XVII

CAPÍTULO XVII

Chris se deja caer con pesadez sobre su cama, de pronto las manos le tiemblan y se pierde por unos segundos. Siente como si un balde de agua helada le cayera encima, con todo y el balde.

Su memoria intenta buscar un momento en este tiempo viendo a Jenny, y entonces lo encuentra: la primera vez que salió con la actriz cuando trajo a Bella y a Florence con él, las cosas se salieron de control estando en casa de ella. Por un momento pensó que probablemente volverían, pero luego ella se disculpó y le confesó que estaba viendo a alguien más, así que acordaron quedar como amigos. Después de esto, Jenny empezó a hacerle más visitas en su casa, pero él decidió ignorarla porque empezaban a despertar sus sentimientos por Florence.

¡Florence! Justo ahora que había dado este paso con ella, ¿por qué ahora? Maldice demasiado sus acciones y las decisiones pasadas.

Pasa su mano por su rostro, en un intento de despejarse un poco, y luego camina hacia la ventana que da al balcón individual de su habitación, pues desde ese sitio le marca a Jenny.

—¡Chris! Qué bueno que llamas yo...

—¿Qué mierda significa lo que me enviaste? Necesito una jodida explicación —dice él en un tono de voz que evidencia su molestia, pero que lo sigue manteniendo en voz baja para que nadie escuche.

—Chris... He tenido un retraso y una colega sugirió que me hiciera una prueba, y dio positivo —murmura evidentemente nerviosa.

—¿Y qué diablos tengo que ver con eso? —le reclama manteniendo el mismo enojo.

—Chris, si mis cuentas no fallan y el período que tuve hace un mes no lo fue realmente, las fechas me arrojan a la vez que estuvimos juntos y... —empieza a explicar con la voz temblorosa.

—¡No, no, no, no! No, Jenny, simplemente no puedo aceptar esto cuando en ese mismo momento tú estabas con alguien, según recuerdo, sí me cuidé —le dice y se recarga contra la barda, intentando aspirar más aire que justamente parece faltarle.

—Pero mis cálculos dicen otra cosa. Un preservativo no es una garantía y puede fallar —musita —. Aún no estoy 100% segura, mañana iré a realizarme análisis y una ecografía, te avisaré lo que salga.

—No —se apresura a decir el actor, la confianza que alguna vez tuvo sobre ella, desapareció la última vez que se vieron, cuando ella lo besó, y sabe que en esta ocasión no puede dar pasos en ciego —. Estoy en Nueva York, ¿cuándo es tu show aquí?

—En 4 días, ¿por qué? —le pregunta ella confundida.

—Me gustaría que te hagas esos exámenes aquí —le pide en una forma muy seria.

—¿Qué dices, Chris? —cuestiona incrédula.

—Jenny, no confío en ti, ya no lo hago más. Creo que si tienes el más mínimo respeto por lo que alguna vez tuvimos y lo que yo consideraba una amistad, es lo menos que puedes hacer. Nada cambiará en hacerte los exámenes hoy, mañana o en 4 días —explica, mientras intenta regular su respiración

—¿Acaso desconfías de mi palabra? ¿Qué pasó con confianza mutua? ¿Cuándo te he mentido? ¡Chris!

—No, ya no lo hago. Por eso te pido, no, te suplico que esperes hasta venir a Nueva York para hacer los análisis, yo te acompañaré y esperaré contigo el resultado, sea cual sea —le ofrece.

Chris sabe que lo que está haciendo es arriesgado y que es muy probable que si alguien lo reconoce, se estará atendiendo a un gran escándalo, pero algo le dice que debe hacerlo, confía en que todo saldrá bien.

—Está bien, esperaré hasta llegar a Nueva York —se resigna la comediante, sabe que de salir todo a su favor, eso le servirá.

—Agendaré la cita y te enviaré la dirección, ¿está bien? —pregunta Chris un poco más relajado.

—Sí, Chris. Muchas gracias yo...

—Adiós, Jenny —y sin más, le cuelga.

Chris se toma unos minutos antes de entrar a la habitación, cerrando la puerta de golpe.

Florence escucha una puerta que se cierra con fuerza y se despierta desorientada. Sólo ha dormido poco más de media hora, pero lo suficiente para que recuerde los mensajes que le llegaron a su teléfono que conectó justo antes de dormir.

