sorprende a Scarlett.

—Espero que lo cumplamos antes de que vuelvan a LA, ¿cuándo se van? —la interrogante de la rubia va directamente hacia Chris que juega con Bella.

—Domingo —responde mientras "lucha" con su hija.

Pero es hasta que la mirada de Chris hace un pequeño contacto con la de Florence, que Scarlett sabe que algo ha pasado entre ellos. Probablemente no fue lo que ella pensó en un inicio, pero definitivamente ha pasado algo.

Así que no desea darle más vueltas al asunto, por lo que se despide de ellos diciendo que Rose y Colin la esperan en el auto, y promete encontrarse con Florence antes de que regresen a su habitual ciudad.

Apenas se quedan solos y Bella decide que ha sido suficiente de su padre, vuelve a los brazos de su niñera y se sienta a su lado con la cabeza recargada en sus piernas.

—Tia Scar no hace peinado tan bonitos como los tuyos, Flo —menciona la rubia cuando la castaña acaricia las dos coletitas que la actriz le ha hecho.

—Pero te ves muy bonita —responde la niñera con una dulce sonrisa.

—¿De verdad? —cuestiona y su niñera asiente, luego de esto, la rubia se incorpora con rapidez —. ¿Podemos escribir números y letras, Flo?

—¡Claro! Saca tus crayones y la libreta, ahorita te alcanzo —le indica y la pequeña asiente, para luego salir corriendo hacia la habitación.

Florence le sonríe al actor y se levanta para seguir a Bella, pero el toma su mano para detenerla. Él se incorpora, y coloca sus manos en la cintura de la castaña.

—¿Tú también quieres escribir letras y números? —bromea la chica y Chris alza una ceja en un gesto interrogante.

—Es mi día libre, lo que menos deseo es hacer tarea —él responde con la misma broma —. Pero si quieres, podemos ir a comer con Bella.

—Me encantaría y creo que a ella también —declara la niñera —. Ahora iré con Bella antes de que venga a buscarme.

Y de nuevo, para la sorpresa de Chris, ella le da un pequeño beso antes de dirigirse a la habitación de la pequeña.

[...]

Como lo han planeando, ambas se quedan en aquella habitación con Bella escribiendo números y letras con muchos colores durante el resto del tiempo previo a la comida. La pequeña ya domina la escritura de su nombre corto y ahora busca aprender a escribir Isabella sin olvidar alguna letra.

—Ahora en verde —sugiere la niña tomando una crayola de ese color.

—En verde será, empecemos —responde la niñera y se acomoda junto a la pequeña —. Primero la "I", luego sigue la "s" —empieza a decirle la castaña.

—¿La viborita? —le pregunta y la mayor asiente —. Luego la "a" con su colita, la "b" con su pancita, la "e", dos palitos y otra vez la "a", ¡Isabella! —exclama con mucha emoción.

Lo que ambas no han notado, es que Chris observa la escena desde la puerta de la habitación, y una enorme sonrisa aparece en su rostro.

La reciente confesión y aceptación de los sentimientos de ambos le ha mantenido pensando demasiado en un futuro, el cual pinta demasiado perfecto y parece ser lo que siempre soñó. Le gusta la convivencia que Bella tiene con la chica, y el cariño sincero que profesan una por la otra. Le parece hasta adorable que Florence siempre ponga primero a Bella, tal como lo haría... una madre.

—¡Mira papá, escribí mi nombre! —le dice la niña al percatarse de su presencia.

Bella corre hacia él con la hoja en sus manos, por lo que el actor se pone de rodillas para que ella le pueda explicar todo lo que hizo para obtener aquellas letras plasmadas en el papel.

Por lo cual, Florence no puede quitar los ojos de esa dulce escena entre padre e hija. Le gusta la relación que hay entre ambos, la forma en que Chris escucha a su hija y la libertad que le da para tomar pequeñas decisiones. Está encantada de lo parecida que es la niña, físicamente tienen demasiados rasgos similares, aunque son los pequeños detalles o gestos lo que más le enternece.

—¿Ya están listas para ir a comer? —pregunta Chris con una sonrisa burlona, pues se ha dado cuenta de que la castaña lo observaba.

—Sí, ¡vamos! —exclama Bella con emoción y corre a ponerse sus zapatos, porque es claro que ya domina la técnica de atarlos.

—Iré por mi bolso —murmura la niñera e intenta pasar junto a Chris que sigue de pie recargado en el marco de la puerta, pero antes de que ella salga, él le cierra el paso con su brazo —. ¿Qué? —cuestiona ella con una discreta sonrisa.

—Nada —responde de forma inocente y le guiña el ojo antes de quitar su brazo para que ella pase.

Pasan una tarde más que perfecta.

Chris las lleva a un restaurante familiar muy bonito y con una comida estupenda, por suerte, pasan desapercibidos entre la poca afluencia que encuentran al ser lunes, además de que hay un área de juegos en el que Bella se divierte un tiempo antes de comer.

