XV

CAPÍTULO XV

Bella se encuentra sentada frente al televisor de la sala principal ya lista para salir y con su mochila al lado, ella ha sido consignada a ese sector en espera de que su padre y Florence terminen de alistar todo.

Chris regresó hace una hora de haber llevado a Dodger a la "guardería" en donde suele dejarlo cuando va de viaje estando en LA y Scott no está disponible para cuidarlo.

Por ahora, el actor termina de meter las últimas cosas en su maleta, una vez cerrada, va hacia la habitación de su hija en donde Florence ya ha dejado el equipaje de la niña listo y luego se dirige a la habitación de la chica.

—Necesitas ayuda —afirma al verla sentada encima de una maleta en un intento de cerrarla.

—¿Eso crees? —le pregunta con un poco de sarcasmo.

El ojiazul sonríe de lado y camina hacia donde ella se encuentra, se permite echar un rápido vistazo de la habitación y sonríe cuando se da cuenta que arriba de un mueble reposa la caja intacta de la muñeca que Bella pidió para ella y junto está el florero con las rosas que siguen vivas y que Chris le sigue obsequiado.

—¿No hay nada que se rompa, verdad? —interroga el actor mirando a la chica que niega con la cabeza —. Bien, empujaré esto hacia abajo y debes cerrarlo rápido... ¡ya!

Evans literalmente se acuesta sobre la maleta y Florence hace malabares para cerrarla lo más rápido que puede, pero al final termina arrodillada justo frente al actor, quedando sus rostros muy cerca del otro.

—Gracias —murmura ella con un suspiro por el esfuerzo, o tal vez por algo más.

Chris no responde, en cambio, se pierde en la dulce mirada de la chica y luego sus ojos hacen un viaje por todo su rostro, hasta llegar a aquellos labios rosados. Le sorprende que Florence no se aparte y que al contrario, ella también baje su mirada hacia sus labios. Él ya no quiere pensarlo demasiado y acerca su rostro al de la joven que lo espera con una ilusión similar.

—¡Papiiiii! ¡La puerta! ¡La puerta! —los gritos de Bella empiezan a escucharse por el pasillo, por lo que Florence se deja caer para terminar sentada en el piso y el actor se comienza a incorporar —. ¿Qué hacen?

—Ayudaba a Florence a cerrar su equipaje, princesa —responde el actor, y no es una mentira —. ¿Llaman a la puerta?

—Sí, sonó la bocinita —explica y camina hacia su niñera para abrazarla.

—Probablemente vengan por nosotros, me iré llevando algunas cosas, ¿pueden llevar el resto?

Florence asiente y, es cuando alza la mirada, que Chris se da cuenta de su rostro sonrojado. Él no puede ocultar su sonrisa, por lo que antes de retirarse a su habitación por su equipaje, le guiña el ojo a la chica.

Florence le pide ayuda con la maleta pequeña a Bella, para luego volver por las de la niña, percatándose, que ya solo falta que las suban directamente a la camioneta que viene por ellos.

La niñera abriga a Bella y le coloca su pequeña mochila, Florence intenta ponerse su chaqueta, pero Chris es más rápido y él le ayuda extendiéndola para ella. La chica se gira con una tímida mirada hacia el actor y le obsequia una sonrisa de agradecimiento.

En esta ocasión, abordan ambos la parte trasera, por lo que Chris lleva a su hija en sus piernas, pero para cuando llegan al aeropuerto, Bella va profundamente dormida. Y esa era la principal razón por la que Chris empezaba a buscar viajar por las noches, ya que la niña percibía menos los viajes y cambios de horario.

De nuevo, un avión privado espera por ellos, por lo cuál, Florence recibe una mirada de orgullo por parte del actor.

Mientras ellos acomodan a Bella en el asiento, comienzan a subir su equipaje, aunque en esta ocasión, la niñera replica todas las medidas que le vio tomar a Scott y deja segura a la niña.

—¿Quieres que me quede a tu lado? —le cuestiona el actor acercándose a la joven.

—Quiero pensar que no será tan molesto como la primera vez —admite apenada —. Creo que ya lo superé.

—Podríamos sentarnos en los asientos frente a Bella, para que no la perdamos de vista —sugiere el ojiazul.

Florence obedece mientras Chris va a saludar a los pilotos, la chica se coloca el cinturón y abraza con fuerza su bolso. Cuando el actor regresa, trae consigo un par de cobijas, una la coloca sobre Bella y la más grande, la compartirá con la niñera.

—¿Segura que ya lo superaste? —le cuestiona Chris con tono de burla cuando vuelve y se sienta a su lado.