Tontea un poco antes de levantarse para leerlos, es entonces cuando se da cuenta que además de los del número desconocido, hay unos cuantos de Sebastian, los cuales claramente abre primero, estos la hacen reír y no duda en responderle.

Sebastian👨‍🚀

Hola 😊, ¿ya llegaron?

Asumiré que ya 😅

¡Bienvenida a NY!🗽

¿Estás viva, Florence? 🤔

HoOolaAaAaAa🙃

Florence🌼
¡Hola, Sebastian! Lamento responder hasta ahora, la batería de mi teléfono murió 😅 Pero hemos llegado con bien y fuimos a almorzar 😎

Sebastian
Te olvidaste de mí 💔
Todavía que te compartí de mis cigarros de chocolate 😭😭

Florence 🌼
Imposible olvidarme de ti 🤭

Sebastian 👨‍🚀
¿Podremos vernos pronto (esta tarde) o se enoja tu jefe? 😂😂

Florence 🌼
Creo que será otro día 😅
Fue un día muy activo con Bella y justo ahora interrumpí mi siesta para responderte 🙈

Sebastian 👨‍🚀
Está bien ☹️

Florence 🌼
Prometo hacer algún tiempo para salir, ¿está bien?

Florence no recibe una respuesta inmediata de Sebastian, por lo que opta por revisar los mensajes sin remitente. Apenas los ve, el teléfono cae de sus manos, grande es su suerte que son apenas unos centímetros.

Desconocido
Siento que esto no es necesario, pero sabiendo que tienes un claro interés en Chris, te pido que tomes tu verdadero lugar dentro de la familia y te alejes de él, o simplemente olvides tu tonto enamoramiento, porque él tiene otros planes con su vida. Jenny.

Realmente Florence no sabe en qué momento empezó a llorar, pero justo ahora no puede detenerse y siente el estómago revuelto.

¿Qué diantres está pasando?

Está demasiado confundida y asustada, ¿qué pasa con Chris? Cada vez que empieza a confiar en él, algo malo sucede y aparece Jenny en sus vidas, es como si tuviera un radar o algo similar.

Florence 🌼
¿Sigue disponible tu oferta?
Necesito salir de aquí

Sebastian 👨‍🚀
¿Estás bien?
Te envío la dirección de un restaurante

Florence 🌼
¿Puede ser en un lugar más privado? No quiero que nadie me vea. Por favor.

Sebastian 👨‍🚀
Te envío la ubicación de mi casa

Florence ha escrito cada mensaje con las manos temblorosas, no se le ocurre alguien más con quien ir y la presencia del rumano ha llegado como caída del cielo. Así que con mucho cuidado, se viste para salir, toma su bolso y se coloca los zapatos.

La chica abre la puerta y se percata que todo el piso está en silencio, por lo que llega hasta la mesilla junto a la puerta y toma un juego de tarjeta y llaves para entrar después, y sin hacer mucho ruido, sale del lugar.

Mientras baja por el elevador, le llega el mensaje con la ubicación de Sebastian. Ella se observa en el reflejo de las paredes metálicas y nota lo mal que se ve, pues a pesar de que ha logrado contener un poco su llanto, su rostro sigue rojo y con rezagos del episodio de sentimientos que tuvo al leer el par de mensajes de Jenny.

Como puede, consigue un taxi y le da la dirección del rumano, la cual queda a 15 minutos de donde ella se encuentra, claramente en auto y en horario normal. Baja del vehículo y da una rápida mirada a su alrededor, es cuando se percata de que Sebastian viene hacia ella usando sudadera con la capucha arriba y una gorra debajo.

—¿Qué pasó? —le pregunta asustado al ver el estado en el que se encuentra.

Florence no responde y se lanza a sus brazos, de nuevo el terrible llanto vuelve y ahora no puede contenerlo. Como puede, Sebastian la conduce hacia su hogar, específicamente al acomodado edificio en el que vive.

Cuando ambos entran y la deja sentada en uno de los sillones, corre por un vaso de agua y se lo ofrece para que beba, aunque al principio le cuesta, pues la chica parece no escucharlo.

Sebastian se sienta en la alfombra frente a Florence y toma las manos de la chica entre las suyas, la deja llorar para que saque todos sus sentimientos, luego se estira hacia una de las mesillas para tomar una caja de pañuelos y ofrecerla a la joven.

