LII

CAPÍTULO LII

Florence es inducida a trabajo de parto tres días después de haber sido hospitalizada. Por suerte, su cuerpo empieza a colaborar, al igual que el pequeño ser dentro de ella, quien parece haber escuchado todas las indicaciones recibidas por su familia y el personal hospitalario, pues está colaborando con su posición.

Chris no se separa de Florence en ningún momento, sostiene su mano por largos períodos e intenta ser de apoyo para ella, aunque, en el fondo, sigue demasiado aterrado por toda esta situación.

La rubia intenta mantenerse tranquila, pero conforme su cuerpo comienza a prepararse para el parto, su estabilidad empieza a fallar. Sin embargo, es ahí donde entra Chris, quien no deja de animarla y brindarle esa fuerza y apoyo.

Los ojos de muchos están puestos en cada movimiento de Florence y de la bebé, todo va bien durante las primeras 6 horas del trabajo de parto. Pero de un momento a otro, empiezan a presentarse signos de sufrimiento fetal y deben llevar a la rubia a quirófano para practicarle una cesárea de emergencia.

Chris siente todo demasiado ajeno, a tal grado, que se entorpece cuando le ayudan a vestirse antes de entrar al quirófano. Además de que ahora está experimentado los inicios de un ataque de pánico y debe tomarse unos segundos antes de entrar hacia la sala indicada. Cuando lo hace, queda sorprendido por la extremada coordinación y es asignado a un sitio junto a Florence, que está lista para todo.

La rubia busca la mirada de su esposo, pero este no puede dejar de ver al equipo médico. Florence toma la mano de Chris y sólo así consigue su atención, él parpadea un par de veces antes de poner toda su atención en ella.

Florence le sonríe, aún con esa cánula nasal que le suministra oxígeno y el gorro quirúrgico, se ve hermosa. Chris sujeta su mano con fuerza y con su extremidad libre, acaricia su mejilla.

El tiempo les parece eterno, aunque, en realidad, el procedimiento sólo dura unos cuantos minutos. Chris concentra toda su atención en Florence y su rostro ligeramente pálido, es entonces cuando ven mayor movimiento y luego escuchan un llanto, no es demasiado escandaloso, pero muestra fuerza.

Lo siguiente que pasa, es que limpian rápidamente a la bebé antes de ponerla sobre el pecho de Florence. Ella y Chris rompen en llanto cuando la ven por primera vez.

Es pequeñita, pero preciosa. Pesa 2.055kg y mide apenas 42cm.

La rubia besa su frente y acaricia suavemente su rostro, luego la acercan a Chris, quien repite el mismo patrón de caricias, antes de que la alejen de ellos. Las instrucciones son claras, la llevarán a cuidados intensivos neonatales y Chris debe ir con ellos.

El actor besa la frente de su esposa y ambos se observan una vez más con los ojos llorosos. Una enfermera le entrega una pulsera a Chris y espera hasta que se la coloque, luego de esto, todo pasa tan rápido, que en pocos minutos, el actor es instruido acerca del lugar al que llevan a su hija.

No le da tiempo de despedirse de Florence y simplemente le piden que los siga. Una vez que llegan a aquella área, vuelve a ver a su hija desde una gran ventana, la meten en una incubadora, en donde probablemente viva unos días, al menos hasta que esté lista para todo lo que se viene.

Después de esto, aprovecha para darles la noticia a su madre y a sus hermanas (Carly ha llegado en la mañana). Es ahí cuando Chris no puede más y se rompe en los brazos de Lisa, que debe sentarse para arroparlo como a un niño pequeño, pues el actor está sacando toda aquella tensión que mantuvo desde el día en que fue el incidente.

Permanece ahí, hasta que un par de médicos se acercan a ellos, la ginecóloga-obstetra y el pediatra, quienes le dan parte de la salud de ambas. Florence volverá a su habitación apenas salga de la anestesia epidural, mientras que la bebé, permanecerá en la incubadora hasta que esté totalmente lista para el mundo.

[...]

Florence vuelve a la habitación un par de horas después. Chris ya está más relajado y tranquilo, así que la recibe de forma cálida y amorosa, además de que hay unos cuantos obsequios en la habitación. La rubia debe descansar un poco debido a la cirugía, al menos antes de que se le permita bajar a ver a su hija.

No tardan mucho en instruirla en cómo sacar su leche para que alimenten a la bebé en su ausencia. Por suerte, todo sale bien y obtienen la cantidad esperada.

—Necesito que estés con ella —murmura Florence un tanto somnolienta.