—Cállate —murmura la chica intentando taparse hasta el rostro.

El actor suelta una leve risa al escucharla. Una vez que se coloca el cinturón, toma una parte de la cobija para cubrir sus piernas.

En ese momento les notifican que van a despegar y Florence se tensa de inmediato. Chris no puede evitar sentir ternura por ella, así que busca su mano por debajo de la manta y la entrelaza con la suya. Ella lo sujeta con fuerza, por lo que el actor acaricia su mano con su pulgar.

—Todo estará bien —murmura cuando empieza el movimiento.

—Lo se... —responde en un hilo de voz —, creo.

—¿Quieres que hablemos de algo? Ya sabes, para que te distraigas —sugiere al sentir que ella aprieta con más fuerza su mano.

—No pue-do ha-blar —titubea al mismo tiempo que cierra los ojos.

El actor suspira y con su mano libre lucha hasta levantar el reposabrazos que los separa, luego suelta la mano de la joven y ella se tensa, aunque lo hace para cambiar de mano. Al tener libre el brazo que está del lado de ella, le es más fácil pasarlo sobre los hombros de la chica para abrazarla.

Florence lo observa confundida, pero no se aparta, al contrario, no duda en acomodarse sobre su pecho, al menos en lo que el cinturón le permite.

Es la primera vez que se encuentran así y Chris se siente en la gloria, y aunque Florence intente mantener sus pensamientos neutros, no puede evitar sentirse tan cómoda y segura entre sus brazos, por ello, no tarda demasiado en quedarse dormida.

—¿Todo bien? —pregunta el ojiazul luego de que han pasado varios minutos en los que ella se encuentre tan callada.

Pero no recibe respuesta, así que se remueve un poco y Florence se acomoda de nuevo en su pecho. Es inevitable que Chris no se sienta dichoso, así que opta por ya no moverse y aprovechar este momento.

[...]

Florence despierta con el movimiento final, pero no puede moverse por los brazos de Chris rodeándola con fuerza. Con suavidad, lo mueve para despertarlo y le causa ternura escucharlo gruñir.

—Llegamos —susurra al sentir que el actor afloja su agarre, por lo cual ella se incorpora en el asiento y se levanta para ir al baño, no sin antes tomar su bolso en donde lleva un kit básico de aseo.

Se gira hacia el ojiazul y lo alcanza a ver bostezar, luego de esto Chris le sonríe con pereza y se levanta para despertar a Bella.

Unos minutos después, cuando Florence vuelve, Chris se está estirando y Bella se encuentra sentada en su asiento mientras talla sus ojitos. Al darse cuenta de la presencia de su niñera le sonríe, el actor también la nota y ahora él entra al baño, no sin antes dedicarle un guiño a la chica.

—Papi dijo que ya llegamos —murmura la rubiecita cuando la chica la destapa un poco —. ¿Dónde estamos, Flo?

—En Nueva York —responde mientras le recoge el cabello en dos coletitas.

—¿Qué es eso? ¿Es otro país?

—No realmente, esto es una ciudad muy grande y llena de edificios altos —le explica y sus ojitos se iluminan ante esa idea.

—¿Podemos verlos, Flo? ¿Podemos?

—Lo haremos, Bella. Pero ahora debemos ir a descansar un poco más, aquí tendrás un cuarto diferente y una casa un poco más pequeña —le explica, ya que Chris previamente le ha dicho que pasarán estos días viviendo en un piso, nada que ver con las casas a la que la pequeña estaba acostumbrada.

Media hora después, luego de descargar las cosas, un chófer los recoge para llevarlos a donde será su hogar. Bella va pegada a la ventana soltando exclamaciones por cada edificio alto que ve, en algunas ocasiones suelta grititos que enternecen hasta al chófer.

Cuando la pequeña se da cuenta del lugar en el que vivirán, no deja de saltar alrededor de Florence, quien agradece que apenas está amaneciendo, pues todavía no hay tanta gente, al menos en la zona que se encuentran.

Cuando entran al piso, Bella corre hacia una de las ventanas (que por cierto, son anti-niños) y se asombra al ver el paisaje que le muestra una parte de la ciudad.

—No va a dormir —murmura Florence girándose hace Chris que mira con emoción a su hija.

—Está loca con los edificios —concuerda el ojiazul.

—¡Mira papi! Todos se ven pequeñitos desde aquí —afirma la pequeña —. Y las personas son hormiguitas chiquitas, chiquitas —murmura.

—Lo son, princesa, pero eso es porque estamos muy alto —comenta el actor acercándose a su pequeña —. Aunque creo ahora tú debes dormir.