—Gracias —susurra y empieza a limpiar su rostro.

El rumano se incorpora para sentarse a su lado, pero no suelta una de las manos de la chica, quien tampoco parece querer perder ese contacto. Sebastian se sorprende cuando Florence lo abraza en busca de un consuelo, así que lo único que le queda por hacer, es abrazarla.

[...]

—Me dijiste que entre Chris y tú no había nada —murmura el rumano luego de escuchar toda la historia que Florence relata. Se acerca de nuevo al sillón en el que se han plantado y le ofrece una taza de café.

—Pero es que así era todo, o al menos eso intenté. Pero, luego empecé a tener sentimientos por él, aunque intenté no dejarlos fluir... Esta mañana nos besamos —le confiesa en un hilo de voz.

El rostro de Sebastian se descompone al escuchar eso, pero intenta que Florence no lo note, por algo es actor. La chica bebe un poco de café y le sorprende que no se queje por el sabor, usualmente el resto de sus invitados lo hacen.

—No creo que sea real —dice el ojiazul luego de un par de minutos en silencio —, por lo que me cuentas, Jenny está demasiado interesada en Chris y puede ser capaz de inventar todo eso, y más.

Florence asiente no muy convencida, ella también duda de la veracidad de lo dicho por la actriz, pues no entiende la razón de que le enviara ese mensaje amenazador a ella, ¿qué necesidad de eso? En otras circunstancias, apenas se hubiese enterado, ella no dudaría en apartarse del actor, pero lo que hizo Jenny parece ser más por despecho.

—Ahora bien, tampoco puedo abogar tanto por Chris, sólo él sabe hasta qué punto mantuvo su relación con Jenny —sugiere el ojiazul.

—Ahora no sé en qué creer —confiesa y hace un puchero que a Sebastian le parece el gesto más adorable del mundo.

—¿Por qué no hablas con él?

—Porque justo ahora no quiero verlo, estoy tan confundida por eso —musita y le da un trago más a su café —. Primero insistió tanto y hoy me besa, me hace soñar y justo el mensaje de Jenny llega a cortarme las alas —afirma con cierto dolor.

Sebastian no responde y se limita a suspirar, sabe que no debe aprovecharse de esta situación.

—¿Y si no es para mí? ¿Y si Chris y yo no estamos destinados a tener algo? Porque, si lo piensas, las pocas veces que logramos dar un paso para avanzar, damos dos hacia atrás —sugiere ante la mirada atónita del ojiazul, quien no responde y sólo la observa.

El actor se levanta del sillón, no sin antes dejar su taza sobre la mesilla, y camina por uno de los tantos papeles que tiene regados sobre el mueble junto a la puerta, toma un folleto específico y luego vuelve a su sitio junto a Florence.

—Tengo el día libre mañana, si gustas, podemos llevar a Bella al zoológico, te servirá para despejarte un poco y conocerán —le expresa su idea con una dulce sonrisa.

Florence toma aquel folleto para hojearlo un poco, realmente parece un lugar precioso y sabe que será una gran experiencia para la pequeña a su cargo, también reconoce que ella no tenía un itinerario en mente y que esto es perfecto para iniciar.

—Acepto —responde, obteniendo una sonrisa triunfal del rumano.

—Ahora atiende tu teléfono que no deja de encenderse con el nombre de Chris —le pide el actor.

—No quiero.

—¡Vamos, encanto! Probablemente el tipo esté a punto de llamar al equipo SWAT para buscarte por todo el estado —bromea y la chica ríe con sinceridad, causando que el rumano se sienta satisfecho por obtener este gesto de ella.

—Bien, pero lo haré porque tú me lo pides —le dice mientras lo señala con el dedo y le muestra una mirada de advertencia.

La chica alcanza a responder la última llamada que Chris le realiza, apenas se coloca el teléfono al oído, escucha la respiración acelerada del actor.

—Dime que estás bien, por favor —su voz no suena molesta, sino llena de súplica y temor.

—Estoy bien —afirma mientras niega con la cabeza ante la invitación de Sebastian por una nueva taza de café.

—¿Dónde estás? Bella llegó asustada diciendo que no estabas por ningún lado, y luego no respondías el maldito teléfono, así que tuve que llamar a Scarlett para que vigilara a Bella mientras salía a buscarte, me dijeron que saliste y tomaste un taxi cualquiera, luego no respondiste y yo me asusté —confiesa muy acelerado.