—Mi amor...

—Yo estoy bien, sólo necesito descansar.

—Quisiera partirme en dos para... —comienza a decir, pero ella le interrumpe.

—Conmigo puede quedarse cualquier persona, pero necesito que tú estés con ella, quiero que sepa que no está sola, que le digas que pronto iré a verla —insiste —, por favor.

Claramente Chris no puede negarse, así que luego de compartir un corto beso y dejar a Florence en compañía de Carly, se dirige al sector en donde tienen a la bebé.

Ahora, han pasado unas cuantas horas del nacimiento y Chris está pegado al ventanal de cristal, al menos hasta que lo invitan a pasar para que alimente a su bebé, pues aquí tienen un horario muy estricto al respecto y ahora que el padre está cerca, es perfecto. El actor duda un poco, pero se lo ha prometido a Florence y debe asumir su papel.

Mientras lo preparan, le instruyen sobre la "técnica de papá canguro", sin embargo, aunque no está muy seguro, obedece a cada instrucción que le dan.

Luego de que alimenta a la bebé y le saca el aire, le piden que se descubra un poco el pecho para que pegue ahí a su hija, él sigue la indicación y no puede evitar que algunas lágrimas se escurran por sus mejillas cuando sostiene a esa bebé tan pequeña contra su pecho. Ella abre su boquita y por ese momento, imagina que ese gesto es como si su hija dejara un beso cerca de su corazón. Es simplemente mágico el momento, como todo lo que ha vivido con Florence desde que la conoció.

[...]

Apenas Florence tuvo la autorización para moverse un poco, por muy molesta que es la herida, lo primero que pidió fue ver a su hija. Estaba enamorada del rostro de Chris cuando volvía durante unos minutos a verla, le gustaba muchísimo su rostro lleno de amor y los sentimientos que le describía luego de estar con la pequeña.

Después de un baño y de comer, Florence fue dotada de una silla de ruedas para que pudieran llevarla, Scott es quien está a su lado, pues Chris se encuentra con su hija.

Ver esa preciosa escena, con el actor con su hija en brazos y pegada a su pecho descubierto, conmueve mucho al menor de los Evans, pero mucho más a Florence. Lisa llega unos segundos después y aunque ya había visto este momento, también se emociona.

No pasa mucho antes de que le pidan a Florence que entre a una sección para que intente amamantar a la bebé. Chris, con ayuda de una enfermera, le pasa a la pequeña bebé que parece buscar a su padre, pero cual siente el calor de su mamá, parece sonreír satisfecha.

Por esta primera vez, Florence no puede amamantarla, la bebé no logra "pegarse" de forma adecuada, así que le enseñan las otras técnicas de alimentación que Chris ya domina a la perfección.

—Es hermosa —susurra la rubia con la mirada fija en su hija.

—Lo es —responde el actor hipnotizado por ambas —, son hermosas, mi amor.

—Gracias... —balbucea ella, pero antes de que el ojiazul pueda preguntar a lo que se refiere, la rubia continúa hablando —. Gracias por estar aquí para ella en mi ausencia.

—Sabes que no tienes nada qué agradecer, soy su padre y, por ustedes tres, haría lo que fuera —murmura —. Es una experiencia muy diferente a la que esperaba, pero no cambiaría nada de esto. Será un poco más difícil de lo que imaginamos, pero no imposible, además, ¿no se supone que un matrimonio debe complementarse? —le cuestiona con una ceja alzada.

—No uses mis discursos en mi contra —se queja ella fingiendo molestia.

Chris sonríe y se acerca lo suficiente para besar sus labios de forma corta, para que luego, ambos dirijan la mirada a su hija, que está demasiado cómoda en los brazos de su madre.

Un par de minutos después, una enfermera le pide a Chris que salga un momento pues, realmente sólo está permitido que esté presentando un padre por bebé, pero debido a que Florence iba a verla por primera vez, les dieron unos minutos. El actor acepta sin problemas, sin embargo, antes de que pueda salir, la misma enfermera lo detiene, para luego dirigirse a ambos.

—Sé que parece que me divierto llamándole "bebé" a todos los chiquitos aquí, pero, ¿ella ya tiene un nombre? Porque sería grandioso saberlo, para dirigirme a ella como es propio —bromea, logrando que la pareja sonría —. A todos les llamo por su apellido, pero es mucho mejor el nombre, es claramente más personal que decirle a ella bebita Evans —agrega la profesional.

Chris de nuevo busca la mirada de Florence, cuando la encuentra, ella le sonríe y asiente con la cabeza. Ya tienen decidido el nombre, que parece ser tan perfecto como la pequeña en brazos de la rubia.

