V
CAPÍTULO V
Esa tarde, Florence come en la misma mesa que los Evans. Bella hace que todos cambien de posición para poder sentarse en medio de la joven niñera y de su padre, pues al parecer está encantada con ella.
Durante más de la mitad del tiempo, la atención de Florence está dirigida hacia la pequeña de 5 años. Dobla un poco las mangas de su blusita para que no se manchen y le echa las pequeñas trenzas hacia atrás para que no se metan en su plato de sopa. Esas acciones tan pequeñas, no pasan desapercibidas para los miembros de la familia que comparten miradas de aceptación entre ellos.
Chris ya lo había pensado antes. Esta chica es su única opción y luego de el pequeño altercado que tuvo con ella, lo menos que puede hacer es ponerla a prueba durante su estancia en Boston. Además, ha notado que congenia con Bella, que es lo que realmente le importa.
El resto de la tarde, Bella continúa jugando con Florence hasta que llega la hora de bañarse. Le explican que la niña ya se sabe bañar sola, aunque aún lo hace bajo supervisión y con la puerta entreabierta, Lisa la acompaña para continuar con la explicación. La niñera coloca la ropa de la niña en el orden que debe ponérsela y luego le da su espacio, una vez que está cambiada, se toma su tiempo para secar su cabello y peinarlo hasta dejarlo sin nudos.
Bella va a ver la película de "Buscando a Nemo" con Scott y Shana, por lo que Florence se queda sola en el cuarto de juegos, así que aprovecha para comienza a acomodar los juguetes de la niña, sin embargo, poco después Lisa y Chris ingresan a la habitación.
—¿Qué te parece Bella? —le pregunta Lisa mientras se sienta en el sillón individual.
—Es una niña preciosa, tiene mucha imaginación y es muy dulce —declara, buscando mirarlos en todo momento a los ojos para que vean la sinceridad en sus palabras.
—Gracias —responde Chris —. A ella también le agradas. Mejor dicho, nos agradas a todos y dadas las circunstancias, y que mi propia hermana te está recomendado, me gustaría que tuviéramos estas dos semanas de prueba —murmura el actor.
Florence sonríe enormemente ante aquellas palabras, es como si le quitaran un peso de encima y lo único que puede hacer es asentir con la cabeza. Llevaba un tiempo sin empleo y estaba usando sus últimas reservas en el banco.
—C-claro, por mí está perfecto —acepta luego de salir de su emoción.
—Por ahora probaremos usando un horario de 8 horas, de las 9:00 a las 17:00. Aquí no necesito una niñera, pero quiero que se vayan familiarizando una con la otra, es muy probable que yo o alguno de mis hermanos esté presente —le explica el ojiazul —. Si todo sale bien, te pagaré la cantidad de horas que esté a tu cuidado, pero eso lo discutiremos más adelante.
—Está perfecto, señor Evans.
—Chris, por favor —dice él, recordándole la forma en que le pidió que le llamara.
—Lo lamento —murmura —. Entonces, ¿vendría todos los días acá?
—De lunes a viernes, a partir del siguiente lunes —afirma.
—De verdad, muchas gracias y lamento todo el mal entendido de hace unas horas —dice aún apenada.
—No te preocupes, conocemos la memoria de Carly y todo fue una confusión —le consuela Lisa con una sonrisa reconfortante.
De nuevo Florence les agradece y ellos se retiran para ir a la sala principal de nuevo, no sin antes invitarla a ver la película con ellos, la chica acepta, pero les dice que aún le quedan por guardar los vestidos y las coronas, así que ellos se adelantan.
Chris no cierra la puerta del cuarto de juegos, por lo que antes de dar la vuelta al pasillo, se gira hacia Florence y la ve realizar un pequeño gesto de celebración, el cual le hace sonreír de forma inevitable.
Un par de horas más tarde, cuando ha comenzado a oscurecer, Florence se despide de la familia, pues debe ir en busca de su viejo auto. La lluvia por suerte terminó hace varias horas y ahora sólo ha quedado esa sensación de humedad.
Los hermanos y la madre del actor también deben partir, sin embargo, Scott se irá con Shana en su auto, y Chris llevará a su madre y a Bella, pues la niña le ha pedido pasar el fin de semana en casa de su abuela. Así que el actor se ofrece a llevar también a Florence a donde ha dejado su auto, por lo que él y las tres mujeres se disponen a ingresar en el lujoso automóvil del hermano mayor de los Evans.