—¿Llamaste a Scarlett? —le pregunta incrédula —. No debiste.

—¿Eso es lo único que escuchaste? Estoy volviéndome loco por no saber en dónde estabas y ¿es lo único que te importa? Florence, ¿qué no entiendes lo importante que eres para nosotros?—exclama casi a los gritos.

Es entonces cuando ella se siente mal por abandonarlos, principalmente por salir sin avisar a Bella, luego de haberle prometido nunca dejarla. Se imagina que la niña rompió en llanto al no encontrarla y su corazón se oprime.

—Estaré allá pronto, ¿está bien?

—Dime en dónde estás y voy por ti —le dice el actor intentando modular su voz.

—Estás demasiado alterado, en unos minutos llego —reafirma y camina hacia su bolso para tomarlo.

—Enviaré a alguien, dime tu ubicación —pide el bostoniano.

—Te veo en un rato, Chris —y sin esperar más, le cuelga.

Sebastian se acerca con precaución y se coloca al lado de la chica, quien le sonríe de lado.

—¿Quieres que te acompañe? —le pregunta.

—Se que Chris se volverá loco al enterarse que vine contigo, no quiero causar problemas entre ustedes —murmura la castaña con cierta pena, ya se imagina en el estado en que se encuentra el actor y quiere evitarse una escena.

—Tengo mi auto abajo y ya es noche, si gustas, puedo dejarte en la esquina y luego llegas sola —sugiere siendo comprensivo.

—¿De verdad harías eso?

—¡Claro, encanto! —asegura y toma las llaves del auto, así como una gorra oscura.

Ambos salen del departamento y llegan hasta el estacionamiento en donde abordan el lujoso auto de Sebastian. El rumano no se contiene y de inmediato pone música para aligerar el ambiente, logrando que Florence se relaje previo a su enfrentamiento con Chris.

—Hablarás con él y le expresarás todo lo que sientes —le recuerda Sebastian cuando se da cuenta que quedan unas cuantas calles antes de llegar —, le vas a contar todo lo que Jenny te ha dicho y lo vas a escuchar.

—Parece que estás más interesado que yo en que esto se solucione —se burla la castaña y él se encoge de hombros —. Yo también pero, por Bella. Ella me quiere y yo a ella, no quiero cometer un error como el de esta tarde al dejarme guiar por mis impulsos —murmura apenada.

—¡Hey! Quita esa cara, preciosa. Bella va a entender todo y te perdonará, es una niña muy lista, además, llevas la idea del zoológico para disculparte —la consuela y se estaciona momentáneamente —. Hasta aquí llega el servicio de taxis Stan, tu edificio es ese —menciona señalando el lugar a escasos 20 metros.

—Gracias de nuevo, Sebastian —afirma Florence y se quita el cinturón de seguridad —. Lamento las molestias y prometo en un rato confirmarte la hora para ir al zoológico —menciona.

Florence no se contiene y le da un abrazo al rumano que es claro que no la rechaza, pues además de corresponderle, le da un pequeño beso en su mejilla.

—Descansa, encanto. Y suerte con el león —se burla y le guiña el ojo.

—Muchas gracias, Sebastian —le dice por última vez y baja del auto.

Florence camina con rapidez y una vez que llega a la entrada, gira su cabeza para encontrarse con el auto del rumano que ha esperado hasta que ella llegara a su hogar temporal. Lo ve encender las luces y retomar su camino de vuelta a casa.

La chica suspira y abre la puerta del lugar, notando que Chris se encuentra sentado en uno de los sillones del vestíbulo con el rostro escondido entre sus manos, y que justo cuando ella lo nota, él levanta la mirada.

—Florence, estás bien—susurra en un hilo de voz lanzándose hacia ella para envolverla en un gran abrazo, al cual ella no se resiste.

Florence sabe que este es sólo el inicio de una larga noche.

Luego de los intentos de asesinato a los que sobreviví, aquí está el capítulo que pensaba guardar para mañana, y sólo diré una cosa... Quiero un Sebastian así de bonito para mí 🙃

Gracias por leer ❤️


SPAM 2021: Tengo una nueva historia de Bucky Barnes llamada "Summer", está ambientada en FATWS, por si gustan 😉

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