—Pero no tengo sueño —responde sin apartar su vista de la ventana.

—¿Segura?

—Sip, quiero seguir viendo a las hormiguitas de personas —insiste con emoción.

Chris le dirige una mirada a Florence que se encoge de hombros, así que él le permiten a la pequeña quedarse ahí.

—Después de todo durmió durante todo el viaje —afirma la castaña cuando el actor se acerca a ella.

—Supongo que sí, aunque se quedará dormida a media tarde —le recuerda.

—Es muy probable, pero justo ahora se encuentra muy emocionada, así que si la llevamos a algún parque o a dar una vuelta, es probable que duerma hasta su hora —sugiere.

—¿Me estás invitando a salir con ustedes? —cuestiona el actor con una ceja alzada, causando que la niñera se sonroje por completo.

—No lo decía de ese modo —se defiende la niñera —. Lo decía por la sana convivencia de padre e hija.

—¿Segura que es por eso? —bromea el ojiazul.

—Claro que sí —responde e intenta ponerse seria, aunque el sonrojo en sus mejillas es muy evidente —. Por cierto, ¿cuál será mi habitación y la de Bella? Necesito ir acomodando las cosas.

—¿No te quieres relajar?

—No realmente, ya que no vamos a dormir, necesito mantenerme activa —declara y el actor le sonríe.

En ese momento llegan unos nuevos mensajes con imágenes adjuntas al teléfono de Florence, todos provenientes de un número desconocido, está a punto de abrirlos cuando escucha a Chris quejarse y soltar una apenas audible maldición.

La chica deja el teléfono en segundo término y se acerca al actor, percatándose que la palma de su mano derecha sangra. Ella se alarma y le da una rápida mirada a la niña que sigue en el sillón viendo por la ventana, sabe que no corre peligro.

Florence toma del brazo a Chris y lo lleva hacia el baño, el cual identifica con rapidez, el actor toma un poco de papel para cubrirse mientras la chica busca el botiquín, que por suerte encuentra en poco tiempo. Saca algunas cosas mientras le pide al actor que coloque su mano sobre el lavabo para empezar a limpiar la herida y ver la magnitud, por suerte es sólo un raspón para nada profundo, pero sí lo suficientemente largo para dar una impresión de una gran herida.

—¿Con qué te hiciste esto? —le pregunta la chica mientras vierte algunos líquidos sobre la mano del ojiazul.

—Probablemente intente jalar mi maleta y me debí arañar con alguna orilla rota —responde manteniendo sus quejas para él.

—Si ya estaba rota, ¿por qué no la cambiaste por otra?

—Juro que anoche aún era funcional, pero igual me gusta utilizar las cosas hasta el final, aunque creo que empezaré a hacer excepciones —afirma intentando sonreírle a Florence que ha comenzado a cubrir la herida con un apósito.

—Pensé que a la primera que curaría sería a Bella, pero fuiste tú —se burla ella.

—Ahora te debo la vida —admite siguiéndole el juego.

—Sabes que no —responde y se aleja un poco para tirar las gasas a la basura, que después de todo no quedaron tan manchadas, pues la herida no sangra demasiado.

—Lo digo en serio, justo ahora te debo la vida —afirma y se acerca a la joven que queda acorralada entre el mueble de las toallas y el cuerpo del actor.

—Chris...

—Eres preciosa, Florence —susurra y con su mano sana acaricia la mejilla de la chica.

—Chris... Bella puede venir en cualquier momento y...

—Creo estar seguro de conocer a mi hija y sé que una vez que algo obtiene su atención, la mantiene por bastante tiempo —murmura con voz ronca —. ¿Por qué seguimos jugando a esto?

—No te entiendo —musita la chica sin poder apartar su vista del actor.

—Te confesé lo que siento por ti y decidiste ignorarlo, ¿por qué, Florence?, —cuestiona y no puede evitar sonreír cuando se da cuenta que ella desvía la mirada hacia sus labios.

—Y-yo no... Chris, no me hagas esto por favor —dice, ya que empieza a perder su cordura y a caer en lo que tanto desea, que es él.

Entonces sucede.

Chris rompe el espacio entre ellos y Florence también hace lo propio para terminar con esa distancia, y por fin se besan.

Lo siento, no pude aguantar la emoción hasta mañana🤭🤭

No sé si alguien ya lo esperaba, pero si se han dado cuenta en la forma que escribo las historias "largas", en los capítulos múltiplos de 5 suelen suceder cosas importantes, no en todos, pero trato de seguir patrones😅

Gracias por leer ❤️

P. D. Gracias por los 1,000 votos🥰

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