—¿Quieres ver una cosa, Flo? —le pregunta Bella con su pequeña mochila al hombro, en la que realmente no carga mucho, pues tiene suficientes cosas en casa de su abuela.
—¿Qué, pequeña? —la chica se pone en cuclillas para quedar a la altura de ella.
—¿Quieres conocer a mi mamá? —cuestiona de nuevo, aunque ahora lo hace en un susurro, aprovechando que su padre y abuela están distraídos.
—Claro —responde la niñera. No es un secreto la reciente noticia que ha envuelto la vida del afamado actor que va a ser su jefe, y Carly le ha advertido algo al respecto, por lo que sabe la orfandad de madre de la pequeña.
—Mira, ¿ves esa estrella grandotota junto a la luna? ¿Esa que brilla mucho?
—Sí, la veo. Es muy hermosa.
—Esa es mi mamá. Mi papi dice que desde ahí puede verme y cuidarme, ¿tú crees que me esté viendo?
—¡Claro que lo hace! —exclama con una gran sonrisa, que le es correspondida por Bella.
—¿Cómo lo sabes?
—Porque en esa estrella también vive mi mamá —confiesa, algo que también logran escuchar Lisa y Chris, quienes intercambian una mirada apenada por la curiosidad de la niña.
—¡Entonces son amigas!
—Probablemente. Aunque ahí vive mucha gente especial, por eso es tan brillante esa estrella —le explica y la niña asiente asombrada.
—¿Escuchaste, papá? ¡La estrella de mami brilla mucho porque está con la mami de Flo! —exclama muy feliz.
Florence se incorpora y Lisa pasa a su lado dejando un pequeño apretón en su hombro, un tanto apenada. Chris, al contrario, se nota más incómodo por lo que la niña le ha hecho decir, sin embargo, ella le dedica una sonrisa que busca tranquilizarlo.
El viaje en auto es relativamente corto, pues Florence baja apenas media milla después. Ella empieza a agradecerles sus atenciones y desciende, a pesar de la negación por parte de Lisa y Chris por dejarla sola, sin embargo, ella insiste en que vendrá pronto la grúa.
Florence entra al viejo carro y llama a la grúa, le informan que irán en 15 minutos, sin embargo, apenas 10 minutos después, le llaman para notificarle que probablemente lleguen un poco más tarde, ya que les ha surgido una urgencia.
Ella se resigna a que tendrá que esperar, conforme pasa el tiempo se siente un poco más nerviosa de estar sola en el camino, vuelve a llamar a la grúa y le aseguran que ahora sí llegarán en 10 minutos. Apenas está colgando cuando un elegante Audi negro se detiene detrás de su viejo auto. No tarda mucho en adivinar de quién se trata, además de que el conductor rápidamente baja y toca en su ventanilla.
—¿No que iban a venir pronto? —le cuestiona su nuevo jefe.
—Ya vienen, en serio —responde un tanto avergonzada.
—Bien, me quedaré contigo a esperar. Ya he encontrado niñera y no puedo perderla después de tanto trabajo que me costó —confiesa con una mueca y la chica ríe.
Florence se siente mal de que Chris esté esperando afuera en el frío, por lo que ella también sale del auto y se coloca a su lado, aunque claramente separados.
—Lamento mucho lo que pasó —le menciona el actor luego de un par de minutos en silencio.
—Ya es asunto viejo, señ-Chris —se corrige —. Todo está bien.
—No me refiero a eso, sino a la indiscreción de Bella al hacerle hablar de su mamá —murmura.
—Un niño de esa edad no conoce la maldad a menos que lo adquiera en casa, estoy segura que ella lo hizo de la mejor manera para presentarme a su madre y yo quise otorgarle esa información para que sepa que no está sola —explica —. Es muy dulce que usted comparara a su difunta esposa con una estrella, es de los mejores recursos para tratar esos temas con los niños.
—Bella se siente vigilada de por vida y se ha vuelto menos traviesa, al menos por las noches, porque dice que su mamá la vigila —afirma con una pequeña sonrisa y mirando hacia el horizonte.
—Es un padre admirable, Chris —reconoce la chica.
—Gracias —responde con sinceridad. A decir verdad, nunca alguien se había expresado con ese adjetivo de él, la palabra "admirable" tiene demasiado peso en su cabeza y le hace sentir bien.