Las miradas entre Florence y Chris no cesan, así como los discretos encuentros de sus manos por encima de la mesa mientras observan jugar a Bella.

Cuando vuelven a casa, Chris pasa gran parte del tiempo antes de la ducha jugando con Bella, quien con los pocos juguetes que trajo a NY y el pequeño león marino llamado Sebastian, deja volar su imaginación con las historias que inventa con su padre.

[...]

Pasadas las 9:15pm y una vez que Bella ha quedado profundamente dormida, Chris sale de la habitación de su hija y se dirige directamente a la sala en donde encuentra a Florence frente al televisor.

No se contiene y se sienta a su lado, pasando su brazo por encima de los hombros de la chica, quien le responde brindándole una sonrisa.

—Ya está dormida —murmura el actor.

—Lo sé. Bella se va a la cama a las 9:00 pm y quince minutos después está rendida —declara la castaña con orgullo.

Chris le sonríe y se acomoda en el sillón de tal forma que gira su cuerpo hacia ella, cosa que la niñera imita.

—Entonces... —empieza el ojiazul, aunque a decir verdad, no está muy seguro de lo que dirá —, ¿seguimos en lo mismo? ¿Me quieres y yo a ti?

—Suena demasiado bonito cuando lo dices así, y sí, el cariño es mutuo —afirma con cierta emoción en sus palabras.

—¿Estamos saliendo? —pregunta de nuevo el actor —. Porque al menos yo sí he contado lo demás como citas —admite avergonzado.

—¿De verdad? —el rostro de Florence refleja emoción pura.

—Sólo las importantes y en dónde sentí que compartimos más que el cuidado de Bella —responde —. La vez que fuimos a la playa fue la primera, luego cuando compartimos esa copa de vino y te conté mis sentimientos, ayer que vimos películas y la comida de hoy —enumera.

—¿4 citas? Vas rápido, Chris —bromea ella y el ojiazul ríe con suavidad —. Supongo que podemos ponerlas en la cuenta.

—Entonces debería tomar cartas en el asunto —sugiere él con una extraña sonrisa —. Porque, las cuatro citas previas ya significan algo más.

Florence no puede evitar sonrojarse ante el tono de voz tan profundo que utiliza Chris y mucho menos ante la mirada chispeante que él le dedica.

—Te quiero mucho, Florence, te lo he dicho desde hace unos meses y hoy lo sostengo. Me demostraste lo maravillosa que eres y lo mucho que te importa la persona más importante en vida, que es Bella. A veces la pones por encima de todo y es algo que siempre te voy a agradecer —murmura y ella sonríe de forma inevitable cuando menciona a la pequeña —. Pero tú, Florence, mi preciosa Florence, hiciste algo más que cuidar a mi hija y también empezaste a cuidar mi corazón, y en parte a cuidarnos a Dodger y a mí —bromea, robándole una pequeña risa a la chica.

—Ambos supieron ganar mi corazón, aunque Dodger fue más rápido —menciona y él sonríe.

—Lo que quiero decir es, que te convertiste en una parte importante en esta pequeña familia, y personalmente me tienes en la palma de tu mano —le confiesa y ella lo observa a los ojos llena de emoción —. Por eso quiero hacer esto más oficial, al menos entre nosotros, y me gustaría saber, ¿si quieres ser mi novia?

Para ser sinceros, Florence tiene que ahogar un grito de emoción y sorpresa ante tal cuestionamiento, a decir verdad, no pensaba que Chris fuera aún de los que hiciera esa pregunta tan directa.

—Acepto —responde con una enorme y sincera sonrisa plasmada en su rostro.

Chris también le sonríe y en pocos segundos ambos comienzan a besarse. En esta ocasión no hay prisas y se disfrutan con tranquilidad, él la besa con calma mientras acaricia su delicado rostro y la niñera lo imita.

Luego de varios minutos de interminables y dulces besos, por fin se separan, aunque se quedan sentados muy pegados y con las manos entrelazadas.

—¿Deberíamos hablar con Bella? —le pregunta él.

—Creo que iré dándole una idea, no me gustaría decirle todo de golpe y confundirla, prefiero que sea con calma —responde con tranquilidad.

Ambos saben que Bella es una niña inocente, pero no tonta. Por ahora su mente infantil no distingue esas miradas entre los adultos pero, tampoco deben descuidarse y mantener la línea en presencia de la pequeña.

Chris mejor que nadie conoce el rechazo de Bella ante cualquier mujer que intente una relación con él, y no quiere que eso le suceda con Florence, porque él no desea decidir entre ambas y conociendo a la castaña, ella siempre elegirá a Bella.

Pero por ahora ambos están satisfechos.

Se quieren y han iniciado algo nuevo, algo por lo que están apostando con mucha seguridad.

¡Ay mis bebitos! 🤧🥰
El Doritonto ya no es tan tonto y Florence por fin le hizo caso 🥳🥳

¿Qué creen que opine Bella? 🤔

Gracias por leer ❤️

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