—Fiorella, Fiorella Evans —murmura el actor sin apartar su mirada de la bebé.

—Mi Fiore —dice Florence en voz baja y acariciando suavemente el rostro de su hija.

Chris se despide de ambas mujeres y de su hija antes de salir del lugar, donde Florence permanece unos minutos más, antes de que deba salir y volver a su habitación para descansar un poco, pues no debe olvidar, que a pesar de toda esa fuerza de mamá que tiene, hay una herida reciente en su cuerpo.

Es ahí, mientras sale, que se da cuenta de que preparan a su hija para volverla a introducir a la incubadora, colocando una especie de antifaz por encima de sus ojitos. Una vez la bebé está dentro, empieza a rodearla una luz azul, por lo que Florence recuerda que el médico les ha explicado que, la bebé tenía inicios de ictericia, así que tendría que estar un tiempo recibiendo fototerapia.

[...]

Así, empiezan a pasar un par de días, en donde la pequeña familia establece una rutina para no dejar sola a la bebé.

—Es preciosa —susurra la rubia llena de emoción mientras descansa en su cama —, es demasiado maravillosa.

Chris ha subido a verla y se han quedado solos por unos minutos, por lo que él se ha sentado en la cama y ha logrado sostener a Florence contra su pecho, sin molestar demasiado la herida.

—No puedo dejar de contar los minutos para volver y verla, aunque a veces simplemente me quedo afuera mientras duerme —le confiesa Chris con una sonrisa —. Por cierto, ayer Scott le enseñó la foto a Bella.

—¿Cuál foto? —cuestiona confundida mientras acaricia los brazos del actor, que la rodean.

—La que les tomé la segunda vez que bajaste a alimentarla —responde él para luego dejar unos cuantos besos regados entre una mejilla y el cabello de su esposa —. Bella dijo que parecía una bebé de juguete de tan pequeña que estaba, pero igual se emocionó —murmura.

—¿No está triste? —le pregunta ella con evidente preocupación —. No quiero que piense que la hemos abandonado.

—Bella ha madurado mucho desde que tú llegaste a nuestra vida y justo ahora lo demuestra. Ayer que cené con ella, me confesó que te extraña, pero también está muy emocionada de que ya nació su hermanita y entiende que debe quedarse unos días aquí para poder conocerla —le cuenta con una sonrisa plasmada en su rostro —. Aún no le hemos dicho el nombre que elegimos, quiero que seas tú quien lo haga.

—Gracias por ese honor —responde y toma la mano del actor para besar el dorso de esta —. Y gracias por hacerme madre de estas preciosas niñas.

—Gracias a ti, por enseñarme a ser padre de Bella y por permitirme ser el padre de Fiore —susurra con ilusión —. Prometo no decepcionarte.

—Nunca lo has hecho, eres un excelente padre, Chris —afirma y busca sus labios para besarlo —. Eres el mejor.

El actor sonríe y aprieta un poco sus brazos alrededor del cuerpo de la rubia, que suspira ante la calidez de su cuerpo.

—Dijeron que probablemente en la tarde me den de alta —le cuenta ella.

—Quiero que esta noche descanses en nuestra cama, quiero que tú también estés bien —se apresura a decir, la conoce demasiado y sabe que insistiría en quedarse en el hospital —. Yo me quedaré con Fiore, ya mañana vendrás y yo iré a descansar un poco.

Florence suspira y asiente, sabe que aunque desea contradecirlo, también necesita esas horas de descanso real, además de que desea ver a Bella.

—Amo tus ojeras —bromea la rubia girando un poco su cuerpo para acariciar esas pequeñas bolsas oscuras debajo de los ojos del actor —. Eres un super papá.

—Gracias, aunque, realmente no estoy cansado, creo que la ilusión de ver a mis tres chicas cada día, me mantiene de buen ánimo. Las amo mucho —confiesa él.

—Y nosotras a ti, mi amor —responde Florence por ella y por sus hijas —. Te amamos muchísimo.

Nunca he tenido hijos, así que aquí plasmé parte de mi historia cuando nací (según mis papás), así como mi experiencia en partos y cesáreas 👉🏼👈🏼 Dato random que nadie pidió:  siempre que yo recibo un recién nacido, le pregunto el nombre a los padres (si ya no tienen) para hablarle con más confianza al bebé 🥰

Gracias por leer 💕
Espero que les guste el capítulo tanto como a mí me gustó escribirlo 🥰

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