En ese preciso momento una grúa avanza hacia ellos, de inmediato Florence reconoce el logotipo en la parte delantera.
—Ha llegado la grúa, Chris. Gracias por esperar conmigo —dice la chica dirigiéndose hacia él.
—¿Ellos te llevarán? ¿No prefieres que te acerque a tu casa? —cuestiona el actor con indecisión.
—No, son viejos conocidos. Todo estará bien. Muchas gracias, por todo, en realidad. Nos vemos el lunes.
—Hasta el lunes, Florence —se despide.
Cuando la grúa se detiene, Chris sube al auto y se coloca su gorra hacia adelante, ve que la chica saluda a aquellos hombres y se despide de nuevo de ella pasando al lado del viejo auto y la grúa.
—De ser tú, me hubiera ido en el carro elegante en lugar de esta vieja grúa —le dice Thomas, el dueño de la misma.
—No, es mi futuro jefe y esperó conmigo por mera cortesía, ¿qué tal si luego me lo descuenta del sueldo?—bromea, aunque es muy probable que eso no pase.
—¿Tan malo parece ser? —le pregunta Andrew, el hijo del dueño que empieza a colocar los aditamentos en el auto.
—No, tiene carácter, pero es solamente un padre viudo —murmura —. Pero bueno, hablemos de cosas felices, ¿aún sigue en pie la venta de esta cosa? —cuestiona Florence con una sonrisa.
—Aún está en pie, ¿a qué se debe ese cambio repentino? —interroga Thomas.
Su hijo sube al auto de la chica y ella hace lo propio en el asiento del copiloto de la grúa.
—Probablemente me vaya a vivir fuera y no quiero dejar que esto termine de oxidarse en alguna esquina —bromea, causando que el hombre mayor sonría.
—Entonces está bien para mí, ¿te parece ir a discutir esto mañana? Mi esposa te echa de menos y te aseguro que si vas a comer, ella estará más que feliz.
—¡Claro! Ahí estaré.
Tal como lo han hablado, al siguiente día, sábado, Florence llega a la hora de la comida con un pequeño postre que ha preparado por la mañana. La familia la recibe con emoción y de inmediato se sientan a comer, en medio de una amena charla y muchas bromas.
Desde que la madre de Florence falleció, hace ya 10 años, la chica fue acogida por la familia de Thomas y Susan, al igual que su pequeño hijo, Andrew, que ahora es un joven de 21 años. Ellos procuraron por bastante tiempo a la chica, cuyo padre nunca conoció y que luego perdió a su única familia directa.
Florence terminó con esfuerzos su universidad y luego empezó a obtener pequeños trabajos, hasta que llegó a sustituir temporalmente a una profesora durante un año, ahí pensó que todo iba a estar bien, sin embargo, volvió a quedar desempleada y tuvo que tomar cualquier trabajo disponible para vivir.
No pudo con la emoción cuando Carly le presentó este empleo y casi se desmaya cuando leyó la buena paga y los demás beneficios que obtendría. Por un momento dudó, pues era demasiado bello para ser real, probablemente la niña a la que debía cuidar sería una adolescente problemática o un grupo de ellos, sin embargo, le sorprendió cuando Carly mencionó que aquella niña sería su sobrina de 5 años.
Florence no lo relacionó de inmediato, pero luego de unos segundos, llegó a su memoria la noticia que estuvo rondando los medios durante los últimos días: la hija escondida de Chris Evans, quien casualmente, era hermano de Carly.
Ahí mismo, hizo un juramento personal de que ignoraría el estatus de celebridad del actor y su pequeño crush con Steve Rogers y Frank Adler, y lo trataría como un padre más. Así como lo hizo cuando Carly le confesó la identidad de sus hermanos actores y ella se mantuvo respetuosa al respecto.
En fin, es claro que la venta de su auto se concreta y que la paga que recibe es suficiente para subsistir las siguientes semanas, pues al parecer comerá en casa de la familia Evans, lo que le ahorrará bastante. Puede ir y venir en autobús, si se organiza de forma correcta, así que las siguientes dos semanas prometen que serán muy buenas.
Poco a poco irán conociendo más a mi pequeña Bella, a la dulce Florence y al padre dramático de Chris🤭
Muchas gracias por leer ❤️
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